Capítulo I
Primer encuentro.
Lunes por la mañana, había terminado el verano y empezaba un nuevo curso en el colegio Lilian para señoritas. Acostada en su cama mirando el techo, una chica de 16 años, cabello castaño y ojos color avellana imaginaba lo tedioso que sería empezar en una escuela nueva, tener que conocer nuevas personas, pero sobre todo le molestaba el hecho de que solo habría chicas en ese lugar, tenía la firme idea de que lidiar con "señoritas" era algo en lo que no estaba interesada por que consideraba sus temas de conversación aburridos y superficiales.
Toda su vida había convivido más con chicos ya que por alguna extraña razón, las demás chicas parecían mantener su distancia con ella. Su única amiga le decía que era porque no la conocían, que no le diera importancia.
-lo más probable es que Haruka este celosa de ti porque Yuto san esta todo el tiempo contigo y claro que su bola de amigas huecas le harán segundas, no dejes que te importe- dijo Nagisa a su amiga con una sonrisa
- claro que no me interesa lo que piense Haruka, me da igual si les caigo bien o no, pronto me iré de aquí y ella puede quedarse con Yuto o con quien se le dé la gana- Yummi cambio el tema y siguieron su camino a clase.
Decidió que era mejor no pensarlo dos veces o se arrepentiría y faltaría en su primer día, así que después de un baño y un desayuno rápido, tomo su iPod y emprendió camino a su nueva rutina.
"Sean Bienvenidas a un nuevo ciclo en nuestra querida institución… "Al parecer era la prefecta del colegio que daba la bienvenida a las alumnas y daba indicaciones a las de nuevo ingreso.
"… las nuevas alumnas que ingresaron a medio curso se reunirán en la biblioteca central para darles más información sobre las actividades ya que son diferentes que las de primer ingreso, así que por favor terminando la bienvenida diríjanse allá y pueden empezar a conocerse entre ustedes en lo que llega su coordinadora…."
La bienvenida duro solo 15 minutos más y como dijo la prefecta tenía que dirigirme a la biblioteca central, y claro, no tenía la menor idea de donde estaba. Ni quienes serían de ingreso medio como yo para así poder seguirle. Quería evitar tener que preguntarle a alguna alumna por que eso de relacionarme no se me da muy bien, pero no me quedaba de otra si no quería llegar tarde y empezar con una mala impresión.
Después de pedir indicaciones llegué a la enorme biblioteca en la cual se encontraban 5 chicas sentadas en una mesa sin dirigirse la palabra, así que supe que es donde tenía que estar.
Me acerque diciendo buenos días y me senté en la única silla libre, las demás respondieron a mi saludo y el silencio volvió. Frente a cada una había un juego de hojas en blanco y plumones. El silencio era incomodo así que para evitar esquivar miradas destape un plumos y empecé a garabatear en mis hojas.
Al parecer una de las chicas se cansó del silencio en la habitación y rompió el hielo.
-alguna de ustedes piensa unirse a algún club del colegio?- pregunto en general
-pues yo vine aquí especialmente porque me interesa formar parte del club de las rosas- respondió la chica frente a ella y las demás empezaron a dar sus respuestas.
Yo seguía sin levantar la mirada, sabia a donde llevaría la plática "que te gusta hacer, que música escuchas, donde vives" todas esas preguntas trilladas que me aburren y es la razón por la que evito conocer gente nueva porque al final de cuentas es 99% seguro que no se interesen en mis "peculiares" gustos ni yo en sus comunes y aburridos hobbies.
Como lo supuse, ya estaban en la pregunta de "y que hacen fuera de clase". Resople para mis adentros esperando que la prefecta donde quiera que estuviese se diera prisa.
Pero lo inevitable paso,
- a ti que música te gusta?- la chica que había roto la atmosfera de hielo me miraba con una sonrisa y esperando mi respuesta.
-emm.. Pues yo, (maldita sea, debo practicar más mi perfil bajo) creo que me gusta todo tipo de música, pero lo mío es la música clásica y el rock in-d, la mezcla de ambos es mi favorita.
Al parecer mi respuesta despertó su curiosidad y no solo la de ella, de reojo noté que la chica frente a mi había dejado de ver su teléfono como lo había hecho todo el tiempo al igual que yo para pasar desapercibida. Sentí su mirada en mí, tan profunda que no pude evitar volverme y encontrarme con esos ojos, esos ojos que después iba a desear con todo mi ser nunca haber visto.
Era la chica más hermosa que había visto. Tenía la piel blanca como el mármol, su cabello era tan negro como una noche sin estrellas. Sus labios eran perfectos y solo pude dejar de verlos cuando me encontré con un par se zafiros tan profundos que por un instante pensé que me perdería. La chica me seguía mirando profundamente, entrecerrando un poco los ojos como si me examinara. No entendía por qué pero quería que siguiera haciéndolo.
Después de lo que pareció una eternidad, la chica que hizo la pregunta por la cual tenía esos ojos encima de mí, volvió a hablar.
-Entonces al parecer vas a llevarte muy bien con Sachiko sama, también nos ha dicho que esa música es su favorita, no es así Sachiko sama? – dirigiendo la mirada a nada más y nada menos que esa chica de piel cetrina.
