Juntos pero no revueltos.
Disclaimers:Basado en Marmalade Boy de Wataru Yoshizumi, por lo menos en la idea principal. Los personajes tampoco son míos y se los pido prestados a Nobuhiro Watsuki con el objetivo de lidiar con mis locas fantasías.
Summary:¿Qué pasaría si a tus padres se les ocurre la gran idea de intercambiar parejas? Conoce el extraño mundo de Misao y Aoshi y su rara historia de amor. AU Longfic.
Simbología:
-Negrita- Diálogos
-"Cursiva"- Pensamientos
(N/A: ) Acotaciones de la autora.
Prólogo
Nunca pensé que ese trabajo del demonio que me mandase a realizar Soujiro-siempre sonriente-sensei, iba a ser el Deja Vu más escabroso de mi corta vida. ¡Por Kami-sama! ¡¿A quién en su sano juicio se le ocurre pedir un informe acerca de la Ley de Divorcio?! Y lo peor: ¿Qué habrá comido Soujiro-siempre sonriente-sensei para haber adivinado que en las dementes cabezas de mis padres, la palabra divorcio revoloteaba como loca?
Por cierto, mi nombre es Misao Makimashi, soy una joven normal que estudia y trabaja, y represento al distrito de Chiyoda en Tokio. En serio, si hasta vivo cerca del famoso Castillo Edo, el cual fue habitado por un loco llamado Takeda, quien traficaba opio y fue arrestado por la policía, gracias a un samurai y su grupo de amigos. Mi casa queda en una hermosa villa llamada Jinchuu. Mis padres y yo vivimos allí. Y hablando de ellos…
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-¡¡Tierra llamando a Mi-chan!!- Exclama una bella mujer –¡¡Tierra llamando a Mi-chan!!- repite.
-¿Nani?- sólo atina a decir la muchacha.
-Misao-chan- interviene ésta vez un hombre- cuando estás en las nubes no hay nada ni nadie que te baje. Debes estar un poco más atenta de tu alrededor, tu madre está hablando acerca de algo importante- dijo el señor, mientras se servía un tazón de café.
-¿De qué se trata?- cuestiona la chica.
-Decía que los Shinomori llegarán mañana e iremos a comer al Akabeko en el distrito de Ginza- responde la señora con una gran sonrisa -a todo esto- dice, al tiempo en el que revisa su cartera y extrae su celular -debo avisarle a Tae para que nos reserve una mesa en la mejor ubicación y bla bla bla…-
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Como les decía, mis padres son Seijuro y Tokio Makimashi. Oka-san es una diseñadora de alta costura, incluso maneja su atelier propio llamado "Paradise Eternal" (N/A: Es que acabo de ver Paradise Kiss) y que está cerca del restaurant de Tae-san en Ginza. Por otro lado, Otou-san es el fiscal del distrito de Shinjuku.
Verán, el punto es que mañana sucederá lo inevitable: los Shinomori estarán en Tokio y yo hecho nada para detener ésta locura. El problema no son los Shinomori en sí, si no lo que va a pasar cuando ellos lleguen. Respira Makimashi, respira.
Todo comenzó cuando mis padres, en el marco de su aniversario de matrimonio, deciden viajar a París. En el tour que hicieron por los alrededores conocieron a otra pareja, también japonesa: los Shinomori. Pero lo terrible no es eso: lo horrible del asunto es que se han enamorado entre sí, es decir, que han realizado ¡un vil intercambio de parejas!, por ende, se divorciarán y se volverán a casar con su respectivo amor.
Así:
Oka-san y Otou-san + viaje a París = Destruida Familia Makimashi.
Señor y Señora Shinomori + viaje a París= Destruida Familia Shinomori
Luego:
Viaje a París = Oka-san y Señor Shinomori = Neo Familia Shinomori.
Viaje a París= Señora Shinomori y Otou-san = Neo Familia Makimashi.
¿Ahora entienden por qué me he vuelto loca?
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-… y luego, en la hora de los adultos saldremos los cuatro y tu atenderás al hijo de los Shinomori como se debe. ¿Quedó claro Mi-chan?- seguía parloteando la señora Makimashi.
