Aunque no estés conmigo.

La oscuridad cubría el cielo, llovía, como lagrimas del cielo las gotas de lluvia cubrían las ventanas de su habitación, en la melancolía de la noche lluviosa, ella encontraba un sentimiento de agrado ante la situación.

- Anna Kyoyama- exclamo de manera violenta una mujer y de la misma manera abrió la puesta de la habitación –t e dije que limpiaras la cocina y el baño!-

-Mamá, perdón lo olvide- contesto la niña con un tono de temor en su voz.

-ya estas grande como para que te este repitiendo las cosas que debes de hacer-reclamo.

-Lo siento…- logro articular con los ojos llenos de lagrimas, su madre la tomo de los cabellos dorados y tiro de ellos.

- Tus lloriqueos y lamentaciones no me sirven para nada- grito mientras le daba una bofetada. – Que crees que diga tu padre acerca de tu actitud cuando vuelva de su viaje?-

-No! No le digas nada a papá! Por favor!- suplico la niña.

-Si te comportas de manera adecuada, tal vez no se lo diga. Pero te mereces una paliza.- dijo violentamente la mujer caminando hacia la puerta – quiero que en este momento termines tus labores!- dijo antes de abandonar la habitación.

Anna se levanto con lagrimas en sus ojos se dispuso a terminar sus labores. Al terminar se retiro a su habitación. en un rincón se echo tomando sus piernas con sus brazos y las lagrimas brotaron de sus ojos, con la misma intensidad de la lluvia.

-Sara…- murmullo con dolor la niña.

-Qué pasa?- pregunto una voz angelical.

-Ven… te necesito- dijo mientras con la mirada perdida en la ventana. Observaba como una mujer, de vestido blanco, cabello castaño y unas hermosas alas blancas, atravesaba la ventana y la abrazaba.

-Que sucede?- pregunto de nuevo la mujer que observaba a Anna con sus tristes ojos obscuros.

-Ya no quiero estar aquí, deseo ir contigo…- dijo la pequeña levantando levemente la cabeza, dejando al descubierto sus ojos hinchados por las lagrimas.

- Aun no es el momento, mi pequeña…- le explico- falta mucho tiempo para que puedas vivir en mi hogar-

- Pero ya no lo soporto…- Anna se puso de pie y secándose las lagrimas grito- ya no quiero estar aquí, mi papá y mamá me pegan, me tratan como si fuera su esclava!-

-Aguanta un poco más, solo tienes 12 años como para querer dejar de vivir mi pequeña, recuerda que la vida da vueltas y el destino te sonreirá muy pronto- sonrió, le dio un beso en su frente y desapareció.

A la mañana siguiente Anna despertó en el piso, se levanto y se dirigió a la cocina. Su madre la estaba esperando.

-Anna, hoy empezarás a ir al colegio- dijo con frialdad –Tu uniforme y tu mochila están en la sala y cuida tus cosas que no pretendo gastar ni un centavo más en ti. Me entendiste? –

- Si madre- contesto Anna, con un poco de temor en su tono de voz.

Anna desayuno, se cambio y se marcho caminando a la escuela. Tardo pocos minutos para llegar a ella. Al llegar todos los chicos entraban alegremente conversando con sus amigos, algunos leyendo libros, otros perdidos en su mundo mientras escuchaban música, pero ella tenía un sentimiento de soledad en aquel lugar con toda esa gente desconocida.

-Buenos días jóvenes- entro el profesor saludado, Anna estaba sentada en el penúltimo banco de la fila que daba hacia los ventanales del salón. –ah!, si lo olvidaba, alumnos, quiero presentarles a su nueva compañera, Anna Kyoyama, Anna por favor ponte de pie- Anna sentía las miradas extrañadas de sus compañeros, sentía de nuevo el rechazo. – Bueno, empecemos con las clases-

Anna seguía la lectura sin ganas, mientras un joven de cabello castaño, no apartaba su mirada de ella.

Llego el receso, Anna se puso de pie salió rápidamente del salón y deambuló por el colegio, hasta que se sentó sola en una banca cerca de una fuente que estaba en el centro del enorme patio. Estaba sumida en sus pensamientos observando el agua.

-Tu eres Anna Kyoyama verdad? La chica nueva?- escucho una voz que la saco de sus pensamientos. Al darse vuelta se encontró con la imagen de un muchacho castaño, de ojos marrones y perdidos que la miraba esbozando una sonrisa.

-A-así es…- contesto Anna algo de vergüenza, mientras sus mejillas se sonrojaban un poco.

-Gusto en conocerte, me llamo Yoh Asakura- dijo extendiendo su mano.

-El gusto es mío- contesto ella extendiendo su mano, que fue besada por el muchacho, haciendo que se sonrojara completamente.

- y dime…- comento Yoh –de dónde vienes?-

-vivo aquí, a unas cuadras de la escuela, y tú?-pregunto

-Yo vivo un poco lejos, veras…- Yoh pensaba como explicarle –has visto la mansión que está en las cerca del templo casi en las afueras de la cuidad?

-Mmmm… si, la recuerdo antes iba mucho a aquel templo-

- bueno, esa es mi casa- sonrió el chico

- esa… es tu casa?- preguntó Anna sorprendida-

-Si, hay algún problema?- pregunto Yoh preocupado mientras se rascaba su cabeza.

