Prólogo:

Luego de la derrota de Diablo y la devastación causada por Malthael en Santuario, la humanidad tendría problemas para volver a salir adelante. Pasaron años desde que se volvió a saber sobre los cielos o los infiernos pues, luego de ser derrotado Diablo como el mal supremo, los demonios decidieron no volver a interferir en Santuario hasta tener algún rastro de su esencia, pues temían que otros héroes decidieran emprender un viaje para eliminarlos como previamente había ocurrido. Los demonios sabían que Diablo aún vivía ya que algunos se encontraban en la fortaleza de Pandemonio cuando el ex-arcángel de la justicia Tyrael le reveló a King, guerrera divina de la fe Zakarum, que al destruirse la piedra esencial negra Diablo había quedado libre. Sin embargo comenzó a haber un conflicto interno entre los demonios, pues ninguno de los males supremos se encontraba para gobernar sus reinos en el infierno y alguien tenía que subir en la cadena jerárquica para que se estabilizaran las cosas. Por otro lado, con el conflicto eterno en pausa por lo acontecido, Imperius y el resto del concilio de Angiris tomaron ventaja y reconstruyeron las puertas adamantinas y aliviaron la mayor parte del daño causado por Diablo al arco cristalino para devolver estabilidad a los ángeles y a sus fuerzas. El tiempo pasó y la humanidad pudo sanar del daño hecho por Malthael, antiguo arcángel de la sabiduría y ángel de la muerte, y lograron reconstruir la sociedad, pero los males antiguos, las alimañas que amenazaban el mundo se habían olvidado y solo una persona en todo el mundo sabía sobre esto, pero desapareció sin dejar rastro luego de la derrota de Malthael.

En el año 2017 en una época lejana, la tecnología había avanzado, las técnicas médicas y la educación. Santuario pasó a llamarse solo "la Tierra" por motivos que se perdieron en las páginas de la historia y entraron al olvido. En Japón, en Uchiura, Numazu, 5 chicas de la academia Uranohoshi tendrían una aventura que no esperarían. Una emocionante aventura, una oscura aventura.

Kanan Matsuura, una chica de 17 años, de cabello y ojos morados y una personalidad alegre, aunque decidida, vive para la natación, es su pasión. Desde pequeña su padre y todos los instructores que ha tenido le han dicho que es un prodigio para esto y que tenía un futuro muy brillante en eso. Cuando Kanan estaba nadando nada la podía molestar, era como estar en un espacio separado de la realidad, uno de pura paz, uno en la que su mente y su cuerpo eran uno y nada podía romper la sincronía. Junto a sus mejores amigas, Dia Kurosawa y Mari Ohara, decidieron iniciar un grupo de idols. Kanan lo disfrutaba pero algo salió mal en una de sus presentaciones más importantes, Mari se había lastimado el tobillo y no pudieron bailar, por lo que luego de esto se disolvieron, Mari fue a estudiar al extranjero y hasta hoy no ha vuelto a verla o hablarle. A Dia por otro lado la veía todos los días, pues estaban en la misma clase pero aunque se sintieran mal por lo sucedido continuaron con su amistad normalmente. Dia es una chica alta, de cabello negro y largo hasta las caderas y ojos verdes brillantes, aunque lo que destacaba más era el lunar que estaba a la derecha debajo de su boca. Dia es una chica de carácter fuerte e imponente, aunque es comprensiva, buena amiga y buena presidenta del consejo estudiantil. Es una chica responsable y se preocupa por todas sus amigas, aunque su mayor prioridad claro es su hermana Ruby. Ruby es dos años menor que Dia, tiene sus mismos ojos aunque el cabello rojo y además es algo tímida. Las tres solían juntarse mucho a ver películas, salir de compras o hacer pijamadas. Además acostumbraban a ir a la escuela juntas ya que la casa de las dos hermanas no estaba lejos de la de Kanan y a esta última le quedaba de paso ir a buscarlas.

El día comenzaba con una caminata hasta la parada de autobuses entre las tres chicas para ir a la escuela, seguido de un viaje de unos 15 o 20 minutos hasta la cima de la colina y luego un corto camino hasta la escuela. Las clases podrían ser consideradas aburridas pues las profesoras solo entraban a los salones, saludaban a las alumnas y comenzaban sus clases sin más y durante todo el período no se escuchaba un alma aparte de la de la profesora. Tenían cortos recreos en los que Ruby se reunía con su hermana y su amiga a comer, conversar o hablar de cosas de chicas. Finalmente, cuando las clases acababan, Kanan acompañaba a sus amigas a su casa y se iba a la suya a hacer tareas, a comer y a descansar.

Un día, uno nuboso en el que solo se encontraban ellas de camino a la escuela, pues fueron temprano para aprovechar la escuela vacía y utilizar la biblioteca. Cuando llegaron vieron un destello de luz blanca proveniente de la escuela, un destello que, si hubieran estado más cerca quizás las haya dejado ciegas. Un destello que auguria la llegada de algo que presentían eran malas noticias y realmente, no se equivocaban.

Al otro lado del mundo, después de dormir escondida de todo y todos durante tanto tiempo que sería imposible contar, una heroína de tiempos pasados despierta, pues un mal primigenio volvería a caminar sobre la tierra, un mal que ella conocía y había derrotado anteriormente, uno poderoso, el mal supremo que haría lo que fuera por ganar una guerra olvidada entre dos razas desconocidas por muchos.