X – x – X – x – X

.•. ENTRAÑABLE PÉRFIDO .•.

X – x – X – x – X

Nada me pertenece, solo la idea de esta historia con los personajes de SM.

X – x – X – x – X

CAPITULO

I

X – x – X – x – X

:•: BIENVENIDA CORTESÍA :•:

X – x – X – x – X

"No importa, te aseguro que no importa. Solo quiero que no te vayas. No te vayas porque si lo haces sé que no regresaras."

"Necesito esta respuesta……por favor."

"Se que la encontraras y no será la mejor para mi. ¿Qué te hace pensar que puede que no regreses?"

"Ese……es el riesgo que estoy dispuesta a tomar."

– • • –

"…Señorita…" Era la tercera vez que el llamado de la azafata no tenia resultados. "Señorita." Hasta que un ligero movimiento finalmente logro captar la atención de la mujer en el asiento 24C.

"¿Si?"

"Es la segunda llamada del piloto, ¿Seria tan amable de ajustar su cinturón?"

"Si, claro." Sus propios pensamientos le habían prohibido tener contacto con el mundo exterior a ellos. Ligeramente le regalo una pequeña sonrisa a su compañera de hilera.

Y es que sus pensamientos se habían quedado en la pequeña discusión que tuvo antes de salir de casa. Culpabilidad la inundo al haber levantado la voz de esa manera. Pero ahora, estando ya a cientos de millas de distancia, no podía disculparse personalmente.

Su estomago se revolvió un poco al sentir la inesperada turbulencia. El avión comenzaba a bajar, lo cual significaba su muy cercano arribo a la inconfundible ciudad de Tokyo.

Cerró los ojos y espero a que el avión terminara de causarle todas esas sensaciones. No paso mucho para que sintiera las ruedas del avión tocar tierra firme.

Suspiro aliviada.

Había llegado a casa. O al menos……la ciudad que en algún momento fue su hogar.

Pasaron minutos antes de que los pasajeros terminaran de bajar. Ella fue la última, no llevaba prisa. Tan solo se sintió feliz de volver a estar en ese país de nuevo.

Camino lento. Dentro de la agitada monotonía que se vive dentro del aeropuerto, la gente camina apresuradamente olvidando mirar a su alrededor. Ella prefiere ser precavida. Cada quien tiene su tiempo, sus pasos y sus propios motivos para estar ahí.

X – x – X – x – X

No lo entendía, lleva más de media hora esperando. Su amiga había prometido ir por ella, ¿Por qué no estaba ya ahí?

"¿Serena?"

Su nombre fue mencionado perfectamente, tanto que ella no dudo en girar abruptamente para encontrar a quien iría por ella. "¡Michiru!" Corrió hacia ella y la embrazo calurosamente.

Finalmente las dos se abrazaron, reconociéndose mutuamente. Fue un saludo fraternal, tanto que lagrimas inundaron los ojos de ambas. A pesar de los años que había sin mantener una relación más que por teléfono, ambas pudieron reconocerse instantáneamente, teniendo en mente solamente el vago recuerdo de cuando eran niñas.

"Serena……tanto…tanto tiempo." La recién llegada, apartando su larga coleta aguamarina de su hombro, tomo las manos de su amiga para apartarlas. "Eres, eres alguien completamente diferente."

"Bueno eso es algo que tengo que reconocer…ambas ya no somos las pequeñas que peleaban por ser la líder." Sonrió afectuosamente. "Te extrañe, Michiru."

Su amiga, impidiendo que sus ojos se llenaran de más lágrimas, soltó las manos de la recién llegada. "Anda, vamos, mi esposo espera por nosotras en el auto." Pero Serena no se movió. "¿Pasa algo?"

"¿Te casaste, Michiru?"

"Bueno……eso fue algo repentino pero te aseguro que te contare todo a detalle. Llevamos dos semanas de casados."

"¡Dos semanas!" Exclamo sorprendida. "Michiru, ¿Por qué no me lo dijiste? De haberlo sabido nunca te hubiese pedido alojamiento."

"¿Bromeas? Nada me hace más feliz en este momento que volver a verte. Además…" Prefirió callar y fingir una sonrisa.

"¿Además, que?"

"Olvidado." Tomo una de las dos maletas. "Vamos, te lo presentare."

Serena la siguió.

X – x – X – x – X

Ambas llegaron al auto. Michiru abrió la puerta del chofer. "Baja, te presentare a mi amiga."

Él espero unos segundos más a que su molestia no fuera captada por su pareja. Un hombre poco expresivo pero con una sonrisa fingida encantadora. Él, a comparación de su esposa, no olvido tan fácilmente la discusión que ella sostuvo antes de bajar de ese auto. Discusión que tuvo como tema principal la llegada de esa mujer a quien su esposa llama amiga. Él mismo había dicho que eso no le molestaba, pero la realidad era diferente.

