Hola a todos!..Aquí empiezo una nueva historia…un Gerita…mi primer fan fic de la pareja…una de mis favoritas…..sé que tengo otros proyectos….pero estoy de vacaciones y tengo mucho tiempo…no voy a descuidar ninguno…..lo prometo….sino mi cabeza envuelta en papel de regalo….otra vez….
Es una historia ubicada en 1944 en un pueblo de italiano, no donde vivía Marco en su humilde morada. Éste está ocupado por los Nazis para evitar el avance de las Fuerzas Aliadas, Aquí esta Feliciano quien se encuentra con Alemania, quien es un soldado herido al cual no deja regresar donde su batallón pues vive solo en todo el lugar.
Disclaimer: Los personajes no son míos, son de Himayura Hidekaz, yo sólo los tomo prestados para mi propia diversión…y la de los que leen esto…
Nota: Universo no tan Alterno, algunas malas palabras….y eso….ah sí….usaré los nombres humanos de cada país….
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Era Italia, el norte de Italia en 1935. Un día cualquiera, un niño desnutrido, sucio y vestido con harapos fue encontrado en medio de una plaza de la ciudad de Cassino, a cien kilómetros de Roma. No hablaba más allá de emitir un sonido. "Ve". Eso era lo único que salía de sus labios. Lo más misterioso del muchacho era lo que traía con él. Tenía una carta en la mano que decía que éste se llamaba Feliciano. Que había nacido en 1925 y que cuidaran de él. Fue llevado ante las autoridades y estas lo dejaron en un orfanato dirigido por religiosas en medio de la campiña. Sin embargo, todos los intentos que se hicieron allí por educar al niño fueron nulos. Aunque aprendió a hablar nunca pudo leer ni escribir ni hacer cuentas. Todos pensaban que era un retrasado mental.
Cuando Italia entró a la Segunda Guerra Mundial como parte del Eje, el presupuesto del orfanato fue recortado a cero y éste tuvo que cerrar. El pueblo donde se ubicaba el orfanato era poblado por campesinos sumamente pobres. El desdichado de Feliciano fue abandonado a su suerte en la casona del orfanato. Cualquiera pensaría que moriría al poco tiempo. Pero no. Nadie sabía cómo podía sobrevivir sin alimentos ni agua. Una familia lo descubrió y sintió pena de él. Se lo llevaron a trabajar al campo y le daban comida a cambio. Sin embargo, el muchacho se negaba a vivir con ellos. Prefería estar solo en la casona, acompañado sólo por gallinas y uno que otro gato. Era una especie de ermitaño, un ermitaño feliz porque nunca dejaba de sonreír, pasara lo que le pasara.
Siendo 1943, el nuevo gobierno italiano firmó su rendición ante las Fuerzas Aliadas, habiendo sido mantenida en secreto para no alertar a Hitler. Pocos días después, éste descubre la traición italiana y ordena la ocupación del país y el desarme del ejército italiano. Él mismo frenaría el avance de los aliados desde el sur en Sicilia. Ante esta contraofensiva, las fuerzas aliadas tienen que luchar duramente contra las tropas alemanas. Éstas sin embargo, lograron formar una tenaz línea de defensa a la altura de la ciudad de Cassino. Esta línea, llamada la Línea Gustav, conseguirá detener a los Aliados desde diciembre de 1943 hasta mayo de 1944.
Las noticias que llegaban al pueblo apuntaban desde hacía un tiempo ya que los alemanes habían invadido Cassino pues estaban formando la defensa de la capital desde allí. Varias de las familias huyeron para el norte sabiendo que lo perderían todo de todas maneras si se quedaban ahí esperando el paso del ejército nazi. La familia que se había hecho cargo de Feliciano decidió también marcharse pero éste se negó. Prefirió quedarse allí a esperar la muerte, como todos pensaban. En esta situación, se podría decir que Feliciano era un alma perdida en un pueblo fantasma. Completamente solo, dedicaba sus días a buscar comida y el tiempo que le sobraba iba a las casa abandonadas a recolectar cosas que los moradores habían dejado.
Un día como cualquier otro se fue a buscar un tenedor porque el último que tenía lo había perdido. Entró en una pequeña cabaña cerca a la casona del orfanatorio. Entre los muebles destruidos por las polillas buscaba el cubierto pero sólo encontraba cucharas y cuchillos, los cuales de todas metió en el morral que llevaba consigo. De repente, escuchó crujir algo. No era él pues estaba quieto. De nuevo el mismo sonido. Venía de la parte trasera. Sigilosamente se escabulló en los escombros y de entre la maleza vio a un hombre que trataba de pararse con dificultad. No era alguien de la zona pues tenía cabello rubio y los ojos azules, vestía un uniforme militar y parecía ser alto y fornido. Definitivamente no era un campesino ni un italiano.
De todas maneras, Feliciano nunca adivinaría, él vivía en la más completa ignorancia del mundo sin saber nada de la guerra o los alemanes. El sujeto usaba todas sus fuerzas en ponerse de pie pero sus intentos eran inútiles. Finalmente, cayó de cara sobre el suelo. Feliciano se acercó sin mostrar miedo. Al estar más cerca pudo ver que el hombre estaba herido, su brazo sangraba y estaba todo golpeado. Sin embargo, parecía estar todavía consciente. De inmediato, con el brazo bueno sacó su arma y apuntó directo a la frente del italiano. A pesar de ello, el chico no se movió un centímetro.
-¿Qué te pasa?...¿No ves que te estoy apuntando con un arma?-el soldado le gritó esperando alguna reacción.
