Magnolia, una pequeña casa quedaba no muy lejos de ahí, en una de las habitaciones una pareja se entregaban con pasión a la lujuria y a la amor. Mientras que el hombre la penetraba con fuerza la mujer gemía más alto el nombre de su esposo, el miraba como su esposa disfrutaba de sus penetraciones, causándole cierto placer, ambos gritaban el nombre del otro, gemían, y lloraban por el extremo placer de sentirse.
-Natsu, te amo. – le dijo con dulzura la mujer quien había terminado con un jadeo. Los ojos de Lucy miraban a su esposo con llenos de amor y promesas.
-También Te amo, Lucy. – pero sus palabras no solo eran palabras vacías, si no que su cara no tenía expresión. Ambos se miraban a los ojos, sudaban y jadeaban, trataban de regular sus respiraciones, al cabo de unos minutos Natsu se retiró de encima de Lucy para poder dormir.
No lo tomen a mal, ambos se amaban con la misma intensidad, llevaban 4 años de casados, discutían como una pareja normal, actuaban como una pareja normal, el problema, es que no podían tener hijos, y eso a Natsu le molestaba, deseaba con tanto fervor tener un hijo de su mujer, a la mujer que amaba por el cual se había casado por el resto de la eternidad, y no era un problema, pero si le molesta ver a muchas parejas por la calle agarrados de la mano con sus hijos, era como una bofetada para él, era como si lo restregaran en su cara diciendo que ellos tenían un hijo por el cual compartir y ellos no, incluso en su gremio ya tenían hijos, hasta Gajeel iba por el tercero, y eso era lo que lo alejaba de ella.
En cambio Lucy hacia lo posible para concebir un hijo de él, ella no le preocupaba en sí o no tener, amaba a su esposo, pero él quería tener una familia, ser un padre, él quería saber que se sientia ser un padre, y su distancia con él era lo que le preocupaba y le rompía el corazón, su distancia se había hecho evidente cuando ella se había ido lejos, ya que había tenido un desmayo, sus amigos estaban preocupados por ella, así que la había mandado a que un especialista la viera, y para cuando volvió, se sorprendió ver a Natsu estando cerca con una mujer llamada Nina, una de las integrantes que había ingresado recientemente, gracias a que Natsu la rescato junto con su equipo de una posible violación de las garras de un gremio oscuro, desde entonces ellos eran amigos, Natsu le había enseñado todo acerca del gremio, hacía que se sintiera cómoda, y para ella, a pesar de los celos que sentía por la mujer, no podía reprocharle eso en la cara, confiaba en él, pero no en ella, eran amigos después de todos, pero su cercanía se hiso evidente cuando ella se fue, y se hiso peor cuando le dijo a su amor que no podían tener un bebe, el hoyo que los separaba se había hecho más grande, pero no a los ojos de la sociedad, a su gremio, peleaban contantemente, se insultaban cuando nadie los miraba, no querían que se preocuparan pero una de esas hiso que a Lucy le rompiera el corazón.
Era de noche, ambos cenaban, estaba tensos, ya era normal ese ambiente desde la noticia, y se hiso peor con las discusiones.
Lucy estaba nerviosa, quería decirle a su esposo que odiaba verla cerca de esa mujer cuando a ella la alejaba, se sentía deprimida y devastada cuando los miraba juntos, y tenía miedo que la dejara, lo amaba con todo su corazón, hasta haría cualquier cosa por él.
Y como fue tu día?. – pregunto Lucy despacio, en cambio de Natsu, Lucy trataba de arreglar su matrimonio, luchaba para que volvieran a como era antes de casarse, extrañaba la cercanía de él, sus abrazos, sus palabras, su voz cuando la hablaba con dulzura, cuando iban a misión y él siempre estaba cerca de ella para protegerla.
Bien. – Gruño Natsu en respuesta, su respuesta en monosílaba hiso que los ojos de Lucy se llenaran con lágrimas. Natsu sabía perfectamente que Lucy odiaba que estuviera cerca de Nina, pero su opinión era menos que le importaba, y más odiaba cuando se ponían toda sensible.
Escuche que fuiste a una misión. – Le dijo despacio, respirando por la boca.
Y que tienes algunos problemas con eso. – le dijo bruscamente sin dejar la mirada de su plato de comida.
