- Todos los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi, para su creación "Ranma ½", (a excepción de algunos que son de mi invención, y que se irán incorporando durante el transcurso del relato, algo así como "extras"). Esta humilde servidora los ha tomado prestados para llevar a cabo un relato de ficción, sin ningún afán de lucro.

- Espero que los fanáticos de esta serie como de sus personajes me disculpen por las libertades que pude haberme tomado para la creación de esta historia, tratándose de una historia nacida de mi imaginación, es muy probable que los personajes no se comporten de acuerdo a los cánones preestablecidos por su creadora original.

- Agradezco con antelación a todos los que se arriesgarán a leer y acompañarme en el desarrollo de esta historia. Por su tiempo y paciencia, muchas gracias.

"Corazones en conflicto"

Capitulo I

Esa tarde, la residencia de la familia Tendo se encontraba en una relativa calma perturbada de vez en cuando, por una inquieta jovencita que bajaba de su habitación cada quince o veinte minutos, sólo para volver a subir desanimada y recluirse nuevamente en ella.

Ese día, Akane Tendo se sentía inquieta, preocupada y ansiosa. Muchos pensarían que la causa de su impaciencia era su joven prometido, pero esta vez el problema no era exactamente él, aunque sí se relacionaba en parte con el chico de la trenza.

Desde que había llegado de la escuela, se encerró en su habitación para salir esporádicamente de ella.

Ranma no se había aparecido por el Dojo, detenido por el camino por un muy enfadado Ryoga que reclamaba un duelo para, esta vez, por fin vencerlo.

La chica miro el reloj en su habitación una vez más y decidió que ya había pasado suficiente tiempo para preguntarle nuevamente a Kasumi, si Nabiki había dado señales de vida; se dirigía decidida a abrir la puerta cuando el sonido de unos leves golpes del otro lado la detuvieron.

-Pase –La puerta se abrió y dejo ver el semblante de una astuta chica de corta melena castaña, que miraba fijamente a la muchacha de pie frente a ella-. ¿Y?... ¿lo conseguiste? –preguntó expectante.

-Dime hermanita, ¿cuándo he dejado de conseguir lo que quiero?

-¿Eso quiere decir que...

-Quiere decir que me debes un GRAN FAVOR –puntualizo la mediana de las Tendo, dando énfasis a las dos últimas palabras que pronuncio-. ¿Sabes cuánto me costo conseguir estos pedacitos de papel? –Dijo la chica agitando dos pequeños trozos de papel frente a la cara de su hermana-. Tuve que mover muchos contactos para conseguirlos, fue casi imposible, pero... aquí los tienes por fin –dijo sonriendo, poniendo el preciado botín en manos de su sonriente hermana menor-. No pude conseguir para el mismo día, pero creo que está mucho mejor la fecha en que los conseguí.

-¡Muchísimas gracias Nabiki, sabia que podía contar contigo! Ahora, sobre el precio...

-Esta vez haré una excepción, solo te pediré el dinero que costaron y mis "honorarios" quedarán pendientes ¿de acuerdo?

-Nabiki ¿te encuentras bien?

-Perfectamente, solo me siento, digamos, generosa. Bien, ahora te dejo hermanita.

-Gracias Nabiki.

-Espero que él realmente se lo merezca –dijo la chica cerrando la puerta tras de si, sabia que Akane sentía algo especial por su insoportable prometido aunque no se lo dijera, y ella haría cualquier cosa por ver a su pequeña hermana feliz, aún si eso fuera renunciar a unas cuantas ganancias esta vez.

-"Se lo merece Nabiki" –pensó la chica una vez sola en la habitación, mirando incrédula aun los dos boletos que tenía en sus manos- "creo que esta vez sí le agradara este regalo, no me equivoque en la elección, es algo que ha estado esperando por mucho tiempo y se que se decepciono cuando no pudo conseguir un boleto. Sí, esta vez realmente apreciará mi regalo".

La chica guardo los boletos dentro de un libro que tenía sobre su escritorio y bajo feliz de haber conseguido un regalo de cumpleaños para su prometido, que estaba segura le gustaría.

