"But now take me home
Take me home where I belong
I can't take it anymore"

Aurora

La cama parecía demasiado grande para él, independientemente de su tamaño todas las noches se despertaba alterado para corroborar el hueco virtual a su lado que ocasionalmente ocupaba alguna prostituta.

Una breve temporada el vacío se llenó por completo: la cama tenia proporciones adecuadas para su cuerpo inadecuado y ni siquiera dormía en ella, entonces cualquiera le hubiera confundido con un fantasma condenado a velar el sueño de su esposa. Ni siquiera notó cuando empezó su guardia. Algo le obligaba a pararse ahí a memorizar su rostro y cada cabello pelirrojo disperso en la almohada.

El mejor recuerdo de su matrimonio había sido evocado tantas veces mientras viajaba en esa caja que no sabía si era verdad o la fantasía de alguien ebrio y moribundo.

Paseaban por los jardines de la fortaleza roja y estaba oscureciendo.

-Sansa...

No tuvo respuesta y no la esperaba.

-Lo he dicho muchas veces. Lamento lo que le sucedió a tu hermano, nadie debería morir así. Lamento que estés sola tan lejos de casa...

Llegaron a un pequeño lugar alejado del castillo, la Stark no podía creer lo que veía: todo estaba cubierto de nieve, iluminado por cuatro faroles débiles y en el centro de la plaza un cofre. Se acercó con miedo para descubrir al abrirlo un vestido de su madre y los guantes de su padre. Al instante se llenaron sus ojos de lágrimas, abrazó a Tyrion por impulso y se puso a llorar.

La nieve fue difícil de simular, el contenido del cofre un riesgo incalculable y cualquier cosa valía la pena mientras ella siguiera aferrada a él de aquella manera, entonces no era un enano ni un medio hombre, solo un hombre loco tratando de complacer a su esposa.

-No puedo regresarlos a la vida. Pero te prometo que un día te llevaré de vuelta ... te prometo que voy a llevar a Winterfell los restos de todos.

-Tyrion...

El Lannister no dijo nada pero la besó en la frente, ninguno de los dos supó cuanto tiempo permanecieron ahí.

El invierno había llegado a la cama que ahora no solo era demasido grande si no demasiado fría. Todas las noches al comprobar el hueco virtual a su lado, recordaba que tenía un promesa por cumplir.

Al fin y al cabo un Lannister siempre paga sus deudas.