Sabemos cómo se enteró Booth del embarazo de Brennan pero, ¿Cómo se enteró Brennan?

Ni Bones ni sus personajes me pertenecen.

.

... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

.

Los primeros síntomas

.

... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

.

Me despierto, tengo hambre. No quiero abrir los ojos pero, tengo hambre. Miro el reloj en mi mesita de noche. Aun es temprano. Demasiado temprano. Me vuelvo a la cama pero, no puedo volver a dormir. Doy vueltas hasta que me canso y me detengo. Es imposible. Me quedo quieta, mirando el rostro del hombre que duerme a mi lado.

Ha pasado poco más de un mes desde que Booth y yo hicimos el amor. Desde que me demostró que los milagros existen y se pueden romper las leyes de la física cuando dos personas se convierten en una. Aunque sea solo por un instante. Las cosas van bien. Queremos tomarnos todo con calma.

Me siento extraña. Me estoy involucrando en una relación monógama, seria y estable. La relación más seria y estable que he tenido, hay que decirlo. Nunca antes había apostado por una relación así. Simplemente no me interesaba. No me interesaba abrirme a alguien y entregarle todo lo que soy para que después me lastimaran. Ya me habían lastimado bastante antes. Entonces llegó Booth. Se apareció en mi clase con toda su arrogancia y lo odié por atreverse a interrumpirme. Esa fue la primera vez que trabajamos juntos. Ahí fue donde surgió eso que él llama "la chispa" entre nosotros. Tiene razón, yo también lo sentí. Con él no sería solo sexo por la mera satisfacción de necesidades biológicas. Él tenía "algo" más. Eso me asustó y decidí irme de ahí. Después de eso, no pudimos volver a estar juntos en una misma habitación por casi un año.

Cuando pensé que había logrado dejar el asunto atrás, volvió a aparecerse delante de mí, arrogante como siempre. Creí que sería imposible trabajar con él. Entonces también lo odié. Él era todo lo contrario a mí y además se atrevía a minimizar a la ciencia, mi ciencia. Pero, no fue tan malo como creí. Ahí descubrí que hacíamos un buen equipo.

Después, descubrí que sus ojos me derretían. Que con solo mirarme me hacía sentir segura. Por eso me gustan sus ojos. También descubrí que su sonrisa me desarmaba. Cuando me sonreía me hacia sonreír también y me inspiraba confianza. Por eso me gusta su sonrisa. Y entonces descubrí su corazón. Ese corazón que, aunque es un musculo, siempre entrega totalmente a los que quiere, metafóricamente hablando. Sin miedos y sin reservas. Por eso me gusta su forma de ser.

Yo no me di cuenta, pero él también encontró mi corazón. Él y solo él tuvo la paciencia para quitar una a una las capas de racionalidad con las que yo lo había protegido. Sólo Booth apostó a que yo tenía sentimientos. Sólo Booth supo dónde buscarlos y se convirtió en mi mejor amigo.

Él no me hizo promesas, porque sabe que a mí me gustan los hechos. Con hechos nos hemos demostrado siempre la complicidad y el amor que hay entre nosotros. Nos cuidamos las espaldas en el campo. Él me ha salvado de morir y yo lo he salvado a él. Ha matado por mí y yo he matado por él. Lo que es más, Booth recibió una bala por mí.

Esto es algo nuevo para mí y es una sensación extraña, pero, me gusta. Definitivamente me gusta. No sé lo que va a pasar con nosotros pero, quiero que pase. Quiero arriesgarme a vivir todo aquello a lo que me he negado durante tantos años. Quiero apagar el cerebro y que me enseñe a sentir como él siente.

.

... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

.

Hace casi media hora que estoy despierta, sentada en la cama, solo mirándolo. Se ve tan tranquilo. Tan en paz. Respira pausadamente pero, sonríe, creo que está soñando. Es un buen sueño por lo que se ve y eso me alegra y me hace sonreír también porque varias veces lo he visto luchar desesperado en sus sueños. Él dice que no me preocupe. Que desde que estamos juntos son más la veces que tiene buenos sueños. Este es uno de esos.

Mi estomago ruge. Esto me ha pasado muy seguido los últimos días. No sé por qué. Ayer cené muy bien. También estaba hambrienta como ahora. Más de lo normal. Mi estomago vuelve a rugir y me levanto con cuidado para no despertar a Booth. Veo la ropa que llevábamos ayer tirada por toda la habitación. Tal vez sea el exceso de actividad física lo que me provoca más hambre de lo normal. Me encojo de hombros y sonrió ante el pensamiento de lo que pasó aquí anoche.

Voy a la cocina y preparo el café. Tal vez deba empezar a preparar el desayuno. A Booth le gusta hacer el desayuno de ambos pero, los últimos días se ha quedado dormido y hemos llegado tarde al trabajo.

El desayuno está listo pero, Booth aún no se despierta y no quiero despertarlo. Sigue soñando. Aprovecho para bañarme.

.

... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

.

