Hola… volví con una nueva historia. Llego a mi mente de repente y me puse a escribir en vez de continuar con las otras historias. Quería hacerlo corto de un capitulo o dos, pero como empecé a escribir y cuando viene a ver ya estaba tarde y tenía sueños. Como siempre la historia es mía pero no los personajes. Espero que les guste y dejen comentarios, así sabré si vale la pena continuar con ella.

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Ese día Hinata se levantó de buen talante y no sabía por qué. Salió del palacio escondiéndose de los guardias. Sabía que su padre le había prohibido salir del palacio por miedo a que le parara algo y aunque su madre Hana no estaba de acuerdo con su encierro, debido al hecho y la situación política en la que se encontraba el reino entero con otro vecino decidió que serie mejor que ella no anduviera tan libremente sin escolta por miedo a que le insieran daño o la raptaran.

El reino Hyuga estaba en guerra con los Namikaze y con exactitud, ella no sabía el motivo y nadie quería hablar del tema para su protección.

Pero el día estaba muy hermoso y ella quería recorrer los alrededores, sin que la estuvieran observando y mandando. Así que sin ser vista y aprovechando el distraimiento de los guardias, salió por la parte de atrás del reino.

Se maravilló con lo que vio al salir del palacio. En el bosque se podrían escuchar muy bien el canto de los pájaros, el césped verde, las flores más bellas estaban en ese bosque y de niña siempre lo visitaba. Pero con la situación que estaban viviendo, no podía salir.

Sus padres tenían miedo de lo que le pudiera pasar a su única hija heredera. Hiashi siempre estaba atento a su hija y el miedo de que alguien se la quisiera robar. Hinata sin darse cuenta y a sus 23 años, era la joven más hermosa del reino entero. No había una chica tan hermosa como ella y eso trae consigo mucha envidia y muchos caballeros deseosos de conquistarla.

A esa edad aún no se ha podido casar con su prometido de hace 5 años por el motivo de la guerra. A esa edad, aún es muy vulnerable.

La verdad es que Hinata no podría decir que no le agradaba su prometido, es guapo y muy caballero con ella y sus besos eran muy suave. La trataba como una delicada flor y a ella eso le gustaba. Pues al inicio era muy tímida con respecto a conocerse. Pero el chico fue muy poco a poco tratándola y en sus visitas, pudo conocerlo bien y sentirse bien a su lado. Las primeras veces que la beso, casi se desmaya de la vergüenza, pues el beso no era muy inocente, si no lleno de pasión y que ella no comprendía que con su hermosura despertaba pasiones. Después de eso, el chico entendió que iba demasiado rápido con ella y se controlaba cuando estaba con ella.

Hinata no sabía que tan grave era la situación, hasta que escucho a su prometido y a su padre hablar.

-Señor Hiashi. Con todo respeto, creo que debería pesar mejor las cosas y dejar que Hinata y yo nos casemos en esta misma semana. Yo podría protegerla y usted lo sabe -hablo el joven con arrogancia.

-De eso no tengo duda joven Ōtsutsuki pero no es tan fácil. Bajo mi cuidado Hinata estaría más segura.

-Reconsidere la propuesta. Llevo años esperando que Hinata sea mi esposa y con los hechos deberíamos adelantar la unión.

-Amo a mi hija y en estos momentos solo quiero tenerla cerca. Pero lo pensare -respondió. tomando asiento en su trono.

El joven Toneri bajo la cabeza en señal de respeto y se marchó.

Hinata lo vio salir y quiso hablar con el antes de que se fuera.

-Toneri -lo llamo la joven.

-Hinata mi amor – el joven la abrazo y le dio un pequeño beso en los labios.

-Te ibas sin despedirte -puso cara de tristeza.

-Tu sabes que eres lo más importante para mí -aseguro con una sonrisa.

-Tan mal esta situación con el reino. Escuche la conversación con mi padre.

-No te voy a mentir Hinata. Las diferencias del reino de tu padre con los Namikaze están llegando a mayores. Y yo solo busco protegerte. Quiero que la boda se realice pronto y sé que conmigo no te pasara nada.

Hinata bajo la cabeza. No esperaba que hubiera guerra y que su vida y la de muchos se encontrara en peligro, pero no está en sus manos, si así fuera haría algo al respeto.

Toneri se marchó. No si antes expresarle una vez más su sentimiento y con promesas de amor.

Pero su visita al bosque no era para pensar en la situación que se está viviendo en el reino. Quería olvidar y ser libre otra vez. Pero no se dio cuenta de que se estaba entrando demasiado al bosque que luego no sabría cómo volver al reino.

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El rey Namikaze estaba tan dormido que no escucho las constantes llamada hacia su puerta.

El joven Nara entro al aposento del rey sin más remedio y se dispuso a despertarlo. La verdad que el rey Namikaze es un buen rey y todos en el reino lo adoran, pero era un libertino sin remedio. No había mujer hermosa en el palacio con la que no se hubiera acostado. Y otra cosa es que cuando bebía lo hacía de más y luego era un problema levantarlo.

