Holaaaaaaa!

Bueno, traigo una nueva historia, pero esta viene bien rara. Para empezar no es mía, bueno, sí, pero no sólo mía, es mucho, la mayoría, del gran e incomparable SERNATURAL.

¿Y cómo es ésto? Dirán ustedes.

Pues sencillo, nos conocimos, empezamos a chatear, descubrimos que somos parecido, MUY parecidos, DEMASIADO, y así como quiere la cosa, llegamos a la conclusión lógica de la situación...somos hermanos gemelos separados por el espacio-tiempo. Y sí, cuando uno tiene tiempo, un hermano, y una computadora con conexión a internet puede terminar hablando de muchas cosas, y una de ellas es esta historia que les traemos.

Tiene de todo, es decir, tenemos a Dean, Sam, Jensen, Jared, Bobby, personas reales, muy reales, y aún así es Supernatural, no es más que un pequeño universo paralelo a partir del inicio de la 4ª temporada.

Esperamos de corazón que les guste.

Aclaración: ninguno de los personajes de Supernatural nos pertenece, así como tampoco Jensen y Jared (lástima), hay otros, muchos personajes que son todos nuestros :D !

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Tiempo de gemelos

Prólogo

Muchos años atrás…

Los gemelos eran iguales en todo, a sus cortos seis meses era imposible para cualquiera que no fuese sus padres distinguirlos.

Mary y John Winchester pensaban que sus hijos eran una bendición del cielo. La ex cazadora observaba el dulce dormir de sus dos retoños y recordaba todo lo que había dejado atrás, rogaba al cielo que así se quedaran las cosas, en su pasado y no en su presente.

Pero a veces el destino juega malas pasadas y demuestra que aunque uno pretenda huir, el pasado siempre puede alcanzarte.

En eso pensó Mary cuando uno de sus pequeños comenzó a desaparecer frente a sus ojos, era el que había nacido segundo, el que ella consideraba un remanso que lograba sin esfuerzo, con su sola presencia, tranquilizar a su hermanito mayor cuando éste empezaba a llorar por las noches.

La desesperación de la joven madre se hizo presente, intentó sostenerlo entre sus brazos pero no servía de nada, su hijo poco a poco desaparecía, sus manitas se hicieron invisibles, sus pies, brazos y piernas, el cuerpito diminuto y finalmente su rostro, hasta que no quedaron suspendidos más que sus ojos, un instante de suspenso y las dos esmeraldas pulidas no se vieron más. Ahí, en medio de su abrazo, uno de sus hijos se desvaneció en el aire.

Mary jamás contó a John como fue que perdieron a su hijo. Mintió, mintió porque no sabía como explicarlo, porque no quería que su esposo la juzgara, porque temía por el pequeño Dean. Así que la policía asumió un secuestro y los médicos le diagnosticaron "Fuga disociativa" pensando que con el tiempo recordaría el suceso, Mary habría preferido padecer de ese estado a saber lo que sabía. Pero ella no olvidó a su hijo, intentó buscarlo a través de viejos amigos cazadores, intentó llevar una doble vida, intentó sobrevivir a la pérdida y a medias lo logró. Cuatro años más tarde dio a luz nuevamente gemelos.

Missouri era una psíquica, que había nacido gemela, su hermana había muerto hacía ya varios años, sin haber mostrado ningún don. Cuando Mary Winchester se acercó por ayuda y le habló de sus hijos supo que el caso era similar al suyo. La psíquica ayudó a la joven mujer, le contó su experiencia, sus conocimientos sobre los gemelos con habilidades.

Para su segundo embarazo Mary ya había averiguado bastante, lo suficiente como para saber que sus hijos gemelos nacían con "dones", con ayuda de Missouri había sellado los del pequeño Dean, por miedo a que desapareciera o que algún demonio se lo llevara para sacarle provecho.

Cuando sus hijos menores cumplieron seis meses sus mayores temores se hicieron realidad. Ahí junto a la cuna, cargando a uno de sus gemelos estaba un hombre cuyos ojos brillaban amarillos, el demonio que había conocido en su pasado.

Sin moverse la clavó en el techo, abrió su vientre y provocó un fuerte incendio que surgió de su propio cuerpo, y aún así fue consciente del ser dando de su sangre a uno de sus pequeños y llevándose consigo al otro. Sus últimos pensamientos fueron para sus hijos, todos ellos, los que se perdieron, los que quedaban, para John y especialmente para Dean, él único que había conseguido salvar.

Con el tiempo Dean Winchester se acostumbró a tener sólo a Sam, olvidando la existencia de sus otros hermanos, siempre sintiendo que algo faltaba en su vida. Su padre en cambio nunca olvidó, a ninguno de sus hijos, la muerte de su esposa le había dado una gran pista, los acontecimientos que rodeaban a esos fatídicos hechos, no eran naturales y él averiguaría lo sucedido.

Así comenzaba la cacería.

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Tiempo presente…

No era fácil levantarse todos los días con moretones, raspones y otras heridas superficiales en el cuerpo, no era fácil hacerlo cuando no sabías a qué se debían esas heridas, pero ella llevaba haciéndolo toda la vida.

