¡Hola! ¿Cómo están? Espero que bien, hoy les traigo un one-shot, el cual me inspire en un video que vi en Facebook hace poco xD Y dije ¿por qué no? Pensé hacerlo NaruHina pero al final me decidí por el SasuSaku ya que concuerda más con sus personalidades, en fin, espero que lo disfruten como yo escribiéndolo, sin más que decir, cuídense y déjenme un review si les gustó.
Título: No habla español
Rated: T
Género: Humor, Romance.
Parejas: SasuSaku
Advertencias: Ninguna.
Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, la historia sí.
A leer.
12:00 p.m.
– ¡Maldita porquería! – gritó enfadada la pelirrosa, dándole un golpe con la palma al refrigerador.
– ¿Qué pasa? – preguntó Hinata a su mejor amiga.
– ¡Esta cosa no enfría! – Lo señaló – Estamos a 34 grados y se le ocurre dejar de funcionar. Mira… como esta todo por dentro.
La pelinegra miro hacia el interior del electrodoméstico y vio como todo estaba goteando por la falta de frío, seguramente algunas cosas ya se habían echado a perder como el queso, el yogurt de fibra, la carne y alguna que otra fruta. Ya llevaba así varios días pero como ninguna estaba todo el día en la casa a causa del trabajo no se habían percatado de la situación hasta el día de hoy que tenían descanso. Hinata chasqueó la lengua y volteo a ver a Sakura.
– Hay que llamar a una persona que sepa de estas cosas para que lo repare. – cerró la puerta del refrigerador – y tú querida, tranquilízate – sonrió – buscaré en el directorio telefónico a alguien que nos pueda ayudar.
La pelirrosa no estaba muy convencida, pues todo lo que todavía quedaba con vida en el aparato ya no iba a estar comestible para cuando lo arreglaran, pero ¿qué le iba a hacer? Ella no sabía componer electrodomésticos, así que asintió resignada.
30 minutos después
Sakura estaba rellenando unos papeles del hospital en la mesa del comedor con el ventilador a todo lo que daba en su dirección, ¡cómo se le antojaba ir a la playa! Pero era imposible para ella estar en aquel sitio paradisiaco, con su bronceado, su traje de baño, la fresca brisa del mar golpeándole la cara, mirando esculturales cuerpos de los muchachos que iban a refrescarse esa calurosa tarde. Todo por culpa del maldito trabajo y esos mugres papeles que necesitaban su firma.
Tranquila Sakura, el próximo fin de semana también puedes ir, no te desesperes. Intento tranquilizarse ella misma.
Mientras tanto, Hinata salió de su habitación y se dirigió a hacia su amiga.
–Buenas noticias – dijo y se sentó en una de las sillas del comedor – Encontré un numero de una agencia llamada Shinobi Company, la cual arreglan este tipo de situaciones en los electrodomésticos, me puse de acuerdo con el gerente de la compañía y dijo que inmediatamente mandaría a uno de sus trabajadores a componer el refrigerador – contó la pelinegra sonriendo – así que puedes estar tranquila que este mismo día queda arreglado.
– Perfecto – contestó la chica de ojos verdes
– Mientras tanto, podemos ir comprando comida para poder llenar de nuevo el refrigerador. ¿Vamos al super? El señor me dijo que llegaría en 2 horas aproximadamente. – invitó la de los ojos color perla – A esa hora ya estamos de regreso.
Sakura lo pensó un momento, si quería ir, despejarse un rato del trabajo y estrés que se estaba convirtiendo ese domingo pero tenía mucho trabajo.
–No puedo Hina, tengo que llenar estos papeles para poder llevarlos mañana al hospital, que daría por acompañarte pero en serio que estoy ocupada. – confesó cansada.
– No te preocupes, es más, de regreso te voy a ayudar a rellenar todos esos papeles, ¿está bien? – sonrió dulcemente a su amiga.
– Gracias. – contestó la pelirrosa sonriéndole amable, tenía una amiga caída del cielo.
Hinata era de las pocas personas en quien confiaba, la quería muchísimo, casi como una hermana, se conocieron en la universidad y de ahí no se despegaron jamás, incluso hasta viven juntas en un departamento en el que el papá de Hinata le compró cuando empezó a trabajar de Maestra de preparatoria.
– Prometo no tardar tanto. – tomó las llaves de su auto y salió del departamento.
25 minutos después.
Sakura suspiró aburrida y bostezó por enésima vez en la tarde. Le dolía el cuello y su espalda de estar sentada en esa incómoda silla. Se levantó y comenzó a dirigirse a la cocina para tomar un poco de agua.
Ding dong
Sonó el timbre de la puerta principal.
– ¿Quién? – gritó desde donde se encontraba.
