N.A: Esta es la versión en castellano de Love is a quidditch match.
El amor es un partido de quidditch
Capítulo 1: Preparando las escobas
En el momento en que Harry se dio cuenta de lo qué le estaba pasando, lo asaltaron una seguidilla de emociones: sorpresa, vergüenza, ansiedad, miedo, cosquillas en el estómago y, finalmente, curiosidad. Curiosidad por saber cuándo era que Ginny Weasley se había vuelto tan bonita. La revelación lo había asaltado esa tarde, durante la primer práctica de quidditch. Mientras la miraba volar en su escoba, porque ella le había pedido algunas indicaciones sobre sus movimientos, no supo exactamente cuando dejó de estudiar su agilidad en la escoba y empezó a deleitarse con la forma que su cabello se movía con el viento y las infinitas tonalidades de los reflejos que desprendía cuando lo alcanzaban los rayos del sol. Después de unos cuantos minutos, Ginny se le acercó volando y Harry pudo ver el bonito color rosado que el ejercicio había puesto en sus mejillas.
"Realmente tengo que mejorar los movimientos evasivos" le dijo. Harry asintió vagamente, y rogó que ella no notara que él no tenía ni idea de lo que había estado haciendo en sus últimos vuelos.
Cuando Harry se acostó esa noche permaneció largo rato despierto tratando de convencerse que haber descubierto que Ginny era bonita no debía significar nada más.
Empezó a recordar el ultimo verano en La Madriguera, cuando Ginny y él habían empezado a ser amigos.
Harry permanecía largas horas a solas sin ganas de hablar con nadie, a veces ella se sentaba a su lado sin decir nada, y él le agradecía mentalmente su compañía silenciosa. Al principio Harry no se había dado cuenta por qué la compañía de Ginny le parecía más natural que la de sus hermanos, pero fue ella quien se lo señaló la primera vez que interrumpió su pacto silencioso.
"Yo también lo he visto, Harry. Y lo sigo viendo todas las noches en mis sueños".
Harry se había sorprendido de su revelación, porque no recordaba que Ginny le hubiera hablado alguna vez sobre como la había afectado su experiencia durante su 1º año en Hogwarts. Sin embargo, por aquel entonces él estaba tan encerrado en su dolor que no comprendió el puente que ella le tendía, y le respondió fríamente y sin mirarla a los ojos:
"Igual no entenderías".
Ginny permaneció callada unos instantes, tal vez incrédula ante su respuesta, y finalmente le dijo:
"Eres tú quien no entiende, Harry. Crees que enfrentas solo todo el dolor que existe en el mundo."
Ginny se marchó sin agregar nada más y Harry se quedó pensando en sus palabras. ¿Era verdad que deseaba enfrentar todo solo?. ¿Como si nadie fuera capaz de comprenderlo? .¿Era soberbio en su sufrimiento?. ¿Por que había contestado tan cruelmente a Ginny?. ¿Por qué estaba apartando de sí a todos los que querían ayudarlo?
Al despertar la mañana siguiente sintió como si un cubito de hielo se le hubiera derretido en el corazón, y cuando Ron despertó se sentó al lado suyo y empezó a llorar por primera vez en todo el verano. Ron, más confundido que dormido, apoyó su mano en su hombro como señal de comprensión y Harry empezó a llorar aun más fuerte.
Cuando vio a Ginny en el desayuno Harry se sorprendió de que lo saludara amablemente, si bien ella no le habló nuevamente durante el resto del día. Harry se sentía bastante incómodo de reconocer que se había equivocado, y recién al día siguiente juntó ánimos suficientes para hablar con Ginny. La encontró sola en su habitación escribiendo una carta, él entró y se quedó junto a la puerta mirando el piso por un rato. Finalmente ella le dijo "¿Sí, Harry?" y él se tragó su orgullo al decirle "Gracias Ginny... y ... lo siento". Ginny permaneció sentada mirándolo mientras jugaba con la punta de su pluma, y cuando dijo "Está bien" el brillo de antes había vuelto a sus ojos.
Harry se quedó parado mirando el piso, y ella se acercó a él y lo abrazó suavemente. El contacto volvió a aflojar a Harry, y casi sin quererlo silenciosas lágrimas empezaron a caer por sus mejillas. Si ella se dio cuenta, igual no dijo nada, y Harry apreció su delicadeza.
