Bueno...esta es la segunda historia que escribo, estoy practicando...estoy practicando. No hay caminantes pero intentare ocupar los personajes...:D Disfrútenlo.

Era el verano más caluroso que recordaba, se sentó poniendo las botas sobre la mesa de la sala, Merle dormía en el sillón, con la respiración pesada y roncando como todas las noches en las que se embriagaba, miró por la ventana al patio, comenzaba a oscurecer, emitió un gran suspiro, odiaba el calor, su camisa sin mangas ayudaba pero no era suficiente, hubiera matado por aire acondicionado, pero lo que ganaba como mecánico apenas si alcanzaba, encima ayudaba a Merle y a su padre, maldijo entre dientes al recordarlo por lo menos seguían juntos, su madre descansaba en paz de los abusos y su alcoholismo, sintió pena por ella, por un momento deseo estar a su lado, fue la única que lo hacía sentir bien

- ¡Vamos Darlyna! Noche de Chicas – musitó Merle despertándose, talló sus ojos con fuerza y bebió un trago de whisky, Daryl asintió con la cabeza, odiaba ir a esos lugares pero prefería acompañarlo para que no se metiera en problemas.

Llegaron al Bar "El Coyote de Georgia" que nombre tan estúpido pensó Daryl mientras entraba, no era diferente a lo que acostumbraba Merle, mesas de madera repletas de vasos y botellas, un escenario de mal gusto con luces neon y chicas desnudas bailando, recogiendo de vez en cuando los billetes del suelo, la meseras llevaban vestidos cortos de color morado, con escotes profundos que casi mostraban el ombligo, esas eran las mujeres que le gustaban a Merle "Con carne en el culo y tetas de azúcar", se sentó con sus amigos dejándolo a él en un rincón, vigilándolo, sacó un cigarro e intentó encenderlo sin éxito, maldijo para si mismo cuando una delicada mano le ofreció fuego, aceptó sin voltear a mirar a la portadora del encendedor

-Gracias – se limitó a decir casi entredientes

-De nada, cariño – respondió una dulce voz - ¿Te ofrezco algo? – preguntó de manera amable, Daryl subió la mirada su piel clara asomándose por el vestido de mal gusto, sus senos jóvenes y firmes apenas cubiertos por su larga cabellera castaña, su delicado cuello adornado por el dije de una bailarina de ballet, continuó recorriéndola con la mirada, deteniéndose en sus carnosos labios pintados con un suave tono coral, emitían una sonrisa sincera, continuó su camino topándose con los ojos azules mas cálidos que había visto en su vida, ella abrió aun mas sus enormes ojos y frunció el entrecejo confundida, pestaño un par de veces - ¿Todo bien? – preguntó despertándolo de su sueño, él asintió

-Una cerveza- pidió de manera amable, ella sonrió ampliamente

-Enseguida – dijo mientras se alejaba, levantando vasos y botellas vacías en su camino a la barra, Daryl miró su firme trasero, su curvilínea figura que no era digna de ese bar de mala muerte, a los pocos minutos regresó con su bebida, no podía dejar de mirar su rostro, tan dulce y cálido – Lo que necesites, seré tu mesera…me llamo Katherine, pero solo dime Kath – pidió entregándole la cerveza fría, Daryl asintió apenado, no podía decir nada, se sentía tan estúpido, no pudo mirarla toda la noche, apenas si recordaba que venía con Merle "Demonios, Merle" recordó molestó mientras volteaba al otro lado del bar, lo vio con una chica en ropa interior en las piernas, no pudo evitar reír y apartar su mirada para buscar a Kath, ella limpiaba las mesas con ímpetu mientras retiraba el mechón de cabello de su rostro soplando suavemente, un hombre alto, de piel apiñonada la llamó a la barra, ella lo miró molesta y se acercó, discutieron unos minutos, se veían realmente hermosa cuando se molestaba, lanzó el trapo detrás de la barra y se perdió en la puerta detrás del escenario

- Y esta noche, me complace presentarles a la "Princesa de las arenas" con ustedes nuestra nueva bailarina – gritó el mismo tipo desde la barra, las luces se apagaron unos minutos, y solo se encendió la del escenario, una chica de cabello castaño vestía un traje de Danza árabe de color dorado, su bustier lleno de lentejuelas y adornos en su cadera del mismo tono, retazos de tela casi transparente resbalando por sus muslos desnudos, Daryl la reconoció de inmediato, se acomodó atento para verla bailar, Kath agitó sus caderas con fuerza y bailo por el escenario improvisado, era realmente sexy, se perdió en sus movimientos, ella camino hacía él y lo rodeó bailando, Daryl comenzaba a ponerse nervioso, no estaba acostumbrado a ese tipo de atención, ella sonrió débilmente, y terminó su baile sentándose en sus piernas, se levantó rápidamente, Daryl pudo ver su rostro sonrojado mientras se alejaba, uno de los amigos de Merle se aproximo a ella y le dio una fuerte palmada en el trasero casi levantándola del suelo, Kath le dio un puñetazo enfureciendo al ebrio que la empujo contra la mesa, Daryl se levantó solo reacciono cuando se dio cuenta que tenía al hombre en el suelo golpeándolo en el rostro, se inició una pelea garrafal entre ebrios, lo último que supo es que el sheriff "Rick Grimes" los tenía contra la pared "Maldita sea, yo debí ser el que no se metiera en problemas" pensó, Rick lo miró con desaprobación

