LOS PLANES DE FUTURO
A sus dieciocho años, Matsukaze Tenma podía sentirse orgulloso de todo lo que había logrado. Estaba llegando al final de su etapa en el Raimon y debía empezar a abrir su mente a nuevos horizontes, buscar nuevos retos en un nuevo equipo (aunque no había problema alguno dado su historial como futbolista). Lo único que le echaba siempre para atrás era el dejar al que había sido hasta ese momento su equipo. Ya había tenido que despedirse de muchos, como Shindou y Kirino, los cuales enviaban mensajes frecuentemente contándoles cómo iban.
-Anímate, seguro que volveremos a verlos pronto –dijo Hikaru dándole unas palmadas en el hombro.
-Será divertido enfrentar a los sempais seriamente, para variar –opinó Kariya, con las manos juntas tras la cabeza −. A saber cuánto habrán mejorado.
-¡Pues seguro que mucho! –gritó Shinsuke. Aunque la edad le había hecho crecer físicamente, seguía siendo el más bajito de todos… Pero aún gritaba como si estuviese a metros de distancia cuando quería responder comentarios como el de Kariya.
-Sí, seguro que están entrenando fuerte y preparándose para enfrentarnos en el futuro –se animó Tenma −. A todo esto, ¿ya sabéis a dónde ir? Queda medio curso solamente…
-Yo no tengo ni idea –declaró Kariya mirando al cielo antes de mostrar una media sonrisa −. La verdad, por fastidiar, aceptaría irme al equipo rival de Kirino-sempai…
-Tú lo que pasa es que no sabes vivir sin sus normas –se burló Hikari, ganándose una mueca del defensa −. A mí, mi tío me ha dicho que me centre en acabar aquí, que me avisará cuando salga algo interesante.
-¡Podrías venir con Shinsuke y conmigo! –exclamó feliz Tenma.
-Me lo pensaré también –asintió −. ¿Qué hay de ti, Tsurugi? –preguntó volteándose al delantero que llevaba todo el camino en silencio.
-Italia. Lo sé desde principios de año –respondió sin separar la vista de su libro.
-¿QUÉ? –preguntó Tenma, volteado hacia él, con dos palmos de boca y los ojos muy abiertos. Tsurugi arqueó una ceja extrañado −. ¿CÓMO QUE DESDE PRINCIPIO DE AÑO?
-No sé de qué te extrañas… A Shindou le ofrecieron plaza antes incluso de empezar su último año –dijo sin cambiar la expresión del rostro.
-Pero… –susurró el capitán del Raimon cabizbajo. Todos le miraron algo preocupados varios segundos, hasta que alzó la cabeza con una gran sonrisa y un brillo de gran felicidad en los ojos −. ¡ES GENIAL! –exclamó −. ¡ME ALEGRA QUE LO TENGAS TODO SOLUCIONADO! ¡ENHORABUENA!
-¿Gracias? –preguntó extrañado por el repentino cambio de humor del castaño.
-¡Ya lo tengo! –dijo volviendo la vista al frente justo para esquivar, por muy poco, una farola que provocó risas en todos −. Eh, parad, no es gracioso –dijo avergonzado antes de sacudir la cabeza y volver a animarse −. ¿Qué os parece venir conmigo y merendar juntos para celebrar que Tsurugi marchará a Italia? Aki-nee ha preparado un bizcocho de chocolate que… ¡MMM! –dijo relamiéndose.
-¡Sí! –saltaron Shinsuke y Hikaru.
-Es comida, así que acepto –asintió Kariya mirando de reojo al más alto del grupo.
-¿Me ves con cara de no ir a una fiesta para celebrar algo mío? –preguntó cerrando el libro, a lo que el otro, sin separar sus manos de detrás de la nuca, se encogió de hombros −. Pero, Tenma, ¿no le molestará a Aki-san que vayamos todos tan de sopetón?
-¡Qué va! ¡Si os quiere un montón a los cuatro! Venga, venga, vamos –apremió con una gran sonrisa −. Ah… lástima que Aoi no ha podido venir…
-Sí, claro, lástima –comentaron los otros cuatro con sonrisas picaronas.
-¿Eh?
-Va, Tenma, no hace falta que lo digas de esa forma –sonrió Hikaru −. Puedes decir perfectamente "me hubiese gustado que Aoi también estuviese aquí porque es alguien muy, muy importante". Te hubiésemos entendido perfectamente.
-N-no sé de qué me hablas –dijo mirando a todos lados y acelerando el paso −. Como sea, venga, ¡vamos a merendar!
-Si sigues así, te la quitarán –dijo bien alto Kariya.
