Capítulo 1: Todo inicia con un abrazo
El Gotei, hacía tiempo que todo estaba en calma, un shinigami de gran estatura y apariencia de lobo, Sajin Komamura caminaba en las afueras del lugar; tiempo atrás el Gotei y la Sociedad de almas, habían sido azotados por un poderoso enemigo, lo que provocó la destrucción del lugar y la perdida de muchos shinigamis. Sajin había sacrificado su ser sacándose el corazón a cambio de obtener poder para así vengar la muerte de quien fue su guía y mentor, el ya fallecido Genryuurasai Yamamoto; sin embargo, gracias a los amigos que pelearon con los shinigamis para derrotar al enemigo, él había podido recuperar su viejo cuerpo y su poder, aunque había perdido a Tenken, el espíritu de su zampakutou.
De hecho, Komamura se había inclinado por la idea de renunciar a ser shinigami, no estaba seguro de llegar a servir como uno después de la guerra, se había planteado en viajar por la sociedad de almas, más allá de lo que conocía y comprender muchas cosas que antes había ignorado, como, que era realmente lo que haría de ahora en adelante, tomar decisiones propias y no solo seguir órdenes. De hecho, había hablado de nuevo con su abuelo, una charla que en parte le ayudó, pues su abuelo le reconoció que él no estaba destinado a vivir como sus antepasados, que tenía una oportunidad de encontrarse con su destino…
El Goteio estaba siendo reconstruido, aún faltaba mucho trabajo por hacer, pero él ayudaba con su puesto de capitán en la séptima división; aun así, Sajin se preguntaba qué era lo que realmente podría hacer con su vida de ahora en adelante; era obvio que el Gotei entraba en una nueva etapa. Finalmente, después de caminar llegó a una saliente de un precipicio, donde había un adorno funerario, había ido tantas veces a ese sitio a recordar a su ya fallecido amigo Kaname Tousen, aunque en realidad, el sentía que lo que había sido la relación con su amigo, pudo haber sido algo más, algo que jamás dijo; aunque ahora eso ya no importaba.
- ¿Qué es lo que tengo que hacer ahora? – Preguntó Sajin – ¿Sigue sirviendo de algo que siga como shinigami?… Tousen, viejo Yamamoto…
Sajin estuvo en el lugar un largo tiempo, derramó algunas lágrimas por aquellos que habían partido, pero recuperándose, decidió caminar aún más por el lugar; ya antes había estado por aquellos lugares, no estaba tan retirado del Gotei, pero no había sufrido daño alguno. El shinigami logró llegar a un espacio abierto donde había un gran lago, aquel lugar le relajaba, era tan tranquilo, poco a poco se iba quedando dormido; cuando se volvió a despertar, se dio cuenta de que ya estaba atardeciendo, Sajin se levantó perezosamente, tenía que volver al Gotei. No llevaba mucho de haber avanzado, que sintió repentinamente la presencia de un hollow en el lugar, y era una presencia muy fuerte, sin dudarlo un minuto, se dirigió al sitio de donde provenía la sensación del hollow.
Cuando llegó a una parte con bastantes arbustos, vio a un joven ryoka herido corriendo con lo que parecía ser una zampakutou en su mano, sin embargo, también tenía una profunda herida en su espalda que le sangraba; tras de él apareció un hollow enorme, el joven tropezó, aunque trató rápidamente de levantarse, su perseguidor le dio alcance, lanzándolo lejos con un golpe, el ryoka quedó aturdido.
- Peleaste bien, ahora, déjame devorar todo tu reiatsu – El hollow anunciaba el final del ryoka.
El joven solo cerró los ojos, esperando que todo terminara rápidamente, pero nada pasaba, al abrir los ojos nuevamente, vio frente a si, a Komamura, quien la había protegido, eliminando al hollow.
- ¿Quién…? – El ryoka quiso preguntar, pero estaba débil.
Sajin se inclinó para ver mejor al joven, colocando su mano en el hombro de éste.