Lucy no había contestado ya sabía cuál era la respuesta, pero le molestaba que supiera de sus sentimientos y actuara como si nada sucediera.
Si. - dijo fuerte - si me molesta. - dejando de golpe la cuchara con que jugaba con su comida. Natsu volteo a verla sorprendido por su respuesta. – Me molesta que te des cuenta de mis sentimientos y no te importe de cómo me siento, eres un idiota y un imbécil, insensible, pensé – tomo aire – pensé que tú eras mi héroe, te admiraba, y te amaba, pero veo que solo quieres hacerme sufrir, por qué?, yo también sufro al no poder darte un hijo, no piensas en mí?, no piensas en cómo me siento, no te importo lo mínimo de cómo me sentía al saber la noticia de no poder ser madre. En lo único que pensabas era en ti, creía que me amabas – le dijo ella suavemente, dejando que sus lágrimas humedecieran sus mejillas sonrojadas. Se levantó para irse, Natsu se sentía culpable, miraba como el rostro de su esposa se convertía en dolor por cada palabra que pronunciaba.
Esa noche Natsu no encontró a Lucy en la habitación, tampoco la busco, no se sentía lo bastante culpable como para ir a pedirle perdón, pero tampoco le gusto como su cama se sentía vacía al no sentir la calidez de su esposa. Lucy sufrió aún más al no saber que su esposo no quería estar con ella, lloro toda la noche por que ella se decía que su esposo ya no la amaba, y que sentía que la estaba engañando.
Habían pasado meses desde que la tensión entre Natsu y Lucy era evidente, sus compañeros de gremio notaba como Natsu salía más a misiones con Nina, que con su propia esposa y todos en el gremio se lo reprochaban, veían los cambios drásticos en Lucy, vomitaba, dormía mucho, no comía nada, eso les preocupaba a todos, Lucy reunía toda su energía para ir a misiones así pagar la renta, a pesar de vivir en la misma casa, parecían que vivan separados, un día que todos actúan normal, y Natsu estaba con Gajeel a su lado, Lucy entro con una deplorable imagen, apenas podía caminar, Natsu solo se hacia el indiferente, pero siempre tenía un ojo sobre ella.
Para cuando ella se iba ir con una misión en su mano, vieron como lentamente se desplomaba en el suelo, y eso alerto a todos, Natsu fue el primero en salir corriendo a ver a Lucy en el suelo, la tomo en brazos y al llevo directo a la enfermería, su cara era de real preocupación, su corazón denotaba que se le aceleraba, su pulso cardiaco estaba alto, dejando a su esposa en la cama tomo su pulso, y sintió que el pulso de ella no estaba en normal, pego grito llamando a Mirajane, la nombrada entro rápido a la enfermería, rápido reviso a Lucy, Natsu estaba nervioso, se mordía la uñas de las manos esperando su veredicto, pero al cara de Mirajane dejo sin aliento a Natsu, corrió rápido pidiendo ayuda a la enfermera de Fairy Tail, mientras que en el gremio, Wendy ayudaba a Lucy utilizando su magia curativa. Cinco minutos después Polyusica entro a la habitación haciendo que todos se fueran de ella, dejando a Wendy a dentro, había pasado hora y media después del accidente, Natsu esperaba ansioso a fuera de la habitación, mientras que sus compañeros esperaban preocupados por el estado de su rubia, el castigo de Natsu se vio terminado cuando apareció Wendy diciendo que lograron estabilizar a Lucy pero que tenía que quedarse en cama, al oír tal noticia respiro de alivio, sentía las ganas de llorar, no se había dado cuenta hasta ese momento que un peso se había quitado de encima.
Minutos después Polyusica salió dejando que pudieran entrar, pero que dejaran descansar a la rubia, todos por excepto Natsu entraron a ver a la rubia, todos vieron como Lucy tenía una sonrisa en su rostro, le preguntaba por qué, pero ella tenía una aurora enigmática alrededor de ella, dos días después la dejaron poder volver a casa.
