Los personajes de Naruto no me pertenecen, todos son obra de Kishimoto.
Parecía ser un día normal como cualquier otro dentro de la ahora muy apacible "ciudad" de Konoha, a estas alturas de la vida decirle "aldea" suena más como una burla, más en fin eso no viene al caso. Dentro del establecimiento de una muy reconocida floristería, dos pequeños conversaban amistosamente en el invernadero trasero apartados de la plática de sus padres. El ahora señor Yamanaka le ofreció una bebida a su amigo.
-¿Qué hay de nuevo Sai?—Naruto le acepto la bebida –Tiene bastante que no conversamos ¿Cómo le va a Inojin en la academia?
-Inojin es el número uno de la clase tal como su madre lo fue en sus tiempos como estudiante además de que ya puede dominar varias técnicas del clan Yamanaka y ya está aprendiendo ninjutsu medico con Ino –Comentaba tranquilamente Sai –Creí que le tomaría más tiempo en poder realizar mis técnicas pero me ha sorprendido gratamente.
Naruto se encontraba con los brazos cruzados a un lado de su amigo escuchando toda la verborrea sobre su hijo –Ino dice que si se lo propone puede tener unos modales excepcionales que dejarían en ridículo a cualquier señor feudal—Naruto solo bufo exasperado—Sabias ¿Qué se ofreció estar como voluntario en la biblioteca? Creo que es un chico único, recién se ha ofrecido a trabajar aquí en la floristería dice que lo hace por gusto y no por obligación.
Pero nada de esto era suficiente para Naruto, el rubio Yamanaka era una amenaza y el ahora Hokage lo sabía, bastaba con verlo para que dentro de su cabeza las alarmas sonaran, en un principio creyó que solo se trataba de un pandillero que le gustaba de hacer grafiti en las calles, meterse en problemas solo para llamar la atención pero ahora sabia y había confirmado que era malvado no solo malvado era perverso, el chico usaba o usaría la floristería para conquistar chicas, en alguna ocasión Ero-sennin ya le había hablado de esta hazaña y lo que más le dolía era ver a su pequeña princesa embelesada por ese rufián.
-Sai, ¿Acaso no sabes hacer nada como una persona normal?—El tono de voz de Naruto se oía molesto lo cual alerto al pelinegro – ¿Era tan difícil hacer un niño normal? –Naruto tomo la mano de su pequeña quien alegremente cargaba las flores que había comprado y elegido con ayuda de Inojin –A su edad debería estar jugando en el lodo o algo así –Puso el dinero sobre la mano de Sai y salió refunfuñando varias cosas más junto a su hija quien nunca se dio por enterada.
-Vuelvan pronto –Se despido Inojin con una sonrisa, Naruto solo se giró para verlo con reproche y siguió su camino, el chico regreso al invernadero trasero para acomodar y regar las plantas.
-¿Qué le pasa a Naruto? –Entro Ino con unas bolsas para la cena, se acercó a Sai y le dio un beso en los labios –Vi que salió de aquí lo salude pero va todo huraño por la calle ¿Lo has vuelto a molestar?
-No entiendo que le paso—El pelinegro cargo las bolsas que Ino traía –Mostro mucho interés en Inojin ¿Nuestro hijo es raro? ¿Yo lo hice raro?
-¿Qué? Por supuesto que no –Ino le quito las bolsas a Sai para poder abrazarlo – Inojin es normal, es inteligente y muy guapo –Sai seguía preocupado e Ino lo podía ver en sus ojos –Tranquilo, Naruto solo estaba celoso.
-¿Cómo lo sabes?
-Por qué son esas cosas que solo lo sé—La rubia sonrió con sinceridad y beso nuevamente a su esposo –No tienes nada de qué preocuparte, eres un padre excepcional
continuará...