La idea de obsequiarle aquellas entradas la obtuvo sin querer de la persona menos pensada; preocupada como estaba desde que se dio cuenta que el cumpleaños de Ranma se acercaba, no se había tomado la molestia de prestar atención a las pistas que su prometido distraídamente le enviaba a cualquiera que fuese un buen observador, así, un día que se encontraba conversando con su hermana mayor sobre un posible intento de hacer algo con sus propias manos para él, y descartando esa idea casi al tiempo en que llego a su cabeza, la amable Kasumi la saco de su predicamento dándole la solución perfecta.

-No, creo que no es una buena idea; las manualidades no se me dan bien, y al recordar los últimos obsequios que le he dado...-dijo negando con la cabeza- No, esta vez tendré que comprar algo, no se qué pueda ser. ¡Y faltan tan pocos días!

-¿Por qué no tratas de conseguir una entrada para esa película que desea ver? –Dijo con calma su hermana terminando de lavar la vajilla y secando sus manos en el delantal- es un buen regalo. Ha estado hablando de ella durante semanas y parece que todos sus amigos ya consiguieron su boleto.

-¿La película?... ¡Claro!; no, espera, las entradas están agotadas, por lo menos para este fin de semana y su cumpleaños es el sábado, no, tiene que ser otra cosa.

-¿Y si le dices a Nabiki que te ayude a conseguirla? –contesto sonriente Kasumi.

-Nabiki… ¡Nabiki!, ¡ella tiene muchos contactos!, ¿cómo no se me ocurrió antes?, ¡Muchas gracias Kasumi! -Dijo Akane mientras corría a la salida de la cocina para dirigirse al cuarto de su otra hermana- ¡Deberías dedicarte a asesorar a empresas o algo!

Kasumi sonrió más ampliamente, se alegraba de haber contribuido un poco en la difícil relación de su hermanita con su prometido, ella sabia que sólo les faltaba un empujoncito para avanzar en su relación, entonces, ¿por qué no ayudarles? Esperaba que realmente sirviera de algo su idea.

Luego de ese episodio ninguna de las tres hermanas volvió a mencionar el tema; Akane confiaba plenamente en Nabiki para conseguir el preciado boleto, Kasumi se conformaba con ser mera observadora del nerviosismo de Akane y la astucia de Nabiki, y Nabiki, después de dejar bien en claro que no se comprometía a conseguir lo que le encomendaban y de recalcar que sería una tarea ardua y difícil obtener el botín esta vez, opto por mantener un silencio casi obsesivo cuando alguna de sus hermanas llegaba siquiera a atreverse a preguntar por como iban las cosas, silencio que había durado hasta esa mañana, cuando escuetamente le dijo a su hermana pequeña que le daría una respuesta definitiva esa misma tarde. Desde ese momento, Akane había estado ansiosa, nerviosa, atenta a cualquier situación que involucrase a su hermana mayor.

Ahora, parecía volver todo a la normalidad, y la chica de cortos cabellos azulados se encontraba ayudando a Kasumi y a Nodoka en la cocina; por fin se sentía relajada y contenta, esperando que su prometido regresara de donde fuera que estuviese metido para entregarle el preciado regalo que tenia para él. Sabia que se adelantaría dos días, pero la función era al día siguiente, para el estreno mundial de la famosa película y ella no podía hacer nada para que la fecha coincidiera con el cumpleaños de su prometido, que era el día sábado, tendría que ser un regalo adelantado. ¡Suerte que estaban de vacaciones! porque seguramente el Centro Comercial donde se encontraba el cine estaría repleto de gente, en su mayoría jóvenes queriendo ser parte de tamaño evento, sonrió al comprender que hasta en esos detalles Nabiki había pensado; los dos boletos que consiguió la mediana de las Tendo tenían un timbre que los atravesaba en diagonal, el cual decía en letras grandes y rojas la palabra RESERVADO. Eso significaba que Ranma podría llegar a la hora que él deseara y sus asientos se encontrarían desocupados.

Ahora, un deje de preocupación paso por su mente al percatarse de que si bien ella le regalaría los boletos, él podría ir con quien quisiera, no le importaba realmente que decidiera ir con uno de sus amigos, pero ¿y si invitaba a una de sus prometidas? Esa seria una ocasión ideal para cualquiera de ellas para... El estruendo provocado por un plato al caer al suelo la saco de sus pensamientos.