-Es decir, que lo único que pide tu madre es que no lo espantes, trates mal, insultes o golpees- agregó el cabeza de la familia.
-¿Me creen capaz de algo así?- exclamó la muchacha muy ofendida.
-¡Por supuesto que sí!- dijeron los mayores mientras se cruzaban de brazos y sus rostros mostraban una falsa seriedad.
-¡Son unos pesados!- vociferó Misao -¡Buenas noches!- agregó furibunda, abandonando el comedor para subir las escaleras y dirigirse a su habitación.
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-¡Despierta ya! ¡Despierta ya!, ¡que un lindo día ha de llegar!- cantaba feliz el reloj despertador, ajeno a los instintos asesinos de la joven Makimashi.
-¡Estúpido reloj y estúpido el momento en que oka-san me lo regaló!- gritó la niña a su despertador, el cual aguantaba estoicamente los reclamos de su dueña –agradece que estoy ideando el plan "No a los intercambios de pareja", si no ya estarías muerto pequeñajo- agregó ya más calmada.
-Mejor me vestiré- decidió –estoy perdiendo el tiempo contigo, objeto inanimado de pacotilla- decía la chica mientras sacaba la ropa del armario para ir a asearse al cuarto de baño.
Ya aseada y más tranquila, Misao volvió a su pieza con el objetivo de vestirse. Al tener una madre diseñadora, fue criada con la costumbre de cambiarse de ropa frente a un espejo, con el fin de observar la combinación de prendas y colores. Luego de un arduo momento de decisión y al son de Love me do, la muchacha se arreglaba frente a un espejo de cuerpo entero, el cual muestra a una mujer de mediana estatura, delgada pero con curvas, ojos tan verdes como las esmeraldas y el cabello tan azabache como el cielo nocturno, recogido ésta vez en una larga trenza. Se vistió con unos jeans apretados azul oscuro y con una polera negra de cuello alto, mangas largas y estampada con el logo de The Beatles (N/A: *O*). Calzó sus pies con unas zapatillas negras, se colocó un abrigo largo de color púrpura y cubrió su cabeza con una boina negra.
Mirando que no se le quedase nada, tomó sus cosas y abandonó la habitación.
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-¡Ohayo gozaimazu!- exclamó la joven mientras bajaba las escaleras y les daba el beso de buenos días a sus padres -¿Está listo el almuerzo oka-san?- preguntó a su madre.
-Sólo falta envolverlo, cielo- respondió Tokio con una sonrisa.
-¡Gracias oka-san!- dijo Misao al tiempo que envolvía su bentou, con un pañuelo rosa con conejitos blancos –es que voy atrasada al entrenamiento matutino de Kyudo con Tomoe-san- agregó la chiquilla, la cual robaba el ultimo dango que se encontraba sobre la mesa, escuchándose un grito de protesta por parte de su padre.
-Gomen ne- se disculpó la muchacha y a paso rápido abandonó su hogar para dirigirse en primera instancia al entrenamiento, y luego partir a la Universidad.
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-¡Qué cansancio!- vociferó la pequeña Makimashi al llegar a su casa.
-¡Oka-san! ¡Otou-san!- siguió gritando la joven en busca de sus padres.
-"¿Dónde estarán?"- se preguntó ya cansada de gritar, echándose en el gran sillón del living de su casa.
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Mis semanas son de lo más agotadoras que hay, por cuatro razones:
1. Me levanto temprano todos los días para entrenar. Los lunes y viernes en la mañana hago Kyudo y los martes, miércoles y jueves igualmente temprano, realizo Kenpo. Estos dos deportes me encantan, pero compito únicamente en Kenpo: si hasta estoy en el equipo de la universidad y lo mejor, es que soy su capitán, amo que me digan Misao-taisho.
2. Tengo que rendir en la Universidad, si no estudio, no tengo un empleo decente y si no tengo un empleo decente, puedo decirle adiós a la buena vida que he llevado hasta ahora, gracias a Kami y a mis padres.