Harry dio una vuelta en su cama, sonrojándose ante el recuerdo de esos días en que no podía escapar de las lágrimas. Pero él sabía que ese tiempo de desahogo entre personas que realmente lo querían lo había ayudado mucho, y que gracias a eso casi había vuelto a ser el mismo de antes. Ron, Hermione y Ginny habían sido su compañía inescapable en las vacaciones y ahora durante las clases. Y mañana los 4 irían juntos al primer día del año en Hogsmeade. Harry recordó sus lugares favoritos del pueblo y en algún momento se quedó dormido.
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Después de almorzar los 4 se abrigaron bien y partieron hacia Hogsmeade. Harry no pudo evitar pensar que Ginny se veía preciosa con su gorro escarlata, que combinaba con su pelo. Cuando estaban llegando a Las Tres Escobas y se disponían a entrar, Ginny lo tomó del brazo y dijo:
"Ron, Hermione, no les molesta si me llevo a Harry¿no?"
Los aludidos los miraron medio sorprendidos y bastante curiosos.
"Quiero que me acompañe a ver unas... cosas.. .para ... quidditch...para mi escoba".
Ron la miró con cara de "Yo podría acompañarte luego", pero no dijo nada.
Se despidieron y marcharon hacia los siguientes negocios, y Harry sintió que los rayos de sol le dan con más fuerza en la cara ahora que caminaba a solas con Ginny, y ella seguía tomándolo del brazo. Pasaron junto a un grupo de varones de 5º año de Griffindor quienes saludaron a Ginny, y a él le lanzaron una mirada un tanto envidiosa, que hizo que ella lo soltara rápidamente.
Cuando entraron a Honeyduke, se cruzaron con una pareja que salía tomados de la mano: Cho Chang y Michael Corner. Cho le dirigió a Harry una mirada furtiva y Michael murmuró algo que sonó a "¿Cómo están?", si bien sus ojos sólo miraban a Ginny. Harry pensó que esa era realmente un situación extrañamente incómoda, que en otros tiempos le hubiera causado paralización parcial.
La tarde le pareció mucho más corta que otras veces, después de recorrer vidrieras, tomar un helado que te hacía entrar en calor y una guerra de bolas de nieve volvieron a encontrarse con Ron y Hermione a la salida del pueblo. Cuando caminaba hacia Hogwarts charlando con Ginny sintió que algo faltaba, y no fue hasta que entraron al Gran Salón que se dio cuenta que era: Ron y Hermione no habían discutido en todo el camino. Durante la cena los observó alternadamente y notó que ambos se pusieron un tanto colorados al sentir su mirada, y evitaron hacer contacto visual entre ellos. Ginny también los estaba observando, pero no en forma confundida y curiosa como él, sino con una expresión divertida y, por lo que había llegado a conocerla, triunfante.
Harry lo comprendió todo, y evitó poco exitosamente atragantarse con lo que estaba tomando. ¡Ginny no había querido pasar la tarde a solas con él, sino que Ron y Hermione estuviesen a solas! No es que se sintiera desilusionado, bueno, tal vez un poquito... la había pasado tan bien y le había parecido que Ginny... ¡Ron y Hermione¿Qué habría pasado esa tarde entre ellos?
Al día le faltaba aún otra sorpresa. Cuando él, Ron y Hermione estaban en el Salón Común repasando sus tareas, un objeto zumbante que atravesó la habitación hasta ubicarse por encima de Ginny, hizo que todos se volvieran a mirarla. El objeto se abrió, dejó escuchar los acordes de una canción, y luego la voz de un muchacho, distorsionada para no reconocer al autor, recitó:
Vi tu hermoso cabello como fuego en la nieve.
¿Por qué me haces esto?
Te vi junto a Potter esta tarde
Sus sonrisas eran ecos de sus miradas.
Si sabes que solo deseo estar junto a ti cada momento.
¿Por qué me haces esto?
El silencio fue seguido por carcajadas generalizadas de volumen ascendente. Harry y Ginny enrojecieron simultáneamente ante las numerosas miradas que se fijaron en ellos. Harry vio que Ginny tomaba el musical objeto y murmuraba algo a sus amigas, y después ella se dirigió a los dormitorios sin mirar hacia atrás. Cuando se fueron a acostar Ron lo acosó a preguntas sobre Ginny, y en defensa él hizo lo mismo sobre Hermione, pero ambos se acostaron sin obtener las respuestas que deseaban.
