Corría apresuradamente intentando salir de este camino sin una pizca de luz, esperanzado de por fin encontrar la salida
Su respiración agitada, el sudor perlando su cuerpo. Sentía como si hubiera estado en ese camino por un gran largo tiempo, años –literalmente- siendo rodado por la tenue negrura.
Sus movimientos comenzaron a ser errantes, trastabillaba continuamente.
Al estar tan agotado la idea de ser absorbido por la oscuridad resultaba algo... Tentador.
Pero había algo, algo que le decía que debía continuar, que ya era hora de encontrar la salida…De salir de la oscuridad de una vez.
Pasaron segundos, minutos o quizás horas y cada vez sentia como la-poca- esperanza se escapaba de sus manos.
A pesar de todo, siguió corriendo por quien sabe cuanto tiempo y alli observo esa pequeña luz.
-¡La salida!- Susurró, dando un ultimo esfuerzo a pesar de que sus músculos se desgarren por el sobre- esfuerzo.
Cada vez esa diminuta luz incrementaba al compás de sus pasos.
Llego el momento que la luz lo cegó y cerró los ojos por tal intensidad. Parpadeo confuso comenzando a acostumbrarse y cuando observo a su alrededor, los vio.
Allí estaban, a pesar de todo, el equipo 7.
Naruto sonriendo ampliamente y gritando - Por fin dattebayo!-, Kakashi sonreía cerrando su único ojo visible mientras con la otra mano sostenía su tan querido icha icha y Sakura lo observo y le dedico una sonrisa solo para el, como todo los integrantes del equipo lo hicieron.
-¡Bienvenido a casa sasuke-kun!-
Si…Por fin había encontrado la luz de su camino de oscuridad.