Optando por no importarle más lo que la invitada pensara de su rostro malhumorado, bajo del auto con una incomoda sonrisa en sus labios.

Serena giro al escuchar la puerta cerrarse, señal de que él había bajado.

"…Su nombre es Serena." Finalizo Michiru.

Pero tanto la sonrisa, como la molestia de ese hombre desvanecieron al instante. Sus ojos, sin él haberse dado cuenta, se volvieron inexpresivos.

"Serena, él es mi esposo. Te presento a Seiya." Sonrió dulcemente la mujer de las introducciones.

Pero la mujer de serafines y perfectos rizos dorados, perdiendo fuerza, dejo caer su pequeña maleta de mano.

Ambas miradas índigos fueron como un imán que se conecta a otro.

"¿Serena?" La mano de la cabecilla de ese encuentro levanto la pequeña maleta que su amiga había dejado caer. Sus ojos aguamarina instantáneamente se detuvieron en su pareja. "Seiya, no seas descortés. ¿No saludaras?"

La primera en reaccionar y arrebatar su mirada de la de él fue la recién introducida. "Lo…lo siento…" Se disculpo mientras volvía a tomar su maleta de mano. "Tsu – Tsukino……Serena……mucho gusto." Levanto la mano amablemente para que fuera estrechada por quien acababa de presentársele formalmente.

Pero él, contrario a ella, no aparto su mirada inexpresiva de ella. "Seiya." Dijo a secas en el momento que estrecho manos con ella, pero el contacto tan solo duro menos de dos segundos. La incomodidad de ese contacto no permitió un saludo más formal.

Serena tomo una de sus maletas.

"Seiya, ¿Por qué no la ayudas?"

Él solo se cruzo de brazos pero sin quitar la mirada de la mujer que inútilmente intentaba subir una de sus dos maletas a la parte trasera del automóvil.

"Seiya." Volvió a pedir su pareja.

Petición que hizo que él dejara de recargarse en el auto y llegara junto a la mujer que tenía dificultades por subir una sola maleta. "A un lado." Susurro para que solo ella lo escuchara. Su manera de decirle que le ayudaría no era la mejor y no deseaba que su compañera escuchara lo descortés que estaba siendo con su amiga.

Las maletas subieron satisfactoriamente y los tres subieron al auto. "¿Qué te parece si llevamos a Serena a comer primero?" Sugirió Michiru.

Seiya, teniendo el auto en reversa, se detuvo antes de salir del estacionamiento. Levanto un poco el rostro para ver a través del espejo retrovisor. La vio a ella, a quien se había sentado en el asiento trasero, pero ella no se dio cuenta de eso. "Tengo trabajo."

"¡Seiya!" Michiru sentencio junto con la mirada.

Serena levanto el rostro para encontrar una mirada nada amable sobre ella. Mirada que no duro más de dos segundos. Entendió la indirecta. "No te preocupes, Michiru, ya he comido en el avión y……y las horas de vuelo me han dejado fatigada."

Sin más, el auto fue manejado.

X – x – X – x – X

"¿Qué te parece?"

En cuanto la puerta fue abierta en su totalidad, Serena entro observando detalladamente la decoración de la habitación que ocuparía. "Es hermosa." Musito, no siendo necesario que su voz tuviera un tono más alto.

"Espero que puedas sentirte como en casa. Descansa, dijiste que estabas agotada, mañana hablaremos hasta más no poder. Quiero saber todo lo que ha sido de ti y esa inmensa razon que te hizo regresar a Tokyo después de años de ausencia. Yo misma no puedo esperar a que despiertes."

Serena sonrió sentándose sobre la cama. "Claro. Hablaremos de todo eso y de…" Inevitablemente dirigió su mirada hacia la puerta en cuanto Seiya entro dejando ambas maletas en la entrada, no molestándose a entrar más. "…de cómo ha sido tu vida durante este tiempo." Finalizo su oración.

"Yo no tengo mucho que relatar, creo que de mi sabes todo." Michiru sonrió en el momento que volteo hacia la puerta, notando que Seiya acababa de salir. "Bueno, casi todo."

Pero Serena no sonrió del todo. "Michiru, gracias por el acogimiento."

"Ni lo menciones. Estoy feliz de volver a hablar contigo sin que se interponga una línea telefónica y cientos de millas de distancia."

"Gracias."

X – x – X – x – X

Pasaba de la media noche. A pesar de los cientos de intentos fallidos, los ojos de Serena no pudieron mantenerse cerrados por más de diez segundos. Finalmente opto por levantarse de la cama y tomar su botella de agua solo para encontrarla vacía.

Necesitaba agua. Ella no puede dormir sin agua.

