Pido perdón por haber alucinado con esto, pero me llegó un mail de parte de una de las hermanas menores de mis amigas que se titulaba: =No es NO idiota=, y cuando lo leí me quedé con una sensación de prepotencia y coraje que no supe que decir. Lo reenvié y luego escribí esto.
No tengo nada en contra de nadie, todos los personajes me caen bien, solo me imaginé esto así. LEMON
Dejen que termine con lo que tengo de cálculo y me sigo de filo con Ronin, ya casi acabo, eso solo que me dio por escribir este.
Es corto, solo consta de dos capítulos, y la ADVERTENCIA es que no tendrá un final feliz. Es trágico.
El peor error en la vida
Parte I: Bajos instintos
Había sido solo una fiesta, una fiesta y nada más.
Las cosas se salieron de control, todos estaban ebrios incluyendo a sus amigas, varios tipos habían tratado de sobrepasarse con ella y no podía soportarlo más. Quería irse. Para rematar su novio, habiéndole prometido que la vería ahí nunca llegó.
-Tal vez se retrasó, tal vez esta estudiando…- pensaba en la mente para no cargarle culpa, pero lo cierto era que tenía toda la culpa del mundo por haberla dejado sola en semejantes circunstancias… -Debe ser eso, no fue su intención dejarme plantada aquí…- seguía diciéndose a si misma mientras miraba su reflejo en el baño de la casa, seguía sin comprender como era que Ino, una de sus mejores amigas, era tan fiestera y aventada al igual que capaz de hacer tales escándalos y alborotos en lo que se suponía solo era una "reunión de amigos", pero en fin, siendo su amiga no le había fallado en ir, mucho menos si iba a estar con su novio divirtiéndose. Ahora estaba desmaquillándose el poco color con el que se había arreglado para lucir bien ante el, seguía encerrada en la idea de que el que Naruto le hubiera pedido que fuera su novia era solo una fantasía, pero no, era real, era la novia del Uzumaki y eso la hacía inmensamente feliz.
Llevaban dos meses juntos y podía decir que lo amaba, en verdad lo amaba, desde que lo conoció estando en el mismo salón lo admiró y quiso desde su silencio y soledad. Ahora era la chica de preparatoria más feliz del mundo al poder verse al fin realizada al lado de quien tanto amaba y era correspondida...
Tiro el papel con la pintura a la basura. Lo extrañaba tanto… ¿Por qué no había ido a la fiesta si había quedado tan formal en ir?...
La puerta se abrió de repente azotándola a su paso y entrando uno de sus amigos que en ese estado y aspecto no pudo reconocer. Estaba tambaleante y solo pudo alcanzar a ver de reojo a Hinata mientras se lanzaba al retrete directo a volver el estómago.
Tal escena no fue bien recibida por la ojiblanco. Kiba era su amigo y compañero de la escuela, no le gustaba verle en tales condiciones, por lo que sin decir nada salió de la habitación con sumo cuidado.
Afuera seguía la juerga y todos felices, incluso podía ver a Sakura, una de sus amigas a las que respetaba y quería mucho, en pleno acto sexual en una de las esquinas de la sala con un total desconocido para ella. Era abrumador y desinhibido, ya no soportaba estar en ese lugar ¿Cómo era que todos habían perdido la cordura? Solo la cerveza los ponía así… y el sake también… y le pareció reconocer que una de las botellas también era… ¿Tequila?!
Se dirigió a la puerta todavía escapando de las miradas fugitivas de unos cuantos que le dirigían tal y como perros rabiosos en celo viendo la delicia que era su presa y pareja, pero Hinata era una chica decente, y sabía que sus amigas también… entonces ¿Cómo era que Ino hiso esa fiesta y las dos terminaron en tales circunstancias copulando con compañeros de la escuela que poco o mucho, no importaba, conocían? Y lo peor, ambas tenían novios, y con quien estaban teniendo sexo no eran ellos… ¡!
