-Prólogo-

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen a mí. Le pertenecen a su creador, Masashi Kishimoto sin embargo la historia fue concebida por mí.

Género: Alternative Unvierse (AU)

Advertencias: Posible Lemon

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Cuarenta y ...¿veinte?

La vida se había vuelto monótona.

Por más que se movía sentía como su propio trasero picaba de tanto estar sentada. A su lado estaba su mejor amiga Ino Yamanaka. Las dos se enviaban papelitos aquella tarde de abril.

—Me quiero largar—escribió la rubia—, odio esta clase.

—Yo también, pero... ya hemos faltado mucho debíamos entrar a esta clase sí o sí.

—Tonterías Hinata, ambas sabemos que somos un caso perdido en economía Sarutobi nos reprobará.

—Ni que lo digas...

Hinata recordaba muy bien aquel día fue hace tres meses. Había iniciado el año escolar y para haber sido el primer día fue el peor, el maestro le había bajado dos puntos a su calificación final. ¿El motivo? Estar mandándose papelitos con Ino Yamanaka.

Desde siempre había odiado la materia, desde que iba en primer cuatrimestre de la Unviersidad pero las causas se agudizaron cuando su maestro fue Hiruzen.

Resignación, era lo único que le quedaba.

—¿Vendrás a la fiesta?—Hinata recibió el papelito por debajo de su banca.

Hiruzen escribía algunas cifras en el pizarrón al mismo tiempo que decía algo. Sin embargo, Hinata estaba demasiado ocupada en sus propios pensamientos como para escuchar los de ese viejo.

—No lo sé—escribió—, no he hecho mi tarea de filosofía.

Ino suspiró, y puso su mano en la mejilla.

Todos los alumnos miraban el gran reloj que estaba en medio de la pared.

Media hora... sólo media hora.

Hinata quería salir, perdirle a Hiruzen que la dejara abandonar el salón de clases. Además, ella había estado bastante intranquila ya que había peleado con su novio desde hace dos semanas.

—¿Cómo van las cosas con mi primo?—otro mensajito le llegaba a Hinata.

Miró a Ino de reojo.

—No lo sé, si pudiera llamarle lo sabría ¿crees que si le pido permiso a Hiruzen me deje salir?

—LOL, no—respondió Ino—ese viejo es un amargado.

—Queda poco menos de media hora, saldré corriendo al pasillo y haré la llamada.

—Naru-kun es un idiota, mira que ponerse celoso...

Hinata interrumpió su importante labor de enviar papelitos cuando se dio cuenta de que todo mundo estaba más callado de la habitual.

"¿Nos han descubierto?" pensó.

—Y bien, doy por concluida la clase de hoy.

Pequeños murmullos se escucharon alrededor.

—Les daré un aviso importante, a partir de hoy seré el director y también dejaré de ser su maestro sé que es algo muy difícil para ustedes.

Hinata alzó su ceja "Viejo sarcástico"

—Pero no se preocupen por sus clases ya que vendrá un nuevo maestro a impartirles estas bellas lecciones. Espero que no se sigan enviando papelitos entre las clases, el nuevo maestro es un poco exigente—Ino miró con complicidad a su amiga—. Hablo de ciertas personas en este salón, por si les quedaba la duda—Hiruzen carraspeó su garganta, tomó los libros que estaban en su escritorio y observó a los alumnos— .Mucha suerte en sus estudios.

La puerta se cerró, causando confusión entre todos.

—Venga, ya decía yo que la vida no es tan mala—Ino sonrió—¿qué opinas? ¿vamos después de clases al bar de Lee? O quizá ¿podríamos ir al centro comercial?

—Ino, olvidas que acabo de entrar a trabajar—Hinata hizo un puchero.

—Es cierto, lo siento.

—Déjalo así, ¿puede ser en otra ocasión?

—¡Obviamente!

Hinata se levantó y dejó su mochila en su banca. Odiaba su vida de pies a cabeza, empezando por ella.

Su vida era una monotonía, una enfermedad llamada "costumbre", su madre había muerto desde hace diez años. Y su padre era un hombre que se dedicaba las veinticuatro horas al día en el negocio familiar. Cuando ella le dijo "quiero estudiar sociología" la mandó al demonio. ¿Quién se haría cargo de la empresa Byakugan?

Fue una mañana de invierno, en la cuál ella abandonó la capital de Japón en busca de sus sueños, ya conocía a Ino desde tiempo atrás y ella le ofreció alojo en su pequeña casa la cual estaba ubicada en Konoha. Hinata sabía muy bien que la vida cambiaría, huyó de su casa para estudiar lo que quería aunque también debía partirse en muchos pedazos para conseguirlo, y uno de esos pedazos consistía en trabajar. Cosa que nunca había hecho.

—¿Naruto?

