Es una historia inspirada de la gran saga de videojuego Residente Evil, y en parte de la serie inglesa de Dead Set, soy una gran fan del género por así decirlo, y del gore! pero tranquilas! que tendré cuidado con eso ya que se que a muchos(as) no les agradan la idea de ver a su personaje favorito perecer de una manera violenta (pero si llega pasar… tengan piedad de mi Dx) además de que esta historia esta levemente influenciada por los comics.

Lo sé, es una muy rara combinación de las tortugas en un Apocalipsis zombie, pero la idea era tan bizarra que me anime a intentarla.

Posteriormente advierto de los contenidos de material violento o de escenas sensibles, palabras obscenas, vulgaridades y bla bla bla y esta vez no contendrá shonen ai xD (…) ni la más leve insinuación, prometo. La portada del fic es de un dibujito que hice :D

Bien, ahora lo siguiente, los personajes no me pertenecen, lo hago por mero entretenimiento y ocio, las TMNT son propiedad de la Nick y Mirage y no mios.

Y no de Michael Bay, neveeeeeeer.

Capitulo re-editado.

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Ya eran escasos de la media noche y Leonardo había llegado cansado tras la puerta de la guarida ahogando un pesado suspiro, había pasado toda la mañana cargando cajas y reacomodando viejos muebles en el departamental de Abril, en especial teniendo cuidado con los viejos artefactos de la tienda y mobiliario del trabajo que le puso hacer la pelirroja.

Los meses de venta de la señorita O´neil habían surgido en buena temporada, los clientes a menudo le pedían mandar algunos encargos de paquetería y puesto que Casey se encontraba ausente por un tiempo fuera de New York todo el trabajo pesado les tocaba realizarlo ellos, turnándose los días en el local. Al paso de la semana transcurría de manera tranquila pero con lo ocurrido de los extraños incidentes que se hacían presentes en la gran manzana los chicos procuraban tener cierto cuidado, las noticias escabrosas que circulaban en los reportajes les habían inquietado un poco. Incidentes leves de ataque y de agresiones hacia los indigentes eran lo que principalmente trasmitían por televisión, los chicos por pura precaución rondaban las zonas de las calles cercanas del departamento de la pelirroja, atentos de divisar algún evento fuera de lo común entre los callejones, manteniéndose en vigía, cuidando de cerca a su amiga humana de que no le llegara sufrir de un atentado. Parte de los reportes eran situados en el corazón de Queens y parte de Brooklyn, la policía central anunciaba por radio a los habitantes de estar en cuidado en las calles, en especial a las tan altas horas de la noche, que lo más recomendable era siempre estar en compañía al salir a un sitio, pero de allí no pasaba nada fuera de lo común según a los ojos de los neoyorkinos y como era de siempre esperarse de los habitantes de la isla de Manhattan que yacían acostumbrados a los casos de robos, asaltos, delincuentes e pandillas entre otras cosas más que temerariamente salían sin despreocupación y rondaban por sus calles, puesto que la gente ya estaba acostumbrada y sabían cómo tomar esos tipos de cosas dentro de su vida cotidiana.

Pero todo dio un giro de trescientos sesenta grados con el ocurrido del nueve de septiembre.

Canibalismo.

Fue un fuerte impacto, pasaban por las noticias, el periódico y por radio. Un ataque hacia cuatro jóvenes civiles que después de una tarde de clases se disponían a una de sus salidas nocturnos por los clubes del centro urbano, solo uno de los cuatro jóvenes no pareció esa noche.

Unos días después del siniestro los ataques volvieron a surgir, esta vez frecuentando más por las zonas de la cuidad de Queens.

Una tarde, el día veinticinco de septiembre se presento otro ataque justo en el Central Park de Manhattan, el de una pequeña llamada Jessica Williams de nueve años que fue agredida por un indigente que rondaba por la zona del parque, la pequeña había logrado salir huyendo luego de ser mordida del brazo. Marcela Williams, la madre de la niña, describía con todo lujo de detalle el ocurrido y los gritos de desespero de su hija y cuando fue el turno de escuchar la versión de la menor. La descripción que dio la pequeña del atacante fue la peculiar manera tambaleante del hombre como la de un ebrio que parecía caminar desorientado y gritándole a los pájaros y que luego de verla este se abalanzo hacia ella insertándole una mordida en el brazo.

Los siniestros continuaron en aumento dentro de ese mismo mes, llegando a sesenta casos y doce defunciones. La ONU empezó a establecer medidas de seguridad civil debido al incremento de las cifras sufridas alarmantes en las colonias de Brooklyn, Manhattan y Queens. Sin embargo a partir a finales del mes e inicio de las helada los ataques disminuyeron bajando la cifra, quedando neutrales por un corto periodo de tiempo tras el transcurso del mes de octubre, hasta casi desaparecer repentinamente así como aparecieron.

No se han presentado casos de ataques hasta el día de hoy.

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Veintisiete de octubre.

Leonardo.

Llegue como siempre a la misma hora tardada, a mediados de las once de la noche, entro al interior de la guarida casi arrastrando los pies con algo de fatiga y me dirijo en dirección hacia el pasillo que va conduciendo a las recamaras cruzando la sala de estar. El volumen de la televisión me llamo sin querer la atención desviando mi mirada hacia el resplandeciente televisor, reconociendo el filmé que pasaban sobre aquella trama del niño que tenía como vecino al chiquillo vampiro, a pesar de si ya adelantado de la película me habría quedado de no ser por la quemazón de mi mano derecha por lo cual me di la vuelta para volver a dirigirme el camina a mi recamara, casi me doy un sobresalto al toparme de frente repentinamente a mi hermano menor quien yacía con un tazón de palomitas, al parecer acababa de regresar de la cocina.

-¿qué te paso viejo?-

La preocupación de Mikey cayó en mi al reparar si m irada hacia mi muñeca herida, vendada improvisadamente con mi mascara, la tela ya a estas alturas destilaba de aquel liquido rojizo vital empapar todo el dorso de mi mano, tiñendo de tinto color la tela añil.

-ah, te refieres a esto?- señale, tocando con cuidado mi mano aun sensible de un agudo dolor- tuve un pequeño incidente con un indigente cuando venía de regreso de la hacienda de Abril…. Paso muy rápido, ni siquiera le note venir, además fue tan solo un rasguño- le sonreí

Mikey me miro contrariado

-¿un indigente te mordió? ¿Cómo diablos paso eso?-

Simplemente encogí de hombro, sin saber realmente responderle

-asumo que el hombre se encontraba drogado por la forma en la que caminaba y balbuceaba- mire a Mikey, quien me veía con preocupación mi herida que no dejaba de desbordar sangre-hey, ya te lo he dicho, no es nada grave-

-¿nada grave?- incrédulo- ¡se te está formando un chasco en el piso! ¿A eso te parece nada grave?-

- Que estoy bien Mikey, solo me levanto las escamas- declare sin vacilar- Por ello es que sangro mucho- y sin más me dispuse a mi habitación, irritado por el ardor caliente que ya no podía soportar, por lo que termine apretando el agarrón de mi muñeca procurando cierta discreción de que Mikey no lo notase.

-¿no quieres que llame a D? es que… se te ve muy feo-

-no, no lo veo necesario- lo evado, volviendo a sonreír como si no pasara nada, logrando que Mikey desistiese de la idea de llamarlo.

-¿seguro?-

-seguro-

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Fin del capi

Algo cortito el capi de inicio :D