Empecé a escribir esta historia hace un buen tiempo. Es la respuesta a un reto del foro de Death note el cual consiste en escribir veinticinco historias con diferentes temas y todas tienen que ocurrir durante la noche.
Voy avanzando poco a poco pero con la voluntad muy firme de terminar las todas. Delicias nocturnas es un reto que me ha dado la excusa perfecta para escribir acerca de una serie que me gusta mucho. Algunas historias son más suaves que otras, la mayoría tiene slash/yaoi así que si ese tema no es de su agrado por favor regresen por donde vinieron.
Les agradezco de antemano su atención. Mi cuenta anterior esta en mi perfil, ahí se encuentran el resto de Delicias e historias que publiqué. Voy a seguir en esta cuenta que espero no perder.
Advertencias: Ninguna por ahora. Solamente mi propia versión de Mello en la Wammy House.
Primera noche
Hogar
Un papel vacío. La maestra nos dijo que hiciéramos un dibujo de nuestro hogar. La escuela es tan aburrida. Yo no dibujé nada. No tengo nada que dibujar. El resto de la clase llenó el espacio en blanco con estúpidos garabatos de colores. Unas niñas a mi lado se peleaban por usar los mismos crayones. Los mismos colores, como si tuvieran la misma casa. Par de tontas. Una casa no es un hogar.
No puedo dormir, el estúpido papel en blanco no me deja dormir. Nunca me gustó ese color, es como el de los hospitales. El blanco es la nada.
Ella no me preguntó porque no había dibujado nada. Le iba a decir que no le importaba. Su clase es aburrida. Ella es aburrida… Su clase es aburrida y siempre me da sueño apenas entro. Trato de prestar atención aunque no lo necesito. No quiero meterme en problemas, de nuevo.
A ella no le importaba preguntarme acerca de mi dibujo. Estúpida maestra.
El papel está tirado en el suelo, quiero que desaparezca.
No tengo sueño. No puedo dormir sin llenar ese papel.
Pero no tengo qué dibujar. Las niñas colgaron sus dibujos en la cocina, con los demás dibujos de la clase.
Nadie me pidió mi dibujo.
A nadie le importó.
No tengo nada que dibujar.
Mejor me voy a dormir.
Quiero un chocolate y ya no me queda ni uno. Me comí el último que tenía escondido para cuando no pudiera dormir. Me siento bien cuando me como uno. Me siento tranquilo.
Quiero uno ahora.
Quiero que ese papel desaparezca. Quiero muchas cosas.
Quiero dormir…
Y no puedo.
—Quítate de mi camino.—
Siempre está donde yo estoy. Me anda siguiendo, me anda persiguiendo como si fuera un animal, un gato perdido.
—Déjame en paz—
Debe ser sordo o algo parecido. Es un idiota. No entiende lo que le digo. Le grito y no me hace caso. Ya casi escucho la voz de Roger regañándome… "Tienes que comportarte bien, especialmente con el niño nuevo. Si él te sigue tanto es porque le agradas, no hace eso con todas las personas."
No me importa que me siga por todos lados, si lo sigue haciendo lo voy a patear por todo el pasadizo. Como si fuera una pelota.
Roger siempre me regaña, aún cuando no tengo la culpa yo.
Ese niño nuevo es como un gatito perdido. Deberían meterlo en una caja y dejarlo en la puerta.
Yo una vez tuve uno… Hace tiempo… Era blanco, se parecía a él…. Pero se murió.
Hace tiempo, ya no me acuerdo.
—Vete.—
Ese estúpido, por más que lo empujo no me hace caso. No sé si le dolió. Pero me sigue mirando.
Ya vete a dormir… Ya es de noche, desaparece.
Deja de mirarme de ese modo.
—Eres un idiota.—
—Pero Roger… Me he portado bien ésta semana… Te juro que yo no fui quien cambió las especias en la cocina. Yo no fui, te lo juro…— No me va a creer, nunca me cree.
—Mello, no es para tanto. Además no es por eso que te pido este favor.
Tú no me pides Roger.
—Pero…—
—Ya está hecho, ya lo han instalado en tu habitación. Eres el único que tiene una cama vacía. No puede dormir en la enfermería más tiempo.