- Tranquilo, estarás bien, el peligro ya pasó.
El ryoka, antes de decir algo, cayó inconsciente. Sajin se apresuró a tratar la herida del joven, y conforme hacía aquello, sentía del ryoka una gran cantidad de energía, lo que le llevó a preguntarse quien era aquel extraño, y, sobre todo, porque tenía una zampakutou. Al terminar de curar con kido, Sajin puso al joven en su espalda, recogió el arma del chico y le llevó al Gotei para recibiera una mejor atención.
…
El ryoka despertaba, aunque le aturdió la luz del lugar, no recordaba mucho de lo que había pasado, se levantó de la cama en que se encontraba, estaba en una habitación de hospital, se miró el cuerpo dándose cuenta de que sus heridas estaban sanadas, rápidamente se puso a buscar su espada, pero no la encontró. En aquel momento, alguien entró en la habitación.
- Estas despierto, eso es bueno, soy la capitana Isane Kotetsu, bienvenido al Gotei – Isane se acercó al chico – Vamos a examinar tus heridas.
- ¿Cómo llegué aquí? – Fue la primera pregunta del ryoka.
- Te trajo el capitán Komamura hace dos días – Respondió la shinigami mientras hacía un tratamiento de kido.
Al escuchar aquello, el joven recordó lo que había pasado en el bosque del ryukongai, recordó al shinigami con apariencia de lobo. La revisión terminó de forma rápida, indicándole al chico que ya estaba curado por completo, en ese momento, llamaron a la puerta, Isane atendió aquel llamado.
- Que puntual es el capitán – La shinigami miró al joven – Tienes una visita.
Antes de que el ryoka preguntara algo, Isane salió de la habitación y entró el shinigami lobo.
- Que bueno verte despierto joven – Sajin se acercó al joven, en su mano llevaba la espada que el ryoka había buscado en un inicio – No dejaban que la dejara aquí, así que decidí entregártela cuando estuvieras mejor. ¿Puedo saber como te llamas?
- Me llamo Ryujin, solo Ryujin… ¿Usted es el capitán Komamura?
Sajin asintió, a lo que ello, Ryu se inclinó de forma cortes ante el shinigami.
- Muchas gracias por traerme aquí… Ya me encuentro mejor, así que creo que será mejor que me retire.
- Te acompañare hasta la salida del Gotei.
Ryu aceptó aquello, pues no conocía el lugar, Sajin esperó fuera de la habitación a que el joven terminara de vestirse. No pasó mucho, cuando Ryu indicó que estaba listo para marcharse.
Mientras caminaban Sajin quiso aclarar una duda que le rondaba en la cabeza.
- Disculpa Ryujin, pero quisiera saber ¿Hace cuanto tiempo llegaste a la sociedad de almas?
- Hace poco más de un año – Respondió el joven.
- ¿Y ya tenías esa espada contigo?
- Si, lo cual es raro, yo no recuerdo que tuviera ésta arma en el momento de mi muerte.
Sajin no dijo nada, analizaba lo que había escuchado, ambos estaban cerca del limite del Gotei con el Ryukongai, el shinigami se detuvo.
- Ryujin, tal vez sea repentino pero, quisiera proponerte que pienses en volverte un shinigami, veras la espada que llevas es posible que sea tu zampakutou, además, posees un gran reiatsu.
Ryujin miró sorprendido al shinigami, no supo que decir. Al ver la cara del chico Sajin añadió.
- No tienes que decidir ahora, solo era una sugerencia.
- Gracias, lo pensaré, y de nuevo, muchas gracias por salvarme – En ese momento Ryujin se inclinó frente al capitán, para después abrazarlo – Es usted muy amable y lindo.
Sajin fue quien se quedó sin habla después de escuchar aquello, el abrazo no le había incomodado. Solo pudo ver como el joven salía del Gotei, él dio media vuelta para volver a su división, pero aun así volteó una ultima vez aunque ya no pudo ver al chico.
