COMO TRADUCTORA CON PERMISO OFICIAL DE ESTE FANFIC, SÓLO PUEDO DECIR: Adsfasasfdasdf... Espero no arruinarlo de ninguna forma, porque es que es tan- TAN... asdfsdf. Bueno, sí, se me entiende (creo).

Los escritos originales pertenecen a " Old Beginning New Ending " y el verdadero nombre del fanfic es " I'll See It When I Believe It ".

NADA MÁS QUE DECIR, COMIENZO:

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Bueno, nunca se me ha ocurrido que volvería a publicar algo aquí alguna vez... pero... culpas al FrostCup.

Disclaimer: Nada me pertenece aparte del portátil y algunos elementos de la trama.

Edades: Jack — 18 (en apariencia), Hipo — 15, Jamie y sus amigos — 9.

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La nieve se deslizaba perezosamente en la escena de cielos oscuros y vecindarios arropados en blanco; pesaba una atmósfera clásica de nostalgia para el espectador. Ojos verdes recorrieron un rebelde rebaño de copos de nieve mientras estos se deslizaban con inusual celo, eligiendo un momento del viento. Entonces pilló con su mirada a los jóvenes bajo su cargo jugando afuera, charlando animadamente sobre algo con sus amigos, sus voces destilando entusiasmo ante la perspectiva de un día de nieve.

El chico pestañeó, permitiendo que un poco de esperanza brotara en su pecho, entonces sacudió su cabeza. Sería demasiada buena suerte para él que la nieve cumpliera sus deseos... tendría que ir a la escuela a primera hora de la mañana, de otra forma.

Su primer día en el Instituto Thaddeus. (1)

Hamish "Hipo" Haddock III gruñó ante la perspectiva. Ahora, no era que Hipo detestara ir al instituto... no, de hecho él era un estudiante excelente. Claro, tenía cierta tendencia a dejar que su mente vagara por otras cosas y a interpretar el mundo a su propia manera, pero aún así conseguía buenos resultados en sus estudios. Era sólo que sería su primer día oficial en un instituto nuevo, en una ciudad nueva, en un país nuevo. Irse de su casa en Berk ciertamente le trajo algunos... sentimientos mezclados, a él y a su padre, pero sabía que era para mejorar.

Habían hecho sus maletas y se habían mudado a un suburbio americano en Burgess hacía apenas una semana. La ciudad no era para nada igual a aquel trozo de tierra anclado en el Meridiano de la Miseria (como él lo llama); hasta donde él podía percibir, los inviernos no eran tan horriblemente heladores como en la pequeña isla, y las personas eran amables y amigables, especialmente los vecinos de los Haddock — los Bennet— , en agudo contraste con la mayoría de los testarudos e insensibles civiles de Berk. No, hasta donde Hipo podía decir, este sitio estaba bien.

Definitivamente diferente, pero bien.

...Y no solo por el nuevo cambio de escenario y de destino; había algo más...

Una sucesión de jadeos seguida de chillidos de deleite se abrieron paso por la comparación pequeña y contrastada en la mente de Hipo.

El chico espío por la ventana de la cocina, ojos agrandándose ante la visión de un muñeco de nieve algo impresionante y balanceante en medio del patio interior, rodeado por Jamie y Sofi así como también por el resto de los chicos del vecindario.

—Uh... Bien, eso ha salido de la nada... — murmuró con diversión. La ocurrencia sobre cómo podría haber sido movida esa nieve para conformar aquella criatura de tres metros en primer lugar llegó a su cabeza, pero se la quitó de encima; realmente soñaba despierto demasiado seguido para su propio gusto. Tendría que ser cuidadoso. No podía ser tan irresponsable ahora que contaba con el rol de niñero de los Bennet.

Con eso en mente, decidió dar un paso fuera en el frío, crispado aire y alabar a los niños por sus remarcables esfuerzos... y para mantener un ojo más cerca de ellos.

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—¡Jack!

El espíritu del hielo río entre dientes cuando los niños se reunieron a su alrededor, rebosantes de entusiasmo al ver al Guardián del Invierno una vez más. Mientras que era genial viajar por todas partes y finalmente saber quién era y qué propósito tenía, también lo era el estar de vuelta en su hogar en Burgess y ver a sus creyentes de nuevo.

