Disclaimer: Si fuéramos J.K.Rowling seríamos ricas, rubias y tendríamos a mil criados que nos dan todo lo que queremos… ¿De sueños se puede vivir?
Notas de las autoras:
Karah (Mi Ylo): ¡Hola gente hermosa! Bueno… Pues nada, aquí estamos metidas, en una loca producción de K&E, que por cierto, la cosa pinta bastante bien… espero que os guste la historia, y pues… decir que Eliz es de las mejores personas del mundo, por no decir la mejor y que ha sido un honor hacer este fic con ella como compañera . Y sin nada más que decir, os dejo con el comentario de mí aquí, compañera de mar y de aventuras.
Eliz (Yohooo): ¡Hola mis nabos de toda la vida! Aquí estamos la Ylo y yo con un nuevo fic que os va a gustar… ¡Os va a encantar! ¡No vais a poder dejar de leer! Que va…¡Eso esperamos! Y nada…He de decir que Karah es el cerebro de esta organización (Si, si, no te ruborices) y yo…la morena tonta Y aquí un mensaje para ella: ¡¡¡Amoreeee! ¿Sabes que hace más o menos un año que nos conocemos? Si...Un año, ¡que rápido! Y nada…Que te quiero muchísimo, y que parte de mi es por ti, y…Que eres una estupenda persona ¡Que se va a comer el mundo! No te olvides de mi ¿vale? Y…Eso ¡¡¡¡¡Os dejamos con el fic! (8) Yoho…Un pirata soy (8)
oOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo
Cuenta la leyenda…
"Sucedió una vez… En tierras lejanas, con distintos vientos y distintas personas. Condené mi alma a amarle y él la destrozó sin pensarlo, al conocer mi identidad. Ahora necesito buscarle… Quiero encontrarme con sus ojos azabaches otra vez… Tal vez quiera, venganza"
Lily Evans, 5 de Mayo de 1802
Escrito por Karah y Eliz
oOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo
Cuenta la leyenda…
Capítulo 1.- Entre Suspiros
Un suspiro… eso es lo que se sentía constantemente en la habitación de un barco. Había perdido la cuenta de cuantos había echo ya, en esa media hora que llevaba encerrada allí. No quería que su tripulación la viera decaída, intentaba mostrarse fuerte, decidida y alegre como siempre cuando estaba con ellos, pero desde hacía seis meses atrás, fingía todo sentimiento cuando estaba con ellos. Solo dos compañeras suyas sabían con certeza lo que pasaba por su cabeza, Karah Ylonen y Eliz Stone.
Golpearon suavemente la puerta del camarote, alejándola de los pensamientos, y trayéndola de vuelta a la realidad. Se colocó un mechón de pelo rojo detrás de la oreja y fijando sus ojos verde esmeralda, fue a abrir la puerta, encontrándose detrás de ella con sus dos amigas, sonriéndole amistosamente.
-Lily, hemos conseguido averiguar quien era aquel hombre-Elizabeth Stone, morena, que el pelo le llegaba un poco por encima de los hombros, de ojos verdes entró con la alegría reflejada en su cara. Delgada y de buen cuerpo, era la jefa de combate, quien entrenaba a los piratas y los distribuía por grupos. Odiaba su nombre, por eso ordenaba a todo el mundo llamarla Eliz. Tenía buen carácter, era simpática, extrovertida y siempre ayudaba a la gente cuando lo necesitaba. Era tímida y romántica y nunca le faltaban pretendientes, aun que cuando de luchar se trataba, era la mejor en el arte de dominar la espada o el cañón.
