~ Disclaimer: Personajes y Situaciones de Fullmetal Alchemist no me pertenecen, sino a Hiromu Arakawa, yo solo quise escribir un poco...

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La dulce melodía infantil se repetía en su mente, una, diez, mil veces… era una rutina constante, lo recordaba muy bien, la tarareaba incluso en su impecable y enorme despacho, antes cuando podía seguir el incesante ritmo incluso con los dedos sobre la caoba lustrada, sus dedos, un movimiento en una canción de ternura, no en uno que causara muerte, no en uno que le creara tensión, uno que le traía la presencia en aquel momento de aquello tan preciado.
Quien le viera ahora… Destruido, demacrado, con un enorme agujero en vez de corazón. Lo había destruido todo. No había dejado ni un mínimo lugar para construir (O reconstruir) nada. Y no iba a llorar, no podía llorar. Había responsabilidades, el mundo seguía igual. Y él seguía ahí.

Su mente estaba nublada, no sabía bien que había hecho, que había pasado. No era capaz siquiera de agarrar la botella de whisky y empinarla hasta que su consciencia también se nublara. No. Cada musculo de su cuerpo, estaba paralizado, y cuando intentaba moverse, miles de agujas le causaban un dolor frío. Frío. Agujas de hielo que no le permitían casi respirar.
¿Qué había hecho? ¿Cómo había llegado hasta ahí? Parecía que sus recuerdos se borraban más rápido de lo que podía pensar, la angustia se apoderaba de él más a cada momento. Se llevó ambos brazos cruzados sobre los hombros, agarrándolos fuertemente, clavándose los dedos en un intento vano de darse calor y protegerse contra esa sensación de oscuro invernal. Él tenía el control, pasara lo que pasara, había algo más grande, más importante que él, no podía dar rienda suelta a ningún tipo de impulsividad.

Era tarde. No había posiblemente nadie más en aquella oficina. Apenas con fuerzas, se levantó hacia la ventana, apoyándose en el marco de la misma. Todo afuera parecía normal. Pero él sabía, en lo más profundo de su ser, que esa tranquilidad no era verdadera
Agarro las cortinas con una de sus manos enguantadas, apretándola. ¿No había hecho ya lo suficiente para pagar sus pecados? ¿No había sacrificado lo suficiente? La rabia comenzó a cegarlo, oscureciendo su mirada y tensando cada uno de los músculos de su cuerpo. ¿Es que acaso no debió haber sido aquel su maldito sueño? ¿Podía haber estado todo mal desde el principio? Podría haber sido la basura más grande del mundo, podría haber vivido una vida que el considerara aburrida, pobre, carente de tantas emociones, en vez de la vida desagradablemente pomposa y bullada que llevaba ahora como führer.
Podría haber sido un cualquiera en una guerra, haber sufrido las mismas o peores penurias ¿Igualmente habría terminado de aquel modo? Bajó la mirada, liberando el cortinaje. La melodía no se había detenido en sus pensamientos en ningún momento.
De algún modo, le daba una sensación de irrealidad que le ayudaba a alejarse de la angustia, de ese vació de frío dolor.
Le dio la espalda a la ventana, y se concentró en aquella oficina, en cada detalle, en cada fino acabado… No merecía nada de esto, pensó, pero en realidad no sabía (o no quería saber) por qué. Se acercó al escritorio, revolviendo descuidadamente los papeles tirados en el piso, junto a todo lo que en algún momento había estado prolijamente ordenado encima.
En un intento inconsciente por aferrarse a la tranquilidad que tenía, comenzó a tomar cada uno de los papeles, para dejarlos lo más ordenado posible encima del mueble, la tinta derramada era imposible de limpiar, pero volvió el tintero a su lugar, también la pluma, los sellos… Y luego, tomó lo que parecía el marco de una fotografía, del mismo modo en que había tomado todo lo demás, hasta que sus ojos se desorbitaron nuevamente, sintió una desesperación tanto o peor de la que sentía hace apenas unos minutos. Las agujas de hielo se clavaron fuertemente en sus sienes. Sus dedos, manchados con tinta, sostenían fuertemente aquella imagen de él, ella y aquel pequeño niño. Su Riza… Y su hijo.
Entonces no pudo soportarlo más, no pudo esquivarlo más, soltando un prolongado grito, con la foto aferrada aún se puso a llorar.

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Bienvenidas/os Todos, es mi primer Fanfict que me animo a subir... tan solo espero que el formato esté acertado. Muchas gracias desde ya por pasarse a leer, y cualquier cosa, me dejan un review.
Muchos Saludos.