Crónicas de una enamorada.
Por Cassiopeia Druella Black Stark.
Disclaimer: El Hitsukarin pertenece a Tite, y si lo leen se darán cuenta que nadie mas que yo pudo haber escrito esta cosa xD
Debería ser un delito, deberían procesarlo y encerrarlo en alguna cárcel de alta seguridad para que nadie se le acercara a él. NUNCA.
Él era un algodón de azúcar lleno amabilidad y modales. Y una sonrisa que hacía que todas (incluida ella) se derritieran bajo sus pies.
Ok, estaba exagerando, tal vez no era tan amable, en realidad. No lo era para nada. Pero el desgraciado sabía como fingir cuando era necesario. Aun así, su novio estaba más bueno que comer pollo frito con las manos. Aunque a ella no le gustaba mucho el pollo frito.
Rebobinando un poco.
Su novio era hermoso, la perra que siempre se le tira encima, también, podríamos decir que sí. Lo sería más si no fuera tan puta y si Karin no deseara matarla cada vez que se le insinuaba a Toshiro. Pero nada de eso tiene que ver con lo que pasaba ahora. Porque él estaba usando su lengua. La húmeda lengua que estaba acariciando su cuello cortando así sus pensamientos para poder soltar un gemido ahogado. Toshiro siempre había tenido cierta manía por su cuello. Y ella no podía estar más feliz con eso.
Karin se tensó un poco cuando Toshiro mordió su oreja, gimiendo mientras ella clavaba sus dientes en el cuello de Toshiro para no ser escuchada. Aunque no era necesario, no había nadie más en la casa.
-Tal vez deberíamos parar.- dijo Toshiro entre jadeos. Ok, su novio, por muy maravilloso que fuera, a veces era un tonto.
-Te juro que como pares rompo contigo.- Toshiro sonrió mientras veía como ella le desabrochaba el cinturón. Toshiro murmuro un pequeño "como desees" mientras rompía la blusa de ella y seguía haciendo maravillas con su lengua.
Oh, definitivamente tenía un novio maravilloso.
