Capítulo 1: La novedad.

(Voz de Jacob)

La verdad es que vivir con los Cullen nunca me pareció una idea, pero claro, eso fue antes de Nessy.

Se suponía que lo de la impronta iba a ser algo… para preservar la especie o algo así, que me improntaría de una chica normal y no de… bueno, de una hija de un vampiro y una humana que ahora es vampiro también. Me pregunto cómo saldrán nuestros hijos.

"Jake ¿no vas a ir a tu padre?" Me dijo Bella.

"Nosotros vamos a irnos todos a una cacería de una semana, así que… si no te importa quedarte con nuestra Reneesme mientras estás en casa de tu padre…" Añadió Edward.

"Sabes que estoy encantado." Le dije. "Si a Nessy no le importa quedarse conmigo, claro."

"Sí, claro." Dijo ella. "Pero… traerme algo de sangre ¿vale?"

La verdad es que desde que todo eso del asunto del mestizaje de Nessy empezó, desde que yo me impronté de ella, las relaciones con los Cullen han cambiado radicalmente, al menos en lo que a mi concierne. Aunque lo más doloroso es que Nessy solo me ve como a un hermano mayor. Y por ahora, yo eso puedo cubrirlo, aunque tengo la esperanza de que con el tiempo ella pueda verme como algo más como ha pasado con los otros.

No estoy del todo seguro que Sam vaya a acoger a Nessy con los brazos abiertos pero… me da igual, vamos a ir a casa de mi padre así que lo que diga Sam nos la trae al fresco.

(Salto espacio-temporal)

"Bueno Nessy, pues bienvenida a mi antigua casa." Le dije.

La verdad es que me esperaba un ataque inmediato, pero al parecer, aquello no iba a pasar. Llamé a la puerta y pronto oímos la silla de ruedas de mi padre mientras él venía diciendo algo así como que pensaba que la puerta estaba abierta. Sobra decir que cuando nos vio primero se alegró y luego se quedó confuso al ver a Nessy allí.

"Es la hija de Edward y Bella." Afirmé suavemente. "Se llama algo así como Reneesme o Esmerene, pero yo la llamo Nessy."

"Es Reneesme." Me dijo ella mientras saludaba a Billie. "Reneesme Cullen."

"Encantada señorita." Le dijo mi padre. "Hijo, deberías pasar dentro ya sabes que Sam…"

"Sí, me esperaba un ataque inmediato, pero…" Le dije.

"Creo que si no se han enterado de tu llegada es porque están todos más preocupados por otros asuntos." Me dijo mientras pasábamos y él cerraba la puerta. "Así que esta es la famosa hija de Bella y Edward. No parece tan…"

Tan terrorífica, ni peligrosa… no hacía falta que lo acabase, me lo imaginaba.

"Es medio humana." Afirmé. "Yo aún no me he enterado muy bien de qué va todo esto, pero… verás ha habido un problema y…"

No, problemas parecía haber allí. De pronto oí un alboroto no muy lejos de la casa y me quedé callado para escuchar mejor.

"¿Hay una fiesta?" Le pregunté a mi padre.

"Algo así." Me dijo. "Resulta que por fin hemos conseguido que nos oigan en el ayuntamiento de Forks y nos manden a un médico."

"Un médico, que bien." Afirmé. "¿Algún matasanos del hospital?"

"Pues… la verdad es que no lo sabemos." Afirmó. "Pero bueno, tenemos unas referencias envidiables del médico." Añadió con una sonrisa demostrando estar complacido. "Y ya no vamos a tener que irnos conduciendo kilómetros hasta el hospital de Forks."

Sí, la verdad es que eso era una ventaja, no podía negarse. Aún recuerdo yo cuando era pequeño y el último médico que tuvimos en la reserva estiró la pata, el tener que aguantar todo el camino hasta Forks cuando estabas que te dolía todo era un auténtico suplicio.

"Jake… ¿podemos ir a dar una vuelta?" Me dijo Nessy. "¿Podemos, podemos?"

"Nessy, no creo que sea lo más sabio." Le dije. "Hay unos hombres aquí que no les gusta nada que estemos por aquí."

"No te preocupes, yo te protegeré." Me dijo sonriendo y haciendo a mi padre reírse.

"Es que entre su tía Alice, su tía Rosalie y su madre le meten unas ideas en la cabeza que…" Le dije yo a mi padre.