Ni siquiera recuerda cuándo empezaron, pero recuerda las interminables charlas de sus padres, preguntando preocupados si alguien le hacía daño. Las horas con la psicóloga intentando averiguar si era ella misma la que se provocaba esas heridas. Nada de eso funcionó, ella no tenía respuestas, ni bajo hipnosis lograron entender lo que sucedía. Simplemente, sin razón aparente, ella solía despertar llena de golpes y otras marcas que nadie supo explicar.

Se miró en el espejo y descubrió uno nuevo en su frente, el color rojo de la zona auguraba un feo morado pronto a aparecer.

-Eso se va a poner feo- dijo con resignación, cansada ya de preguntarse qué había de raro en ella, de buscar una respuesta.

Cubrió el golpe con un poco de maquillaje. Usaba su pasatiempo como excusa de esas marcas, decir al mundo que a una le encantaba pasarse horas practicando artes marciales y recibiendo de vez en cuando algunos golpes en sus prácticas, llevaba a que esas evidencias de su irresuelta vida no fueran tan ...evidentes.

Por la misma razón le gustaba su trabajo, era discreto y algo solitario, justo lo que ella necesitaba, mantener las distancias. Nunca había podido entablar amistades reales, la gente siempre tenía demasiadas preguntas, preguntas que ella no sabía responder. Usaba su trabajo y su hobby para mantener a raya la curiosidad de las personas.

-Buenos días Yesi- la voz del hombre de sus sueños la sacó de su ensoñación. Ahí estaba parado frente a ella, con sus pecas brillantes, sus ojos verdes y aquella sonrisa sincera que siempre le alegraba el día.

-¡Jensen! Tan temprano que has venido.

-Sí, un caso nuevo, uno de lo más extraño la verdad- sonrió el investigador, haciéndola sonreír a ella, no podía evitar hacerlo cada vez que veía ese gesto.

-Pues bien, ya sabes, lo que necesites me lo pides, para eso somos amigos -lo mira a él y luego a la personita frente al mostrador, vuelve la vista una vez más al hombre y agrega - ¡Y tienes suerte!, porque como bibliotecaria no ayudo a nadie -bromea mientras alcanza un libro al pequeño niño, mismo al que guiñe un ojo de manera cómplice.

Ve al investigador dirigirse a los estantes de estudio y luego de sacar varios libros sentarse en una mesa a leer. Su amistad con él ya llevaba varios meses, desde que el rubio llegase a la ciudad a instalar su "agencia de detectives", claro que eso sonaba a algo grande, cuando en realidad la "agencia" era solo él y, la "oficina" era la biblioteca municipal. De todos modos Yesi agradecía que el hombre no tuviese dinero para más, de esa forma contaba con verlo casi todos los días del año.

Al tiempo vio llegar al gigante que era el mejor amigo del chico que le quitaba el sueño, Jared Padalecki.

-Buenos días Yesi- le saludó con aquella sonrisa que la mujer sabía derretía corazones, pero que a ella se le hacía tan siniestra.

-Buenos días Jay, tu amigo está por allá-indicando con el dedo en dirección a Jensen.

No podía evitarlo, cada vez que veía a Jared un escalofrío poco agradable le recorría la espalda, no sabía si el hombre era consciente de su malestar, pero lo cierto es que los nervios la atacaban en su presencia.

Pudo volver a respirar tranquila cuando el alto joven de cabellos castaños se alejó de su puesto de trabajo en busca de su amigo.

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Siempre solo en el colegio, siempre solo en la universidad, el nombre de "bicho raro" le perseguía sin descanso, a él no le importaba, él sabía que era verdad, era un bicho raro, y uno de lo más grandes pensaba.

Cómo poder caminar junto a alguno de esos chicos con normalidad, cómo hacerlo cuando sabía todo sobre ellos con tan solo mirarlos a los ojos, cómo hacerlo si cuando tenía cinco años y tocó a su compañero de puesto pudo ver como le castigaban en las noches, si cuando tocó a su profesora pudo verla haciendo el amor con su esposo. Cómo caminar por la vida cuando eres capaz de conocer tras una mirada los secretos más abyectos de cuanta persona conociera. Cuando eres capaz de desenterrar sin pretenderlo el verdadero ser escondido detrás de la máscara de civilización.

Para Manu la vida no era sencilla, era difícil y solitaria, plagada de secretos ajenos, de silencios forzados para mantener las apariencias de normalidad, de ojos bajos, husmeando el suelo, con la simple intención de no enfrentar más conocimiento del que debería tener.

Pero él había sabido aprovechar lo mejor de su don. Había jugado a la lotería y ganado un premio considerable, apostaba en algunos casinos y así aumentaba su pequeña fortuna, no se sentía bien haciendo eso, sabía que era trampa, pero era la única forma de conseguirlo, de poder preparar todo lo que tenía que hacer. Pronto su viaje comenzaría, se despediría de sus padres y hermanos y partiría para buscarla, a ella, su hermana, la que no sabía de su existencia, la que podría ayudarle a salvar a Dean Winchester.

Continuará...

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Si les ha gustado, dejen review, si nó, también, que así mejoramos :P

Buena suerte les desean Sernatural y Lauranthalasah!