Además, era bastante agradable ser capaz de hacer entradas ostentosas como aquella... y obtener real mérito por ello. Después de todo, uno no puede simplemente crear el paradigma de muñeco de nieve entre todos los muñecos de nieve de la historia de la nada así como así. Mucho menos mantenerse en pie sobre su cabeza también.

A no ser que fueras Jack Frost, claro.

—¡Hey, enanos! —movió su bastón sobre su hombro, una sonrisa en sus labios al mirar a cada uno de los niños a los ojos brillando en anticipación—. Bien, ahora que estoy aquí, ya sabéis lo que eso significa-

—¡DÍA DE NIEVE! —chillaron los niños al unisono.

Era un poco ensordecedor, pero Jack no podría cansarse jamás de escucharlos y saber que él llevaba entretenimiento y diversión a la vida de los niños. Detuvo ese tipo de pensamiento justo ahí, de cualquier manera; no había manera de que se pusiera sentimental con todo eso de nuevo. Jack bajó de un salto a la felpuda, fría y blanca tierra para unirse a los juegos de los chicos. Por ahora, disfrutaría llevando un regalo de Navidad con retraso a Burgess:

Unas vacaciones de invierno más largas.

Jack sintió un pequeño tirón en su chaqueta y giró hacia un estático Jamie, quien se veía absolutamente emocionado por contarle algo. Jack enarcó una ceja con diversión antes de ceder finalmente.

—¿Me lo dirás o tendré que—

—Jack, ¡adivina qué! —el chico parecía apunto de explotar en anticipación.

Río entre dientes.

—No sé, Jamie. ¿Qu—

—¡Jamie tiene un nuevo niñero! —Interrumpió Pippa—. ¡Se ha mudado aquí hace tan sólo una semana!

"Oh, bueno... no he visto esa venir." Reflexionó Jack.

—Oh, ¿en seri—

—¡Sí, es de Europa! —Explicó Monty—. De Berk para ser exactos, y él es realmente-

—Cool... —Suspiró Bollito.

Hubo un momento de silencio. Ella los miró fijamente.

—¿Qué?

—Uh... Bueno, es bastante cool, supongo. —Caleb se alejó de la chica yendo hacia su hermano.

—Sí, pero también es algo idiota —subrayó Claude—. Aunque es muy bueno... mucho mejor que vuestra última niñera.

La tropilla se estremeció ante lo que parecían ser unos tiempos bastante traumáticos en sus cortas vidas.

—¿Vale...? —Sonrisa nunca abandonando su rostro, se volvió hacia la casa y pilló a una figura en la ventana. Sus ojos se entrecerraron cuando la silueta se movió, como si acabara de salir de un trance, o como si hubiera visto algo... o supiera que estaba siendo observado. La curiosidad de Jack aumentó; no había visto a los chicos tan emocionados desde la primera vez que habían conocido a todos los Guardianes—. ¿Y cuál es el nombre del Sr. Niñero?

—H'po. —Sofi, asomándose tímidamente de detrás de Jamie, trotó tambaleándose hasta el espíritu del invierno.

Ante aquello, Jack río con ganas.

—¿Hipo? —Dio unas palmaditas cariñosas a la cabeza de la niña—. ¿Qué clase de nombre es ese?

—Bueno, su nombre real es Hamish, pero él nos ha contado que todos lo llamaban Hipo en la otra ciudad. —Explicó Jamie—. Dijo algo sobre tradiciones vikingas... ¡Es genial!, ¡deberías conocerlo Jack!

"Genial, este chico se está volviendo cada vez más y más interesante..." Jack puso su atención en la puerta, su sonrisa se volvió maliciosa así como giraba su bastón entre sus manos.

—Vikingo, ¿eh...? Dime, ¿tiene el Sr. Vikingo Grande y Fuerte miedo a la nieve o algo así?

—No... exactamente —bromeó Monty.

—Ninguna de las cosas que acabas de decir. —Murmuraron los gemelos.

