I. La otra cara de la fama

Eran las cinco de la tarde. Como cada día, miles de personas se encontraban delante del televisor, mirando esos programas tele basura, sin ningún argumento en concreto, simplemente se dedicaban a despotricar contra personas, para ellos famosas.

Pero esta tarde había sido diferente. En todos los programas se hablaba de Nico Robin. Ella era una guapa actriz, famosa por su excelente voz y por sus numerosos anuncios de colonia.

-Por favor señorita Nico¿nos haría el favor de respondernos unas preguntas? –gritaba una reportera de cabello rubio.

-¿Son verdad los rumores de un posible intento de suicidio? –gritaba a los cuatro vientos otro reportero.

-Es verdad que la pasada noche la llevaron a su casa a cuestas a causa de una sobredosis?

-Por favor¡respóndanos!

Todas esas preguntas iban dirigidas a ella. Nico Robin había subido muy pronto a la fama, le gustaba, hasta que llegó un momento en el que se vio agobiada. No podía ir a ningún sitio sola, siempre tenía a los típicos reporteros a su alrededor, interesándose por su vida privada y preguntando cosas que no quería responder.

Con mucho esfuerzo consiguió llegar al coche que le esperaba al final de la calle. Con cuidado el conductor arrancó, mirando de no atropellar a ninguno de esos reporteros y sus respectivos cámaras.

-Si atropellas a alguno no pasará nada –dijo Nico Robin apoyando la cabeza en el respaldo de su asiento.

Cuando finalmente consiguieron salir de aquel escándalo de gente, la chica observó su vestido. Era uno de los más bonitos que había llevado nunca. Era de color negro, con escote de palabra de honor, dejando a la imaginación su voluptuoso pecho. Le llegaba hasta los pies, dejando ver únicamente la punta de sus zapatos de tacón, de unos diez centímetros. Llevaba el pelo recogido en un peculiar moño, últimamente se lo había dejado crecer, incluso le había llegado a la cintura. El vestido era ceñido, y marcaba sus vistosas curvas y su estrecha cintura, causante de muchas de las polémicas que rodeaban a la cantante y actriz.

La primera crítica comenzó cuando algún reportero con poco trabajo, se le ocurrió decir que ella no sólo se cuidaba a la hora de comer, si no que también se provocaba el vómito para no engordar. Después de miles de entrevistas forzadas, consiguió que ese asunto se olvidara, dando paso a otro.

En pocos días corrió el rumor que la actriz estaba enamorada de su manager, y a la vez chofer y compañero de piso. Pero eso era algo absurdo, aquel chico rubio por el que todas las mujeres de mundo suspiraban era su hermano, pero ellos no querían que la gente lo supiera. Sanji era más alto que Nico Robin, tenía el cabello rubio platino, con un flequillo que le tapaba su ojo derecho. Siempre iba de traje, y con un peculiar cigarrillo en el labio durante todo el día.

Cuando Robin empezó a saltar a la fama lo acordaron, nadie sabría que ellos dos compartían sangre, pensaron que sería lo mejor para los dos.

-Robin, te estás durmiendo, ya te dije ayer que tendrías que haberte ido a dormir más pronto… -dijo Sanji en tono protector.

-Mira, al menos me han estado dando por… -Robin se calló- ya tenemos exclusiva: "La famosa actriz y cantante sale hasta altas horas de la noche y se emborracha, obligando a su acompañante a llevarla a casa a cuestas"

-Robin…

-Ya te dije que estoy harta, no puedo más. Esto puede con migo –a la chica se le inundaron los ojos- quiero ser una persona normal, como cualquier otra, he cumplido mi sueño, he cantado delante de millones de personas y les ha gustado… Pero mi sueño se acaba ahí, yo no quería ser perseguida por millones de periodistas, que sólo se dedican a mentir sobre mi vida.

La chica echó a llorar. No podía más. Al poco rato llegaron a su casa, era bastante grande, pero nunca quisieron tener criados. Tenía dos pisos, un garaje y un desván. En el primer piso tenían el comedor, el salón, dos baños y la cocina. Todo estaba separado por paredes bastante gruesas.

En la segunda planta se encontraban las habitaciones, en total había cuatro. Normalmente Sanji y Robin dormían en habitaciones separadas, pero de vez en cuando les gustaba pasarse la noche entera hablando y hablando. Aunque Robin fuese tres años mayor, se llevaban muy bien, y siempre tenían un tema del que hablar.

La habitación de ella era muy grande. Tenía una cama de matrimonio, un armario donde guardaba toda su ropa y un escritorio. En él estaba su adorado portátil, en el cual escribía todo lo que le pasaba día a día.

Ya bien entrada la noche, decidieron irse a dormir, había sido un día muy cansado. Robin se encontraba en su cama, tapada hasta las orejas, aunque fuese primavera, a ella siempre le había gustado dormir tapada con todas las mantas y sábanas posibles.

"Esto no es lo que quería" se dijo "yo sólo quería que la gente escuchara mi música, no quería que cada día se inventaran cosas sobre mi vida… Quiero volver a ser la de antes, a ser una chica normal, con sus problemas, quiero tener amigos de verdad, gente a quien poder apreciar y que me aprecien de verdad…"

Pensando esto se quedó dormida.


Muchas gracias por vuestro interés. Espero que os haya gustado, se que no hay mucha acción, pero tenía que ambientar un poco la historia, os prometo que en el próximo cap pasarán cosas interesantes, y aperecerán más personajes de One Piece... Y serán imprescindibles para este Fic.

Besos.