- No, es que comparada con la mía, mi casa no es nada…- dijo con un tono de vergüenza.

-Quieres ir a conocerla?- pregunto Yoh con una gran sonrisa en su rostro.

- sí, me gustaría- sonrió Anna levemente. – entonces vamos! Te llevare a tomar el té y después a visitar el templo!- dijo Yoh tomando la mano de Anna.

-Pero tenemos clases!-

-No te preocupes el profesor tiene que hacer unos trámites, va a llegar más tarde al salón y después tenemos hora libre así que no se dará cuenta que no estamos-

Anna no estaba muy segura, pero era mejor que estar en el salón con aquellos compañeros que la miraban como oveja negra. – está bien, vamos!

Yoh y Anna fueron al salón por sus útiles, de ahí salieron del colegio. En el camino Yoh le explicaba a Anna que su familia ha sido la encargada de cuidar el templo desde hace muchas generaciones, que su familia estaba llena de shamanes y espiritistas. Al llegar Anna estaba realmente sorprendida, jamás pensó que estaría en un lugar así. Entraron silenciosamente por la puerta, Anna iba atrás de Yoh por todas partes con el temor de perderse en ese ligar tan grande.

-Yoh, Porque vamos tan silenciosamente?-pregunto Anna.

-Porque no quiero que mi abuela nos escuche…- susurro Yoh.

-si ibas a tener problemas por traerme no lo hubieras echo…-

-tranquila, tu solo sígueme- dijo mientras volteaba y sonreía.

Pero al voltear se detuvo en seco su abuela estaba atrás de ellos con un semblante serio.

-Ya no me saludas, jovencito?- pregunto la anciana-

-Ho-Hola abuela…jejeje- contesto Yoh un poco nervioso.

-traes visitas y no las presentas!- protesto la abuela de Yoh mirando a Anna.

- Lo siento, abuela. Ella es Anna Kyoyama, es mi nueva compañera en el colegio- dijo Yoh, mientras Anna hacia una reverencia.

-Un placer mi nombre es Kino Asakura, soy abuela del mal educado este- dijo mientras le daba un bastonazo en la cabeza a Yoh.

-Lo siento, creo que he causado problemas, me retirare- dijo Anna

- un momento jovencita!- grito Kino. Anna la miro con temor. La anciana se acerco a ella y la observo detenidamente. – puedes quedarte, n o me molesta que mi nieto traiga visitas, lo que me molesta es que no me avise y que no me presente con ellas-

- lo siento, abuela- dijo Yoh mientras tallaba su cabeza.

Poco después visitaron el templo donde ambos dieron gracias por su nueva amistad, después Yoh llevo a Anna a una colina en la parte trasera de su casa donde había un gran árbol, estaban tomando el té mientras miraban el atardecer. Anna estaba muy feliz porque había conocido a alguien tan pronto pues, aparte de Yoh su única amiga era Sara.

Yoh encendió sus inseparables audífonos naranjas mientras observaba el atardecer en el horizonte – sabes algo nunca había venido con alguien aquí, es mi lugar favorito- confeso, mientras que Anna se sonrojaba. – Gracias por venir- le dijo mientras le dedicaba una sonrisa.

-No me agradezcas, al contrario gracias a ti por invitarme, la verdad nunca nadie había sido tan atento conmigo…- dijo sonrojada.

- en serio? Pensé que eras popular en tu antiguo colegio- comento Yoh

-No, es la primera vez que voy a la escuela_

-de verdad? No parece sabias muchas cosas que yo no sabía en las clases que tuvimos, jejeje- confeso Yoh confundido.

- Es que tengo una amiga que me enseña muchas cosas, su nombre es Sara, pero ella es diferente-

-pensé que no tenias amigos?-

-ella es un ángel, sé que es difícil de creer pero…-

-ya veo, eso explica porque mi abuela dijo que te quedaras- interrumpió Yoh mientras sonreía.

-Ah sí? Y porque lo dices?- ahora la confundida era Anna.

-recuerdas que te comente que mi familia está llena de shamanes y espiritistas, seguramente mi abuela percibió algún poder en ti-

-oh, ya veo- contesto Anna

-Yoh!!!- se escucho un grito de la madre de Yoh

-ah, esa es mi mamá, ven te la presentare- se puso de pie y empezó a caminar cuesta abajo.

-Yoh… -interrumpió –yo… debo irme… mi mama debe estar preguntándose donde estoy- dijo con un tono de miedo en su voz.

-Está bien…- dijo Yoh con un tono de tristeza- mira vez ese camino de piedra, si sigues ese camino llegaras a la esquina de la escuela.

- gracias, por todo Yoh- dijo Anna, mientras depositaba un beso en la mejilla de Yoh, ambos se sonrojaron mucho por la acción.

- de nada, nos veremos- se despidió con una sonrisa tierna en su rostro.

Yoh observo a Anna mientras bajaba la colina y tomaba el camino de piedra hasta que se perdió de vista. Cada quien se marcho a su hogar. Anna iba feliz mente conversando con Sara de su nuevo amigo, ni siquiera su madre podría arruinarle este día.

Bueno, este es el primer capítulo de mi historia, como pueden ver es un YxA, pero tiene que haber un poco mas de intriga. Ya tenía mucho que no escribía algo pero espero que les guste, cualquier comentario, critica, amenaza de muerte, etc. Déjenme un review y yo se los contestare