Cerrar los ojos.
A/M: Los personajes de Naruto de no pertenecen. Esta serie es propiedad de M. Kishimoto.
Advertencia: One-shot. Drabble. Escena perdida. SasuInoIta. Capítulo único.
Summary: Sasuke cerraba los ojos sonriendo, esperándola. Sin embargo, ahora Sasuke cerraba los ojos, pasaba el tiempo y ella no estaba. Itachi movía las piezas de ajedrez perfectamente mientras sonreía. Deslizo su última pieza contra él. ─Jaque mate, gano yo.
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Cerrar los ojos.
Sasuke siempre oía su dulce voz flotar en el aire de la academia, preciosa. Él solía pensar que, ella era sólo suya. Y no necesitaba un porque. Ella también lo sabía ─y suspiraba.
Sasuke siempre cerraba los ojos, esperaba y la tenía en sus espaldas, abrazándolo cariñosamente. El contacto lo incendiaba y ellos se dejaban estar así. Podrían ser horas o eternidades, pero él nunca se cansaba de que Ino quedara allí.
Después de un rato, sonaba el timbre y ellos no se daban cuenta de que había el recreo. Ellos ya tenían ligeramente las mejillas juntas, los dedos entrelazados y los unía un hilo de saliva. Ellos se miraban a los ojos en silencia, sonriendo.
Podían oír al hermano mayor del niño llamándolo. Y el pequeño enrojecía.
A pesar de que ha pasado un tiempo, Sasuke volvía a cerrar los ojos, ─como antaño─, la delicada risa que antes decía: Sasu-kun no la oía más en el aire. «─Aunque intenté no lastimarte. Aunque lo intenté.─»
Peligrosamente, deslizaba su dedo con precisión sobre el tablero. Su sonrisa malvada lentamente iba comiéndolo satisfecho. Sus miradas se cruzaron un instante. Él sabía lo que haría, su próxima jugada con la perfecta precisión y perfección de reloj, él lo sabía. Sasuke estaba acabado. Itachi deslizó su última pieza contra él. Lentamente, saboreando la desquiciada expresión de su hermano en aquel momento, sintiendo la victoria.
─Jaque mate, gano yo. Ella me pertenece a mí.─
Nadie más habló.
Sin embargo, ahora, Sasuke cerraba los ojos, porque la echaba de menos. Volvía a pasar el tiempo, él sonreía tristemente ligeramente, pero ya no sentía unos esbeltos brazos rodeándole el cuello, Sasuke no podía saberlo, pero no la volvería a ver entre sus brazos.
Y ahora, tiraba tardes enteras en su casa, Sasuke cerraba los ojos y lloraba.
─Lo siento Sasuke, no habrá próxima vez.─
Si hasta ayer, de armas y rosas has vivido.