Ahora estoy aquí, de pie en el marco de la puerta de mi recamara, mirándolo. Es increíble que con todo el ruido que hice siga ahí, dormido. Él siempre se despierta hasta con el más mínimo sonido. No quiero despertarlo pero, si no lo hago llegaremos tarde. Otra vez.

Se despierta y no puede creer que se haya quedado dormido y más aún que el desayuno esté hecho y que yo esté bañada y vestida, lista para irnos. Le digo que no se preocupe. Que puede dormir todo lo que quiera. Él dice que le preocupa. Que nunca duerme tanto. Me rio y le digo que no se preocupe demasiado. Que debe estar cansado.

El desayuno transcurre casi con normalidad. Excepto que, hoy no tomé café porque me apeteció más el jugo de naranja y que Booth comió menos de lo normal. Tenía un poco de nauseas. Debió haberle caído mal la cena.

Estamos casi listos para irnos. Booth se lavó los dientes y ahora es mi turno. Cuando termino me miro en el espejo. Hay algo extraño. Uno de los botones de mi blusa está desabrochado. Justo a la altura del pecho. Ya veo porque Booth me miraba tanto en el desayuno. Trato de abotonarlo y se vuelve a soltar. Mis senos parecen un poco más grandes de lo normal. Me cambio la blusa y Booth pregunta por qué.

¿Pregunta por qué? ¿Acaso no es obvio? Con esta blusa mis pechos quedan casi al aire. Hombres. No entienden nada. "Porque no me gusta", le digo. Él dice que se me ve bien. Yo le digo que no, ¿Cómo se me va a ver bien? Pregunta si estoy enojada. No le respondo y salgo de la habitación. Él me sigue y ahora ya no dice nada.

Nos subimos a la camioneta en silencio. Me coloco el cinturón de seguridad y noto que mis senos están sensibles. Duelen. Quizá sea mi periodo.

Llegamos al laboratorio en menos tiempo de lo usual. Booth condujo más rápido para no llegar tarde de nuevo. Me acompaña hasta mi oficina y se despide con mucha cautela. Dice que vendrá por mí a la hora de la comida. Sólo asiento con la cabeza. No tengo ganas de hablar. El viaje me dejo algo mareada. Raro. Nunca me mareo cuando conduce rápido.

.

... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

.

Miro mi reloj, todavía falta más de una hora para salir a comer y ya tengo hambre. Quizá haya algo de comer en la planta de arriba. Tengo antojo de un panqué con chocolate. Salgo de mi oficina y me dirijo hacia allá. Cam me ve y me llama. Dice que tengo que entregar unos reportes atrasados. Le digo que ya se los entregué y ella dice que no.

Vuelvo a mi oficina y reviso mi agenda. Tiene razón. Tenía que entregar los reportes hace casi dos semanas. ¡Dos semanas! Está anotado en mi agenda y yo lo olvidé. Reviso la agenda de nuevo para cerciorarme de que no se me haya olvidado nada más. Lo que veo me acelera el corazón y me hace caer en la silla. ¡No! ¡Imposible! Eso no se me pudo haber olvidado.

Ahí está, una marca roja en mi agenda. Exactamente hace diez días. El día en que debió llegar mi periodo. Jamás se me había olvidado. ¡Por Dios! ¡Tengo un retraso de 10 días! Rápidamente cojo una jeringa de un cajón de mi escritorio. Cierro la puerta y corro las persianas. Tengo que hacer el análisis yo misma, de otra forma no creeré en el resultado.

.

... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

.

La espera se hizo eterna pero, por fin están los resultados. Y es claro, mi sangre contiene altos niveles de gonadotropina coriónica humana. Ahora todo tiene sentido, todos esos malestares en los últimos días y yo no me había dado ni cuenta. Vuelvo a ver los resultados, es increíble. No puedo creer que lleve un pequeño ser humano dentro de mí, mío y de Booth. Nuestro.

No sé que sentir. Estoy tan feliz pero, tengo tanto miedo de lo que va a pasar. De si seré buena para este niño o niña. ¿Qué pasa si no logro conectar con él como me pasa con los demás? La voz de Booth buscándome en el laboratorio me saca de esos pensamientos para meterme en otros, ¿Cómo se lo voy a decir a Booth? Nuestra relación apenas empieza y, ¿Si no le gusta la idea?

— Ah, ahí estás Bones. ¿Por qué no me respondías?

Me ve en la plataforma y se sube corriendo. Apenas dándome tiempo para borrar los exámenes. No quiero que nadie se entere todavía.

— Lo… lo siento. No te escuché.

¿Estás lista? Me estoy muriendo de hambre

— Si, si. Voy por mi bolso y nos vamos.

Bajo de la plataforma lo más rápido que puedo. Un solo pensamiento invade mi mente ¿Cómo se lo digo a Booth?

.

... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

.

Bueno, una historia que desde hace un par de semanas me rondaba en la cabeza. Espero que les haya gustado y se hayan pasado un bonito Día de San Valentín. Saludos y besos.