-Ve, estás herido.-es lo que Feliciano atinó a decir mientras trataba de acercarse al hombre.
-¡No te acerques!...Maldición…¿No me entiendes? Te estoy hablando en italiano…..¿No sabes que te puedo matar con esto? ¿No tienes miedo?
-¿Por qué habrías de matarme si no te he hecho nada, ve?
-¿Cómo que por qué?...-el alemán tampoco sabía la respuesta….bajó el arma -Tan sólo lárgate y haz cómo si no me hubieras visto-le ordenó tajantemente.
-No quiero.
-¡Vete ahora!-volvió a apuntar a Feliciano pero este le metió una patada en la mano haciendo que soltara el arma, el alemán estaba demasiado débil.
-Ya no puedes matar, ve.-el chico sonrió tontamente.
-¿Qué te pasa?...No eres normal….-el soldado pensó que aquel muchacho debía tener algún problema mental.
-No soy normal. Soy Feliciano, ve.
-Idiota.-gruñó para sus adentros el sujeto. Quería levantarse pero el brazo le latía terriblemente.
-Espera- Feliciano arrancó un pedazo del trapo que tenía como camisa.
-¿Crees que con eso puedes vendar alguna herida?
-Entonces con esto.-el italiano se quitó toda su camisa.-¿Así está bien?
-Haz lo que quieras.-lo ignoró el alemán.
-Bien.-Feliciano cogió el brazo herido y comenzó a envolverlo con la prenda.
-Tienes que aplicarle más fuerza para contener la hemorragia.-le indicó el sujeto.
-Fuerte, ve. -Feliciano obedeció. Cuando terminó, ayudó al soldado a pararse y a caminar. Cuando salieron, el alemán pudo ver que el lugar estaba inhabitado.
-¿Qué es esto?...¿No hay nadie aquí?-se preguntó extrañado.
-Estoy yo y estás tú…yo soy Feliciano, ve, y tú…
-Ludwig….
-Ya somos dos, ve….
-Me refiero al hecho de que…¿Vives tú sólo en todo este paraje?...
-No, vivo con las gallinas y los gatos, ve.
-¿No hay gente?- Ludwig comenzaba a impacientarse con la torpeza del italiano.
-No….
-Genial, podría ser un gran paso para atrincherarse o hacer un campamento. Sin gente alrededor es más fácil.- exclamó Ludwig.- Pero …..¿Por qué te has quedado aquí?...Parece que todos han huido….
-¿Sabes por qué?-le preguntó Feliciano.
-¿A qué te refieres?-¿No sabes lo que está pasando?...Los aliados han invadido la mitad de Italia. Nosotros hemos llegado a Cassino para hacer un frente de contención y que esos sujetos no tomen Roma.-explicó el alemán.
-¿Ustedes son qué?- el italiano no entendía en lo más mínimo.-¿Para qué han venido a dónde?
-¿No sabes qué soy?-Ludwig giró la cinta roja que tenía en el brazo.-La esvástica, soy del ejército Nazi.
-No los conozco, ve…
-¿En qué mundo vives?- el alemán estaba sorprendido...¿No tienes idea de por qué todos han fugado de aquí?
-No, pero ya me estaba sintiendo solo.-rió Feliciano. Qué bueno que has llegado a hacerme compañía, ve.
-Tengo una misión que cumplir. Te agradezco por todo.-Ludwig logró agarrar su gorra del suelo y ponérsela. Se dio media vuelta y trató de dar un paso pero….
-¡No!...No me dejes solo, estás herido, ve…si te esfuerzas demasiado vas a volver a sangrar.-Feliciano lo agarró del brazo bueno y se prendió de él.
-Oye, suéltame. Tengo que regresar a mi base. Me salí del camino al perseguir con unos compañeros a un conjunto de ingleses. Te recomiendo que busques el poblado más cercano.
-No quiero, quiero que Ludwig se quede conmigo, ve.-Feliciano miraba al alemán directamente a los ojos. –No vas a poder caminar si no descansas, estay muy mal.
-Que no puedo, tengo que regresar y…-Ludwig sintió una gota de agua en su cara, y luego otra y otra….-Mierda…..clima de porquería… -de pronto comenzó a llover, el cielo había estado nublado desde ya varios días atrás.
-No vas a poder salir con la lluvia, ve. Dios quieres que te quedes conmigo.-dijo Feliciano con una sonrisa.
-Si Dios realmente tuviera todavía voluntad alguna sobre los hombres, el mundo no estaría en esta situación.-dijo Ludwig apesadumbrado.
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Se me ocurrió esto después de encontrar un evento de seiyuus de Hetalia en Youtube que seguro ya deben de haber visto…la cosa es que después de verlo decidí que el seiyuu de Alemania se va a casar conmigo algún día no muy lejano (sí claro)…bueno eso no importa…el punto es que cuando veía que hacían el doblaje en vivo él y el seiyuu de Ita-chan…..mientras el de Francia gritaba ¡Son amantes! ¡Bésalo!...yo me dije…tengo que hacer algo de Gerita….¡hasta los seiyuus saben que es demasiado canon!...Espero que les haya gustado… …..me gustaría saberlo así que espero sus reviews ás de que así me hacen saber lo que les gusta y lo que no…Siemp[re serán bienvenidos!..Gracias por leer…!
Se acepta de todo: críticas, consejos, opiniones, maleteadas, dinero (de preferencia en dólare$), confesiones de amor (o de odio)..lo que sea menos insultos y amenazas de bomba o parecidos….
Saludos!...