Lucy estaba nerviosa, y feliz, muy feliz, como podía ella decirle al hombre que ama que por fin tendrían un bebe, entro a lo que era su hogar y busco a Natsu, pero no lo vio en ningún lado, asi que espero a Natsu, le cocino lo que a él le gustaba, y oyó un toque a la puerta, con una sonrisa en su rostro fue abrir la puerta pero su rostro decayó cuando miro a lo que ella consideraba su enemiga, a la entrada de su puerta con un niño agarrado de su mano, a Lucy se le fue el alma a los pies al ver la réplica de Natsu en miniatura enfrente de su puerta, y eso la hiso enojar.
Puedo pasar?. – pregunto la condenada.
Si claro, dejaría pasar a mi casa la amante de mi esposo, con el cual tienen un hijo. – le dijo con rabia.
Lo siento Lucy. – él dijo nerviosa.
Eres una imbécil, eres un estúpida!. – le grito
Quieres por favor hacer silencio, estas asustando a mi hijo. – le dijo ella , poniéndola al detrás de ella.
Te atreves a venir aquí, a mi casa, con la prueba de que si me engañaron. – le dijo aborde las lágrimas.
Por favor te lo suplico, necesita hablar con Natsu. – el rogo.
No, no te dejare que veas a Natsu. – le dijo ella dándole una bofetada. El niño comenzó a llorar, pero la golpe no se oyó, ya que Natsu le había detenido el acto.
Vete. – le dijo con voz ronca.
Pero..- le dijo ella viéndole como si le arrancaran el corazón.
Vete. – siseo Natsu con odio.
Lucy le rompió el corazón al ver con tal expresión a Natsu, lentamente soltó la mano de Lucy haciendo que ella se soltara de ella, de la misma manera en que Natsu la libero, entro a la casa y cerró la puerta, había quedado destrozada del acto ahí afuera, pero quedo aún más destrozada por las palabras que habían salido de su boca; salió corriendo de la sala hacia su cuarto. Paso toda la noche llorando, tapando sus sollozos con la almohada, con ternura toco su vientre.
Dime que nunca me abandonaras. Te cuidare, no necesitamos a papá para que vivas.– le dijo en susurro.
Así durmió llorando. Durante todo el día Lucy no había salido de su habitación, y para su pesar, por más que él no quería sentirse preocupada por ella, lo sentía, el sentimiento de protegerla emergía desde su interior, no se sentía con derecho en ir hablar con ella, o sin siquiera el verla, se sentía sucia, a pesar que estaba consiente la vez que se acostó con Nina; pero esa vez los dos se habían herido, él se había sobrepasado los insultos, sus palabras aun quemaban en su boca, las palabras más desgraciadas habían derramado por su boca, ni el mismo se creía lo que le había dicho a su mujer.
Nina había ido con él, para presentarle a su hijo, el niño quería conocer su padre, y Natsu estaba a gusto con ello, él siempre había querido ser padre, y quería cumplir ese sueño, ella le había dicho a él, que tenía que divorciarse de Lucy, ya que el niño tenía que vivir en un ambiente familiar, y Natsu estaba dispuesto en hacerlo.
Lucy estaba desanimada, triste, y odiaba con todo su ser vomitar, pero todo sus preocupaciones se iban cuando pensaba en la vida que estaba en su interior, creciendo poco a poco, y protegería de todos, incluso de su padre, amaba a Natsu, pero si él no le hacía caso, no iba a mendigar por su amor, les destrozaba al saber que él la había engañado, hiso lo posible para que se cumpliera su sueño, pero si él no ponía de su parte, no harías mas.
Dispuesta a seguir con su vida, se bañó, se cambió, pero esta vez se puso la vieja ropa de ella, para que vieran que ella, era Lucy Dragneel, o mejor dicho Lucy Heartfilia, sería la chica con confianza de antes.
Natsu estaba sentado en la sala de su casa, esperando hablar con su futura ex esposa, pero cuando la vio, toda su respiración se le fue cuando vio bajar a Lucy con la ropa que ella se ponía antes, con aurora diferente. Lucy se lo quedo viendo, vio como Natsu se quedó petrificado, y mentalmente sonrió arrogantemente, eso es lo que te perderás – se decía Lucy, y siguió caminando hasta la cocina. Natsu despertó de su shock, al verla vestida de esa forma, los pequeñas telas que usaba antes de casarse, sentían que nacían sentimientos encontrados en su interior, había pasado un corto tiempo de que luciera de esa manera, la comenzó a seguir a la cocina, necesitaban hablar.