Entonces mándalo a la cocina, o a una caja de cartón. Mi gato dormía en una, a los pies de mi cama. A media noche saltaba sobre mí.
—Escúchame, confío en ti Mello… — Otra vez me va a decir lo de siempre. Se agacha a mi altura y me agarra de los hombros. —Y confío en que eres un buen niño y que vas a hacerme el favor de cuidarlo como si fuera tu hermano menor.
Este lugar está lleno de estúpidos hermanos y hermanas menores.
Lo odio.
—No deberías confiar en mí, Roger. Soy sólo un niño.
—Pues te olvidas de eso cuando haces de las tuyas. Eres suficientemente responsable para aceptar tus culpas y eres lo suficientemente responsable para cuidar a Near. Le agradas, se van a llevar bien. El es muy tranquilo, no te va a molestar durante la noche.
El es un gato disecado.
—Pero yo no quiero tenerlo cerca.
Odio a los estúpidos gatos.
—Mello…
Odio ese tono de voz… No sé como responderle… No puedo responderle. No me da miedo, es que me da pena negarme.
—Near está en su habitación, ya se debe haber acostado. Si no por favor asegúrate que se ponga sus pijamas y se acueste.
Ahora es "su habitación."
—¿También le leo un cuento para dormir?—
—Si fueras tan amable Mello… Eso le gustaría mucho.
Mejor me voy a dormir antes de que me pida que le de un baño y le dé de comer. Ahora es "su habitación" ya no es más la mía.
Hermano menor, yo no pedí tener uno. Yo no pedí venir a este estúpido lugar.
—Sal de ahí, esa es mi cama — Estaba dormido, saltó sobre el colchón como una pulga. Pero se me queda mirando y no se mueve. Lo odio —Vete a tu cama. La otra es tuya. Esta es mi habitación, te la presto por un rato, pero no te acomodes mucho.
Eso me dijeron en el último "hogar" donde fui a parar… "No te acomodes mucho".
Se va a su cama y se acomoda ahí. Dejó mi cama caliente… Ahora voy a tener que esperar que se enfríe. Lo odio…
—Ya duérmete de una vez… Por tu culpa no dormiré de nuevo.
Si abro la ventana algo de aire entrará y enfriará mi cama. Dormir aquí es divertido, en la ventana. Nunca me enfermo con el frío que entra, tampoco me he caído. No me importaría amanecer muerto en el suelo del jardín. Le daría un buen susto a Roger.
Me olvidé de apagar la luz. Ese idiota no se duerme aún, me sigue mirando.
—Que te duermas… Si no duermes Roger me va a regañar y te las vas a ver conmigo.
El parece un estúpido papel en blanco sobre la cama. No me está haciendo caso. Es un imbécil.
La noche está fría. Hay muchas estrellas y la luna está redonda. Me da sueño contar las estrellas, son tantas… Es una tontería contarlas, siempre aparecen más y más.
Estúpidas estrellas. Cuando quiero dibujarlas me salen deformes.
Quizá si hago mi dibujo.
No lo he empezado. Todavía.
Para esas estúpidas niñas fue bien fácil dibujar. Con todos esos colores rayaron la hoja y terminaron. Tontas. Son unas tontas, todos en este lugar son unos idiotas.
Odio no poder dibujar algo tan fácil. Sólo sé dibujar gatos. Gatos durmiendo, gatos despiertos, gatos, gatos, gatos…
Gatos estúpidos… los gatos son estúpidos…
Near es estúpido, parece un gato estirado sobre la cama. Mirándome sin hacer lo que le digo. No se duerme. No me hace caso.
—Imbécil. Duérmete... cierra los ojos, deja de mirarme… Imbécil.
Lo agarré de los pelos y no dijo nada. Me miró y no dijo nada. No es como las niñas idiotas que cuando les jalo sus trenzas lloran como si se las hubiera arrancado. Sólo cierra los ojos. Y quiero seguir jalándolo para que me mire así.
Near…
—Eres un idiota. ¿Lo sabes no? Idiota.
Ya es muy tarde, no me quiero meter en problemas, por su culpa.
Idiota.