Ahora entiendo el porqué de su interés, yo tampoco conocía a mucha gente que compartiera mis gustos y jamás me hubiera imaginado que en este colegio de niñas bien alguien supiera siquiera que existía otro género musical además del pop.
Antes de que alguien dijera algo más la coordinadora que se encargaría de guiarnos apareció y toda la atención se fijó en ella, excepto la mía, no podía evitar verla, era como un imán para mis ojos, pero tuve que hacerlo cuando la prefecta se dirigió específicamente a mí.
-Srita. Fukuzawa, me ha dicho la directora que han enviado su uniforme esta mañana por error a su casa en lugar de aquí, me temo que tendrá que pasar el día de civil-
(Claro!, que buena manera de no llamar la atención en el 1er día, que suerte la mía.)
-Srita. Kieko, yo podría llevar a Fukuzagua, Yummi por su uniforme, creo que se sentiría mejor su primer día de clases en un colegio nuevo para ella si no llama la atención de todo el mundo siendo la única que no lleva el uniforme- soltó de pronto Sachiko a la prefecta.
-pero Srita. Ogasawara, no puedo pedirle que haga eso, además tendrían que estar de vuelta en una hora antes de que empiece su curso de introducción-
-no es problema para mí, mi chofer está afuera y no tardaremos en volver-
-siendo así. Srita. Fukuzawa está bien por usted que la Srita. Ogasawara la lleve a su casa?-
Yo estaba tan sorprendida que lo único que hice fue asentir con la cabeza, acto seguido nos dirigimos fuera del colegio en busca de su coche, otra vez, en silencio.
Porque ella querría hacerme un favor si ni siquiera hemos cruzado palabra, tal vez solo quiera estar fuera del colegio aunque fuera por una hora. Sea cual fuera su razón tenía que agradecerle.
-esto, ammm … de verdad no tenías que hacerlo, pero de verdad gracias...-
-no es nada, se lo que se siente ser nueva en un lugar y no querer llamar la atención en tu primer día- ella miraba la ventana y al decirlo no volteo a verme.
Le indique al chofer donde tenía que ir, llegamos en menos de 15 minutos, y efectivamente mi uniforme se encontraba ahí, aproveche para cambiarme y no perder tiempo al llegar y de nuevo emprendimos camino al colegio, Sachiko le indico el chofer otro camino distinto, con el mismo destino pero tardaríamos más en llegar. Cuando notó mi mirada extrañada solo me dijo, -no me apetece volver aun al colegio, además la prefecta dijo que teníamos una hora y aún nos quedan 45 min. No? Ésta vez me miro, y además me regalo una sonrisa, (y yo que pensé que no podía verse más hermosa) No pude decir nada, solo asentí.
-porque alguien como tú, querría entrar en un colegio como este?- me preguntaba con verdadera intriga
- que quieres decir con alguien como yo? Acaso parezco de otro planeta o algo por el estilo?- no pude evitar un dejo indignación en mi voz
-no, no me malentiendas, no quise que sonara como sonó, es solo que la mayoría o me atrevería a decir que todas las chicas que van ahí tienen el mismo perfil, hasta pareciera que es requisito para poder entrar ser hueca y sin personalidad-
Su comentario me sorprendió, bien yo pude haberlo dicho exactamente con esas palabras. –que te hace pensar que no soy como ellas? Solo porque me gusta cierto tipo de música que a la mayoría no? A ti también te gusta y también entraste al colegio, entonces? Mi voz denotaba molestia, pero ni siquiera yo sabía por qué.
-yo no tenía opción, si entre aquí es por que tenía que, y lo siento si te ofendí, no era esa mi intención.- Volvió su vista a la ventana y al parecer el tema había terminado.
No se me ocurría nada para volver a iniciar una plática después de como hice que terminara la primera, me sentía un poco mal por haber sido tan grosera cuando ella se había ofrecido por voluntad propia a llevarme hasta a mi casa cuando no tenía por qué. Empecé a reconocer el camino así que supuse que no tardaríamos en llegar.
-oye, y entonces tu eres alguien como yo, o alguien como ellas? La pregunta salió sin pensar.
Sachiko me miro sorprendida, supongo que esperaba que lo que quedaba de camino transcurriera en total silencio, tras pensarlo un poco soltó..
-Creo que soy más como tú, me di cuenta que tratabas de pasar desapercibida en la biblioteca y cuando dijiste que música te gustaba me di cuenta que lo hacías por la misma razón que yo, cuando la gente me pregunta cosas sobre mis gustos suele quedarse sin saber que decir, y es irritante, no entienden lo que significa, lo que te hace sentir, terminan diciendo "eres muy rara sabes" lo cual me parece más bien un cumplido ya que ser normal no es precisamente una virtud. Es por eso que me interese cuando después de verte tratando de evitar a las chicas y diste esa respuesta. No sé, tal vez me equivoque pero puede que tengamos algo más en común que la música, y quien sabe, podría ser posible que si haya alguien que valga la pena conocer después de todo.- me dio una sonrisa y una mirada que no pude explicar, pero no pude evitar devolverle la sonrisa.
-y yo que pensé que venir aquí seria aburrido, creo que será interesante.
Así fue como conocí a Sachiko Ogasawara. Sin saber que toda mi vida como la conocía estaba por cambiar.