-Akane, ¿te sucede algo hija?

-No tía Nodoka, yo... lo siento Kasumi, no se que me paso, debe haber resbalado... limpiare enseguida.

-No te preocupes Akane.

-¡Ya llegue! –Interrumpió una conocida voz masculina que se escucho desde la puerta de entrada a la casa.

Akane pego un brinco que paso desapercibido por las dos mujeres que la acompañaban en la cocina, con nerviosismo se agacho para recoger los restos del plato que había resbalado de sus manos. El joven ingreso a la cocina y se quedo observando atento la escena que se desarrollaba ante él.

-Kasumi, ¿tengo que preocuparme por la cena de esta noche?

Las tres mujeres miraron al chico apoyado en el umbral de la puerta con señales de no entender a lo que se refería

-¿Por qué lo dices?

-Supongo que Akane colaboró hoy con la cena y no me gustaría sufrir una intoxicación –dijo sonriéndole con sarcasmo a su prometida.

-¡Cómo te atreves! –contesto la chica poniéndose de pie y dirigiéndose en el acto dónde se encontraba el chico de la trenza. Afortunadamente Nodoka intervino a tiempo

-Akane, ¿podrías terminar de preparar la mesa?, se está haciendo un poco tarde.

-Sí, tía Nodoka.

-Y tu hijo, deberías tomar un baño antes de cenar, creo que a ti y a tu amigo Ryoga se les paso la mano hoy con sus jueguitos.

-No son "jueguitos" mamá y Ryoga no es mi amigo. Él siempre me está desafiando.

-Como sea, ve a asearte y vuelve para la cena.

-Ya voy.

Al pasar por el comedor, Ranma vio como Akane estaba terminando de acomodar todos los utensilios. La chica al sentirse observada giro su cabeza para descubrir quién la miraba, su semblante se torno serio y amenazante cuando lo vio.

-No te preocupes, sólo ayude con la vajilla; no he tocado un solo alimento, puedes estar tranquilo.

-Hum –fue la respuesta de él para luego dirigir sus pasos velozmente al baño.

La chica de cortos cabellos suspiro, siempre era así con ellos dos, un momento estaban bien y al siguiente uno de los dos decía o hacia algo que molestaba al otro y la tormenta se desataba.

Estaba pensando seriamente en no hacerle el dichoso regalo, si sopesaba los pro y los contra, eran estos últimos los que ganaban, "espero que él realmente se lo merezca", había dicho su hermana, ¿se lo merecía? Volvió a suspirar, después de todo ya estaba decidido que ese sería su regalo de cumpleaños; con estos pensamientos se preparo para la cena familiar como todos los días.

___________________________________________________________________________

Ranma se encontraba sentado sobre la duela del Dojo, ese lugar era algo especial para él, sin darse cuenta había pasado a ser parte importante en su vida.

Desde que había llegado a la casa Tendo, no recordaba que hubiera pasado más de un día o dos sin aparecerse por ese lugar, siempre para entrenar, recibir a un oponente o simplemente para reflexionar tranquilamente como lo estaba haciendo en ese momento.

El sábado era su cumpleaños, no era realmente una fecha importante para él, un día más en el calendario, algo común y corriente, pero esa insignificante fecha le recordaba que tendría un año más de vida y que estaba madurando, convirtiéndose en un adulto, entonces ¿por qué aún se comportaba como un niño?, especialmente con ella, ¿no podía simplemente dejar de decir tonterías, ignorar esas ganas incontrolables de burlarse de ella y tratar de decirle lo que realmente sentía?, ¿acaso era tan difícil comportarse como un hombre?. Sí, lo era, al menos en lo que concernía a su prometida; como si la hubiese invocado con el pensamiento, ella se apareció en ese momento, justo en frente de él.

La quedo mirando interrogante, era tarde y si había ido a buscarle a esas horas tenía que ser algo importante. La chica hablo.

-Se que el sábado estas de cumpleaños –dijo sin mostrar emoción alguna en su voz, él no pudo hacer nada más que asentir a lo que ella decía-. Toma, es mi regalo –dijo tendiéndole dos pequeños trozos de papel-, te los doy hoy porque son para mañana. Todo estaba agotado y no pude conseguirlos para el mismo sábado, que los disfrutes –termino de decirle, girando sobre sus talones y dirigiéndose a la puerta de salida. Él observo los boletos y se sorprendió, antes de que ella saliera del Dojo alcanzo a llamarla.

