Este fic va por mi hija querida Zanzamaru, eres un amor :3
¿Virgen?
-Y entonces el muy gilipollas va y me dice…
Si los CD se crearon con 74 minutos de duración para albergar la Novena Sinfonía de Beethoven, ¿por qué hay grupos que llenan esos 74 minutos de bazofia? Y lo que es peor, ¿por qué algunos ni siquiera llegan a llenarlos? Aunque teniendo en cuenta que pueden rellenarlos con a saber qué calidad musical, quizás es mejor que se queden calladitos y llorando en sus casas porque ni siquiera pueden meter más canciones porque son inútiles.
-¿Tú y cuántos más?
Sí, mejor así.
¿74 minutos? Es una hora y doce minutos, una cifra bastante poco redonda, pero no vamos a rechistarle a Beethoven su gran obra. Quizás porque está muerto. Sí, principalmente por eso. Pero, ¿cuántos segundos son eso? Veamos, 6 por 4, 24…
-Y ahí fue cuando yo le pateé el culo heroicamente y le salvé a todos la vida –asiente muy convencido -. Deberías haber visto como lloraba la gente emoción.
Exactamente son 4440 segundos. Imagínate que haces 4440 segundos de pura escoria musical, la publicas y te pasas el resto de tu vida lamentándote de haberte osado a intentar lo mismo que ese gran compositor. Qué vergüenza ajena.
-Oye, Sasuke –me llama.
Ladeo la cabeza, con la vista perdida pero encarándole.
-Estoy acostumbrado a que me ignores, y que no escuches palabra de lo que te digo –se recuesta en el taburete -, pero, macho(1), podrías fingir que te interesa o que escuchas.
-Dime una razón.
-Porque soy tu mejor amigo.
Alzo una ceja con socarronería, y él tuerce el gesto sacándome la lengua con desprecio.
-El caso –prosigue con su relato.
Si es un día hay 1440 minutos, eso significa, que podrías escuchar casi 20 veces la Novena Sinfonía, pero, supongo que escuchar algo tantas veces puede hacer que te vuelvas loco, y además, si te pasas los 1440 minutos oyendo música significa que no vas a dormir, o que dormirás con el reproductor encendido. No creo que eso sea sano.
A lo mejor esos artistas inútiles que hacen bazofia musical, son así porque se han pasado todo el día con notas rondando por su cabeza. Volvería tarumba a cualquiera.
-Y después apareció una chica guapísima, pelirroja.
Casi tanto como aguantar al rubio contarte durante horas qué tal le fue su última misión ANBU, aunque nadie le haya preguntado. Normalmente no tengo que escucharle relatándomelo porque los dos lo somos y, como la Hokage sabe que trabajamos bien juntos, a menudo estamos en el mismo equipo. Pero hay veces, las menos, en las que somos seleccionados para campañas diferentes. Por desgracia.
-¿Te la tiraste?
Quizás si consigo hacer que sienta vergüenza se calle, a menudo funciona con muchos otros que me molestan contándome cómo le dejó su mujer, o tuvo que matar a un inocente. Introduce un componente sexual en una conversación y, si esa persona es lo suficientemente inteligente como para no querer ponerse en evidencia, decidirá que es mejor hablar de cualquier otra cosa.
Bueno, a menos que tenga experiencia, en cuyo caso el tema se agrava, pero siempre puedes recurrir en ese caso a otro as en la manga, hablarle de matrimonio, o solo de compromiso, según la persona. Eso sí supone una ruptura desconcertante en la cohesión de su discurso
-¿Eh? ¡No! Joder, Sasuke. Sabes que soy…
-¿Virgen?
Y ahora es cuando se pone rojo como un tomate y decide dejar la conversación.
-Exacto.
Pero Naruto no es lo suficientemente inteligente. Por no decir que no lo es para nada.
-Ya sabes que he estado a punto un par de veces pero…
-Si sigues así, lo serás toda la vida.
-Vete a la mierda.
Si escuchara 9 veces la Novena Sinfonías necesitarías 666 minutos ¡qué curioso!, y serían unas 11 horas. Eso ya lo veo más razonable, puedes ponerlo mientras entrenas, mientras limpias la casa, mientras huyes de una masa enfurecida de fans que quieren cogerte un pelo para clonarte y hacer a saber qué cosas contigo (realmente creo que puedo imaginármelo), y también puedes ponerlo de fondo cuando un rubio idiota va a empezar a contarte sus problemas sexuales.
Quizás he sido yo el poco inteligente al utilizar esta treta con él.
Me golpeo mentalmente a mí mismo. Decir semejante cosa de un genio como yo debe ser el equivalente a ser acusado de brujería y morir en la hoguera por hereje.
-Ya sabes que no me atrevo a ir a la última base –suspira.
Le hago una seña al camarero para que traiga otra ronda de cervezas. Creo que me espera una noche muy larga, el rubio ha usado esa clase de tono de voz que utiliza cuando va a hacer una disertación filosófica sobre su vida y futuro.
-Y me muero de ganas –se muerde el labio.
-Todavía no me creo lo de Sakura.