"Hombre, en otras condiciones yo mismo te diría que la sacases a dar una vuelta." Me dijo Billie. "Pero ahora mismo creo que llevas razón al ser cauteloso. Por cierto, la niña qué es lo que come."

"Bebe sangre, pero no te preocupes, le encanta morderme a mí." Le dije. "En cuanto a dormir…"

"Podría dormir con tu hermana." Me dijo Billie. "Sabes que le gustan los niños, el que ya es otro problema va a ser…"

"Billie." Oí llamar a Paul desde la puerta delantera. "¿Estás en casa?"

Paul, él sí que iba a ser un problema, uno gordo.

"Ahora voy." Le dijo mi padre antes de susurrarme a mí. "Id a tu cuarto, intentaré librarme de él."

"Vamos Nessy." Le dije yo a la pequeña cogiéndola en brazos.

La verdad es que no me hacía mucha gracia tener que hacer aquello, pero no quedaba otra; no habíamos avisado que íbamos a ir y yo creo que iba a ser peor que nos encontrasen allí sin más.

"Jake…" Me dijo Nessy cuando cerré la puerta de mi antiguo cuarto tras nosotros y le hice un gesto para que no dijese nada. "¿Por qué tenemos que escondernos?" Me susurró.

"Es una historia muy larga." Afirmé. "Es que ellos no eran partidarios del mestizaje… y ahora a callar o nos pillarán."

La verdad es que aunque estaban en la puerta podía oír toda la conversación de Paul con Billie, y no toda me gustó.

"¿Estabas con alguien?" Le dijo Paul supongo que intentando entrar. "Te he oído hablar con alguien."

"No, estaba hablando por teléfono." Le dijo mi padre. "¿Y tú, querías algo?"

"Solo avisar que el nuevo médico ya ha llegado, estará en el mismo despacho que el antiguo." Le dijo Paul. "Por cierto, quería verte."

"¿A mí?" Dijo mi padre un poco sorprendido.

"Sí, bueno, a Quil Sr., a Sue Clearwater, a ti… creo que ha mandado llamar a todos los ancianos, sobre todo a los del consejo." Le dijo Paul.

"Rachel no está en casa." Le dijo mi padre tras un silencio. "Sabes que se fue con algunas chicas a un 'día rosa' en la ciudad."

"Ah, sí, cierto." Dijo Paul. "Pues nada, ya me pasaré cuando vuelvan."

Así que seguía siendo un pesado en el tema de mi hermana. No sé de qué me sorprendía.

Tan pronto oí la puerta cerrarse respiré tranquilo.

"¿Quién era ese?" Me dijo Nessy.

"Paul, es un pesado, el novio de mi hermana Rachel." Afirmé.

"¿No te cae bien?" Me dijo.

"Pues…" Murmuré. "Digamos que es un borde y un pesado."

De pronto, me di cuenta de lo malo que había sido volver a la reserva por mucho que mi padre se alegrase de verme.

(Salto espacio-temporal)

(Voz de Billie)

"Así que al final ha vuelto." Me dijo Sue mientras esperábamos a entrar a la consulta del médico que ahora iba a ser vecino nuestro.

"Sí, me alegró mucho verle, y se ha venido con la nieta de Charlie." Le dije.

"¿Ya la has visto?" Me dijo. "¿Cómo es?"

"Pues es una cría muy mona, se parece a su padre, pero tiene el pelo de su abuelo Charlie." Comencé a contarle.

Sue ya me había dicho que por ella podían quedarse allí todo lo que quisieran, Jacob seguía siendo de los nuestros, y ahora que le había dicho lo de la cría…

"¿Entonces es una fría?" Me dijo.

"Es un vampiro mestizo." Les dije. "Medio vampiro medio humana, aunque su dieta es de un vampiro. Pero mi hijo sigue afirmando que solo le muerde a él."

"No deberíamos arriesgarnos a que le de por probar otras sangres." Afirmó otro de los ancianos del consejo.

"Pues yo digo que si Jacob y los Black pueden mantenerla bajo control no hay problema." Dijo Quil apoyándome.

"Claro que sí." Afirmó Sue. "Por amor de dios, es solo una cría."

"Sí, una cría que se alimenta de sangre." Afirmó otro.

Entonces oímos carraspear.