-Akane, espera.

-Dime.

-Yo... quería pedirte disculpas. No debí molestarte esta tarde... con lo de la comida.

-No te preocupes, ya lo había olvidado. ¿Algo más?

-Gracias, por los boletos.

-De nada, espero que lo pases bien.

-¿Cómo los conseguiste?, estaban agotados, por lo menos hasta el próximo martes.

-Alguien me ayudo un poco. Como ves, tienen la palabra reservado, así es que puedes llegar poco antes de que empiece la función, no necesitaras hacer la fila. Bien, es todo lo que quería decirte.

-Oye espera –dijo el joven poniéndose de pie-, ¿no piensas acompañarme?

-¿Qui... quieres que lo haga? –tartamudeo la chica temerosa y bajando su cabeza para no mirarlo directamente.

-Claro, ¿por qué no?

-Yo, pensé que querrías ir con otra persona, no se, aprovechar de invitar a alguien más.

-¿Y a quién más podría invitar?, eres... eres la persona con quién mejor me siento –dijo él sonrojándose un poco, ella levanto rápidamente su cabeza con la sorpresa reflejada en su rostro, pero ahora era el joven de la trenza el que rehuía la mirada interrogante de ella-. Entonces, ¿irás conmigo?

-Sí –contesto ella sin titubear y con alegría en su voz.

Al segundo de que la chica hubiese dado su respuesta se escucho una leve exclamación de jubilo, luego un suave golpe en la madera del pasillo que daba a la puerta del Dojo y finalmente casi imperceptibles pasos que se alejaban apresurados en dirección a la casa.

-¿Escuchaste eso? –dijo Akane.

-Si.

-¿Crees que nos estaban espiando?

-No lo creo, estoy seguro de ello, pero sea quien fuere, no se trataba de mi papá ni del tuyo.

-Entonces tuvo que ser Nabiki.

-O Kasumi y hasta mi mamá, aunque por los pasos me inclino más en pensar que fue tu hermana mayor.

-Sí, Nabiki no habría despertado sospechas y tu mamá no sabía nada.

-Como sea, mañana iremos a ver esa película, ¿no es verdad?

-Sí –sonrió ella-. Hasta mañana entonces, que duermas bien.

-Tu... tu también.

Akane salió casi corriendo del Dojo, no podía creer que él hubiese optado por ella para que lo acompañase. Simplemente no entendía por qué no aprovecharía para invitar a una de sus prometidas, o a uno de sus amigos, por lo demás, se encontraba feliz.

Cuando finalmente llego a su habitación y se dispuso a dormir, pensó que no podría conciliar el sueño esperando que pasaran las horas para salir con Ranma, de pronto lo pensó mejor, ese "salir con Ranma" se parecía mucho a "tener una cita" con Ranma. Una cita, ¡su primera cita!, trato de calmarse pero no lo logro, tenía mucho en que pensar; ¿qué ropa se pondría?, ¿con qué zapatos?, ¿seria conveniente usar algo de maquillaje?, ¡y perfume!, ella nunca había estado pendiente de esas cosas pero ahora... sólo esperaba que el muy tonto de su prometido no decidiera ir convertido en chica.

___________________________________________________________________________

Corría una suave brisa esa tarde en el barrio de Nerima. Por una calle poco transitada caminaba una pareja de jóvenes tranquilamente, aunque si se ponía un poco de atención, se podía observar el nerviosismo que trataban de ocultarle al otro.

El chico caminaba al lado de ella, manos en los bolsillos, mirando distraídamente al frente, para de vez en cuando, observar por el rabillo del ojo a su acompañante.

Ella caminaba mirando el suelo, sujetando firmemente el pequeño bolso que llevaba en las manos, como si éste tuviese vida propia y fuese a escapar de un momento a otro si ella no ejercía la fuerza suficiente para contenerlo.

Luego de un rato de avanzar en silencio, él decidió romperlo.

-¿Chocolates o palomitas?

-¿Qué?