-Ya ves –parece abatido.
Ah. Maldita sea, creo que me he pasado.
Le doy un par de palmaditas en el hombro como una forma de animarle y cuando llega el alcohol, deslizo el vaso de forma disimulada en su dirección, hasta que él lo coge como si siempre hubiese estado ahí y le da un buen trago.
-Por fin consigo ponerme cariñoso con ella, después de haberla deseado tanto –suspira -, y cuando llega el momento no me atrevo.
Doy con mi jarra en la suya como una forma de brindar y bebo lentamente, siendo seguido por Naruto, que tiene la costumbre de tomar cuando alguien a su lado lo hace, casi de forma inconsciente.
-¡Es que no puedo! No lo he hecho nunca y claro –bufa y deja caer la cabeza en su mano -, me da mucha vergüenza decir que soy
-¿Virgen?
-Disfrutas con esto, ¿verdad?
Sonrío de forma sádica y me apoyo los brazos en la barra divertido ante su mueca infantil.
-Tú también lo eres.
-Pero no por falta de valor –me burlo -, sino porque no me interesa.
Mi mejor amigo me fulmina con la mirada cuando le tiro a la cara que es un cobarde, y vuelve a poner una mueca triste y decepcionada consigo mismo ¿Estaré siendo demasiado cruel con él? ¡Bah! Es Naruto, ya está acostumbrado a mi carácter despiadado.
Tras observar su mueca abatida decido que darle un empujoncito de vez en cuando no me matará. Un poco de humanidad no mata a nadie, ni siquiera a mí, es más, puede ser una forma de ensayar mi tacto con las personas por si alguna vez lo necesito en una situación de alto riesgo. Nunca se sabe.
-Nadie va a reírse.
-No estoy tan seguro –musita.
-Hay tías a las que les excita desvirgar chicos.
En cuanto digo el rubio me golpea algo avergonzado por mi vocabulario, y se sonroja, por lo que vuelve a beber para que no me dé cuenta de que se le ha puesto toda la cara roja, pero le conozco mejor que nadie, y ese gesto ya delata su rubor.
-¿Cómo sabes tú eso?
-Creo que alguna vez me lo han dicho –ladeo la cabeza -. Varias centenas de veces, de hecho.
-¿El qué?
-Algo de que que sea aún virgen lo hace más interesante –me encojo de hombros.
-No entiendo a la gente –me mira sin entender nada.
Ladeo la cabeza para mirarle y alzo una ceja con una mueca que él entiende en seguida.
-Sí, qué te voy a contar –se ríe entre dientes -. Eres un puto inadaptado social.
-Y tú morirás virgen.
-Que te follen.
Pongo una mueca de asco y consigo que por fin sonría, relajando un poco el rostro. Si encima va con esa cara mustia seguro que sí que morirá sin hacer tenido sexo con nadie. Le estoy haciendo un favor. Tengo el cielo ganado al tener que aguantarle, eso seguro.
-Somos jóvenes.
-Lo sé –asiente Naruto -, pero me frustra –se muerde los labios -. Hace poco lo intenté otra vez.
Le miro durante un par de segundos, que él interpreta como mi aceptación a escuchar e incluso prestar atención a lo que me diga.
-La morena de aquel día.
-Sí –se rasca la nuca -. No pude, y desde ese día ya ni me atrevo a besar a nadie.
Ruedo los ojos.
-¡Ya lo sé, ya lo sé! –asiente -. Tengo el autoestima por los suelos.
-No me digas.
Tras tomar un par de bebidas más salimos a dar una vuelta. Es noche cerrada, pero al rubio ruidoso le encanta pasear cuando no se ve nada, y hacer el idiota, así que yo me quedo cerca para que asegurarme de que no se mate en cualquier imprudencia, pero lo suficientemente lejos como para que crean que no estoy con él.
Se sienta un banco del parque ya con menos energía, y me dejo caer a su lado.
-Somos jóvenes.
Se gira para mirarme.
-Tienes tiempo.
Mis palabras parecen hacer mella en él, ya que se pone a montarse en los toboganes y columpios del parque mientras yo sigo pensando sobre la industria musical. Si Beethoven escribió 138 obras musical que él numeró, y más tarde se publicaron otras 205, eso hace unas 343 creaciones, ¿cuántas horas de música puede ser eso…?
-¿En qué piensas? –le escucho de fondo.
-343
-¿Qué?
Le miro con prepotencia, y él parece tomarlo como un reto. Miro el reloj, y veo que es muy tarde, así que me levanto y me despido con un gesto de la mano, aunque él no tarda en ir detrás de mí revoloteando a mi alrededor intentando adivinar qué era esa cifra.
-Si los sumas individualmente te da 10 –se pone a pensar -. 343 Industries es una industria que desarrolla videojuegos
Niego con la cabeza mientras no dejo de andar.
-Hay 343 especies de colibrís en el mundo.
Me giro durante un segundo preguntándole con la mirada cómo sabe ese dato. Se encoje de hombros.
-Si te lo dijese tendría que matarte.
