Título: Mujer de humo
Autor: Misato Mitarashi
Valoración: Adolescente. Lectura recomendada para un público de quince años en adelante
Resumen: Es una cuestión de hábitos, él lo sabe. Sin embargo, no puede dejar de pensar en sí mismo con un niño y en ella como una mujer.
Descargo de responsabilidad: No soy dueño de My Hero Academia, o cualquiera de sus personajes. El manga, anime y todo material relevante pertenecen a sus respectivos dueños, señalados en las leyes de derechos de autor. Esta es una obra sin fines de lucro, con el mero objetivo de brindar entretenimiento. Apoya el material original.
Mujer de humo
Capítulo único
A la edad de trece, Jirou desarrolla un mal hábito.
No, desarrolla no es la palabra correcta, piensa Izuku. Ella lo adquiere, de las viejas revistas de su padre, y del tiempo que pasa en mala compañía. Jirou fuma con más gracia que cualquier otra persona que Izuku haya visto: El cigarrillo acanelado baila alrededor de sus dedos y luego se desliza hasta su boca. El humo se escapa de sus labios abiertos. Jirou solo fuma en la tienda, cuando comparte turno con él.
A Izuku no le importa mucho Jirou. El viene a trabajar, además nunca se ha sentido cómodo alrededor de las niñas. Sin embargo, no puede dejar de pensar en sí mismo con un niño y en ella como una mujer. Su voz corta a través de él.
−¿Qué estás pensando? –murmura ella, un cigarrillo apretado entre los labios.
Izuku niega con la cabeza. Solo están juntos porque otros no toleran sus malos hábitos. Nunca antes habían intentado conversar.
La camisa de Jirou se raspa contra la pared de piedra porosa, mientras pasa detrás de él. Ella lleva el dinero de la registradora al cuarto de atrás. Los billetes escondidos en el forro de un All Might de peluche.
−Si vas a estar tan callado, no te importará si hablo por los dos –dice y sin esperar respuesta, añade−. Eres la peor compañía.
Izuku apenas levanta la cabeza su libreta, pero su rostro expresa clara irritación. Y como si nada hubiera pasado, continua garabateando sobre las hojas.
El reloj marca las ocho y anuncia la hora de cerrar. Bajan la cortina y antes de poner los candados, Izuku desliza la mano enfrente del rostro de Jirou, una cinta de casete entre sus dedos.
−Feliz cumpleaños –murmura, la cabeza torcida para el otro lado, incapaz de mirarla. Él no sabe que expresión le está dando ella, ni quiere saberlo. El ruido de un motor corta a través de él.
−Gracias –ríe Jirou. Antes de subirse en la motocicleta y aferrar los brazos al torso del muchacho cuyo rostro no puede ver a través del casco.
Jirou no vuelve a trabajar al día siguiente. Su reemplazo lo regaña por garabatear en una libreta.
Habían pasado dos años, pero está segura que es él. Esos rizos verdes y esa cara pecosa solo le pertenecen a él. Izuku no le habla, ni siquiera la mira. A Jirou no le importa mucho, ella piensa que el niño es un bicho raro.
Sin embargo no puede dejar de pensar que ella es la única en todo Yuuei, que sabe que esa libreta está llena de dibujos y poemas. Que es la única que nota que su uniforme huela a humo y a canela.
Ella solo sonríe cuando un casete se desliza discretamente sobre su mesa el día de su cumpleaños. Espero saber de ti el día que decidas crecer, piensa Jirou cuando lo ve perderse entre la multitud.