-Pregunte, si prefieres los chocolates o las palomitas de maíz.

-Ah... no se, da lo mismo.

-¿Cómo que da lo mismo?, no, es una decisión importante. Una vez que empiece la película no podrás salir, molestarías a mucha gente y yo no pienso darte de mis palomitas –ella sonrió, se daba cuenta de que él trataba de romper el hielo y relajarlos con una conversación trivial

-¿Y qué te hace pensar que yo escogeré los chocolates?

-Humm, no se; será porque te fascinan los helados, las galletas, los pasteles o todo lo que tenga una leve o abundante ración de chocolate, así que creo que te inclinarás por los chocolates. –dijo él poniendo ambas manos detrás de su cabeza y mirando al cielo. Ella lo miró sorprendida, ¿por qué había dicho eso?, ¿acaso se había dado cuenta de sus preferencias al momento de elegir algo dulce?, es más, ¿había recordado lo que ella prefería en cuanto a comida o postres?

-Tienes razón, aunque si tú eliges palomitas de maíz podremos intercambiar.

-Tendría que pensarlo.

-No hay nada que pensar, tu me das palomitas, yo chocolates y punto.

-Oye, estamos celebrando MI cumpleaños, así es que yo tomo las decisiones.

-¿Ah si?

-Sí... y…esta bien, te dejare comer algunas, pero solo algunas, ¿de acuerdo?

-De acuerdo –dijo ella sonriendo. Por primera vez en esa tarde él la observo detenidamente.

-Te ves... bien –dijo algo sonrojado, ella lo miro a su vez, sus mejillas teñidas de un suave carmín.

-Gracias, tú también... te ves bien.

-Hum –fue la escueta respuesta de él. El silencio volvió a instaurarse y ella comprendió que debía decir algo para no romper ese mágico momento de tranquilidad que se había dado entre los dos, cualquier cosa, lo que fuera.

-No sabía que fueses aficionado a ver películas en el cine.

-Yo tampoco –sonrió- pero esta en especial, no se si será por todo lo que ha rodeado su estreno, o si me he dejado influenciar por otras personas, lo cierto es que desde que supe que la estrenaban quise verla. No es lo mismo ver una película como esta en el cine, a pantalla gigante, que esperar a verla en tu casa.

-Sí, tienes razón.

-¿Y cómo fue que conseguiste dos boletos cuando estaba todo agotado? Aún no me lo dices.

-Bueno, recibí la ayuda de alguien... la verdad, ni siquiera la idea fue mía –reconoció ella encogiéndose de hombros-. Por una vez quise darte algo que te agradase como regalo, no alguna cosa hecha por mí de la cual te sintieras obligado a ponerte o a comer. De pronto me di cuenta de que se acercaba tu cumpleaños y no tenía idea que regalarte, fue Kasumi quien sugirió la idea y Nabiki me ayudo con las entradas. A mi entender, era mejor regalarte algo con lo que disfrutaras de veras, a regalarte una bufanda agujereada o unos pasteles tóxicos –él volvió a sonreír con el comentario, si ella estaba siendo capaz de reconocer sus defectos, entonces él también lo haría cuando se presentara la oportunidad.

-No tenias que regalarme nada Akane, no era necesario.

-¿Pero qué dices?, después te acordarías todo el año de que tu prometida no te dio regalo de cumpleaños –las palabras salieron de forma espontánea de su boca, pero ella se arrepintió en el mismo instante en que las había dicho, el mencionar el compromiso siempre había sido motivo de discusión entre los dos y esa tarde parecía estar saliendo todo tan bien, sin embargo, él pareció no darse cuenta de lo que había dicho la chica, o al menos no le hizo caso alguno.

-En ese caso gracias, de verdad.

-Hoy es sólo un anticipo, tengo otro regalo preparado para ti mañana –dijo ella poniendo sus manos en la espalda, con su pequeño bolso siempre tomado y sonriendo coquetamente.

-¿Otro regalo?

-Sí, pero te lo daré sólo si hoy te portas bien.

-Pero si siempre me porto bien.