-Tranquila Hinata, ya pronto estarás en casa…- se decía mientras bajaba los escalones de la casa de la Yamanaka abrazándose de los codos y tratando de parar un taxi, pero nada pasaba por la calle, no siendo tan tarde… -¡¿Dos de la madrugada?!... pero… pero… ¿Cómo fue que me quedé tanto tiempo?...- miraba su reloj en la muñeca preocupada y descorazonada, tendría que caminar hasta alguna avenida para encontrar transporte, y eso era muy peligroso siendo mujer y yendo sola. Aunque en realidad, le hubiera valido mejor correr tal riesgo que estar con alguien a quien conocía…
-¡Hinata!- escuchó detrás de ella a penas dos metros recorridos de la casa de su rubia amiga. Ella solo volteó, tenía la esperanza de que fuera Naruto llegando tarde y siendo su salvador, pero no, no era el, no era su voz…
-Sasuke…- lo reconoció -¿Qué estas haciendo aquí?- preguntó, según ella debía estar en la fiesta golpeando al sujeto que estuviera con Sakura, pero extrañamente estaba ahí, habiéndola seguido.
El tenía una apariencia tranquila, no le gustaban los lugares llenos de gente donde casi ni se podía respirar y donde todos actuaban como completos desquiciados. No quiso beber nada pero tampoco quería llevar a los ebrios a sus respectivas casas, por lo que decidió salirse también, y ahí fue cuando la vio. Caminaba con una playera pegada al cuerpo ciñendo su escultural figura. Tenía que admitir que era una chica desbordante en belleza y poseedora de un cuerpo deseable. Llevaba un pantalón pescador, nada que una chica con malas intenciones usara para ir a una fiesta, menos con lo recelosa que era al mostrar su cuerpo, pero sabiendo que era novia de su mejor amigo había empezado a usar ropa algo más descubierta, si se le podía decir así, pues solo era algo ajustada, nada reveladora, por lo menos para lo que ella pensaba, pues en su interior, cualquier hombre querría hacerla suya al desvestirla con los ojos. Y el no era la excepción, así que fue hasta ella.
-Es demasiado tarde para que andes sola en la calle a estas horas. Deja que te lleve a mi casa- sacó la llave de su auto, siendo un chico proveniente de una de las familias más adineradas e importantes del país tenía muchos lujos.
-No… no es necesario, tomare un taxi- trató de rebatirle el gesto, al cual el se molestó un poco.
-¿Tu sola?- la tomó de la mano con dirección a donde había estacionado su auto –Nada de eso, yo te llevare- la guió sin darle oportunidad a reclamos.
-Si llamo a Neji podría venir por mí, no tienes por que…-
-¿Te parece justo molestarlo a estas horas de la madrugada solo por eso?- trató de justificarse mientras quitaba la alarma y abría la puerta del lado del pasajero para que pudiera entrar –Adelante, sube- le indicó. Hinata no quería aceptar su gesto, pero se vio obligada, en cierta forma tenía razón, no era justo molestar a su primo solamente para que fuera a recogerla, y lo peor sería la cara que pondría y el regaño que le daría por haber asistido. No era actitud de una Hyuuga.
Pasaron tres minutos y ya estaban en camino, por lo visto las calles no estaban tan vacías como pensaban a pesar de ser tan tarde, y lo único malo que podía ver en todo ello era que su casa estaba a más de media hora habiendo tráfico o no.
-Tranquila. Llegaremos pronto- trató de tranquilizarla, ella solo asintió. Para poner algo de ambiente en lo que esperaban a que cambiara la luz en el primer semáforo que les tocó, Sasuke prendió la radio. Ya no había nada, pero buscando, encontró una buena canción al aire...
Al ver la sonrisa que se escapó de sus labios se quedó muy complacido, tal vez las cosas no estaban saliendo tan mal después de todo. Por lo que bajó la vista hasta toparse con sus senos cubiertos solamente por aquella playera lavanda y por lo que podía ver, con mucho esfuerzo, un sostén negro de encaje. Su corazón comenzó a latir más rápido de lo normal, estaba emocionándose demasiado…
-¿Te gusta?- preguntó por la canción, pero ella no dijo nada más que era su favorita, por lo que subió el volumen, hasta que se acabó y comenzó lo que no se podía llamar música…
Pasaron cinco minutos sin charla ni acciones por alguno de ellos, eso hasta que Sasuke comenzó a hablar de nuevo y comenzó la incomodidad…
-Entonces… estas saliendo con el dobe de Naruto eh?...- Hinata se sintió algo extraña por eso de dobe, pero siendo su amigo y sabiendo como se hablaban entre ellos no se lo tomo a pecho ni nada de eso.