Lucy estaba comenzando a sacar los materiales para hacerse SU desayuno, ya no ocupaba más estar haciendo platos para otro más. Natsu al verla toda diferente supuso que había escuchado su conversación, abrió la boca para hablar pero nada salió de ella, Lucy verdaderamente no quería hablar con él, estaba furiosa, triste y haciendo de demás esos sentimientos que no la perturbaban demasiado, se sentía dolida, verlo a él en la cocina tratando de decirle que se divorciaran era lo que más le dolía; había decido no contarle a nadie que estaba embarazada de él, no quería que lo odiaran, o lo menospreciaran a él o a su hijo, sabía que su vientre crecería. Y ella diría que fue concebido por un hombre de una sola noche, no quería que pensaran que su hijo o hija era ilegitimo, pero tampoco querían que se metieran en sus asuntos, él bebe era suyo, suyo y de nadie más.
Lucy detuvo todas sus actividades para poner sus manos en encima del lavaplatos. – Fue un error. – dejo escapar. Lo había pensado en voz alta, Natsu al oír eso se le quebró el corazón, él no pensaba que casarse con la mujer que amaba fuera un error y que pensara eso le dolía, no tenía que dolerle, estaban así porque él lo había querido así, por sus motivos egoistas. Quedo callado por un momento, las palabras sobraban.
-Todo fue un error. – Dijo Lucy, aguantando el llorar, al igual que Natsu, tampoco pensaba que el amar a su otra mitad era un error, pero era el error el no poder confiar en otra persona. –Nunca debí casarme contigo. – la garganta de Natsu se cerraba con cada palabras que oía decir a su Lucy, quería gritarle en la cara CUAN equivocada que estaba, hasta punto de decirlo estaba cuando recordó que tenía un hijo al que criar, él le había engañado por un asunto que era poco, pero aun así era mucho. – Veo que nunca me amaste, dime te divertiste viendo mis sufrimientos en estos cuatro años juntos?. – le pregunto.
Natsu tenía la mirada fijo en el suelo, pero al oír la pregunta le causo una turbulencia de furia.
-Que dices?. – le dijo Natsu entre dientes.
-Te lo tengo que repetir?. – le pregunto Lucy de igual manera. – No eres un Dragon Slayer?. – la habitación estaba inundada de sentimientos negativos.
-Dudas de mí?, COMO ME PUEDES DUDAR DE MI?!. – le grito furioso. – Siempre te fui fiel!, eres por el cual me levanto cada mañana, y cuando veo tu sonrisa…
Lucy bufo interrumpiéndolo - Si claro. – le dijo irónicamente margada. – Y yo soy castaña. Otro perro con ese hueso. – le siseo Lucy.
-Que quieres que te diga?, que todo va estar bien?, que lo siento?. – le dijo desesperado.
-No hacen faltas palabras. – le dijo furiosa. – NO me quedare aquí al ver como tú y esa bruja me restriegan en la cara tu infidelidad, yo te amaba Natsu, eras mi único amor creía que los Dragons Slayer solo tenían una pareja, pensé que eras mi dragón y que podría confiar siempre en ti, pensé que este obstáculo lo pasaríamos juntos, pero me dejas sola, mientras tú te ibas a buscar a una cama caliente, yo estaba en "nuestro" cuarto, en una cama fría, me arrepiente el haberte dicho el sí. – le dijo ella antes de salir corriendo de la cocina.
Natsu no hacía falta palabras para describir cuan pasado tenía el alma, callo de rodillas, mirando el suelo donde antes le había parecido magnifico, no se había dado cuenta a qué horas sus lágrimas caían por sus mejillas hasta que miro que gotitas de cristal manchaban el piso, las palabras eras y te amaba resonaban en su cabeza, todo era su culpa, decían que él era fuerte cuando era todo lo contrario a ser digno y un héroe.
Lucy estaba mareada, agotada, y tenía ganas de vomitar, quería una cama, quería recostarse, debía cuidarse, ahora que ya no tenía a nadie, debía de cuidarse sola.
Con eso los días pasaban, más se hacía de ver que la relación entre los dos amantes estaba destruido, miraban como Natsu pasaba más tiempo con su compañera de gremio y su hijo, los dos habían hecho un pacto mudo, no le dirían a nadie hasta que el otro estuviera preparado.