-¡¿Eso crees?! –dijo ella soltando una risita que hizo que el corazón de Ranma latiera con fuerza. Ella tenía ese efecto sobre él, con una sonrisa, con solo una mirada, con una palabra dulce, con un toque sutil, lo que fuera que ella hiciese con o sin intención, la mayoría de las veces sin intención, lograba poner su mundo de cabeza. Lo peor era que ella no parecía notar el efecto que causaba en él... y en otros, y eso justamente era lo que la hacía especial, ella no se daba cuenta de que era bella, simplemente su coquetería le era natural, no tenía que maquillarse, vestirse sofisticadamente o ser sensual, simplemente tenía que ser Akane para que todos los chicos notarán su presencia y eso era lo que él no soportaba.

Al notar que el chico se había quedado algo atrás observándola, se preocupo- ¿sucede algo?

-No, nada. Supongo que voy por buen camino.

-¿Por buen camino?

-Para ganarme mí regalo.

-Digamos que si sigues comportándote así el resto del día obtendrás tu recompensa, de modo que...

No pudo continuar, el sonido de una campanilla a lo lejos y una conocida silueta montada en una bicicleta acercándose a gran velocidad, dejo a ambos chicos clavados en su lugar.

-¡Rayos! –Dijo él- ¿que no tiene nada mejor que hacer que cruzarse en nuestro camino?

-Deberíamos estar acostumbrados, siempre es así.

-¡Pero justo hoy! Akane, haremos algo. Toma, ve al Centro Comercial, aún faltan cerca de cuarenta minutos para que comience la película. Espérame allá, yo me encargare de librarme rápidamente de Shampoo y te alcanzare en la puerta del cine -la chica lo miró no muy convencida- ¿Confías en mi? –ella dudo un momento, luego contesto.

-Está bien, pero trata de no demorar –dijo de mala gana, justo en el momento en que la joven china hacía su entrada triunfal en escena.

-¡Ranma! –exclamo arrojándose sobre el muchacho. La chica a su lado estuvo a punto de golpearlo como siempre hacía, pero de pronto recordó las palabras de él "¿confías en mi?", por una vez sabía que tenía que ignorar la situación y confiar en él, mordiéndose las ganas de descargas la furia que siempre le provocaban los celos al ver a esa chica o cualquier otra cerca de Ranma. Muy a su pesar hizo caso omiso al hecho de que Shampoo se restregase contra su prometido y paso como si nada, luego le indico por señas al muchacho que lo esperaría en la entrada del cine- ¿chica violenta irse tan pronto?, mejor así, ¿no es verdad airen? –dijo poniendo todo el sarcasmo del que era capaz en su entonación

-Ya he tenido bastante de estas escenitas desde que llegaste Shampoo. Nos vemos luego.

Ranma quedó un tanto desconcertado. Era la primera vez que Akane no hacía un escándalo, o lo golpeaba. ¡Incluso había aceptado sin chistar su idea!, y ahora se alejaba tranquilamente para esperarlo como habían quedado.

Decidió por tanto no demorarse más de lo necesario con la joven china, de hecho estaba dispuesto a burlarla si hacía falta para estar pronto junto a su prometida.

___________________________________________________________________________________________________________

Notas Finales:

1.- Primero quiero agradecerte si leíste hasta aquí, este es mi primer intento de hacer una historia larga, así es que si decides acompañárme en este camino, te lo agradezco de todo corazón.

2.- Sobre este capitulo no puedo decir mucho, solo aclarar un par de cosas:

- En un principio me costo imaginar a Ranma anhelando ir al cine a ver una película y pensé cambiar el escenario por alguna exhibición de artes marciales o algo similar, pero luego deje el lugar original para desarrollar mejor la historia. Ahora, sobre la película que con tanta ansia esperaba ver Ranma, lo dejo a tu imaginación.

- Si bien los acontecimientos de este fic se desarrollan en el espacio de tiempo posterior al termino de la serie de televisión, en dónde la aparición de Nodoka se remite a un par de episodios y no logra ver a su hijo como hombre, ni mucho menos se queda a vivir junto a él y Genma en el Dojo Tendo, me tome la libertad de incorporarla para permitirle que despliegue un papel de mediador en distintas situaciones que se desarrollarán durante los próximos capítulos.

3.- Una vez más, agradecer que hayan leído hasta aquí y será hasta la próxima.

Gracias, Madame De La Fére – Du Vallon.