DOBLE APUESTA
INTRODUCCION
POR: EROL
Roy desistió de seguir el informe sobre los últimos progresos en Ishbal, levantó la vista solo para encontrar a sus subordinados apurados en papeleo y llamadas que atender, el ahora general de brigada había permanecido fiel a sus principios. A pesar de todo. Sus más fieles compañeros, todos ellos, habían hecho un sin fin de trabajos para permanecer a lado del alquimista de la flama, Havoc levantó una ceja como preguntándose porque el general los observaba.
— ¿Sucede algo jefe?
— En absoluto- fue la respuesta seca de Roy.
Havoc dejo escapar más humo de su cigarro y siguió en lo suyo, los demás parecieron no interesarse por el tema, que Roy se distrajera era algo de lo más común, pero que en su mente el alquimista de la flama estudiara a cada uno de ellos era algo que se reservaba para si mismo. Un miembro del ejercito, aún más un general sabía que un buen soldado era vital para ganar las batallas, lo que Roy no sabía explicarse era como esos cinco hombres a los que también se refería como amigos le resultaban un doble problema.
Sabía que en las batallas cada uno contaba con cualidades que evitaban el riesgo de morir en ella, Breda por ejemplo parecía nunca tener pista de nada, aún así era el más astuto de sus hombres, la información, filtración y el poder contar con ella corría cargo del hombre que siempre parecía despreocupado por lo que pudiera ocurrir.
Falman había regresado del norte para unirse a la reconstrucción de Ishbal, el hombre tenía más experiencia en batalla, en eludirla, afrontarla y hasta terminarla, que cualquiera de los otros miembros de su equipo, además tenía una memoria que hacía que los mapas quedaran de lado, cada plano, cada trazo de ciudad central estaba grabado en su memoria igual que muchos sucesos referentes al ejercito.
El más joven del grupo era un experto en tecnologías, Kain le recordaba un poco a la amiga de acero, siempre desmontando aparatos, indagando en su creación, en la forma que funcionaban, curioso por saber más de la tecnología y el progreso de la misma, además siempre parecía atento a los demás especialmente a Riza, parecía que la teniente era un modelo a seguir para el chaval. O al menos eso se imaginaba él.
Roy miro como Havoc terminaba con el cigarrillo y se apuraba a encender otro, Roy levantó un dedo y el cigarrillo quedo reducido a cenizas, el humo comenzaba a hartar al general destinado en Ishbal. Havoc le miro desconcertado pero no hizo intentó de encender otro.
Havoc no tenía ninguna habilidad especial que no tuviera cualquier otro miembro entrenado del ejercitó, es decir, destreza en armas, tácticas de batalla o en el mejor de los casos un mínimo conocimiento de alquimia. Lo que hacía que Havoc fuera tan bueno no era su entrenamiento, Jean había conseguido perder algo que ningún entrenamiento por duro que fuere conseguía: el miedo.
— General tiene una llamada de central.
— Ahora atiendo teniente.
Riza asintió sin darse cuenta como el general ignoraba el timbre del teléfono y en su lugar observaba al mejor de sus hombres, la ironía de que fuera mujer no hacía sino provocarlo más. Porque la astucia de Breda, la memoria de Falman, la sagacidad de Kain y el arrojo de Havoc, todos ellos los tenía Riza.
El halcón, desde la academia sus compañeros la llamaban por ese sobrenombre. En muchos sentidos esa criatura que surcaba el cielo y que jamás dudaba en sus movimientos, esa ave reflejaba a su teniente, todos admiraban que aún en las peores batallas ella se mostrara tan orgullosa, distante y que nunca fallara. Tal como un halcón en su cacería.
Riza era lo único que tampoco fallaba en su propia vida, siempre lo mantenía en vereda, era su guardián, se mantenía en pie de guerra para velar por el interés que los había llevado a ambos al ejercito, el camino parecía llegar cada vez más a su meta, ser führer no se proyectaba como un largo camino a recorrer, por lo mismo el general se preguntaba si ella seguiría a su lado una vez que el lograra el máximo titulo dentro del ejército.
— General de brigada Mustang al habla.
— General se solicita su inmediata presencia en ciudad central, se trata de un asunto de máxima prioridad.
— ¿Referente a qué?
— La salud mermada del führer a empeorado señor, se espera su deceso en las próximas horas.
— Me pondré en marcha ahora mismo.
— Estaremos atentos a su llegada señor.
El camino parecía empezar a llegar a su punto culmine, Mustang se preguntaba que tan solitario sería seguir por ese camino.
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X FULL METAL ALCHEMIST X
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