"Miradas"

Llega a vivirse años enteros junto a un ser humano sin verlo.

Más he ahí que un día levanta uno la mirada y lo ve.

En un instante, no se sabe por qué ni cómo, hay algo que se rompe.

Y dos destinos se mezclan, se confunden

y precipitan.

-Karl Frenzel.-

Los ojos de él, eran negros, profundos y fríos.

Los de ella, eran verdes, brillantes y tristes.

Esa fue la primera vez que se vieron y tan solo de reojo.

El buscaba fuego.

Ella oro líquido.

Apenas si se dieron cuenta de la existencia del otro.

En mucho tiempo, sus caminos ni siquiera se cruzaron.

Ella estaba destinada a un príncipe.

El a la más poderosa de las guerreras mágicas.

Ella fue proclamada reina con tan solo 21 años.

Él, capitán de la guardia unos años después de la coronación.

Y hubo una guerra…

Devastadora, aterradora y maligna como todas las guerras.

La traición se llevo al rey de los ojos de sol.

La batalla apago el fuego y la risa de la guerrera mágica.

Ella hizo del negro su color.

Él del dolor su bandera.

La reina asumió valerosamente el papel del difunto rey.

El caballero se convirtió en su sombra, atento a cualquier señal de peligro a su alrededor.

Dos años después de la guerra, se encontraron frente a las piedras blancas en memoria de aquellos que se había ido.

Se miraron.

Obsidianas y esmeraldas reflejaban lo mismo: dolor, tristeza y soledad.

Ella se deshizo en llanto, el tomo su mano en señal de apoyo y la saco de ahí.

Fue extraño para ambos, pero se sintió bien.

Y empezó a pasar que cuando ella estaba ansiosa buscaba de reojo los oscuros ojos del caballero, y que sin querer, él rozaba su mano con la suya cuando se sentía incomodo.

En una apacible tarde de vuelta de una reunión con los nobles, él se apuro a ayudarla a bajar del carruaje como acostumbraba y ella tropezó con el peldaño para caer justo en sus brazos.

Obsidianas y esmeraldas se encontraron y ambos se sonrojaron como colegiales.

Los siguientes cuatro días evitaron mirarse, pero la noche del quinto, se encontraron uno frente al otro en un corredor, con ojos cansados por las noches pasadas sin poder dormir.

El destino había entretejido una nueva red para ellos dos, y no los iba a dejar escapar fácilmente.

Se miraron a los ojos y supieron que les pasaba lo mismo, hablaron toda la noche de su soledad y sus miedos, de lo que experimentaban cuando estaban cerca uno del otro.

El del irracional deseo que sentía por protegerla.

Ella de cómo la soledad se iba gracias a que sabia que el estaba siempre detrás de ella.

Y se miraron…

Los ojos de ella brillaban como hace años no lo hacían, en los de él, había candidez y dulzura.

Sus manos se entrelazaron y sus bocas también.

De nuevo hubo un Rey en Céfiro y la reina volvió a llenarse de luz.

FIN


Saludos!

Un pequeño oneshot con una pareja muy poco usual por no decir bizarra XD.

Me surgió la idea de un antiguo fic que leí en la pagina de Jose-Chan.

Latis no es santo de mi devoción pero la idea me pareció interesante.

Espero con ansia sus opinines ;)