-Si, desde hace tiempo ¿Ya lo sabías no?- trató de no hablar mucho con el, pero lo sintió descortés siendo que el también era su amigo y compañero de la escuela, eso y por que estaba haciéndole el favor de llevarla a su casa a altas horas de la noche siendo que el vivía retirado también.
-¿Y te gusta?- siguió preguntando una vez que avanzaba en otro semáforo dando la luz de continuar. El era buen conductor, incluso le gustaban los arrancones y las carreras, pero lo que era estar en el mismo vehículo con Hinata era algo que quería prolongar, y Hinata, al no saber conducir, simplemente no lo notó, o por lo menos no le dijo nada.
-Claro que si, es mi novio- sonrió recordándolo, incluso se sonrojó un poco al dibujar su rostro y su sonrisa en la mente, pero al recordar que no había asistido a la fiesta bajó la cabeza al igual que la vista con algo de tristeza en su semblante. Y Sasuke no pudo pasar esto por alto.
-¿Lo quieres mucho?- siguió con sus preguntas, lo cierto era que buscaba escuchar su voz el mayor tiempo posible. Ella asintió.
-Si… demasiado…- sonrió de nuevo alzando la vista y dirigiéndola al vidrio enfrente de ella y el cielo oscurecido que aún había. Las luces de la calle iluminaban el auto y su vista deslumbrándola un poco.
-¿Y han tenido relaciones?- se comportó más indiscreto mientras subía la velocidad y no dejaba de mirar enfrente. Cuando ella no respondió por fin volteó a verla, estaba sonrojada, no mucho, pero si desconcertada por la pregunta, y por lo que el pudo leer por su reacción fue que seguro lo habían intentado alguna vez, pero no completado del todo –Vaya… así que eso es un sí…- sonrió para sus adentros así como lo demostró en la cara.
-¡Sasuke!- arremetió contra él algo alarmada y más roja.
-Ya se que no lo has hecho- contestó algo burlón por como la había puesto, ella solo se dedico a tratar de guardarse su vergüenza y sonrojo para si, pero Sasuke aún no había terminado, esa noche se sentía movido desde lo más profundo de su interior, desde el momento en que la vio caminando por la calle y sus pupilas se dilataron mientras admiraba su figura desplazarse. Algo se había encendido en el aquella vez y no desaprovecharía el momento y la oportunidad. Estaba incendiándolo poco a poco, y a esas alturas no creía controlarse.
Se sabía atractivo, el más atractivo de todos en la escuela y posiblemente de todo el distrito de Konoha, no había chica que pudiera resistírsele, nadie, ninguna excepto una: la misma que estaba llevando a su casa. La que en vez de verlo a el se había fijado en su mejor amigo, alguien a quien su orgullosa mente no pudo reconocer como novio de semejante belleza de criatura, no si desde que la comenzó a tratar mejor descubrió un extraño y penetrante interés en ella, en su blanca piel, en su oscuro cabello, en sus ojos perla, en su inocente cara y en su perfecto cuerpo lleno de delicadas y exquisitas curvas. Desde que se enteró que era novia de Naruto se planteó solo una idea en mente: apoderarse de ella hiciera lo que hiciera.
Por esa confianza y seguridad se atrevió a preguntarle aquel improperio con vagas esperanzas de que su fantasía se volviera realidad. Pero Hinata seguía siendo Hinata…
-¿Y te gustaría hacerlo…- le soltó casi como un golpe en la cara.
-¿Hacer que?...- preguntó inocentemente, pero viéndolo a los ojos y la perversa sonrisa que puso dio un respingo. En un principio supuso que se refería a Naruto, pero cuando volteó con una mirada distinta a las anteriores o alguna otra vista por ella, simplemente no pudo evitar estremecerse, con más razón cuando termino la frase…
-…conmigo?...-
Estaba helada, se quedo inmóvil por un segundo antes de abrir perpleja los ojos a todo lo que daban. Sasuke era su amigo, su compañero, alguien en quien sabía podía confiar, pero ahora, ahora era distinto, no era el, era otro, había sido remplazado por una bestia por la cual a través de sus ojos podía ver la lujuria que corría por sus venas al igual que el deseo que venia a envolverlo. Estaba atemorizada, pero se calmó al ver como seguía conduciendo mientras cambiaba la velocidad y aceleraba más.