La persona de afuera no respondió, en cambio, volvió a tocar el timbre. La pelirrosa enroló los ojos y se dirigió a la puerta para abrirla.
Ah de ser la persona que viene a arreglar el refrigerador, de seguro es de esos hombres con sobrepeso y cuando se agachan se les ve todo el trasero. Pensó y soltó una pequeña risa.
Tomó el pomo la puerta y la abrió.
¡Oh… por… Dios! La sonrisa de la cara se le borró por completo, impresionada. Qué clase de broma le estaba jugando el universo, ese hombre no era real, tenía que ser modelo profesional porque no hay forma de que ese sujeto fuera un simple plomero.
Tenía los ojos negros afilados súper sensuales con cierto brillo peculiar, cejas pobladas, nariz respingada, boca de tamaño perfecto, cabello negro un tanto largo pero con un peinado alborotadamente sexy, echó un vistazo más abajo y no dejaba nada que desear, traía puesto una jersey blanca ligeramente pegada al cuerpo y unos pantalones ajustados, en la cintura traía un cinturón cubierto de herramientas de trabajo.
– ¿Lady…? – habló por primera vez el pelinegro en inglés.
Sakura volvió en sí, de milagro no estaba babeando, carraspeó un poco, sus mejillas se tornaron rosas pero el pelinegro no lo notó.
– Discúlpame lo que pasa es que me quedé hipnotizada, digo no es que tú me hayas puesto nerviosa, si no que esto del refrigerador me tiene tensa y… – la pelirrosa trato de excusarse en vano, dejo de hablar cuando miro la cara de aquel hombre un poco confundido.
– Hi. My name is Sasuke… and I come to repair your refrigerator.* –su voz era gruesa y envolvente, súper sexy.
No habla español pensó la pelirrosa. Por dios, enviaron un plomero inglés, lo bueno es que la ojijade se había graduado de la universidad con especialidad en lenguas internacionales, por lo tanto, dominaba perfectamente el idioma.
– Sorry… – se disculpó ella, sonrió apenada por estar embobada viéndolo – Please come in, Sasuke, the refrigertator it's over here. – se hizo a un lado y dejó que él pasara.
Lo dirigió hasta su electrodoméstico en la cocina y el hombre rápido comenzó manos a la obra, la imagen que tenia de los plomeros con sobrepeso quedó destrozada por culpa del adonis que tenía en su hogar, él estaba a espaldas de ella y por un momento Sakura rogó porque se le viera un poco de ese redondeado y delicioso trasero que vio desde que entró al departamento.
Se mordía el labio, casí lo devoraba con sus ojos verdes, no podía creer, que le habían mandado a semejante hombre a reparar su refrigerador, estaba guapísimo, del ángulo en que lo estaba observando la pelirrosa se veía sexy, su espalda ancha y sus brazos fornidos, tez clara, cabello negro como la noche.
De esto se tenía que enterar Hinata.
Fue por su celular, sin despegarse de donde estaba, le bajó todo el volumen a su teléfono y sin que el pelinegro se diera cuenta le tomo una foto. Sabía que eso ya brillaba como acoso sexual pero es que ese individuo estaba tan hermoso que le daban ganas de subirlo a Facebook en la sección de Gente sexy trabajando en trabajos normales. Esa foto no la borraba ni en mil años.
Marcó el teléfono de su mejor amiga y espero a que contestará.
–Hola, Saku, ¿pasa algo? – respondió del otro lado de la llamada.
– Hina, qué no pasa. – sonrió de lado – Ya llego quien arreglará el refrigerador. – dijo mientras se mordía del labio mirando al hombre frente de ella.
– ¡Qué bien! – se alegró – Yo en un rato más llego, apenas voy por la mitad de la lista de compras.
– No te preocupes, Hina. También llamaba para decirte que el hombre que vino es un adonis. – soltó emocionada – Por dios, está trabajando enfrente mío y puedo decir que es el ser más hermoso y sensual que mis ojos han visto. No me imagino como será en la cama.
– ¡Sakura! – se ruborizó la pelinegra – ¿Esta enfrente tuyo y sin embargo hablas así? Qué valor. – exclamó por el atrevimiento de decir todas esas cosas en las narices del hombre.
Sabia de antemano que su amiga tenía más entereza a la hora de expresarse sin temor a que le reclamaran algo, pero hablar de eso enfrente de aquella persona, le resultaba incomodo solo de imaginarse a ella haciendo algo así. Sin embargo, ya conocía que Sakura, algún plan ha de tener.
– No te preocupes, este galán no habla español, así que no puede entender lo que estoy hablando.
– ¿En serio? – con razón tanta confianza en soltarse a hablar así.