3. Como todo joven, también necesito dinero, así que, para conseguirlo, trabajo. Luego de terminar mi horario en la Universidad, trabajo como mesera en un restaurant cercano: el Aoiya. Omasu-chan, la dueña y su esposo, Shiro-kun, son muy simpáticos y me ayudan cada vez que pueden, dándome permiso cuando lo necesito. Y a veces trabajo como modelo en el atelier de oka-san.
4. Me comprometí a realizar clases de Kenpo en el dojo Oniwabanshuu, pues allí comenzó mi vida como kenpoista. Su dueño es un viejo pervertido llamado Nenji Kachiwazaki, pero que llamamos Okina. Será todo lo que ustedes quieran, pero cuando se trata de kenpo es un genio.
5. Finalmente y no es menos importante: también hago el papel de hija y amiga, cosa que es aún más agotadora que todo lo anterior.
¿Ahora entienden mi cansancio y mis ganas de dormir?
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-¡Piiiiiiiiiiiiiiii!- (N/A: Se supone que está sonando el celular) -¡Piiiiiiiiiii!- seguía sonando, hasta que la muchacha logra despertar y con voz adormecida contesta:
-Mochi-Mochi, Misao al habla, ¿con quién ten...?- siendo interrumpida por una apurada voz femenina.
-Misao, ¿dónde demonios estás?, los Shinomori están por llegar y tú recién en casa. De seguro ni siquiera has visto el kimono que te dejé encima de la cama y que por obligación tienes que usar. Apúrate y ve con cuidado hija- cortándose inmediatamente la comunicación.
-¿Qué fue eso?- se preguntó la muchacha –A ver, recapitulemos, uhmmm, Shinomori+cena+kimono… ¡Oh maldición!, ¡Hoy es la cena con los Shinomori y yo no he pensado nada para detener todo esto!, ¡más encima tengo que ponerme un kimono! T.T- reclamaba la chica, al tiempo que subía las escaleras con prisa y corría a su cuarto.
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¿Qué mal habré hecho en otra vida como para merecer esto?
En primera, este famoso cambio de parejas. En segunda, el no recordar que HOY era la infernal cena con los Shinomori. En tercera, voy atrasada y ¡nada he pensado para terminar con esta estupidez del porte del sistema solar! En cuarta, el simple hecho de tener que ponerme kimono me enferma, pero si oka-san sabe que nunca en la vida me ha gustado usarlos. Finalmente, y para terminar con ésta sarta de reclamos, tendré que llamar a Kaoru-chan para que me ayude a ponerme esta cosa.
¡Maldición!, ¡Maldición! Y ¡mil veces maldición!
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-¡Ohayo gozaimazu!- saluda cortésmente Tae, la dueña del Akabeko.
-Ohayo Tae- devuelve el saludo Tokio Makimashi –hemos reservado una mesa para seis, ¿serías tan amable de llevarnos allá?- agrega con una sonrisa.
-Claro Tokio-san, adelante- responde la dueña del establecimiento, quien los guía por el lugar, para llevarlos a su zona más privada –si necesitan algo no duden en llamarme- dijo la misma cuando el matrimonio Makimashi se instaló en la mesa.
-Tae- llamó el señor Makimashi -¿serías tan amable de guiar a los Shinomori a éste lugar cuando lleguen?-
-Hai- respondió la señora y abandonó el lugar.
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-¡Ya está!- Exclama una sonriente Kaoru.
-¡Arigatou Kaoru-chan!, sin ti yo sería nada- exclamaba a su vez la ojiverde, cuando su amiga terminó de ponerle el kimono.
-Ahora sólo falta que te pintes los labios y puedes irte corriendo a la cena- acotó la aludida, mientras le alcanzaba un pintalabios color carmín a Misao.
-Muchas gracias- dijo ésta, antes de comenzar a pintar sus labios. Al terminar, se dio una mirada en el espejo y al aprobar su atuendo, tomó su pequeña cartera y abandonó la casa junto con su amiga.
-Kaoru-chan- comenzó –eres un sol- remató con una sonrisa –Te llamaré para contarte como fue todo- la abrazó y se subió al autobús –Nos vemos- finalizó.