La Hyuga esperó a que alguien contestará, estaba escondida en los baños del segundo piso.

Pero simplemente se escuchaba el "rin...rin...rin" característico. Cerró sus ojos decepcionada, nunca pensó que el primer amor doliera tanto. Bajó con pesadez las escaleras del edificio central para volver a su salón y contarle a Ino que su primo no quería hablar con ella, quizá la odiaba.

Sin embargo su corazón se paró al ver que la puerta del salón estaba cerrada. Se puso de puntitas para ver si ya había llegado la maestra de Historia.

"Aún es bastante temprano, tomando en cuenta que Hiruzen se fue media hora antes..."

De repente, sintió un brazo tocando su hombro ocasionando un sobresalto evidente en ella.

—Disculpe, ¿es el salón 303?-

Hinata abrió sus aperlados ojos como dos platos. El hombre que estaba frente a ella era alto, quizá pasado el metro con ochenta. Músculos trabajados y un rostro misterioso, cabello largo y negro al igual que unos ojos relucientes.

—Este...—sintió como se sonrojaba, lo cuál no sucedía desde que ella iba en la secundaria, es decir hace bastantes años—, sí.

El hombre la miró, causando un sonrojo aún más violento en ella.

—¿Usted va en esta aula?

—Emmm—jugó con sus dedos—, sí.

—Ah, entonces quiero suponer que salió antes de clases.

—Sí—alzó sus hombros.

—Creo que no hemos iniciado bien.

—¿Disculpe?

—Buenos días, mi nombre es Uchiha Itachi y seré el nuevo maestro de la materia de Economía.

Hinata iba a soltar un gritito. En ese instante quería que la tierra se la tragara.

—Y por ahora, ya tiene su primera llamada de atención.

—No—se golpeó la cara—, ¡¿por qué?!

—Ya en clase explicaré mejor—le dio brevemente la espalda para así poder abrir la puerta.

Todos se quedaron callados.

—Buenos días, jóvenes.

"Vaya que esta bueno" pensó Ino desde el otro lado del salón.

Hinata quién estaba detrás de la puerta entró cabizbaja.

—Quedese ahí, porfavor.

Las miradas estaban puestas en ella.

—Regla número uno—levantó su dedo índice—: queda prohibido llegar tarde, dudo que quieran irse a extraordinario.

Hinata temblaba internamente, ella odiaba que la miraran y lo que era peor el concepto del maestro había cambiado de uno sexy y atractivo a uno de fastidioso.

—Y bien, yo seré su maestro de la clase de economía mi nombre es Uchiha Itachi—Ahora todos lo observaron a él—. Quiero llevarme bien con todos ustedes—se acomodó la corbata azul rey que traía puesta— no crean que soy un anciano, aunque hace algunos ayeres que estudié en esta misma universidad y yo también fui un joven como ustedes, pero me gusta poner las cartas sobre la mesa.

Hinata sigilosamente se dirigía a su lugar.

—Espere un momento señorita. Aún no he terminado.

—P-Perdone.

Ino soltó una risita para sí misma.

—Procuraré no dejar tarea los días viernes pero eso sí, no prometo no dejarles entre semana. También me agrada que trabajen en equipo y vayan a museos. Las demás reglas las iré dando conforme pase el tiempo por el momento fue un ultimátum para usted—y miró a Hinata, quien se encontraba repegada a la pared—no vuelva a llegar tarde si no quiere atenerse a las consecuencias.

—N-No—inmediatamente corrió hacia su lugar.

Los diez minutos restantes pasaron con tranquilidad, incluso la clase fue amena.

—¿Y qué opinas?—Ino hablaba en voz baja—yo le calculo unos treinta.

Hinata parpadeó un par de veces sin darse cuenta que había visto al profesor toda la clase, bueno, lo que había quedado de ella.

—La misma edad—alzó sus hombros—más nos vale llegar a tiempo.

—¡Ja!—soltó una risotada, la cual llamó la atención de los compañeros de las filas adyacentes—, ¿acaso obedecerás ordenes?

—Hey, no es como si yo fuera una rebelde.

—Eso dices tú.

Hinata soltó un suspiro, pero fue sacada de su trance emocional en cuanto escuchó la voz del maestro.

—¿Quién fue la chica que llegó tarde?—preguntó dirigiéndose a los pocos que quedaban en el salón.

—Ah, es una molestia—un chico de cabello negro respondió—, su nombre es Hinata.

—¿Mande?—Hinata le soltó una mirada fulminante a Shikamaru.

—Quiero hablar con usted...

—Si es por lo de llegar tarde, no tiene que preocuparse.

—No me gusta ser indirecto con mis preguntas ni darle rodeos al asunto así que lo diré, ¿cuántos años tiene?

—¿De cuantos me veo?—sonrió con una sonrisa picarona.

—Si la juzgo por su personalidad diría que no pasa de catorce...