– Si, habla inglés. Y ¿Qué te puedo decir? Está precioso, tiene una cara esculpida por los dioses. – mientras decía todo esto, Sasuke seguía en lo suyo. – Un cuerpo espectacular, pagaría miles de dólares solo por tocarlo y que me cargara con sus fuertes brazos. –lo miraba con los ojos brillosos. –Si tan solo pudieras compartir la vista conmigo, Hina. –recordó la fotografía que había tomado hace unos momentos. –Espera, te enviare una foto.
Hinata iba a replicar pero la imagen de Sakura ya había llegado a su What's App. Abrio la aplicación y fue directamente al chat que tenía con la pelirrosa, vio la foto y era tal y como lo había descrito.
– Si esta guapo. – respondió la chica de ojos perlas.
– Esta más que eso, Hina. Es un ángel traído del cielo para que las mortales pervertidas como yo, se deleiten con su belleza. – enfatizó la ojijade sin dejar de mirar al pelinegro que ahora estaba por la parte de atrás del electrodoméstico.
– Si tiene buen porte, pero sabes que no es mi tipo. – replicó la pelinegra.
– Lo sé, a ti solo te gustan los rubios. – se escuchó una risita cómplice por parte de su amiga, se conocían tan bien.
– Bueno, te dejo, para seguir con las compras, mientras tú sigue admirando al hombre que tienes en casa. – sonrió divertida molestando a la pelirrosa.
– Por supuesto, es un bombón, ojalá me lo pudiera comer. – rió traviesa – Te veo al rato. – y con esto colgaron la llamada.
Pasaban y pasaban los minutos y Sakura no se movía del lugar en donde estaba, contemplando todos los movimientos de trabajo del pelinegro, él de vez en cuando volteaba a verla para sonreírle educadamente o para pedirle por favor que le regalara un vaso de agua.
De pronto, Sasuke enchufó el aparato y este prendió. La ojijade mostró una reacción de decepción, ya habían arreglado el refrigerador y con él se iban todas las oportunidades de seguir apreciando la humanidad de aquel hombre que no tenía igual, es más, ni todos los hombres juntos del mundo le podrían llegar a ese ser que tenía en el departamento.
El pelinegro se dispuso a recoger todas sus herramientas que había utilizado, se quería mover, juraba que se quería mover y dejar de mirar ese delicioso trasero pero no podía, por dios que no podía.
–En verdad, quisiera saber cómo eres en la cama. – dijo en voz alta fantaseando mientras se volteaba para ir a la sala por el dinero en su cartera.
– ¿Y por qué no lo averiguas?
Sakura paró en seco. Sus orbes se abrieron como platos. ¿Escuchó bien? Había hablado… en su maldito idioma. Había hablado en español.
– No soy un ángel caído del cielo, pero si puedo hacer que lo toques con las manos.
Se quería desmayar, juraba que se quería meter a un agujero para no salir jamás. Todo lo que habló y dijo respecto a la perfección de ese hombre lo había entendido, hablaba español y ella estúpidamente dijo hasta lo que no pensando que él no le entendería ni una palabra. Grande fue su sorpresa.
Sasuke pasó por al lado de ella, una sonrisa triunfante y sensual adornaba su rostro. Llevó su mano en dirección a ella y le agarro el mentón.
–Dejé mi número en la mesa de la cocina, cuando quieras llámame. – la miró. – Yo también quiero saber qué es lo que puedes hacer en la cama, preciosa.
Parpadeo un par de veces, sus mejillas se tornaron rojas, un escalofrío la recorrió completa, sus piernas flaqueaban, ese hombre era más que sensual, sacaba chispas de lujuria y pasión por los poros.
El pelinegro la soltó y sonrió de lado, tomó sus herramientas y salió por donde había entrado.
Sakura boqueó un par de veces, después de varios segundos despertó de su impresión, jamás le había pasado algo así. Volteó a la mesa y efectivamente se encontraba la tarjeta con el número anotado en ella. La tomó entre sus manos y sonrió apenada. Sin embargo, guardó el número.
Por supuesto que lo llamaría.
Ella tiene que averiguar lo que tanto anhela saber desde que el pelinegro entró por la puerta de su apartamento.
¡Hola! Soy yo de nuevo xDD, ¡Uff! Imaginar que me pasé eso a mí, me da el soponcio xDD Pobre Sakura, pero véanle el lado bueno, a él también le gustó nuestra pelirrosa. Espero que les haya gustado, esta historia (One-shot) la escribí hoy y hoy la publiqué. Todo en el mismo día. Si tiene alguna falta de ortografía háganmelo saber, también déjenme un hermoso review sobre qué les pareció. Sin más, me despido de ustedes.
PD: Por cierto, perdón por el inglés mal hecho, lo agarre de google traductor. xD
Saludos.
Lussvr14