Sigue persiguiéndome hasta que llego a la mansión, y por mucho que tengo la esperanza de que se canse y me deje en paz antes de que llegue, no lo hace, así que cuando abro la puerta de mi casa y entro, el rubio me mira con ojos de cordero degollado.
-¿Qué?
-Me da pereza ir a mi casa.
-No es mi problema.
Con toda la intención de darle con la puerta en las narices, doy un movimiento seco para cerrarla, pero él la intercepta y acaba entrando detrás de mí, quitándose los zapatos. Al menos tiene el detalle de respetar que considero mi casa como un templo, o quizás es que no quiere que le eche con una patada.
Echa a correr hacia el salón.
-Como rompas algo…
-Me arrancarás la piel a tiras mientras sigo con vida, me harás comérmelo, y antes de que me entre una indigestión traerás a una jauría de perros para que se me meen encima y me escuezan las heridas agónicamente hasta la muerte, mientras 343 especies de colibrí me picotean el cuerpo –completa y se tira en plancha sobre el sofá.
¿He dicho yo alguna vez tantas palabras seguidas? No lo creo, así que, ¿cómo puede saber que es eso exactamente lo que pensaba hacer con él?
-Cada vez que vengo dices una cosa –asiente divertido -. Lo he unido todo.
Por eso sabía cuántas especies hay de ese pájaro tan fascinante, lo ha oído de mí. Alguien tan idiota como él no podría saber.
Algo molesto por su presencia en mi casa tan tarde, me acerco a él y me siento a su lado. Aún parece algo abatido y pensativo, pero no sé exactamente qué se espera de alguien cuando tu supuesto mejor amigo está en este estado de ánimo. Ya le di un par de palmaditas en la espalda antes, ¿no es suficiente? Para mí lo sería, es más, ni lo necesitaría.
-¿Seré capaz de…?
¿Todavía sigue con eso? Como tenga que soportar su tontería hasta que le valor de una vez, esto va a ser eterno, cada vez que tenga un fracaso tendré que animarle, darle palmaditas en el hombro y decirle "ea, ea, ea". ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Es la personificación del infierno en la tierra. Nunca se me ha dado bien consolar y, qué demonios, también odio hacerlo, todos deberíamos ser perfectamente capaces de subirnos el ánimo y ver las cosas buenas de la vida.
-Ahora me parece imposible –bufa -. Ya ni un beso puedo dar.
Giro la cabeza para mirarle, se ha echado en el respaldo del sofá y está un poco escurrido hacia abajo.
-Joder –se queja.
No sé por qué siento lástima, tampoco es como si yo pudiera hacer algo concreto para ayudarle, es más desearía pdoer hacerlo para hacer que se callase de una maldita vez. Bueno, quizás sí que puedo hacer algo. O al menos es lo único que se me ocurre.
-Eh, idiota.
-¿Qué, bastardo?
Ladea la cabeza, y entonces yo le pongo una mano en el hombro y tiro de él hacia mí, él se deja arrastrar, quizás por confusión, porque se fía a ciegas de mí o porque ni le da importancia, hasta juntar nuestros labios. Aunque al principio el rubio parece algo rígido y eso me hace sentir un poco inseguro porque es la primera vez que beso a alguien, el propio desconcierto hace que se deje llevar.
Doy un segundo beso, y entonces él pasa una mano por mi cuello, colocándola en la nuca, y yo le muerdo volviendo a atraerlo hacia mí besándonos de nuevo, aunque esta vez es con lengua, inundándome su sabor a alcohol y dándome un calor por todo el cuerpo y un pinchazo en determinada zona.
Quizás debería empezar a interesarme por el sexo.
Agarro con fuerza su camiseta para acercarle todavía más impulsado por a saber qué, profundizando el beso al tiempo que se hace más rápido, intenso y agresivo, ya que me muerde la punta de la lengua y después vuelve a juguetear con ella hasta que nos separamos algo asfixiados.
Dios mío. No me extraña que las chicas quieran pasar a más con él. Su manera de besar dejaría sin aliento hasta a un recién nacido.
Cuando subo la mirada y le miro la cara veo que se está mordiendo los labios, y me está observando de una forma que nunca había visto, pero que me hace pensar que nada bueno viene detrás.
(1)Macho, es como decirle a alguien tío
Bueno, ya sé que hoy no es 14, pero me gusta ser impredecible y además me estaba aburriendo muchísimo, así que aquí me tenéis, subiendo este nuevo fic, a ver qué os parece, y espero que os gustase Ese par de inútiles, yo me reí mucho escribiéndolo. Como ya sabéis este fic es enterito regalo para Zanzamaru :3
¿Quejas? ¿Sugerencias? ¿Peticiones? ¿Cuchillos asesinos? ¿Faltas de ortografías? ¿Una nueva misión espacial muy especial de la NASA que ha decidido ir al Sol para ver si allí hay extraterrestres, y como saben que tanta luz les va a molestar en los ojos han decidido ir de noche y volver antes de las 12 para que la nave no se convierta en calabaza?
¿Próximo capítulo? Intentaré que sea el 17 de Junio, sino el 19