"Desde dentro se os oye discutir." Nos dijo el último integrante del consejo saliendo de la consulta. "Y dice que pase el siguiente."

"Mi turno." Dijo el otro que se oponía.

La verdad es que llevábamos un rato esperando y al final conseguimos un empate de votos a falta de Sam.

Cuando entró Quil, le costó un poco salir, y cuando lo hizo y entró otro Quil se quedó allí a esperar con nosotros.

"¿Qué tal el médico?" Le preguntamos.

"Es… dios, es increíble." Nos dijo. "Es realmente joven, y tiene unas manos que parecen mágicas."

"Ya será para menos." Dije divertido.

"No, en serio." Afirmó. "El currículum se queda corto comparado con la realidad. Es… mira, me ha tocado en la mano, me ha clavado las uñas y se me han ido de golpe todos los males."

"¿En serio?" Le dijo Sue sorprendida.

"Os lo juro." Nos dijo. "Es… dios santo, no había visto nada igual."

Yo pensé que era una broma, hasta que me tocó a mí después de Sue.

"Buenas tardes, usted debe de ser… el señor… Black, Billie Black." Afirmó sacando unos papeles de un cajón que tenía junto a la mesa y leyendo un poco por encima.

"Sí." Le dije. "El mismo que viste y calza."

"Bueno señor Black…"

"Señor Black era mi padre." Le dije bromeando. "Yo soy solo Billie."

"Está bien, Billie, si no le importa me gustaría que se quitase la camisa, serán solo unos minutos, necesito comprobarle los pulmones y el corazón antes de pasarnos a la tensión." Me dijo amigablemente pero sin sonreír y mostrándome un estetoscopio.

Debo admitir que era joven, tal y como había dicho Quil; no debía tener ni la edad de mis hijas, igual la de Jacob… aunque tenía altura, eso no podía negársele.

"Bueno… me parece que esto va a estar un poco frío." Me dijo echándole el aliento al estetoscopio para intentar calentarlo un poco antes de ponérmelo en el pecho. "Respire hondo… Espire… otra vez, inspire… espire… Vale, ahora el corazón… Hum… me parece que está un poco acelerado." Murmuró. "¿Tiene algunos análisis recientes?"

"Hace años que no me hago análisis." Afirmé.

"Pues si no le importa, me gustaría que fuese mañana mismo a Forks y se hiciese unos, hasta que no me manden el resto de cosas que pedí no puedo hacerlos yo." Afirmó colgándose de nuevo el aparato del cuello. "Aunque…" Dijo levantando un dedo como si de pronto recordase algo y girándose para buscar entre sus cajas aún por acabar de desembalar algo. "Sí, aquí está. Dedo índice de la mano que no escriba con ella… gracias." Me dijo cuando se lo tendí.

Fue un visto y no visto, me dio un pinchazo y me pasó el dedo por una plaquita que metió en un cachivache pequeño cuya pantalla miró.

"Lo que pensaba." Dijo. "No obstante, antes de mandarle una dieta especial voy a esperar a tener los análisis más específicos en las manos."

"¿Ocurre algo?" Le dije.

"Bueno… no me gusta dar diagnósticos a la ligera, pero me temo que podría ser usted diabético." Afirmó. "No obstante me gustaría esperar a tener los análisis en las manos para poder hacer un diagnóstico u otro."

"Pero hay algo mal dentro de mí ¿no?" Le dije.

"Prefiero no aventurar nada hasta no tener todos los datos." Afirmó haciéndome un par de papeles. "Tenga, aquí está lo del análisis y estos otros son para que le hagan un par de pruebas más, para mi archivo médico."

"Vaya eficacia." Dije.

"Prefiero tenerlo todo atado y bien atado." Afirmó. "Estos registros médicos son un desastre… ¿hace cuanto que no tenían un médico?"

"Hace bastante." Le dije. "Y eso que no ha visto su nueva casa."

"Sí, me da miedo ir." Me dijo. "Tengo todas mis cosas en el coche aún, y le pedí a unos hombres de Forks que me trajese el resto poco a poco durante esta semana. Así me da tiempo de trabajar y asentarme poco a poco, ya sabe."

"Pues si no tienes aún comida supongo que siempre podrías…" Le dije. "En mi casa siempre hay hueco para uno más."

