Hola a Todos!

Este es mi primer fanfic. Desde siempre me ha gustado escribir y siempre he pensado sobre hacer un Dramione por mi cuenta, pero nunca me he atrevido hasta ahora!

Espero que os guste y los disfrutéis:

Disclaimer: Los personajes de este fanfiction no me pertenecen - ¡ Qué más quisiera ! - Pertenecen a la todo poderosa J. y la historia es mía, de hecho sólo está en mi cabeza y es imposible a no seeeer... Que uséis legeremancia en mí, lo cual estaría muy mal, aunque soy fisioterapeuta y puedo encontraros - y machacaros - contracturas muy fácilmente, hasta que os retorzáis del dolor. ¡Avisados quedáis !

Ahora sí, ¡A disfrutar!


Y ahí estaba yo, en el andén 9 y ¾ esperando el Expresso Hogwarts mientras me despedía de mí, ahora novio, Ronald Weasley y su familia, y cómo no, mi mejor amigo Harry Potter.

-Hermione ¿Estás segura de que esto es lo que quieres? - Dijo Ron Weasley indeciso mientras cogía las manos de su novia, con un poco de aprehensión y pena - Volver a Hogwarts tras la guerra es un suicidio psicológico, mucha gente murió allí y aunque lo hayan reconstruido el simple recuerdo debe ser abrumador. Además, sabes que puedes empezar cualquier carrera que te apetezca. Al fin y al cabo, eres la bruja más inteligente de nuestra generación y una heroína de guerra. Piénsalo, podrías hacer como Harry y yo y unirte a los aurores...

-Ronald, lo hemos hablado una y otra vez en el verano! - le interrumpí su discurso - No quiero aprovecharme de una oportunidad que no hubiera tenido si no hubiese habido una masacre, no creo que sea justo. Prefiero hacerlo siendo honesta y sacando buena nota en mis E.X.T.A.S.I.S, no quiero ir por la vía fácil.

- ¡No seas así, nos haces parecer como lo malos! - Dijo Harry sonriendo en un intento de apaciguar a Ron que se había puesto tenso tras mi comentario. Las verdades duelen, amigo. - Lo que pasa es que a Ron no le hace gracia que vayas sola este curso. Ya lo sabes.

-Pero es que no voy sola! - Dije empezando a exasperarme. Desde que había acabado la batalla de Hogwarts no nos habíamos separado, se podría decir que prácticamente éramos siameses. - Sabéis de sobra que voy con Ginny y Luna, estaré en el mismo curso que ellas, no tenéis de qué preocuparos.

Desde finales de mayo nos habíamos protegido los unos a los otros, muchas muertes e infortunios habían ocasionado esa noche y todos necesitábamos el apoyo de nuestros seres queridos.

Y dirás; ¿De qué os tenéis que proteger si ya han procesado judicialmente a casi todos los mortífagos, los que aún no han sido encontrados; están actualmente en busca y captura de los Aurores y ya no existe Lord Voldemort?

Lo cierto es que, aunque ya no necesitábamos protección contra Lord Voldemort y sus seguidores, sí que nos cuidábamos de lo que su derrota nos había traído; fama. Los "fans" de los héroes de guerra, ahora apodados oficialmente por el ministerio como "el trío dorado" podían ser muy pesados a veces.

Harry en muchas ocasiones ayudaba a los Weasley y a mí a tener un poco de intimidad con su figura como El-niño-que-vivió y derrotó a Quién-no-debe-ser-nombrado, aunque era duro incluso para él mantenerse fuera de los medios de comunicación. Pero en concreto Ron se había puesto muy sobreprotector conmigo desde el suceso del Fyendfire en la sala de menesteres y decidimos empezar una relación, hasta tal punto que empezaba a rayar en lo patológico y empezaba a asustarme. Por ejemplo, el hecho de que el género masculino de vez en cuando me diera algún cumplido, - ya que al parecer ser una heroína de guerra ha hecho que el mundo se dé cuenta de que soy chica y existo, Yayyy - hacía que la situación con Ron se hubiese vuelto casi insostenible. Cada día era una discusión en la Madriguera, y aunque quería a Ronald estaba empezando a agobiarme a pesar de todas las palabras reconfortantes que Molly, Ginny, Harry y los Weasley en general pudieran darme.

A tal punto había llegado, que mi decisión de volver a Hogwarts se debía a él. McGonagall nos había contactado por lechuza hacía un par de semanas y nos había ofrecido la posibilidad de volver a la escuela de magia y hechicería a completar nuestros estudios de séptimo año, ese que dejaba un agujero obsoleto en mi historial gracias a la búsqueda de los estúpidos Horrocruxes, con los estudiantes del curso actual de séptimo.

