Trabajaba en completo silencio en su computadora, deteniendo luego aquello para alzar su mirada al cielo, estaba cansado, estresado y para peor, algo adolorido por la última "persecución" con aquella "bestia" que tanto le divertía.

Esbozó una sonrisa, sintiendo cierta inquietud dentro de sí mientras la música de su reproductor se detenía. Una nueva tonada se escuchó, una que no había escuchado desde hace tanto tiempo, cosa que le pareció curioso. Por un momento había pensado en haberla borrado, pero no, seguía en aquella carpeta desolada, tal como él.

Imaginó un momento, guiándose por la canción que le identificaba más de la cuenta. Sintió una suave presión en su pecho, esbozando una suave sonrisa por ello.

En su mente se veía en la azotea de un edificio, afirmándose sobre unos fierros para no caer, murmurando algunas palabras, pero realmente nadie le oía, estaba solo, solo en la gran ciudad. Su expresión cambió a una un tanto melancólica, él amaba a los humanos, por lo que verse de aquella manera, sin nadie cerca, le provocaba algo de tristeza.

Susurró apenas su propio nombre, sintiendo que el eco que provocaba el viento le contestaba simplemente. Bajó su mirada, caminando para sentarse en el piso y abrazar sus rodillas, sentir que nadie más que su sombra era su acompañante y confidente.

Normalmente no pensaba en él… Realmente sí, siempre lo mantenía en su mente, cada momento, cada instante. Pero en ese momento lo tenía más presente que nunca en sus pensamientos, lo necesitaba, quería oír su voz, aunque sea que este le llamase "pulga molesta" como suele hacerlo. Pero nada, nunca llegaron esas palabras.

Sabía que si él llegaba comenzaría otra "persecución" entre ellos, pero realmente no le importaba, mientras pudiera verlo, sentirlo, olerlo. Soltó un largo grito con el nombre ajeno, seguido por un "te necesito más que nunca, maldita bestia"… Sólo volvió a escucharse el sonido del aire y el eco.

Observó a su lado, cayendo al borde de la locura con sólo pensar que su sombra era quien repetía siempre sus palabras, aquella podría ser la que guardaba sus sentimientos más profundos, incluso por aquel hombre el cual le fascinaba fastidiar. Una sonrisa se formó en sus labios con sólo tener un pensamiento tan estúpido y banal.

Abrazó su propio y frágil cuerpo, rompiendo en llanto al recordar el rostro de él, aferrándose a sus propias ropas, sollozando a viva voz por primera vez en su vida, le quería, necesitaba tenerle cerca, pero en su realidad jamás lo mencionaría siquiera. Sólo le quería ver aunque fuese una vez más. Para no sentir esta soledad, en donde sólo su sombra era su fiel amante y compañera junto a esa quebrada voz.

-"Oi, ¿Piensas quedarte todo el día ahí?"- El pelinegro apretó sus párpados con fuerza, otra vez su imaginación le jugaba una mala pasada.

-"No existes… Yo estoy… Completamente solo."- Respondió, mientras alzaba su rostro, abriendo sus ojos para observar a un joven de cabellos rubios y el ceño fruncido, extendiendo su mano con una mueca de molestia.

-"Tal vez… Sólo tal vez me agrades un poco…"- Esbozó una tranquila sonrisa, tomando su mano para levantarle y abrazarlo contra sí.

Fue ahí donde la canción terminó e Izaya volvió a la realidad, sintiendo la puerta abrirse, limpiándose una lágrima que resbalaba por su mejilla, era Shinra, el cual le observó con una sonrisa.

-"Deberías dejar de escuchar esa canción…"-

-"No lo puedo evitar, es como si contase parte de mi vida… Es el eco de mi mente".-


¡Hola gente! hace mucho que no paso por aquí, no es de vago ni nada, es sólo que mi imaginación ha estado realmente seca o he estado escribiendo Drabbles de mis Oc.

Les traigo un fic que se lo dedico a una persona que la amo demasiado y sé que idolatra esta pareja, en cierto modo si yo le persiguiera de esa forma, tal vez seríamos un Shizaya real -ríe.- Pero bueno~ Espero que disfruten este "ligero" Shizaya :3

Se despide de sus fans -Que dudo que tenga ;_;- Danny Volkov~