"Sí, me han ofrecido varios de esos." Me dijo sonriéndome. "Pero me temo que hoy tengo que ir a cenar a Forks. Tengo que ir a hacer unos papeleos allí y a pelearme con esos cabeza-cuadriculadas del ayuntamiento para intentar conseguir una partida de vacunas para la gripe para la reserva. Me temo que me costará un rato así que… lo mejor será cenar allí, hacer un par de visitas a domicilio y luego regresar aquí donde me espera la nueva casa. Pero vaya, no me quejo."

"Pues si necesita algo, cualquier cosa solo siga un poco el camino y luego a la derecha, la casa de los Black; vamos a ser vecinos, más o menos." Le dije ofreciéndole amistosamente ayuda.

"Lo tendré en cuenta Billie." Me dijo.

(Salto espacio-temporal)

(Voz de Jacob)

"Así que por ahora están las cosas están a favor nuestro ¿no?" Le dije a mi padre durante la cena mientras yo cenaba con él tras haber dejado a Nessy que me mordiera un poco y ella veía la tele.

"Pues sí, pero aún queda de votar Sam, pero… creo que sabemos todos qué va a votar cuando le toque." Me dijo preocupado.

Sí, eso era para preocuparse. Sam nunca permitiría que Nessy estuviese allí, y yo me había ofrecido a cuidar de ella.

"Me sorprende un poco que os hayan dejado hacer esa reunión en la sala de espera del médico." Acabé diciéndole.

"Ah, es buena gente." Me contestó. "Aunque me ha mandado hacer un montón de pruebas mañana. Voy a necesitar que me lleven al hospital de Forks para que me hagan las pruebas, mira, mira que montón de papeles."

"Billie… son solo pruebas." Le dije mirando que tenía algunas pruebas de las que ni siquiera había oído hablar nunca. "¿A estas alturas tienes miedo de unas simples pruebas médicas?"

"¡Claro que no!" Me dijo indignado. "Es solo que no veo la necesidad de todo eso. Bah, pruebas médicas ni pruebas médicas. Solo sirven para dar disgustos."

"O para salvarte la vida." Le dije yo. "Pero bueno, supongo que tienes razón y se ha pasado un poco con lo de las pruebas."

"¿Entonces me llevarás mañana al hospital o tengo que pedírselo a otro?" Me dijo mi padre.

"Claro que te llevo." Le dije. "Así podemos pasearnos Nessy y yo un poco por Forks. ¿Eh, Nessy?"

"Sí." Me dijo ella feliz.

La verdad es que me encantaba verla feliz.

(Salto espacio-temporal)

(Voz de Seth)

"Hasta luego." Me dijo Quil mientras se metía para su casa después de unas carreras en nuestra forma animal con Embry y conmigo.

"Dale recuerdos a tu abuelo." Le dije.

"De tu parte." Afirmó sonriendo mientras se metía para su casa.

La verdad es que el camino hasta casa iba a ser aún un poco largo, sin embargo, me gustaba la calma que había a esas horas de la noche. O eso se suponía.

Mientras cruzaba cerca de la casa de Billie oí unos ruidos raros, sin embargo, no venían de su casa era más bien de un poco más abajo y en frente. Continué mi camino hasta ver que la casa que había pasado años desocupada ahora parecía habitada, o eso o había fantasmas, porque dentro había una luz extraña que se movía y titilaba un poco.

De pronto me di cuenta de una cosa, igual para los más pequeños que no supiesen que antiguamente esa era la casa del curandero-médico, sería el lugar perfecto para tener una 'casa encantada'. Sacudí la cabeza y fui a abrir la puerta dispuesto a echarles un rapapolvo a los críos que estuviesen jugando allí. Sin embargo, cuando entré comencé a pensar que no eran críos lo que había allí.

"Malditas ratas…" Oí maldecir a una voz.

Aquella voz no era de un crío, sin embargo, enseguida me quedó aún más claro.

Vi que era de una persona que estaba en el salón-comedor separado de la cocina por la tradicional barra americana predominante en nuestras casas. No podría decir quién era, pero creo que movió un segundo la cabeza para mirar a un sitio y luego se levantó para ir a la cocina.

Si antes había pensado que no le conocía, en cosa de unos segundos me quedó completamente claro.

¡Clonc!

Fue contundente y rápido, me tiró al suelo por la puerta y me encontré con un peso sobre el pecho, las manos inutilizadas y una hoja de acero pequeña contra el cuello.