Basta decir, que Harry y Ron ya habían tomado la oferta que Kingsley les había hecho prácticamente a la vez. No sólo se saltaban los E.X.T.A.S.I.S, sino que por su cara bonita accedían a la carrera de Auror, una de las que tiene una nota más alta para entrar y eso que había cientos de persona en lista de espera por una plaza para ellos. A mí Kingsley me había ofrecido un puesto en el departamento de leyes del ministerio, pues tenía conocimientos de mi intento de llevar a cabo mejoras en cuanto a leyes se refería, sobre todo la de los elfos, ya me conocéis.

La cuestión, es que Mcgonagall me acababa de ofrecer una ganga. No sólo me alejaba temporalmente de Ron - Nueve meses de clase a mi aire y sin discusiones, ¡relax por fin! - sino que me daba la opción de poder acceder a una carrera de leyes siendo justa con el personal. No es que no quiera a Ron, no me malinterpretéis, es mi novio, si no lo quisiera no estaría con él. Pero hay que ser sincera y la fama no le ha sentado precisamente bien, al menos no de cara a mí.

De cara al público, es la persona más encantadora de la tierra, se hace foto con sus fans, permite que le interrumpan en una cena de pareja para hacerse fotos con sus fans y firmarles autógrafos. Siempre tiene tiempo para contar sus hazañas mientras yo me quedo de brazos cruzados esperando a que me preste atención. Y así continuamente. Permitidme ser sarcástica, pero no le ha afectado para nada estar a la sombra de sus hermanos desde que era pequeño, ¿Uh?

-Ya sé que no vas sola, es sólo que te echaré de menos - dijo dejando ir un suspiro a la vez que me sacaba de mis cavilaciones - Al menos escríbeme todos los días para saber que tal te van las clases y cuando haya visitas a Hogsmeade dímelo para poder ir a verte, aunque intentaré convencer a McGonagall de que me deje aparecerme o ir por Red Flú por allí de vez en cuando, alomejor podemos vernos más a menudo siendo que eres la Premio Anual.

-Ron - dije censurándolo - Sabes que no puedes ir a Hogwarts cuando te plazca - dije riñéndolo y esperando que la idea se le fuese de la cabeza lo antes posible.

- ¿Una vez a la semana? ¿Al mes? Seguro que tendrás chimenea propia - Y es que cuando quería ponerse pesadito… Le alcé una ceja para que parase ahí. No sé lo que planeaba, pero tenía que parar ya.

-Dejala ya Ronald - Dijo Ginny - No creo que McGonagall te deje ir allí cuando te plazca, hay más estudiantes y no se puede permitir gente ajena a la escuela cada día para distraer al personal - Gracias a dios por Ginny, le voy a hacer un monumento de dos metros dedicado a ella - Además, seguro que Harry y tú vais a estar muy ocupados en vuestro entrenamiento como Auror cuando empecéis la próxima semana, así que, si fuera tu, no me haría ilusiones.

-Es cierto - Dijo Harry con una sonrisa hacia Ginny. Desde que habían vuelto estaban mejor que nunca. - Me alegro de que almenos te quedes con Hermione y Luna durante el curso, así no te agobio con mis nervios por empezar el entrenamiento -dijo dirigiéndose a Ginny dándole un abrazo -pero prometo que os escribiré a las dos cada semana como mínimo y contaros como nos va, de Ron ya sabéis que no podéis fiaros mucho, lo que es escribir… No le va - dijo entre risas mientras sonaba el claxon del tren. Era hora de marcharnos.

-Bueno chicos, espero tener muchas noticias vuestras, nosotras vamos a disfrutar nuestro último año al máximo, por lo pronto voy a intentar gorronear el mayor tiempo posible en la habitación de Herms solo para molestarla mientras estudia. Cuidaos - Dijo Ginny intentando tocarme la moral mientras se dirigía hacia su novio y le daba un beso de película.

- Eh! ¡Eso no es justo! ¡Harás que te quite puntos a nuestra propia casa y sé que no quieres eso capitana de Quidditch! - dije mientras le sacaba la lengua y ella me hacía una mueca y se dirigía al tren - Os voy a echar de menos chicos, pero de verdad que necesito esto. Escribidme de vez en cuando y prometo escribir de vuelta. - dije abrazándolos a ambos.

Me giré hacia Ron y le dije:

-Te quiero, por favor cuídate - y me despedí de él con un beso casto en los labios. Cogí mi baúl y me dirigí al tren de Hogwarts.