—¿Qué?—observó de reojo a su amiga Ino, quién le decía con señas que se veían en la cafetería—. ¿De catorce?

Una vez que todos se fueron del salón Itachi cerró la puerta.

—Sí de unos catorce, pero si me concentro un poco más diría que tiene unos veinte años.

—Esto...—empezó a juguetear con sus dedos—me da alegría saber que no aparento mucha edad.

—Usualmente—se sentó arriba del escritorio—, las mujeres tienen tres edades.

—¿Tres?

—La que dicen tener, la que aparentan y la que en verdad tienen.

—Oh—se llevó la mano al pecho, ¿y cuáles son mis edades?

—Veinte años, catorce años y veinte años.

Hinata soltó una risotada, sin embargo la cara seria de Itachi seguía ahí.

—Hace unas horas revisé la lista de los alumnos de Sarutobi, y me encontré con la grata sorpresa de que usted tiene una nota de "exceso de faltas, retardos, permisos al baño y menos dos puntos a la calificación final de usted y una amiga suya, Yamanaka Ino" ¿me puede decir algo acerca de ello?

—Yo...—se rascó el cabello—yo que sé. La clase de Hiruzen siempre fue de lo más aburrida incluso la empecé a odiar, y para sincerarme contigo...con..usted—chasqueó su lengua—mi opinión cambia rápido.

—Las opiniones son importantes para mí.

—Bueno, se ve que ... ¿prefieres que te hable de usted o de tú?—Hinata alzó sus hombros—es muy confuso.

—Como se le haga más sencillo.

—De tú será. Bien, pues al principio creí que eras un estudiante de unos treinta años que quizá no había terminado la Universidad y que ingresó a este Instituto, y dije ¡que genial un nuevo amigo! Pero después comenzaste a regañarme y me exhibiste en la clase.

—Se toma confianza muy rápido, ¿eh?

—Lo siento, estoy siendo sincera contigo.

—Bien, quiero proponerle una cosa.

—¿Sí?

—Haré todo lo posible para que esta clase sea grata para usted y que pueda pasar los exámenes. Tengo entendido que Hiruzen les hacia pruebas cada quincena para saber su rendimiento, ¿cierto?

Hinata asintió.

—Debo decirle que no salió muy bien, y si no tiene un examen perfecto reprobará.

—Uy—Hinata escondió sus manos en su pantalón—, entonces debo estudiar.

—Exacto—Itachi le extendió una tarjeta—ese es mi número, cuando tenga alguna duda no dude en contactarme.

—Gracias Itachi, oye... quizá suena un poco atrevido o que en verdad me estoy tomando confianzas pero... ¿cuántos años tiene?

Itachi sonrió de lado.

—¿Cuántos cree?

—Treinta—dijo segura.

—Tengo cuarenta.

En ese instante se abrió la puerta del salón de clases.

—¡Hina-chan! ¡Siento no haberte contestado hace tiempo pero el maestro de analítica se puso como ogro y empezó a dictar problemas como loco!—Naruto sin ver al maestro entró al salón corriendo—¡lo siento!—y la abrazó.

Itachi frunció levemente el ceño

—¡Naruto!—Hinata lo empujó un poco—está un m-maestro—su rostro más enrojecido no podía estar.

—¿Eh?—Naruto desvió la mirada hacía la única alma que yacía en el salón—, ¿qué hacías con Hina?

Itachi suspiró pesadamente, en verdad se sentía como todo un adolescente en medio de tanto joven. Él no era un viejo pero los últimos quince años de su vida había trabajado en una empresa donde él era la persona más joven.

—Estaba hablando con...¿su novia? Acerca de las reglas que debe haber en mi clase. Sugeriría que tocara la puerta cuando deseé ingresar al aula.

—Hmmm—rodó los ojos—¿y la plática ya terminó?

—Claro—y vio como el rubio se llevaba a la chica con la que había platicado hacía unos instantes.

"Ella tiene veinte... y yo tengo cuarenta. Qué tontería" pensó, antes de recoger todas sus cosas del escritorio.


N/A. Esta es una historia que me surgió al escuchar la canción de "Cuarenta y Veinte" de José José (si, una canción algo viejita) y dije ¿porque no? y después llegó mi otra consciencia y me dijo ¡Hey, no has acabado tus demás fics y ya harás otros 7u7? pero... prefiero tener algo escrito y compartirlo a retenerlo xDDDD aprovechen que a veces me dan estos ataques.

Bien, hago una pequeña aclaración, en este fic Hinata es un poco más atrevida y más "vale gorro" sin embargo tiene ese toque taaaan "Hinata" el que todos conocemos (timidez, sonrojos, etc..) también quiero hacerles la invitación a que comenten que les pareció.

Tamahara-chan es mi página en facebook.

Editado el día 31 de julio de 2015.