-¡Q-que no sé de qué…! –gritó deteniéndose para verles a todos.
-Tenma, no me hagas nombrarte la de chicos que hemos visto siguiéndola o pidiéndole salir… Y uno de ellos está aquí –pidió Tsurugi pasando por su lado y dándole un golpe en la cabeza con el libro a la vez que miraba de reojo hacia atrás.
-¿Eh?
-Y se hace el despistado –silbó Kariya.
-¡Yo no lo sabía! –dijo de pronto Shinsuke, con los ojos muy abiertos −. ¿En serio, Kariya?
-¿Qué? Uno también tiene gustos y ojos para encontrarlos –dijo tranquilamente −. A demás, Tsurugi, me prometiste que no dirías nada.
-Y no lo he dicho. He dicho "uno de ellos está aquí", bien podría ser cualquiera de los cuatro, porque sabemos que Tenma no ha sido. Te has delatado tú solito.
-¡MALDITO SEAS! –protestó soltando al fin sus manos y apretándolas en dos puños, completamente rojo de vergüenza.
-¿Te le declaraste? –preguntó Tenma sin acabar de creérselo.
-Akane-chan le grabó.
-¡Hikaru! ¿Tú también? –preguntó Kariya, aún más rojo.
-Le puedes pedir que te envíe el vídeo y lo ves tú mismo –sonrió el sobrino de Kageyama Reiji corriendo hacia delante para esquivar las protestas del defensa mientras le sacaba la lengua.
-Vaya amigos que tengo –murmuró mirando a los dos delanteros mientras volvía a su posición inicial con las manos tras la nuca −. Pues sí, Tenma, le dije que me gustaba, pero me rechazó, no te preocupes.
-¿P-por qué iba a p-preocuparme por algo a-así? –preguntó con una sonrisa tonta y un leve rubor en las mejillas −. Aoi es una gran amiga y…
-Ya estamos otra vez –suspiró Hikaru.
-Mejor dejemos el tema aparcado y vayamos a por esa merienda –dijo Tsurugi, volviéndose para estirar de Tenma −. Con el estómago lleno, quizás te den más ganas de lanzarte y así se acabarán estas tonterías… ¿O necesitas que Hikaru y yo también vayamos a por Aoi para decidirte?
-¿V-vosotros también? –preguntó aún más avergonzado y mirando a ambos delanteros con nerviosismo.
-Si eso hace que te muevas…
El quinteto continuó caminando (o más bien, Tsurugi fue tirando de Tenma, al que seguían los demás), discutiendo sobre por qué se habría suspendido el entrenamiento de ese día y ajenos a los comentarios que los fans pudiesen hacer de ellos. En la puerta, como siempre, esperaba Sasuke, el perro de Tenma, ya mayor pero siempre de pie para recibirles.
-¡Sasuke! –saltó Shinsuke, a lo que el perro ladró feliz y más cuando empezó a recibir alguna que otra caricia de todos.
-Está grande ya –señaló Kariya −. Madre mía, cualquiera se mete contigo o con Aki…
-Sí –asintió Tenma, acercándose al animal para darle algunas caricias −. Hola, Sasuke. ¿Qué tal estás? ¿Bien? –el perro ladró −. Sí, lo sabía. ¿Tienes ya comida? –preguntó volteándose para ver el plato lleno de agua y comida.
-Te lo cuidan bien, ¿eh? –preguntó Hikaru.
-Sí –asintió el castaño −. Bueno, entremos ya.
Encabezando al grupo (y sin ser estirado por nadie), Tenma abrió la puerta al máximo, cogió aire y dijo bien alto:
-¡Ya he vuelto! ¡Aki-nee, los chicos han venido conmigo!
El sonido de pasos corriendo en el piso de arriba hizo que todos posasen la vista en las escaleras, un tanto extrañados, pero esperando ver a la adulta que una vez fue manager del Raimon y del Inazuma Japan. Sin embargo, lo que el quinteto vio corriendo escaleras abajo como una flecha fue una chica de cabello castaño hasta casi media espalda, recogido hacia atrás en un pasador para apartarlo del rostro, con un vestido rosa pálido, un delantal verde y las zapatillas de andar por casa azules.
-¡TENMA! –chilló la muchacha saltando desde el último escalón directa al cuello del centrocampista y capitán del Raimon.
¡Hola a todos! Aquí va una breve historia que me surgió esperando en la playa a que mi madre decidiera haber tomado suficiente el sol antes de ir a caminar juntas.
Espero que os entretenga aunque sea cortita y que lo sigáis hasta el final~
Saludos a todos y hasta el siguiente capítulo: La chica que no entraba en ese futuro