Karah relevó a su compañera añadiendo la información- Es poco lo que sabemos, se llama James, y según gente que le vio, sus amigos le llaman "Prongs"-La chica era alta, la más alta de las tres y bastante delgada. Era castaña clara, con mechas rubias y unos ojos azul cielo, que podían cambiar dependiendo de su humor, hasta azul-grisáceo o gris. Tenía a muchos chicos detrás, por su fama de conquistadora, y es que Karah conquistaba a quien quería, ya sea guiñando un ojo sensualmente o regalando una sonrisa coqueta. Tenía un genio del demonio si la hacías enfadar, era simpática, alegre, extrovertida, la más alocada del grupo, pero cuando se tenían de hacer estrategias, era de las mejores estrategas del mundo, y los mapas, los hacía y guiaba el timón como si hubiera nacido para ello.
Lily les miró agradecida y preguntó-¿Qué tiempo hace fuera?
-Un sol del demonio-Respondió Karah-Se nota que este verano hará calor, y solo estamos en primavera…
-Dúchate, ponte algo cómodo y fresquito, que a media noche iremos a cualquier isla que nos quede cerca a llevarnos un buen botín-Le aconsejó Eliz, y llevándose a Karah del brazo, dejaron a la pelirroja sola. Volvió a suspirar y miró su camarote. Lejos de ser pequeño, era bastante grande, y estaba dividido en tres habitaciones. Una era la que estaba ahora, que era el despacho de la Jefa de la embarcación. La estancia se componía por un escritorio y una silla muy cómoda, unas cuantas estanterías con libros, y otras con informes. Varios cuadros adornaban las paredes de madera, haciendo del despacho, más acogedor y más íntimo. El despacho tenía dos puertas más, una que daba al baño, y la otra que era la de su habitación.
Entró a la primera, y se adentró al lavabo. Era más pequeño que el despacho, obviamente, pero no menos elegante que el. Había un jacuzzi en el centro, al lado una bañera, un lavabo, un bidet y un pequeño fregadero oxidado, ya demasiado usado, para levar sus manos. También había un armario donde guardaba las toallas y los jabones. Cogió una toalla del armario, y dejándola encima de un banquito que tenía allí, abrió los grifos hasta llenar la bañera. Se despojó de la ropa y se adentró lentamente en la bañera. Giró la llave hacia el otro lado y el agua cambió de cálida a fría. Odiaba lo cálido. Prefería mil veces, una buena ducha de agua fría con la cual despejar las ideas. Y eso estaba haciendo en aquellos momentos.
Se había obsesionado totalmente con aquel chico, pero después de todo, no era más que una de sus innumerables aventuras. Pero… La pregunta, en realidad sería: ¿Por qué no era capaz de olvidarle? La sensación de estar de nuevo en sus brazos, de sentir de nuevo sus labios contra los de ella, sus palabras, cargadas de cariño y pasión. La increíble sensación de perder la mano entre su pelo. Todas aquellas sensaciones superaban en creces, cualquier otra que hubiese tenido alguna vez.
Salió de la bañera envolviéndose en una dulce toalla de seda y se precipitó a cerrar los ojos, mientras comenzaba a caminar. Si… Debía reconocerlo, necesitaba urgentemente volver a verle. Que ella fuera pirata, no significaba nada. Aunque…Si lo pensabas, de modo diferente, si que lo era. Nadie quiere nada con los piratas, los llaman "Los apestados bravucones de los siete mares" Robamos, matamos, tenemos el mundo a nuestro alcance. Todo el mundo teme a un pirata, y era normal, que ese "James" quisiera alejarse de ella.
Comenzó a vestirse con su ropaje de pirata, ya expuesto encima de la cama. Y entonces…Lo comprendió. Lo sabía y había reprimido ese sentimiento durante mucho tiempo. Le había dolido demasiado que la rechazara. Era la primera vez que lo pensaba directamente, pero la realidad, y eso es lo que necesitaba su mente para descansar en paz. Quería venganza.
