Todos los personajes pertenecen a JK Rowling y esta novela es sin fines de lucro
Título del capítulo: I hate everything about you. (Odio todo de ti.) - I hate everything about you -Three Days Grace.
- Bien, como ya dije tienen todo el tiempo del mundo… hasta las vacaciones de invierno, claro- el profesor rió exageradamente tomándose de la gran barriga, aunque ningún alumno le hizo compañía.
- Espero que hayan tomado bien los apuntes y el nombre de la pareja que les tocó- continuó diciendo- No volveré a repetirlo. Cualquier consulta que tengan pueden preguntarme. Pero antes que nada, quiero que sepan que no cambiaré el compañero que les haya tocado. A menos- dijo levantando un gran dedo índice- que sea un caso de vida o muerte. Pero estoy seguro de que no los hay. Y de todas formas, lo consideraría sólo un poco- sonrió ampliamente y más de uno hubiese jurado que fue una sonrisa maliciosa. Hasta parecida a las que les dirigía el profesor Snape en sus mejores días.
- Cada tanto iré pidiendo que me vayan trayendo los trabajos para ver cómo avanzan. Así que no esperen hacer todo el trabajo junto el último fin de semana ¿entendido?- hizo un silencio prudencial como para que algún alumno preguntase algo. Luego se apresuró a mirar su reloj de muñeca- Bien, ya pueden irse, nos vemos la semana que viene.
El profesor Slughorn comenzó a caminar hacia su escritorio y no había llegado a sentarse cuando la mayoría de los alumnos ya habían llegado a la puerta para ir al Gran Comedor.
El resto de los alumnos estaba todavía juntando las cosas en sus mochilas, todos se estaba preparando para dejar las mazmorras menos Hermione Granger.
La chica que había vuelto para cursar sus EXTASIS, ahora se arrepentía de haberlo hecho. ¿Por qué no había ido con Ron y Harry a hacer las prácticas para auror? ¿Por qué no había comenzado a trabajar en el Ministerio?
Ahora estaría mucho más feliz seguramente. Pero una voz la sacó de sus pensamientos.
- Dale, Hermione. ¿Qué estás esperando?- le dijo su amiga pelirroja que ya estaba con el bolso colgado al hombro.
- Ya voy.
Ginny levantó una ceja y recargó su peso sobre su pierna derecha.
- Hermione- se limitó a decir la chica, mientras miraba a su amiga que se encontraba sentada y de brazos cruzados mirando el pergamino donde tenía anotadas las consignas del trabajo y, en consecuencia, el nombre de su compañero.
- No puedes cambiarlo con los ojos, no sé si te habías dado cuenta.
- No es gracioso.
- Yo no me estoy riendo tampoco.
Hermione revoleó los ojos completamente fastidiada con la situación. Se levantó y guardó todo rápidamente.
- No puede ser. Yo le voy a pedir que me cambie. Lo haré sola, me da igual.
- No te va a cambiar, Hermione. ¿No has escuchado lo que dijo? Debía ser cuestión de vida o muerte.
- ¿Y esto no lo es, a caso?
- No…
Hermione frunció el ceño y se fue derecho hacia el escritorio de Slughorn, dejando atrás a Ginny. Ella no la comprendía.
- Profesor…- dijo tratando de sonar lo más amable posible cuando llegó hasta allí.
- ¿Sí, señorita Granger?
- Quisiera que… Bueno… vio quién es mi pareja para el trabajo, y… nada, es que yo-
El profesor la cortó y le dijo:
- Recuérdeme por favor quién es su pareja. Uno ya está demasiado viejo y no tengo la misma memoria de siempre- dijo sonriendo, aunque Hermione hubiese jurado que se acordaba más que bien del nombre de su pareja. Y juraría otras mil veces que el comentario de "vida o muerte" fue dirigido hacia ella.
Hermione entrecerró los ojos sospechando de su profesor de pociones, respiró profundamente para que su histeria no la desbordara y le dijo:
- Draco Malfoy.
- Ah, ¡sí! Ya recuerdo qué fue lo que pensé cuando armé las parejas. Sí, sí. Me imaginé que vendría, señorita Granger.
Definitivamente aquel viejo profesor se acordaba a la perfección quién era la pareja de Hermione Granger. Y si la hubiese estado poniendo a prueba, haber sido tan débil de ir a pedirle un cambio de pareja, hubiese sido un gran error. Pero Hermione no estaba para ser orgullosa e intentar soportar algo que sabía que no toleraría nunca. Draco Malfoy.
- ¿Sí, señoria Granger, qué quería pedirme?
Hermione le contestó a pesar de que ambos sabían la respuesta.
- Quería que me cambie de pareja.- le dijo ella sin dar más vueltas al asunto. Ginny que se encontraba en la puerta, miraba para otro lado simulando que no escuchaba nada del asunto.
- ¿Por qué?