Lentamente abrió la puerta para poder ver por una rendija que el pequeño pasillo estuviera desierto. Se sentía como una ladrona solo por un poco de agua. Abrió completamente y corrió a las escaleras para bajar a la cocina.

Respiro aliviada en cuanto llego a su destino, pero su respiración se corto en cuanto entro. Intento sonreír pero no pudo y opto por tontamente mostrar su botella vacía.

"So – solo vine por un poco de agua."

Con un movimiento de mano, él señalo el refrigerador. Pero desde el momento en el que ella entro, hasta los pasos que tuvo que dar para llegar al aparato, Seiya no aparto sus ojos de ella.

Una vez que su botella fue llenada satisfactoriamente, Serena recorrió los mismos pasos para llegar a la salida, pero se detuvo estando bajo el marco de la puerta. Volteo a ver a quien tomaba de una taza. Entendió que había sido él quien la detuvo con la mirada al no haberla alejado de ella en ningún momento.

Segundos después, fue Seiya quien se atrevió a bajar el rostro al no poder soportar más el peso de esa mirada.

Pero en el segundo que Seiya bajo el rostro, Serena entendió el porque. Se quedo en el mismo lugar, esperando a que posiblemente él volviera a mirarla…pero no fue así. Le gustaron esos ojos.

"Buenas noches." Susurro deseando que él dejara de ver su bebida y levantara el rostro para volver a verla. Pero él no lo hizo, así como tampoco respondió.

Finalmente Seiya se levanto de su lugar y llevo su taza al lava trastos. Se dirigió a la salida pero tuvo que detenerse al ver que ella se mantenía de pie, bloqueando la salida. No se atrevió a dirigirle la palabra, así que opto por solo esperar a que se moviera. Ella no lo hizo.

Esta vez fue Serena quien bajo el rostro al ver la pesadez de esa mirada.

"¿Po –?"

"No." Interrumpió él antes de que ella dijera algo. "No necesito escuchar nada. Solo necesito que te apartes."

En lugar de apartarse, Serena se atrevió a volver a ver los ojos que pesaban sobre ella. "¿Es tarde, verdad?"

"Muy tarde." Musito él secamente.

"¿Es difícil despertar?"

"Lo difícil…..es soñar."

Esa ultima palabra cayo sobre Serena como un balde de agua fría. Tanto que su rostro cayó al instante. "No lo entiendo, ¿Por qué es difícil?"

Seiya solo movió la cabeza. "Olvídalo."

Serena asintió con una muy mala fingida sonrisa. "Es tonto de mi parte pedir una disculpa por estar aquí."

Seiya quiso sonreír pero no pudo hacerlo. "No necesito escuchar una. Al menos no necesito escucharlo después de seis años. Las puertas se han cerrado."

Serena movió la cabeza, aceptando lo que se le acababa de decir. "Todo esto es tan…..tan confuso para mi. Tenia todo claro para cuando estuviera en aquel aeropuerto, saludando a mi mejor amiga. Sabia mi única razon para este viaje pero…" Volvió a bajar el rostro. "…Pero todo cambio…cuando te vi ahí, junto a ella, junto a mi mejor amiga, presentantote como su…" Ni siquiera pudo mencionar esa palabra. "Me sentí una tonta."

Seiya también asintió, aceptando la confesión. "En otro momento me hubiese importado, Serena. Ya no. Ya no es necesario que intentes dar una explicación. Ya no soy el mismo de ayer. Ignoraba que eras tú su amiga y que seria a ti a quien recogería en el aeropuerto, pero de haberlo sabido……posiblemente hubiese intentado no mostrar cara de estupido en cuanto te vi."

"Nunca imagine encontrarte tan rápido. Te aseguro que estoy dispuesta a dar todas mis respuestas. Me encantaría decirte todo lo que inútilmente practique en aquel avión. Practique tanto que ahora todo se ha borrado de mi mente. Practique arduamente para que no me derrumbara al volverte a ver. Pero ahora, ahora no se si valió la pena. Todo se destruyo Seiya. Todo se derrumbo en el momento que te vi junto a ella. Me es difícil asimilar que compartes una habitación con ella. ¿Crees que eso me deja dormir en este momento? ¿Crees que –? ¿– Que no me estoy atormentando en este momento?" Bajo el rostro para sonreír sutilmente. "Creo que he arruinado todo…imaginando que podría solucionar algo. Te diría todo lo que estoy pensando……pero solo si no supiera que ella duerme en esta casa. Posiblemente si ella hubiese mencionado tu nombre en algún momento……en este momento yo no estaría aquí."

Seiya volvió a mover la cabeza para que ella entendiera que todo estaba bien. "Buenas noches." Paso junto a ella rozando su brazo por el espacio tan limitado.

"Pero no pude soportarlo." Musito Serena al saberlo a tres pasos lejos de ella. Confeso confirmando lo que acababa de decir.