-Nos vemos, Mi-chan- respondió la chica.
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¡Gracias a Kami que ya voy en el tren camino a Ginza!, si no fuera por Kaoru-chan yo todavía estaría en casa peleando con este kimono.
A veces pienso que Kaoru-chan es la única persona en el universo que me entiende, sabe cuando estoy triste y me escucha cuando lo necesito.
¿Saben? Yo pienso que Kaoru-chan es mi mejor amiga y no por nada nuestra amistad ha durado un poco más de 8 años.
Kaoru-chan y yo nos conocimos cuando comenzamos la secundaria en el Instituto Edo, el cual tiene una gran ventaja: que puedes entrar a la universidad sin hacer examen de admisión, porque al ser una gran empresa, cuenta también con una primaria, una preparatoria y una universidad, donde el paso a cada etapa funciona como un simple cambio de nivel. Que fácil y que bonito.
El punto, es que éramos nuevas y nadie se quería juntar con nosotras, porque los grupos ya estaban formados. Así que, pasó lo que tenía que pasar: nos hicimos amigas y así hemos seguido hasta ahora.
-¡DING-DONG! Buenas noches usuarios de nuestro servicio de transporte. Nos encontramos en la Estación Ginza. Muchas gracias por preferirnos- indicó el maquinista del tren.
¡Por fin! He llegado a Ginza. Ahora hay que llegar al Akabeko. Ojalá no esté muy atrasada, si no seré la vergüenza de mis padres y el hazmerreír de los Shinomori.
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-Sres. Makimashi- llama Tae –la familia Shinomori- acota finalmente, para luego desaparecer.
-Ohayo gozaimazu- saludan los Makimashi con una pequeña inclinación.
-Ohayo gozaimazu- responden los Shinomori de igual manera, al tiempo que se van instalando en la mesa. La cual estaba colocada en una zona aislada del restaurant, con el fin de dar más privacidad a la velada. La mesa estaba presidida por el Señor Makimashi y el Señor Shinomori, lo cual hacía que éstos se encuentren de frente. Las señoras se sentaron juntas en uno de los lados de la mesa, y en el lado restante se sienta Aoshi junto a una silla vacía.
-¿Falta alguien?- pregunta el señor Shinomori con curiosidad.
-Hai- responde Tokio con una sonrisa –nuestra hija- finaliza mirando preocupada a Seijuro.
-Vaya- dice la Señora Shinomori –tienen una hija. ¡Qué interesante!- exclama mientras se dirige a su hijo -¿No estás contento Aoshi? ¡Tendrás una amiguita!- finaliza muy feliz.
En ese momento el eco de unos pasos se hizo escuchar.
-¡Ya llegué!- interrumpió Misao, al tiempo que observaba a los presentes, y súbitamente su mirada chocó contra otra. Verde contra azul, cálido contra frío, sorpresa contra curiosidad.
De pronto sintió que sus mejillas no tenían nada que envidiarle a los tomates, que sus piernas no tenían nada que envidiarle a las gelatinas y que su estómago estaba siendo invadido por mariposas.
-"¡Por Kami!"- pensó la muchacha – "Sus ojos son los más hermosos que he visto"- continúo –"¡Oh maldición!... ¿no me digan que…?- siguió elucubrando –"¡OH NO!"- vociferó mentalmente mientras se tomaba la cabeza entre las dos manos.
De golpe y tropiezo, Misao Makimashi se había enamorado.
Continuará.
¡Hola! Yo al habla. He decidido hacer la historia de nuevo. La verdad no cambia gran cosa, solo que está un poco más arregladita. Así me gusta más.
Agradecimientos: Les doy las gracias a todos quienes leyeron la versión anterior =) y les invito a leer la nueva.
Love me do es una hermosa canción de The Beatles. La recomiendo =)
Se acepta cualquier crítica, mientras sea constructiva.
Saludos.-
PD: Cada vez que no dejan un review, dios mata a una comadreja, a un mapache, a un gallo, a una zorra y a un lobo. Además derrite a un cubo de hielo y quema a una escoba.
Muchas Gracias.-