"¡Yo te voy a enseñar a colarte en casas ajenas, ladrón!" Se puso a gritarme mientras notaba algo pinchando un poco en mi cuello. "¡Esto es un delito, allanamiento de morada!. ¡Ladrón, asesino!"

"Por favor, oiga." Le dije intentando soltarme y sintiendo más pinchazo pero sin clavar aún. "¡Oiga, no soy un ladrón!"

"¡Eso díselo a quien te crea!" Me gritó. "¡Vergüenza debería darte, colarte en casa de una pobre e indefensa mujer!"

Yo creo que de pobre e indefensa no tenía nada. Intenté volver a zafarme pero me llevé otro golpe en la cabeza, justo antes de que notase que me le quitaban de encima a la fuerza.

"Dios, hay que ver qué pulmones." Dijo Jacob intentando amordazarle. "¡Ay, me ha mordido!"

Le vi soltarle la mordaza y luego soltarle cuando el muchacho le dio una patada a pesar de que Jacob abultase más que él y fuese más fuerte.

¡Clonc!

Sí, él también se llevó otro sartenazo. Se calló al suelo junto a mí y ella volvió a caernos encima cuando él intento revolverse para escapar.

"¿Qué pasa aquí?" Preguntó de pronto Sam apareciendo por la puerta con unos cuantos hombres más, entre ellos los dos Quil, Jared y Paul.

"¡Quitárnoslo de encima!" Gritó Jacob para llevarse otro sartenazo en la cabeza.

"¡Ladrones, han intentado entrar a robar o a saber qué!" Dijo él aún gritando.

"Joder, que pulmones tiene." Dijo Jared.

"¡Le juro que no pretendía…!" Le dije yo protegiéndome la cara por si le daba por darme otro sartenazo.

"Señorita." Le dijo Quil Sr. "Señorita, estos no son ladrones. Son solo Jacob Black, el hijo de Billie y Seth Clearwater, el de Sue."

¿Señorita? Aquella cosa no podía ser una mujer.

"¿Cómo?" Dijo ella parando de pelear con la sartén aún en la mano.

"Sí, son los chicos de la reserva." Le dijo Quil Sr. "Jacob, el hijo de Billie, y Seth, el hijo de Sue."

"¿Entonces no son ladrones?" Dijo ella bajando las armas.

"Aquí no tenemos costumbre de atacar a nuestros vecinos." Afirmó Paul.

"Lo que no tengo muy claro es que pintan estos dos aquí dentro." Dijo Sam mirándonos.

"Os juro que no intentaba hacerle nada." Les dije yo aún asustado de esa loca y su sartén. "Solo vi luces y pensé que algunos críos se habrían colado a jugar a las mansiones encantadas."

"Y yo oí gritos y vine a ver qué pasaba." Afirmó Jacob.

"Vaya por dios…" Dijo la mujer. "Lo siento… Pensé que eran ladrones…"

"Lo que hay que reconocer que si entrase algún ladrón seguro que salía por patas." Le dijo Jacob incorporándose y frotándose los golpes de la cabeza. "Hay que ver qué manera de pelear. Y eso que éramos dos contra una."

"Lo siento, yo… pensé que eran ladrones." Dijo la mujer. "Que vergüenza…"

"¿Y según tú por qué nadie tendría intención de entrar a robar aquí?" Le dijo Paul medio bostezando.

"¿Y yo qué sé?" Dijo ella. "No es la primera vez que intentan entrar a robar. Hace una semana me atacaron cuando entraron a mi casa mientras dormía, y ayer recibí unas amenazas anónimas en el hospital."

"Bueno, pues cálmese y deje de gritar a estas horas, los hay que mañana madrugamos y necesitamos dormir." Le dijo Paul.

"Paul." Le dijo Sam mirándole duramente. "¿Y tiene alguna idea de quién pudo ser o con qué motivo?"

"Ni idea." Dijo ella. "Ni sé quién puede ser el de las amenazas ni qué motivos pueden tener para ello. Solo sé lo que veo."

"Pues no se preocupe, aquí está segura." Afirmó Quil Sr.

"Y si no siempre puede darles de sartenazos hasta que los deje sin sentido." Se quejó Jacob frotándose la cabeza. "Joder, me ha hecho hasta sangre."

"Lo siento mucho." Dijo ella.