–Vaya broma… Uhm… No-contestó por fin, casi como tratando de seguirle la corriente en su mala pasada, pero el no estaba bromeando. Su orgullo era muy sensible, y dejo a un lado su frivolidad para intentarlo más…
-¿Por qué?- preguntó serio. Hinata contestó sinceramente.
-Por que Sakura es tu novia y es mi amiga- intentó echarle en cara el hecho de que el ya estaba con alguien, pero recordando el como terminaron en la fiesta cuando el dijo que ya no estaba más interesado en ella y prefirió marcharse con otro tipo a perderse juntos en la oscuridad el azabache se sintió con más necesidad de estar con alguien esa noche. Estaba enojado, no con Sakura, pues a estas alturas ya la consideraba una cualquiera, pero si con el, por que no había previsto que pudiera avergonzarlo de tal manera. Así que siguió probando con Hinata.
-Ella no tiene por que enterarse, no le importaría, ya no somos novios si eso es lo que te preocupa- siguió diciendo con todo el descaro del mundo, por que era cierto, por lo menos a el no le importaría.
-Pero yo tengo a Naruto y el es especial para mi…- suspiro mirando por el vidrio, no le gustaban los términos de la conversación pero con solo pensar en Naruto se sentía tranquila, como protegida. Es una pena decir que el rubio nunca podría llegar a ayudarla. Sasuke se enfureció por lo que hizo, ¿Cómo era capaz de decir que el dobe era mejor que el? –Tu solo eres mi amigo- Hinata terminó clavando más profundamente la astilla que tenía Sasuke en sus necedad.
No dijo nada más, siguió conduciendo colérico y callado, pero al poco tiempo, aún estando de camino a su casa y pasando por una zona muy sola ante otro alto, comenzó de nuevo acariciando su pierna. Tenía acceso fácil con la palanca de velocidades, y la pelinegra solo le quito la mano.
-No- dijo secamente, no tenía ninguna razón para pelear con el si ambos olvidaban lo que habían hablado esa noche y no lo mencionaban de nuevo, pero el no quería dejarlo solo en una charla, por lo que trató de besarla con brusquedad sin que la ojiblanca lo viera venir. Ella trató de quitárselo de encima -Basta, ¡Basta Sasuke! ¡No lo hagas!- forcejeó con el al haberla tomado de las muñecas y vuelto a tratar de llegar a sus labios, pero ella simplemente no lo consentía.
Al escuchar un claxon atrás de ellos tuvo que parar en su cometido maldiciendo por tener que continuar conduciendo; por un segundo Hinata dio un respiro, estaba poniéndola muy nerviosa, no veía que las cosas fueran a ser tan fáciles, por que no lo eran, así que trató de bajar del automóvil, pero estando en movimiento el seguro no se quitaba. Nerviosa hasta el límite se fue al asiento de atrás para tratar de abrir las puertas y escapar, si le veía las intenciones el Uchiha seguro se frenaría y le daría tiempo para correr lejos. Pero era inútil, Sasuke tenía el control de los seguros desde su asiento.
Un intenso calor se apoderó de su cuerpo y de su mente. Perdió la cabeza. A la primera oportunidad que vio se estaciono a prisa para irse al asiento de atrás también. Ella estaba estupefacta, con un nudo en la garganta y con el miedo desbordante; Sasuke la miraba deseoso y con ansias, su cuerpo encogido por el temor, el cabello alborotado y despeinado de cuando forcejeó con él al tratar de besarla, sus deseosos labios entreabiertos con la respiración cortada, esos ojos perla temerosos y algo llorosos. Parecía estar pidiéndole al cielo que solo fuera una pesadilla, pero era real, estaba a punto de ser violada…
Quiso comenzar con calma, quería demostrarle que si aceptaba que lo hicieran por lo menos sería gentil, aunque lo cierto era que quería destrozarla y partirla en dos envuelta en placer y dolor, más si sabía que era virgen. Ella por supuesto que se negó a sus besos y a sus caricias, no paraba de repetirle que la dejara ir y que se alejara, que no quería hacerlo, pero entre más le rogaba y peleaba, el se incendiaba más. Como al perro que le niegan la carne y más la ansía babeante por saborearla...