-¿Daryl? ¿Pero qué demonios paso? – preguntó molesto mientras acomodaba su sombrero, siempre lo hacía cuando estaba enojado, Daryl levantó los hombros intentando sonreír

- Él me defendió oficial – logró mascullar Kath detrás de ellos, Rick la miró atentamente, buscando en su mirada una señal de mentira, aun tenía su traje de danza árabe, Rick suspiró mientras soltaba a Daryl y a Merle

-Que sea la última vez ¿Entendido? – advirtió Rick mientras se llevaba a los otros presos, Daryl asintió con la cabeza, Kath sonrió débilmente y regreso al bar, él no pudo evitar mirarla hasta perderla de vista, subió a Merle en la parte de atrás de la camioneta y se sentó pensativo mientras fumaba otro cigarrillo "Debería esperarla para agredecer….no, ella fue la primera que te metió en este problema" pensó molesto, no sabía que hacer, de repente por la puerta trasera vió salir a Kath con su vestido morado, se había quitado las zapatillas escandalosas para ponerse una botas de piso afelpadas, el hombre apiñonado del bar salió tras ella y lanzó un par de billetes al suelo

-Vete a la mierda Ed – vociferó molesta mientras levantaba los billetes, Daryl salió de la camioneta y se aproximo a ella - ¿Qué quieres? No soy una maldita prostituta – exclamó sin voltear a verlo, Daryl miró su trasero pero agitó su cabeza con fuerza para alejar sus malos pensamientos

-Yo..solo quería agradecer que me libraras de la cárcel – comentó débilmente, kath posó su mirada en él, quiso sonreir pero estaba demasiado molesta en ese momento, Ed salió nuevamente del Bar y lanzó su vestido al piso

-Y no vuelvas maldita perra – advirtió Ed, Daryl levantó su vestido

-Lo siento, no quería que te despidieran – dijo de manera amable, ella se echó a reir, porque a un hombre como él le importaría lo que le pasara, había venido a ese bar…a ver mujeres desnudas, dudaba que le importara si quiera un poco ella

-No te preocupes, el imbécil de Ed siempre hace lo mismo…mañana no tendrá quien cubra la noche y aquí estaré moviendo el culo para un par de pervertidos – se quejó divertida. Daryl entregó el vestido y comenzó a alejarse pero ella lo detuvo – Lo siento, me comporto como una verdadera zorra, gracias por partirle el rostro a ese cerdo – agradeció sonriendo, Daryl asintió débilmente, no entendía porque le importaba una bailarina exótica, la miró con un poco de pena

-Puedo llevarte a casa si quieres – sugirió sonrojado, Kath lo miró de reojo, a quien engañaba eran las 2 de la mañana, caminar a casa no era una opción, él era bastante atractivo, con su cabello rubio y sus ojos azules, olía a bosque y aceite de motor pero era bastante guapo, y el tipo más amable que conocía desde que había llegado ahí, aceptó resignada, que podría pasar, que intentara meter las manos bajo su vestido y ella lo golpeara para huir o que se quedara ahí y olvidara por un momento que su vida era una mierda, por lo menos era guapo, no como el cerdo de Ed que había intentado tocarla un par de veces, lo odiaba tanto, la manera en la que trataba a su esposa y su hija, sentía pena por Carol y Sophia, no entendía como su tía lo aguantaba tanto. Y ahora ella viviendo con ellos, odiaba tanto a sus padres por morir…por dejarla tan sola, con la miseria que ganaba le pagaba a su hermana menor la universidad

Subió a la camioneta mientras cubría sus muslos con el vestido de danza, estaba perdida en sus resentimientos, Daryl la despertó ofreciéndole un cigarro, ella aceptó, tenía semanas que no fumaba pero hoy era una noche que lo ameritaba, Daryl se detuvo frente a la casa de Carol, un podía creer que una familia feliz estaba viviendo ahí, con su patio impecable y sus cortinas finas, pero la verdad era que Carol hacía hasta lo imposible por pasar por una buena familia, por ocultar el bar de mala muerte que mantenía Ed, sus prostitutas disfrazadas de bailarinas y sus amantes, como demonios él podría tener una amante, el solo pensarlo le causaba asco

-Gracias – dijo intentando sonreír, se mantuvo sentada unos minutos mirándolo como perrito lastimado, esperando a que él hiciera un movimiento para aprovecharse de ella, o era lo que realmente deseaba, pero Daryl solo la miraba a los ojos, ni si quiera se atrevía a bajar la mirada, estaba por bajarse cuando él se atrevió a hablar

- Yo vivo a unas casas de aquí – comentó casi tartamudeando, ella sonrió al notar que estaba avergonzado, besó su mejilla con ternura y bajo de la camioneta rápidamente antes de que notara que también ella estaba avergonzada, se despidió agitando levemente su mano "Así que tendré un vecino guapo, Daryl…Daryl Dixon" pensó emocionada mientras abría la puerta de la casa. Daryl se marchó hasta que se aseguró que estaba dentro, que demonios le pasaba, esa chica lo estaba volviendo estúpido

"Chicas como ella no se fijan en mecánicos" pensó despistado intentando no sonreír, miró a Merle por el retrovisor y siguió su camino a casa, pensando en aquella chica que acababa de conocer