Ya vestida, se acercó al espejo de la puerta del armario, para colocar su sombrero, de manera correcta. Lily Evans… Una singular pelirroja de unos hipnóticos, ojos verdes. De figura esbelta, tenía un carácter, realmente extraño que le hacía diferente a los demás. Dependiendo del viento, su humor cambiaba. Era romántica, y aunque lo negara rotundamente, su mayor debilidad era ser demasiado enamoradiza. Era jefa de los piratas, aquel era el sueño de toda una vida. Cuando era pequeña, se escapó de casa y vivió cinco años de lo que lograba encontrar por la calle. Tras pasar la adolescencia, con diez monedas de oro, que había guardado durante todo ese tiempo para su "Gran Momento", compró uno de los barcos más grandes de toda Inglaterra, al cual lo llamó: El cofre Escondido.
Meses después de zarpar por primera de puerto, contrato a exactamente, ocho hombres y una mujer, esa mujer era Karah. Al igual que Lily, era su sueño desde pequeña, pero era de clase alta y eso fue lo que le impidió marcharse en unos años. Pero una mañana decidió colgar el vestido y coger su adorado sombrero y unirse a la tripulación que más adecuada le pareciera.
Tres años después, encontraron a Eliz. En este caso, ella no quería ser pirata. Lo hizo a la fuerza, aunque con los años acabó haciéndose a la idea, de que aquello, era para lo que de verdad valía. Ella era hija del emperador, y una noche, mientras todos dormían, "El cofre escondido" asaltó la ciudad, robaron botines, amarraron a los ricos, pero su fortuna y su desgracia, fue que el viejo David Rasmurd raptara a la bella chica, en etapa adolescente.
La encadenaron y le ordenaron que desvelara donde su padre guardaba su tesoro. Pero no desveló nada. Ni tan siquiera dijo una palabra, hasta un año después. Sus padres dejaron de buscarla, al darla por muerta y ella se quedó sin saber a donde ir. Lily le ofreció un cargo de pirata, pero fue cuando ella, le exigió algo más de su estilo, un cargo de mayor importancia. La capitana sonrió y le impuso el reto de batirse en duelo contra el mejor espadachín: Lord Muller.
Y tras la atenta mirada de todos, Eliz consiguió tirar por la borda al viejo Lord Muller, el cual fue sustituído por ella, convirtiéndose así, en jefa de combate.
-Ya basta-ordenó Lily a su mente-. Basta de recuerdos, basta. Nada puede cambiar, ni que James salga de mi vida, ni Eliz pueda volver a lo que una vez, llamó hogar. Este es su hogar.
Salió del camarote y subió las escaleras que conducían a cubierta. Se asomaba una hermosa mañana por los confines del océano pacífico, la brisa ondeaba hacia el noroeste y todo apuntaba que sería un día, un tanto monótono.
-Lily-la llamó Karah. Esta estaba revisando un mapa de la isla más cercana-. Esta tarde podríamos embarcar en Tidilus, es una isla a unas escasas veinte millas de aquí.
-¿Tidilus eh? Si, pon rumbo hacia allí, nos vendría bien. He oído hablar de ella, tiene buena mercancía y ricos a los que estafar-Karah expuso una sonrisa pícara mientras Lily también le dedicaba una de las suyas- Se lo propondré a Eliz, para que a sus hombres. Lo haremos de noche, como siempre.
Lily se acercó al extremo opuesto del barco, subió por el lugar del timonel y se acercó a observar lo que ya era habitual para aquella tripulación.
-Oh vamos Jeff-le gritó Eliz sonriendo desde la otra punta-. ¿Eso es lo mejor que sabes hacer?
Jeff Stuart, era un joven inexperto que acababa de ingresar en la tripulación, era de la misma edad que Eliz, y ambos eran los más jóvenes de la tripulación. Todos los tripulantes rodeaban la pelea, ambos llevaban espadas y estaban en extremos opuestos.
Karah se acercó a Lily e hizo un ademán con los hombros. Lily le dedicó una sonrisa satisfactoria.
-Veo que hay cosas que nunca cambiarán-inquirió Karah con una sonrisa.