"Lo que no entiendo es por qué decís que es una mujer." Les dije yo. "Está claro que es un hombre."

"Seth, no seas bestia." Dijo Jared. "Señorita, si se queda más tranquila igual debería quedarse alguien hasta que…"

"¡¿Estáis locos?!" Dijo ella. "Puedo cuidarme solita."

"No si eso está claro." Afirmó Jacob. "Allanamiento de morada…" Masculló frotándose los golpes.

"Insisto." Afirmó Quil Sr. "Aquí seremos pobres pero cuidamos bastante de los nuestros."

"Lo imaginaba." Dijo ella. "Siento mucho las molestias."

"La próxima vez mire mejor quién es el intruso… Buenas noches." Dijo Paul antes de irse.

"¿Seguro que estará bien?" Le dijo Jared.

"Quil, vámonos a casa." Le dijo su abuelo. "Venga. Buenas noches, señorita."

"Buenas noches." Dijo ella despidiéndose uno por uno de todos antes de que fuesen yendo, sin embargo, yo no podía moverme.

"Creo que me ha roto algo…" Me quejé para mi mismo.

"Lo siento mucho." Dijo ella. "Es que desde que intentaron entrar a mi casa y luego las amenazas… estoy un poco demasiado a la defensiva. Y como encima estoy aún asentándome…"

"¿Y por eso estás a oscuras?" Le pregunté.

"No, es que aún no parece que funcionen las luces." Me contestó. "Y quería ir asentándome. Creo que las ratas han roído algún cable así que…"

Claro, aquella casa llevaba tiempo sin habitarse, lo lógico es que aunque las mujeres que habían podido se hubiesen hecho cargo de limpiar la casa, aún quedase alguna rata.

Pero mejor no decirle todo aquello a una mujer, si es que era cierto, porque por lo que yo veía de mujer no tenía mucho.

"Sí, lo más probable es que haya fallado el sistema de iluminación." Afirmé. "Pero bueno, mañana podría pasarse alguien a arreglarlo."

"Si tuviese tiempo lo intentaría hasta yo misma." Afirmó suspirando. "En fin, odio repetirme pero siento haberte tomado por un ladrón."

"Mi culpa por dar por sentado que seguía desocupada." Le contesté. "Esto... si no te importa... creo que eres el médico y... eso te hace una figura pública ¿no?" Le dije dándome cuenta que se acercaba alguien.

"Sí, eso creo." Dijo cogiendo de nuevo el cajón que había estado tocando y volviendo a trabajar en él. "¿Tienes algún problema que necesite solución urgente?"

"Pues hombre es..."

Toc, toc.

"¿Se puede?" Dijo Quil Sr.

"Adelante." Dijo el médico. "Oh, hola Quil. ¿Te habías olvidado algo?"

Increíble, Quil y Embry trasformados en lobos. Ahora sí que se iba a asustar el médico.

"No, es solo que... hace unos días que encontramos estos perros." Dijo tirando de unos collares que llevaban. "Les hemos dado de comer entre todos pero... bueno, pensamos que igual estaría bien que se quedasen aquí, hasta que te asientes y decidas echarlos a patadas de aquí."

"Igual se le escapan antes." Dije yo.

"Oh, sí, claro." Dijo ella. "En realidad yo también tengo un perro de raza grande, solo que... bueno, se me escapó antes de venir aquí y... digamos que ahora ya no lo tengo." Afirmó frotándoles las cabezas a los dos que se habían sentado en el suelo.

"Perfecto." Le dijo el abuelo de Quil, Quil Sr. "Pues si no te importa..."

"¿Tengo que comprar pienso para perros o también estos comen de las sobras del puchero?" Le preguntó el médico.

"Ah, normalmente se buscan ellos la comida, pero las sobras de lo tuyo serán suficientes." Dijo. "Seth ¿no se enfadará tu madre si no vas ya a casa?"

"Estaba pensando eso mismo." Dije. "Me parece que hoy me va a volver a tocar dormir al raso..."

"Hombre, en un apuro siempre puedes venir aquí." Me ofreció el médico. "Tengo un colchón apolillado y yo voy a usar mi amado saco de dormir."

"Creo que sería mejor que durmiese en el colchón." Le dijo Quil Sr.

"Si viese lo que he encontrado en el colchón le aseguro que tampoco dormía ahí." Le dijo ella.