Seiya se detuvo al instante y aun dándole la espalda, bajo el rostro. "Yo tampoco, Serena." Serena volteo rápido al escuchar eso. Volteo solo para verlo de espaldas a ella. "Pero la cobardía llego y ahora es muy tarde para arreglar eso."

"¿Y te sirvió?"

"No, pero ahora no es necesario que sirva de algo. Mi vida es la que ahora ves. Tú has hecho lo mismo lejos de aquí. Ninguno de los dos dejara de ser como éramos, pero a la vez ninguno de los dos somos como solíamos ser."

"Tuve miedo." Susurro casi inaudiblemente. Al ver que él no estaba dispuesto a verla, Serena no hizo mas que abrazarse a si misma.

"Yo no." Aclaro él firmemente. Encogió los hombros para que ella viera que ya no importaba. "Yo no, Serena."

Serena se atrevió a caminar hasta detenerse frente a él y se lleno de valor para volver a verlo a los ojos. A los ojos que ahora expresaban el dolor aun existente, a pesar de que las palabras dijeran lo contrario. "Fue difícil."

"Serena." Seiya la tomo por los hombros para encararla firmemente. "Serena, ya no importa. Tú y yo ya no nos debemos más explicaciones."

Serena no quiso dejar de ver la mentira en los ojos frente a ella. Sonrió tiernamente. "¿T……te enamoraste?" Pregunto temerosa.

Seiya soltó sus hombros y giro el rostro levemente para no verla mas. "S…si, Serena, me enamore." Pasó junto a ella una vez más para dirigirse a las escaleras.

"¡Mentira!" Exclamo antes de que él subiera. Seiya, sorprendido, volteo una vez mas.

"No necesito que me creas."

"Claro que lo necesitas y te sientes aliviado de que lo sepa."

Seiya rió en silencio. "Hablas con la confianza que te falto aquel día, pero ahora no la necesitas, al menos aquí…no. Puedes irte mañana mismo y mi vida continuara como hasta ahora lo ha sido. Tu estadía aquí no cambia nada. ¿No ves acaso que soy realmente feliz?"

"No. Lo único que puedo ver es una enorme bola de mentiras. Lo único que pude ver fue tu expresión, tal igual a la mía, cuando nos presentaron. Y mientes, claro que mientes porque –"

Seiya frunció el ceño. "Estas hablando con el esposo de tu mejor amiga, que no se te olvide eso." Su rostro fue serio en cuanto recordó eso.

Serena por el contrario solo movió la cabeza de un lado a otro. "No." Confeso molesta. "Estoy hablando con el hombre que significo mi vida." Mas que molesta, su mirada de momento mostró la melancolía que hasta ahora había sabido ocultar.

"¿Es esta la amistad que le ofreces?"

Serena camino hacia él. "Ella es mi amiga y yo seria incapaz de hacerla sufrir, no quiero que dudes de eso. Perder su amistad me dolería……pero no estoy segura de mi misma. Ver la duda en tu rostro me hace a dudar. Solo quiero saber si puedo ser capaz de irme de aquí sin encontrar mis propias respuestas. Lo veo en tus ojos, ¿Puedes tú verlo en los míos?"

Seiya sonrió tristemente. "Algún día entenderás que se vuelve a vivir después de morir." Sin más, subió para dirigirse a la habitación que comparte con su esposa.

Serena finalmente dejo caer un par de lágrimas. Lo vio, vio en aquellos ojos el dolor aun existente. Él murió por su culpa. Y se sintió culpable. Pero mas que culpable, sentía que finalmente podía llorar por él, ante él y, posiblemente, también con él.

"¿Por qué ella, Seiya?" Se pregunto a ella misma. "¿Dónde, como y cuando…la conociste?" Bajo el rostro para ver la fuerza que habían creado sus manos con la botella de agua ahora rota.

Pero él le grito con una sola mirada lo que ella había ido a buscar, de eso estaba completamente segura.

X – x – X – x – X – x – X – x – X – x – X – x – X – x – X – x – X

¡Hola!

Usualmente intento mantener mis historias actualizadas, claro eso es excluyendo la única que he olvidado por meses "Cruithne", pero prometo que la retomare.

Esta vez fue un poco difícil no escribir esta nueva historia, posiblemente celebrándome a mi misma mis tres años en fan fiction. Confesare que esta era la razon por el repentino final de "Eternamente Mía."

Lo siento, esta historia la había deseado subir hace ya más de un mes pero me fue imposible cuando me vi atrapada en cientos de proyectos a la vez. Me era difícil intentar subirla, pero finalmente lo logre.

Espero que puedan acompañarme durante esta historia, la cual intentare mantener actualizada. Gracias por dejarme imaginar, crear y compartir.

.•. Serenity Kou .•. ♥