El recuerdo de una noche
"Solo será esta noche..." era exactamente lo que le había dicho "Sin compromisos, solo diversión" se molestó en recalcar. Él Sabia perfectamente por que la rubia le había hecho tal proposición... La vida amorosa de ella no había sido la mejor... y todo desde su infancia, cuando había estado encaprichada con Sasuke, el sex-simbol de los nueve novatos, seguramente le dolió que pasara de ella, no le prestara intención y muchas veces la rebullera... o quizás fue simplemente que este la dejara tirada y se fuera de la Villa; Después de un tiempo, pasó a algo más, ya no era un capricho ni nada que se lo parezca... se había enamorado de su compañero de equipo, Shikamaru. No recuerdo exactamente el tiempo que estuvieron juntos... un año o dos, pero lo que al principio eran rumores de infidelidad, se convirtieron en más que eso. La había engañado con Temari-chan y ese hasta ahora ha sido su tormento... también se había escuchado de algo con Chouji pero, si eso fue cierto, no duraron mucho. Sabía que todas sus relaciones habían llegado al fracaso y que por ello solo se le veía con un chico diferente cada noche... a excepción de algún privilegiado que durara dos.
Esa noche acepté ser yo su muñeco, uno más de su extensa y exigente lista. Acepté como mero capricho a meterme en una situación en la que no sabía si existía salida. Y, sobre todo, que una de las chicas más codiciadas de Konoha, porque eso era Ino, durmiera en mi cama.
Recuerdo haberla hecho mía salvajemente, hacerla suspirar como seguramente nadie había hecho, hice que dijera mi nombre... y por ello, hice sentirme su dueño. Dueño de un cuerpo que era pura lujuria; de unos labios desesperados que reclamaban con ansia los míos; de sus esbeltos senos que se movían al compás de nuestros movimientos; me sentí digno de tal belleza.
Llegando al final caímos rendidos uno junto al otro.
Recuerdo que aquella mañana desperté mucho más animado que cualquier otra. Y no era para menos, Ino seguía ahí. Me había tomado la libertad de observarla... que error. Al ver su sonrisa, el reflejo de su sueño, me arrepentí.
Me arrepentí de esa noche, de ese juego... Porque yo no quería una, ni dos, quería todas las noches de su vida, quería ser al los ojos de los demás, y a los de ella, su chico y quien no le dejara dormir al anochecer.
Suavemente posé con necesidad mis labios sobre los de ella, haciéndola despertar.
-Ino...pequeña...- Pronuncié rompiendo el pequeño contacto y con un pequeño nudo en la garganta le susurré - quiero que seas la chica que se despierte a mi lado todas las mañanas... –terminé queriendo besarla.
Quería demostrarle lo que estaba sintiendo, que con él todo iría bien, no iba a dejarla, no podría dejarla. Pero no quiso... con su mano haciendo presión en mi torso me alejó de sus labios.
-Naruto... no... – Dijo con una pequeña mueca y empezando a vestirse - sabias que solo era hoy... todo estaba saliendo perfecto... Naru... yo no quiero estar por ahora con nadie...
Solo atiné a ver como abría la puerta y se marchaba por ella. Mi corazón no había salido bien parado de aquella situación, pero era mi culpa por no negarme a estar con ella.
Y pensar que todo empezó por invitarla a tomar ramen...
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . .
Noches como esa se repetían varias veces a la semana.
Por que ella volvía a su cama...
Por que él nunca sería capaz de impedírselo...
Ino y él no eran la mejor pareja, es más, quizás no fueran ni eso...
Pero...
¿Qué relación rozaba a la perfección?
