Sueños extraños de un tonto enamorado.

Ch. 1 La antesala del sueño.

o.o.o

— Iré a preparar el desayuno — creíste escuchar medio dormido, con los ojos entreabiertos, cegados por la luz.

Era John, haciendo lo que hacía cada mañana y el resto del día, mimarte. Y tú, por supuesto, no ofrecías ninguna resistencia.

Viste, un poco difuso, cómo desaparecía tras la puerta con tu bata azul. Se veía hermoso de cualquier forma, pero tu bata le daba un toque, cómo decirlo, más excitante, si eso era posible.

Te cubriste con las sábanas y te quedaste bajo ellas, notando cómo tu calor corporal se disparaba por tus mejillas. Y dejaste ganar al sueño, porque nunca estaba de más ver a John también mientras dormías.