Mi habitación vuelve a ser mía. Sólo para mí. Es tan mía porque siempre que me castigan me hacen quedarme aquí, pensando en lo malo que hice.
Near vuelve a dormir en la enfermería. Tiene fiebre. Quizás muera. Matt me dijo que el doctor vino a verlo en la mañana. No va a venir a dormir aquí de nuevo. De nuevo esta habitación es mi hogar.
No, no lo es.
—¿Estás ahí?
—Sí Matt. ¿Dónde más a esta hora de la noche?
—Vine a verte, ya que te quedaste solo. Pero me voy rápido, no quiero que vean que me salí de mi habitación.
—Eres un cobarde.
—No lo soy, Mello. Oye, el niño nuevo ya no duerme contigo. Quizá nos pueden poner a dormir juntos.
—Así nunca dormiríamos, la pasaríamos charlando toda la noche.
—Y en la mañana nada nos levantaría. Sería divertido. Oye Mello, está entrando mucho frío, mejor cierra la ventana.
—Sí, no nos vayamos a enfermar como ese idiota de Near.
—Sí… Oye esta cama… No tiene frazadas. Seguro que le ha dado frío anoche. Seguro que hasta la ha mojado.
—No sé Matt. Seguro que la mojó mientras dormía, es un idiota.
—Me quiero quedar a dormir aquí. No quiero regresar a mi habitación.
Matt siempre dice lo mismo. Pero él también es un idiota. Aunque es mi amigo, es un tonto.
—Si ese estúpido te sigue molestando dale un buen golpe.—
—Ya lo he intentado Mello, pero me fue peor a mi.
—Entonces déjamelo que yo me encargo.— No importa que sea mayor que yo, no le tengo miedo. No le tengo miedo a nada.
—Pero Mello, te puedes meter en problemas. No quiero que te vayas de aquí, no quiero que por mi culpa te lleven a otro… lugar.
Matt puede ser tan idiota… Nada malo me va a pasar… Si me mandan a otro orfanato, no me importa. No me importa nada de eso.
—No me va a pasar nada malo. Mañana en el desayuno me encargo. Si quieres quédate a dormir aquí. No me importa, con tal que no ronques.
Podemos charlar toda la noche. No tengo sueño.
—No puedo. Seguro me viene a buscar. Sabe que estoy aquí seguro. Ya mejor me voy.
—Cobarde.—
Déjalo que venga para darle una patada. Matt, eres demasiado cobarde. No sé como eres mi amigo. Se va a ir, me va a dejar sólo. Es muy grande la habitación para mí solo. Matt se puede quedar.
—Mañana te veo. No hagas nada mejor, no quiero que te metas en problemas, por mi culpa.—
Eres un tonto Matt. Demasiado tonto para ser mí amigo.
¿Ya es de noche? Está oscuro afuera, no hay luna. Me quedé dormido esperando que Roger viniera a sermonearme. ¿No voy a cenar tampoco? No tengo hambre… Tengo chocolate.
Tengo sólo uno.
Matt es un cobarde. Pero es mi amigo. No puedo dejar que ese abuse de él. No me da miedo que me boten de este lugar por haberle pegado en el desayuno. No me importa, no me duelen sus golpes. Yo lo golpee primero. No debió golpear a Matt…
Pero eso no lo saben.
Roger no sabe nada.
No importa que sepa. Si me va a botar de este lugar, no importa. Pero no van a volver a meterse con Matt.
Si me voy ese idiota de Near se va a quedar con mi habitación. Si es que no se muere.
No importa.
No me importa que me manden a otro lugar. No tengo miedo…
—¿Mello? ¿Estás despierto?
—¿Matt? ¿Qué haces aquí? ¿Qué hora es?
—Medianoche. Todos están bien dormidos y los que están despiertos están en la enfermería. Así que nadie me vio entrar a la cocina y traerte esto.
Chocolate, tres barras de chocolate pasan por debajo de la puerta. Como esas máquinas en las que se meten monedas.
—Mañana te traigo más.
Lo hace porque lo ayudé. Es un tonto.
—Te van a castigar como a mí — Eso quiere.
—Eso quiero.—
Se ríe.
Eres un tonto Matt.