—Su padre le ha hecho una llamada hace un rato —aclaró Pippa—. Seguramente se nos sumará pronto.

Jack hizo un sonido de entendimiento mientras sus ojos se entornaban hacia la puerta abriéndose. "Oh, esto va a ser bueno..."

—Veamos qué tan cool es.

A Jamie no le gustó mucho el brillo de malicia en los ojos del Guardián. Eso normalmente significaba que habría un corte de luz o una mini avalancha en su propio patio interno.

—Eh, Jack... ¿qué estás haciendo?

—Oh, sólo quiero un poco de... —Cuando la puerta se abrió del todo, una ráfaga helada de viento y un frenesí de copos de nieve se dirigieron hacia la descuidada víctima— ...diversión.

Con toda honestidad, Jack solo quería probar las aguas con este chico, para ver cuánta diversión podría tener con él. Una broma no es una broma si no consigue ver la reacción correcta, después de todo. No era como si él supiera que el joven iba a salir de la casa con sólo un suéter ligero y un chaleco a inicios de enero. Así que realmente se sintió un poco culpable...

Al menos, hasta que se dio cuenta que Hipo parecía ignorar completamente la corriente de puro aire frío que normalmente habría enviado volando a una persona normal hacia el sitio caliente más cercano. En lugar de ello, el niñero sonrío y saludó al grupo, totalmente ignorante e imperturbable del anterior ataque violento.

—¡Hey, chicos!

Jack no supo si sentirse aliviado, impresionado, o descolocado. Vale, al menos esto significaba que Hipo podría jugar en la nieve sin mucho problema.

—¡Hipo! ¿No tienes frío con sólo... eso? —Jack intentó ignorar el codazo suave que le proporcionó Jamie mientras inquiría aquello al adolescente, gesticulando hacia su vestimenta.

—¿Hm? Nah, el frío no suele molestarme. —Jack estuvo a punto de virar sus ojos con ligero fastidio... hasta que miró mejor al otro chico.

Jack no se consideraba a sí mismo un poeta y no intentaría gastar su saliva en clichés superficiales sobre el pelo o los ojos de alguien...

(como el pelo castaño que parecía adquirir un brillo rojizo bajo la luz y la nieve en la temprana oscuridad, o sus ojos, el tono verde azulado más intenso que haya visto jamás, o la constelación en miniatura de pecas que puntuaban sus mejillas...)

Pero tenía que admitirlo... "Hipo" era jodidamente mono.

—Haber vivido en Berk tiene sus beneficios... allí nieva nueve meses al año y graniza los otros tres, lo que hace que este clima parezca más suave al que estoy acostumbrado. —Vívidos ojos verdes parecieron encontrarse con los de Jack durante un segundo y el espíritu del invierno podría jurar que su corazón dio un pequeño salto—. Pero hay la suficiente cantidad de nieve para hacer un increíble muñeco de nieve, por lo que veo.

Jack intentó no verse cabizbajo--, porque no lo estaba. Estaba acostumbrado a que otros vieran a través de él y aunque había ganado unos pocos creyentes más, aún quedaba mucha más gente para la que el más novedoso de los Guardianes permanecía invisible.

Jack se sintió, de cualquier manera, un poco atónito cuando en lugar de solo pasar a través de él, Hipo pasó a su lado titubeantemente para llegar hasta el monumento congelado.

Él silbó por lo bajo, incluso más impresionado ahora que lo veía de cerca.

—¿Habéis hecho esto vosotros mismos?

—Nosotros, eh, recibimos ayuda. —Respondió evasivamente Jamie.

Hipo soltó una risa disimulada.

—Habéis conseguido que Jôkul Frosti os echara una mano, ¿eh?

Jack sintió a su corazón dar un tumbo.

—¿Qué?

—¿Qué? —corearon los niños, intercambiando miradas nerviosas.

—¿Jôkul Frosti? Ya sabéis... ¿Presagio de Invierno, espíritu de la naturaleza, la reencarnación del hielo y el frío? —Hipo ladeó su cabeza—. En inglés y, ehm, versiones más modernas, lo llaman Jack Frost.

La boca del Guardián se abrió.

—¡Jack! —reconoció animadamente Sofi.