-Por supuesto, ¿Qué esperabas?-declaró Lily objetando como si fuera algo imposible de solucionar.
Eliz dio un salto y continuó la batalla. Jeff era rápido, ella también, el rechinar de las espadas sonaba cada vez que estas se juntaban. El chico dio un fuerte golpe en el pecho de la chica, haciendo que esta cayera por la proa del barco. Todos se precipitaron hasta allí para vislumbrar si había caído al agua. Allí estaba agarrada al barco con una expresión coqueta, dio un pequeño salto mientras agarraba a Jeff por el cuello.
-Y muerto-finalizó Eliz-. Muy bien Jeff, al final conseguirás tirarme.
Este sonrió ruborizado y le estrechó la mano a la "jefa". Karah le silbó. Eliz miró hacia arriba y subió rápidamente, para comprobar el estado de ánimo de Lily, después de todo seguía preocupada.
-Lily, dime, ¿bien todo? ¿Sigues…eso?-intentó preguntar Eliz intentando parecer despreocupada.
-Si, Eliz, estoy bien, solo es una pequeña obsesión. Esta noche asaltaremos la isla de Tidilus. Prepara a la tripulación, esta noche lo quiero todo, y cuando digo todo, es todo.
Eliz sonrió y salió a cubierta dando un grito, haciendo que los tripulantes giraran la cabeza.
-¡A Tidilus esta noche! Afilar las espadas, caballeros-declaró esta sonriendo a sus marineros. Se giró para hablar con sus amigas-. Mmmm…Tidilus, me han dicho que hacen allí unas croquetas estupendas.
Las tres rieron al instante, pero la risa fue interrumpida por un leve taconeo que si hizo más intento a la vez que la bella mujer se aproximaba.
-¿Mejores que mis croquetas?-Alice Mathews les mostró una pequeña bandeja de aperitivos a las bucaneros.
-Mmmm-exclamó Karah-. Eliz exagera, no hay nada como tus croquetas.
Alice Mathews, una mujer que rodeaba los veinte y pocos años, era la cocinera del Cofre Escondido. Era amable, cariñosa y querida por todos desde el primer momento que llegó al barco. De desmesurada belleza, sus ojos grises alteraban el orden del viento, al igual que su cabellera rubia dejaba en un trance a los jóvenes marineros, ya encandilados por su inmejorable belleza.
-Lily, querida, tienes el cinturón de oro en tu dormitorio-le comunicó Alice inclinando la cabeza. Entre ellas, había una relación de cariño y respecto, ya que Alice no ignoraba que Lily fuera la capitana del barco.
Lily inclinó la cabeza, retransmitiendo un "gracias" a través del gesto. Se alejó un poco de la multitud, mientras Karah y Eliz trazaban diferentes planes acerca de cómo asaltarían la ciudad, si habría botines, y ricachones a los que estafar mucho dinero.
La pelirroja se dejo llevar hasta la popa del barco. Era extraño… Tidilus, como le sonaba aquel nombre. Aquel chico lo había mencionado. Si… Tidilus…
"Cuando era pequeño, solía ir a un sitio especial, allí viví con mis abuelos durante quince años. La isla se llama Tidilus"
El corazón comenzó a acelerarse. ¿Y si le encontraba allí? No sabría que hacer, ni que decir…
Quería ir a Tidilus. Le encontraría, y le preguntaría que tenía en contra de los piratas. Buscaría a James.
Buscaría su propia libertad.
Buscaría… Venganza
¡¡Dejanos reviews! ¡Seremos felices con eso! ¿No quieres nuestra felicidad? Si la quieres… ¡Solo tienes que darle a Go!
¡Vamos!
¡¡¡Que es gratis!
¡¡Miles de besos y abrazos!
¡Os queremos!
Karah y Eliz
P.D. Al amargado que no quiere nuestra felicidad…Sabemos donde vives. ¡Ah! ¡Próximo capítulo: "Tidilus"!