Hinata lo empujo con toda la fuerza que tenía y que no era mucha. Solo logró hacerlo cimbrar un poco.
-Por favor no hagas esto. Por favor- suplicó tratando de defenderse con las manos y patalear con las piernas, pero Sasuke era más fuerte que ella, así que solo la ignoro besando y succionando la piel de su cuello. Ella se sentía terrible, no podía hacer nada. En uno a de tantas patadas sueltas que tiró al aire él logró tomarla, abrirla y colocarla alrededor de su propia cintura, así le daría más acceso a ella.
La tomo de ambas muñecas nuevamente y la hiso hacia atrás para comenzar a morder sus senos encima de la playera, casi como se de un tajo pudiera desprenderla de la prenda.
-¡No! ¡Por favor! ¡Detente!...- intentaba nuevamente, pero seguía sin escucharla –Por favor, no lo hagas, por favor, déjame ir- rogaba con todas sus fuerzas y su llanto de cristal. El seguía ignorándole, solo se preocupaba por si mismo y por cometer tal acto.
-Deja de hacerte la difícil, sabes que va a pasar- le susurró al oído con voz ronca mientras ella seguía peleando. En un golpe de suerte y astucia colocada debajo de el la acomodó mejor en el asiento. No dejaba de moverse, no dejaba de pelear, no dejaba de besarla y de frustrar todos sus intentos por quitarlo de la posición en la que estaba.
-¡No! ¡No! ¡Por favor ayuda! ¡Alguien ayúdeme!- gritaba fuertemente mientras trataba de decirse a si misma en la mente que solo era una pesadilla, una horrenda y terrible pesadilla de la que pronto despertaría, pero no, estaba ocurriendo… -Naruto… por favor… ayúdame…- clamó tratando de no llorar, pero le era imposible. Sasuke había empezado a bajar el cierre de su pantalón y recorrer un poco su ropa íntima. Sentía como la mano intrusa del azabache se había infiltrado en su sexo hasta buscar la entrada de su placer y comenzaba a acariciarla suavemente, comenzó despacio pero aumentó la velocidad así como ella se retorcía de placer y horror en el asiento por esto, aún cuando estaba inmovilizada -¡Por favor detente!- suplicaba aún más –No lo hagas- lloraba amargamente mientras sentía como todo su peso caía sobre ella al haber una vez sacado su miembro erecto del pantalón negro de mezclilla que llevaba. Lo sentía grande, caliente y fiero. No paraba de llorar.
Reclamó sus labios con necesidad, al colocarlo en la entrada de la joven, esta soltó un grito que ahogó con su boca cuando la besó con más profundidad. Su lengua recorría toda la cavidad de esta, sentía su humedad, sentía como trataba de gritar y hablar, como trataba de pelear una vez más para quitárselo, pero no podía, era más fuerte que ella.