Jamie, por el rabillo del ojo, podía ver a Jack observar a Hipo boquiabierto. A veces ser invisible tenía sus beneficios...

—Ah, ¡sí! ¡Todos hemos oído hablar sobre él! ¿T-Tú cómo conoces a Jack?

Hipo sonrío suavemente, una expresión de felicidad producida por una emoción desconocida en sus ojos.

—Eh, folclore Vikingo. Escuchaba historias sobre él todo el tiempo cuando era joven debido a lo frío que era Berk. Mi madre solía advertirme sobre eso de "los pellizcos en la nariz."

Jack intentó no parecer ofendido cuando Jamie y sus amigos ahogaron una risa.

—Espera, entonces... ¿Jokul Frosti? —Pronunció de forma rara Monty.

El adolescente asintió.

—Jôkul Frosti. —Jack ignoró la forma en la que el calor subió por su cara ante el sonido del extraño pero a la vez familiar nombre saliendo de entre los labios del chico—. En antiguo nórdico, su nombre significa "Carámbano Helado"... y aparentemente le gustaba causar un montón de problemas a la gente, mayoritariamente por diversión.

De nuevo, Jack intentó no verse ofendido cuando el grupo se río; el adolescente había, después de todo, acertado de lleno.

Pippa, aún sonriendo, no pudo contenerse y preguntó:

—Suena como si supieras mucho sobre él... ¿nunca has deseado conocerlo?

(Más tarde, Jack negaría haberse ahogado al escuchar eso.)

—Ah, por supuesto —Hipo arrastraba las palabras—. Me gustaría agradecerle personalmente por todas las veces que he resbalado y caído de culo en el hielo y por las montañas de nieve que me han sepultado después de haber salido de casa cinco minutos en Berk. —Sonriendo ladinamente, Hipo continuó—. Pero, en realidad, sí. Sería genial conocer a la legendaria personificación del invierno y la locura de la juventud.

Los niños sonrieron, tentativa y encubiertamente, e Hipo no pudo evitar sentir que estaba siendo dejado fuera de alguna broma.

Momentos más tarde, todos insistieron en jugar por lo menos una hora más antes de volver adentro, dispersando la inquietud que se agitaba en el aire. Por ahora, esferas de hielo eran catapultadas por el aire así como los viváceos jóvenes realizaban un ataque de hielo al niñero que huía del asedio.

Y mientras esto ocurría, Jack se apoyó en su bastón, reproduciendo las palabras de Hipo en su mente.

—Aquí tenemos algo que no se escucha todos los días... —murmuró Jack. Este Hipo sabía exactamente quién era él por las leyendas y no parecía estar mintiendo a los chicos cuando había dicho que le gustaría creer. ¿Aún así no podía ver a Jack? El lado sensible de Jack (y sí, ¡existe!) adivinaba que Hipo probablemente no creía en él en lo absoluto y que había dicho aquello para aplacar a los niños. Era algo que Jack estaba acostumbrado a escuchar, especialmente de los padres. Aunque había otra parte de Jack, la fracción de su cerebro insistentemente testaruda, diciéndole que había algo más ahí aparte de eso.

Sólo cuando Hipo mantuvo inconscientemente la mirada de Jack de nuevo fue cuando el adolescente se refugió detrás de la recién descubierta creación de Jack así como los niños se frustraban, que Jack decididamente se decantó por la última teoría.

Había algo definitivamente interesante en este chico.

...Y no, definitivamente no era el hecho de que Jack encontrara a Hipo ligeramente atractivo.

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(1): La ciudad Burgess fue llamada así por su fundador, Thaddeus Burgess. Con toda honestidad, no quería llamar a la escuela secundaria "Instituto Burgess".

Habrá algunas cosas explicadas en los próximos capítulos... si es que hay otros capítulos.

-lo publica, corre, se esconde- Lo siento si apesta. No he hecho esto en mucho tiempo.

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Hasta aquí, el primer cap. :D Es el primer fanfic que traduzco "oficialmente", así que... solo espero que se entienda y os guste tanto como a mí el original.

¡Saludos desde Júpiter, hasta pronto!