—¡Regulus, baja de mi cama!—Le chilla su hermano mayor, Sirius. Son las once de la mañana y sólo falta Sirius por levantar.

¡Es su cumpleaños! ¡Hoy llegará su carta de Hogwarts! Está emocionado, mucho. Porque quiere ir, con todo su alma, a Hogwarts. Quiere ser como su hermano.

—¡Vamos, Sir, hoy es mi cumple!—Sirius gime ante la mención del cumpleaños de su hermano mayor. Quiere seguir durmiendo, pero sabe que no habrá forma.

Se levanta y baja a desayunar, su madre, le pone unas tortitas con caramelo. Walburga está feliz, porque, los once años son una edad muy importante.

Todo el mundo está feliz cuando la carta de Regulus atraviesa la ventana y se cuela en su cocina. Incluso Sirius, que siempre tiene esa mueca de disgusto.

—¡SÍ, VOY A IR A HOGWARTS!—Regulus se pone a saltar en el sofá, mientras su madre le mira, como si le quisiera regañar: Pero no lo hace, ¡Ella también está feliz!

Sólo espera que no entre en Gryffindor como su hermano.