Era una magnífica noche en Buenos Aires. Abi y sus amigas estaban en camino a la fiesta de 15 de su ex-compañera, Josefina. Cuando llegaron preguntaron por su mesa y pasaron un largo rato en la recepción.
Al entrar, las chicas tomaron asiento en la mesa número 16 y esperaron a lo que fuese a pasar a continuación. La quinceañera hizo su entrada, la saludaron, y volvieron a sus lugares.
A continuación se sirvió el plato principal, y allí fue cuando Abi lo vió: el camarero que resultó ser el hombre más atractivo que vió en su vida. Tenía piel levemente morena y un par de ojos oscuros como la noche que cautivaron a la joven. El camarero se dirigió a la mesa de las chicas para servirles la comida y le sonrió. Ella se sonrojó completamente como si su cabeza estuviera a punto de explotar.
Cuando se alejó de la mesa todas dirigieron sus miradas hacía Abi.
- ¿Viste como te sonrió? Para mi que hay onda ahí. -dijo Mica, en un tono burlón.
- Mal. -agregó Karen, la más sexy del grupo-. Te debe de tener las re ganas.
- Ay chicas, ¡Basta! -dijo finalmente Abi, roja como un tomate.
- Deja de hacerte la boluda, encaralo o lo hacemos nosotras por vos. -dijo Sol a Abi.
Luego de eso, pasaron un vídeo con fotos de Jose y, al finalizar, comenzó a sonar la música.
- ¡Dale chicas, vayamos a bailar!. -exclamó Selu.
- ¡Si, dale! -respondió Karen, mientras todas, excepto Abi, se levantaban de sus asientos para dirigirse a la pista de baile.
- Después las alcanzo. -dijo Abi-. No ando con muchas ganas de bailar hoy.
Cuando Abi se quedó sola en la mesa, pasaron unos pocos minutos y llegó el camarero con dos jarras, una con Coca-Cola y otra con Sprite. Abi lo miró sorprendida, lo cual causó que el camarero se riera.
- ¿Querés que te sirva algo? -preguntó el camarero.
- Coca, por favor. -dijo Abi, tratando de no mirarlo a los ojos, porque sabía que si lo hacía iba a comenzar a tartamudear de lo nerviosa que estaba.
El camarero se agachó del lado derecho de la cabeza de la joven, rodeándola con su brazo izquierdo y sirviendole Coca-Cola en su copa. Dejo las dos jarras sobre la mesa y ubicó su boca cerca del oído de Abi.
- Okay, yo sé que me tenés ganas y vos sabés que también me tenés ganas a mi. -susurró el hombre-. Así que, ¿Por qué no nos vamos un ratito al baño?
Abi lo pensó por un momento, pero no podía esconder el deseo que tenía por ese camarero, así que asintió y, tomándose de las manos, se dirigieron hacía el baño de hombres.
Cuando se encontraban dentro del baño, Abi estudió el lugar detalladamente. Por alguna extraña razón, parecía una habitación de lujo: habían sillones, cortinas decorativas, y una enorme mesa con un jarrón en el medio. Mientras Abi estaba ocupada analizando el lugar, el joven y atractivo camarero sacó un manojo de llaves de su bolsillo y, luego de elegir una llave específica, cerró la puerta.
A continuación, el camarero se dirigió hacia ella y le tomó el mentón entre las manos, dándole un apasionado beso. Se recostaron sobre el sillón más grande de la habitación y continuaron a deshacerse de sus vestimentas. El resto... es historia.