- ¿Por qué?- dijo Hermione en un tono un tanto más agudo del normal, un tono que expresaba frustración. Un tono que nunca hubiese usado para hablar con un profesor. Nunca, excepto ese día. Se llevó una mano al puente de la nariz y lo apretó con fuerza al mismo tiempo que cerraba los ojos, luego continuó- Nunca me he llevado bien con Malfoy, usted sabe todo lo que ha sucedido. No puede pedirme que haga un trabajo con él como si nada. Nos irá mal, a ambos. Nos odiamos- finalizó ella en un susurro, más para sí misma que para el profesor que tenía en frente.
- Ajá, sí, bueno… sé que podrán solucionarlo tranquilamente.
- Pero-
- Nada de peros, señorita Granger. Usted misma lo ha dicho. Todo lo que ha 'sucedido'. Tiempo pasado. Y de todas formas el trabajo no se trata de que se hagan amigos. Simplemente de que hagan las cosas como corresponde. Ustedes dos tienen las mejores notas de la clase. El señor Malfoy es muy bueno en Pociones, les irá bien.
Hermione se lo quedó mirando atentamente esperando que todo aquello fuese una broma de muy mal gusto, pero broma al fin. Al cabo de unos segundos en los que ninguno dijo nada. El profesor esperando que ella se fuera, y ella esperando que el profesor se arrepienta de semejante castigo, Slughorn dijo:
- No voy a cambiarla de pareja.
- Pero, por favor… haré el trabajo sola.
- ¿Y el señor Malfoy? ¿Quedará sin pareja?
- Sí- dijo Hermione sin pensarlo un segundo- Bueno… no sé, quizás él no tenga problemas en hacerlo solo tampoco.
- Yo no veo que tenga problemas en hacerlo con usted, en todo caso.
La mirada de Hermione cada vez estaba más desilusionada.
- Vamos, señorita Granger- dijo Slughorn con buen ánimo- No puede ponerse así por un simple trabajo. Para una bruja como usted, será muy fácil. Y confío plenamente en que sabrá cómo manejar al señor Malfoy. No se preocupe por este tema. Verá cómo dentro de un par de semanas, bueno… meses, todo habrá quedado atrás y llegará la hora de preocuparse por los EXTASIS.
Hermione se animó un poco, pero no del todo, así que él continuó:
- Ha luchado con tantas cosas el año pasado, alejarse de su casa para ir a vivir a una carpa, muriendo de frío, escapando de los seguidores del que No debe ser nombrado, fue secuestrada, irrumpió en Gringotts y como si todo eso fuera poco… luchó en la Gran Batalla de Hogwarts- finalizó el profesor haciendo grandes floreos con sus manos.
- Bueno… sí… visto de esa manera- dijo Hermione olvidándose por completo del asunto anterior.
- Por eso mismo, vaya señorita Granger, se le hace tarde a usted y a la señorita Weasley para el almuerzo. Hágame el favor de disfrutar del resto del día libre que tiene. No se preocupe por insignificancias como éstas. Una bruja como usted, por favor- le dijo Slughorn sonriendo ampliamente.
- Vaya, vaya. Adiós, señorita Granger. Nos veremos la próxima clase.
- Adiós, profesor. Nos vemos.
Hermione salió bastante contenta y orgullosa de que alguien como el profesor Slughorn, la considerara una bruja tan buena y valiente. Se encontró con Ginny en el pasillo, quién le preguntó por el verdadero problema por el que había ido a hablar minutos antes.
- ¿Te cambió de pareja?- preguntó la pelirroja al ver la sonrisa de su amiga.
- ¿Qué?
- ¿Te cambió de pareja?- repitió Ginny.
Hermione se paró en seco y la sonrisa se borró en cuestiones de milésimas de segundo. Parecía que nunca hubiese existido rastro alguno de una mueca de alegría.
- ¡Que idiota he sido! Me enredó con todas esas frases lindas, y esos elogios y… y nunca me di cuenta.
Ginny la miraba confundida, pero no había que ser muy inteligente para darse cuenta de que Hermione, evidentemente, no había logrado lo que quería.
La castaña volvió a hacer los pocos pasos que había hecho en solo fracciones de segundo. Al asomarse por la puerta, que aún continuaba abierta, pudo ver cómo el profesor ya se había ido a su despacho. E incluso había dejado allí sus cosas. Era como si hubiese huido. Y claro que había huido. Había huido antes de que Hermione se diese cuenta que había caído en su trampa. Hermione juraría que el profesor todavía estaría sujetando el picaporte con todas sus fuerzas por si Hermione quería entrar a rogarle de nuevo.
Hermione miró a su amiga que todavía estaba en el mismo lugar observándola un tanto confundida.
- ¿Puedes creerlo?- dijo Hermione levantando ambos brazos. Los bajó con una gran frustración y sonrió con pesadez al mismo tiempo que volvía a tomar su caminata.