—Ya me voy. Mañana vengo de nuevo. A esta hora, si no me quedo dormido. Buenas noches Mello.
Ya no voy a dormir esta noche.
—Ese niño, Near está muy mal, escuché eso cuando pasé por la enfermería.
—¿Es contagioso? ¿Qué más escuchaste Matt?
—Que el doctor pensaba que no iba a supervivir.
—Se dice sobrevivir…— Matt es un tonto.
—Eso y que parece que le dio algo a los pulmones, o algo así. No escuché bien. No va a poder asistir a la escuela hasta que se recupere. Ah también que lo van a traer de nuevo a tu habitación, porque la enfermería es muy fría para él.
¿Muy fría?
La ventana… que dejé…
—¿Mello?
—¿Hn? ¿Qué?
—No te duermas.
—No seas tonto Matt, no me estoy durmiendo, te estoy escuchando bien.
—Es que como estas tras la puerta y no puedo verte… pensé que te habías dormido.
—Estoy despierto…
—Si te aburres te presto mi videojuego. No lo traje porque hace mucho ruido pero mañana te lo presto.
—No me aburro.
—El piso está muy frío o mi pijama muy delgadito. No sé.
—Tú eres el que se está durmiendo Matt. Mejor ya vete a dormir.
—Ya me voy, espero que pronto te quiten el castigo, porque venir a medianoche a tu habitación es complicado. Buenas noches Mello.
No fue mi culpa que ese idiota se enfermara. No me importa de todos modos. Es un estúpido.
—Mello. Tengo que hablar contigo.
Roger me va a botar de este lugar. Pero es de noche. Igual. No le importo tampoco a Roger.
—Yo no fui Roger. Pero tú igual no me vas a creer.
—No sé lo que hayas hecho esta vez. No interesa si es que no has estado siendo agresivo.
Yo no soy agresivo.
—Matt me contó que lo defendiste de ese otro muchacho.
—Matt te lo dijo. Ese estúpido, lo mataré por eso —No debí decirlo delante de él.
Pero no sé porque sonríe.
—No nos equivocamos contigo Mello. No me equivoqué contigo. Será mejor que te vayas a acostar que mañana tienes que ir a la escuela.
—Lo sé Roger, no tienes que decirlo.
—Buenas noches Mello.
¿Por qué tiene esa estúpida sonrisa?
—Buenas noches Roger.
¿Vendrá Matt esta noche? A medianoche a conversar conmigo. No tengo sueño tampoco hoy. Ese estúpido está ahí, en su cama. Ya se durmió.
Aún se ve enfermo. No fue mi culpa.
—¿Near?— ¿Por qué hago esto? No me importa lo que le pase. Es un tonto… un idiota que no dice nada, que sólo me mira y me sigue a todos lados.
No me dice nada. Me mira, no estaba dormido.
—Idiota. Sólo quería ver si tenías fiebre. No quiero que me contagies, tus pulgas.—
Se esconde en sus cobertores. No le han puesto frazadas. Son unos estúpidos.
—Rooogeeeeeeer….— Mejor les digo. No quiero que se muera a mi costado. —Roger, la cama de Near no tiene frazadas…
No es mi culpa que se haya enfermado. Es culpa de la noche y las estrellas. Es su culpa por no decirme nada. Es su culpa por ser tan callado.
Es mi culpa por no prestarle atención.
Es un idiota…
Near es un completo imbécil. En la escuela se la pasó persiguiéndome. Apenas dijo un par de cosas en la clase. Es un estúpido.
Lo veo en la escuela y ahora tengo que verlo en mi habitación. Por lo menos ya se acostó y no tengo que aguantarlo más.
Estúpido Roger. ¿Por qué lo puso en mi cuarto?
— ¿Qué me miras? Ya duerme.
Tiene un estúpido gato de peluche sobre su cama. Me dan ganas de patearlo. Lo abraza y se me queda mirando.
Ya, ya se acuesta. ¿Qué tanto me mira?
— Estúpido.
Ha dejado sobre mi cama, mi papel vacío. Ya no está en blanco. Una casa, una ventana. El estúpido, yo y ese asqueroso gato de peluche.
...