Acarició su sexo utilizando tambaleante su miembro con más fervor, notaba lo caliente que estaba y lo húmeda que estaba poniéndose. Estaba lista para el. Siguió besándola hasta que se apartó un poco de ella para dejarla respirar, estaba sin habla, le había robado todo el aliento, tenía su sabor en toda la boca y el aún estaba degustando el de ella. Trató de decir algo, pero se sentía inmóvil y sin voz, eso hasta que regresó a besar su cuello y lamer su piel, estaba nerviosa tenía miedo, eso la había hecho transpirar, una muy leve capa estaba sobre su piel y era salada, lo cual para Sasuke fue lo mejor que había probado en su vida. Ya no lo soportaba, estaba desesperado, ya no quería esperar más…
-¡¡HAA…- gritó al sentir como la barrera de su virginidad era rota con fuerza con esa primera y violenta penetración. Terminó siendo callada por Sasuke otra vez. Las lágrimas mojaron la mano del pelinegro deslizándose por sus dedos, el placer que las paredes angostas y únicas de Hinata le producía era embriagador, mejor que ninguna otra adicción. Tuvo que pasar cerca de medio segundo para disfrutarlo y hacer que ella se acostumbrara, no había parado de sollozar desde la primera embestida, si supiera lo que le esperaba, a penas estaban empezando…
Salió de ella para volver a entrar esta vez con más fuerza, ella soltó otro grito nuevamente, más que placer la estaba hiriendo, pero eso a el no le importaba, no le importaba el amor, solo hacerla suya y deleitarse de su cuerpo. Nuevamente salió y volvió a entrar, comenzó a subir la velocidad de sus embestidas sintiendo ambos el choque y la fricción de sus sexos, Hinata estaba tan partida de dolor que apenas si tenía fuerzas, la estaba haciendo gemir, su cuerpo tenía la misma movilidad que una muñeca de trapo, una bella y delicada muñeca de trapo que estaba siendo masacrada con placer y dolor.
La velocidad de Sasuke era mortal, el placer que producían sus movimientos dentro de ella era insoportable al igual que una tortura, quería que todo se terminara, pero cuando trataba de actuar contra el cuando salía de ella, al volver a penetrarla se partía deteniendo de tope su intento y lastimándola más. Acabo rindiéndose dedicándose solo a llorar y gemir, implorando vagamente con palabras débiles que se detuviera.
-Ya no más…- balbuceaba antes de volver a arquear la espalda cuando volvía a penetrarla, esta vez con más fuerza y llegando más profundo todavía –Detente…- hablaba a penas audible, pero el no la oía –Por favor… ya no puedo…- … sintió como su mente se desvanecía… era su límite…
Pasó una hora o quizás más cuando por fin se vio saciada su sed y necesidad, por fin pudo correrse dentro de ella. Había cumplido con su tarea y sus deseos estaban calmados ahora, solo que al mirar a la joven, débil y destrozada chica que tenía debajo de el llorando amargamente mientras trataba de no seguir soltando sollozo tras sollozo le llegó de golpe lo que había hecho. Sintió la culpa, pero había querido hacerlo, y lo hizo.
Se hizo hacia atrás y se limpio mientras se cerraba el pantalón casi como si no hubiera pasado nada. La pelinegra utilizó sus pocas fuerzas para sentarse y subirse la ropa también. Estaba herida y ultrajada, tenía deseos de morir…
¿Cómo explicar que el mejor amigo de novio te había violado?
-No puedes decirle de esto a nadie- comenzó a hablar recobrando la postura y respirando profundo, ella secaba sus lágrimas solo para tener que hacerlo nuevamente al volver a caer de sus ojos como diamantes, no tenía voz para hablar, solo lloraba. Sasuke seguía con la culpa a medias, no quería hacerse responsable, pero tenía que hacerlo, después de todo y de una manera muy bizarra, el la quería –Escucha…- acarició su mejilla levemente a lo que ella le quito la mano, no quería que la tocara nuevamente –Sabes lo que siento por ti ¿verdad?- la miro con una cara enigmática con la que no se podía saber a ciencia cierta si era sincero o no. Hinata solo seguía llorando.
-Llévame a mi casa- se hartó de estar con el. En esos momentos lo odiaba con todas sus fuerzas...
Sasuke obedeció, se había aprovechado de ella y Hinata callaba, parecía no ir a mayores, por lo que condujo hasta su casa y la dejo en la entrada. En cuanto salió del auto corrió sin detenerse hasta su cuarto y se soltó a llorar en su cama, deprimida y llena de frustración… ¿Cómo carajos iba a explicar lo acontecido?
-¿Por qué?...- lloraba dolida del cuerpo y del alma… -¿Por qué?...-
Solo había sido una fiesta, un prometido encuentro con su novio, un gesto amable… ¿Cómo fue que todo se volteó contra ella?
-¿Por qué Sasuke? ¿Por qué?...- continuó llorando el resto de la mañana.
Que cruel soy
Pero me llene de… no sabría explicarlo.
Bueno, comenten.
