Ah, aquí estoy con la primera historia de MM que subo, ésto tiene dos años en mis archivos del teléfono y aún no consigo avanzar mucho, no lo sé. Pero me decidí a subirlo porque simón. Capítulo 2x1 porque sí.


—¿Acaso no es triste? —Murmuró mirando fijamente sus tranquilos ojos azules, buscando una vaga señal de entendimiento o una muestra pequeña de comprensión, pero acabó por reír amargamente. —Por supuesto que lo es. —Continuó acariciando su pelaje suavemente.

—Fue tonto de mi parte pensar que realmente podrías entenderme, creer estúpidamente que de alguna manera podías ver a través de mí como nadie lo había hecho antes. —Las palabras titubearon en sus labios. —Que incluso si te hablara de absolutamente todo mirándote fijamente podrías comprender. Terminé por creer que eras la única que podía ver aquellos terribles y confusos sentimientos dentro de mí. —Suspiró y Elizabeth acabó por observarle justo cuando dejó de pasar sus dedos sobre su pelaje.

—Estuve tan mal de verte como la compañera que siempre me entendería, sé que me he equivocado y también sé que ha sido un error considerarte un reemplazo de ella, de verla en ti siquiera. Como si fueses una parte de Rika, una prolongación de su ser y acabé dándote la relevancia incorrecta, creando injustificadas esperanzas en ti. —Dio una pequeña pausa a su discurso, sintiéndose agotado.

—Y el error ha sido mío, solamente mío y te pido disculpas. —Se llevó la mano al rostro, pasando las puntas de los dedos cerca del borde de sus ojos, el escozor le impedía enfocar la mirada, pero no había ni una sola lágrima deslizándose sobre sus pómulos, ninguna muestra de la frustración y el remordimiento que sentía y no sabía cómo reaccionar al respecto.

Observó a la que alguna vez hubo considerado su preciada compañera, le sujetó entre sus brazos y acabó por colocarla en el sofá, en unos cuantos segundos más formó un ovillo blanco en el cómodo lugar.

Aflojando y retirando la corbata de su cuello se acomodó entre las sábanas de la cama, durmiendo casi de manera inmediata, perdiéndose en la inconsciencia, sin ningún otro pensamiento.