Al llegar al lado de Ginny, le dijo:
- No sé cómo ni cuándo pero sé que el profesor Slughorn comenzó a decirme un montón de cumplidos. Decía que yo no debía hacerme problema por el asunto porque alguien como yo, que había ido a buscar horcruxes, había dejado a mis padres, y no sé cuántas estupideces más, no se haría ningún problema por hacer un trabajo de este tipo. Pero se encargó muy bien de no repetir el nombre del idiota de Malfoy, ni del asunto por el que yo había ido. De esa forma, hizo que me olvide por completo.
- Te dije que no te cambiaría de pareja.
- No ayudas en nada, Ginny.
La pelirroja se encogió de hombros y sonrió. Pero no de una forma arrogante ni nada por el estilo. Era una sonrisa que expresaba 'Lo siento, no se puede hacer otra cosa'.
- Vayamos a comer y te sentirás mejor.
- ¿Crees que hablas con Ron, a caso?
- No, pero créeme te sentirás mejor porque ya no tendré hambre.
- ¿Qué?- preguntó la castaña bastante confundida.
- Cuando coma podré consolarte mejor.
Hermione rió por primera vez en dos largas horas.
- Debes dejar de pensar en eso, Hermione. En serio. No lograrás nada si sigues así de histérica. Tómalo por lo que es, un simple trabajo. Bien, te ha tocado un estúpido compañero de equipo, pero es lo que hay. Verás que cuando te quieras dar cuenta… ya lo tendremos que estar entregando- venía diciendo Ginny cuando estaban entrando al Gran Salón.
Hermione venía mirando a su amiga y por ende no vio que venía una persona de frente.
Como era de esperarse se chocaron. El chico era más alto que ella y cuando Hermione abrió los ojos después del pequeño impacto, lo primero que vio fue la corbata del uniforme del chico.
- Lo siento.
Las palabras salieron más rápido de su boca de lo que hubiese querido. Aquellas palabras habían salido antes de que su cerebro pudiese procesar la imagen de aquella corbata. Una corbata verde y plata que, obviamente, pertenecía a un alumno de Slytherin.
Ella levantó lentamente la vista y se encontró con algo muchísimo peor que un simple Slytherin. Evidentemente, como su día no venía transcurriendo normal y felizmente, era Draco Malfoy el que le sonreía arrogantemente desde unos centímetros más arriba.
Hermione adquirió una dura y fría expresión en el rostro, casi de asco, y a pesar de que se moría de ganas por hacerlo, no se retractó en cuanto a las disculpas.
- Está bien, te perdono pero sólo por esta vez, Granger. No quiero que se vuelva a repetir.
Hermione puso sus ojos en blanco y comenzó su camino de nuevo. Por un momento creyó que a lo lejos se vería como un halo alrededor de su cuerpo. Un halo que representaba la repulsión que sentía hacia Draco Malfoy.
Ginny había seguido caminando, sólo un par de pasos más allá debido a la inercia con la que venían avanzando. Hermione la alcanzó y en ese momento, pudo escuchar:
- Nos vemos luego, compañera de Pociones.
Ella sintió el tono de sarcasmo que había utilizado aquel Slytherin. Él había utilizado su típico tono burlón. Sí, la estaba cargando, pero no sólo eso, también estaba siendo irónico. Lo que lo hacía aún más desagradable.
Siguieron sus caminos en direcciones contrarias. Aparentemente Draco ya había terminado de comer y ella ni siquiera se había sentado en su lugar.
Decidió que comer sería la mejor decisión y se obligó a pensar en otra cosa.
- ¿Qué es este olor?
- ¿Qué olor?- preguntó Ginny tragando su ultimo bocado.
- No sé, hay un olor extraño. Pero no es la comida- dijo Hermione acercando su nariz al plato. Se olió su pelo y se percató de que ése no era su perfume de siempre.
Era el perfume del idiota de Malfoy. Qué asco. Se tendría que bañar de inmediato, definitivamente.
Por su parte, a Draco le pasó algo parecido. Anduvo todo el camino desde el Gran Comedor hasta las mazmorras oliendo un extraño perfume a vainilla. Un perfume que nunca había olido en su vida.
- Que olor tan desagradable. Este castillo cada día está peor.
Pero no importaba por qué parte del castillo caminara, el perfume, o según él: olor, lo perseguía. Olió su sweater y se dio cuenta de que el extraño e irreconocible aroma venía de la tela. Sólo una imagen vino a su cabeza. Granger.
Bueno aca estamos, en el primer capitulo de mi nuevo fanfic dramione :) Espero que les haya gustado y voy a hacer lo posible para publicar una vez por semana! Aunque la proxima, empiezo con mis examenes. Pero no se preocupen, lo intentare y lo mejor, es que ya tengo muchas ideas en mente! Como siempre, cualquier critica, consulta, comentario o sugerencia son mas que bienvenidos! Un beso a todoos :D