-Ya es hora de que despierte su majestad -le quito las sabanas.

El joven de 25 años, solo se movió y no despertó.

-Su majestad despierte -lo llamo con más fuerza.

Como en la situación de posible guerra el rey se encontrará en semejante estado, se preguntaba. El rey profirió una maldición y se levantó.

-En serio, que no puedo tomarme un día de descanso -el joven se levantó desnudo sin ninguna vergüenza.

Su consejero Nara, fue al ropero y le busco ropa.

-Usted es el rey. Pero la situación no está para sus fiestas y como su consejero es mi obligación decirle las cosas -le dijo entregándole una bata.

-Y la chica – hizo una pausa -que paso con ella.

-Te refieres a tu compañera de cama de a anoche.

El rey asintió.

-Ya me encargué de ella, mi rey, no se preocupe. Le dije que no se volviera acerar a usted, como le digo a todas.

-muy bien, como siempre -si me disculpa, mi consejero -dijo con burla -me daré un baño, así que por ahora no necesito sus servicios.

Antes que este replicara lo condujo a la puerta y el cerro.

Ser rey es un trabajo difícil y desde que tomo el trono, su vida no ha vuelto a ser la misma y su única forma de aliviar el estrés es con mujeres y alcohol. A caso es un pecado. Pero hoy no tenía ganas de quedarse en el palacio y después de una ducha rápida y con intención de ir a lago a terminar su aseo.

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El rey se quedó frente al bosque y un odio hacia lo que esta después del bosque lo lleno de ira. Los culpables de la muerte de sus padres, se encontraban halla y ante de ellos morir les juro que los responsables pagarían por el hecho cometido y así será.

Se adentró a la parte del bosque que le correspondía a su reino.

Quería estar tranquilo y pensar muy bien, el siguiente paso que daría en contra de los Hyugas. Los conflictos empezaron hace unos años con ese reino, y eso llevo a la muerte de sus padres y el sabia quienes fueron los participantes de ese hecho.

Lo último que espero encontrar en su lago, era una hermosa ninfa, nadar desnuda en sus aguas y en su bosque.

La mujer nadaba, como si bailara dentro del agua. Cuando esta saco la cabeza del agua, pudo apreciar su bello rostro. Y de inmediato supo que sería de él, como todas mujeres hermosas de su reino.

Hinata no se había dado cuenta de la presencia del joven. Y salió del agua para terminar su baño.

El deseo se reflejaba en los ojos azules del rey. Realmente era la mujer más bella que haya conocido y su desnude lo dejo sin aliento. Tenía unos senos muy proporcionado por no decir grande, su cintura era firme, sus piernas largar, unos labios de color rosa y sensual, su pelo le caía casi en la cintura,

Para cuando Hinata se diera cuenta de la presencia del hombre, ya era tarde. Cuando lo vio se asustó y no pudo articular palabra. Se quedó frente a él, desnuda, sin decir una palabra. Vino a reaccionar, cuando vio que este se acercaba con una sonrisa en los labios y una mirada penetrante.

Cogió su vestido lo más rápido que pudo y con el tapando un poco su desnude se hecho a correr. Le dio miedo lo que vio en su mirada y supo que si este la seguía y la alcanzaba no se comportaría como un caballero.

A sí que la chica empezó a correr. Se decía el rey. Pues no la dejaría escapar. Es demasiada hermosa para dejarla ir y además estaba en su bosque y por ente le pertenecía. Sin pensar más, se echó a correr detrás de ella. La muy tonta corría en círculo y pronto la tendría.
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Hinata no sabía hacia donde corría. Todo se le hacía conocido, pero a pesar de eso no encontraba el camino para salir del bosque. Y peor aún, estaba desnuda. Así aprovechando que lo perdió, se puso rápido el vestido. Cuando termino de ponérselo, escucho que alguien se dirigía hacia ella y de inmediato hecho a correr de nuevo.

. Corre… corre… corre

Po que me tenía que pasar esto a mí. Se decía.

Se adentró en el bosque, pero no sabía hacia dónde dirigirse. El bosque ella lo conocía bien, pero por muy extraño, no encontraba la salida. No sabía lo pasaría si ese hombre la agarrara, loco haría lo que quisiera con ella. ¿Y después que pasaría?

Pero la joven pronto supo lo que pasaría, cuando tropezó y callo de espalda. Y lo vio ahí parado de frente a ella. Desde el suelo, pudo ver que era un hombre muy alto y fuerte. Era rubio y tenía unos impresionantes ojos azules.

Cuando quiso pararse, él se lo impidió y se acercó de manera que el hombre quedo prácticamente encima de ella.

-pero mira lo que me trajo el bosque -dijo con voz aguda.

El rey se dispuso a oler su cabello y enterró su cabeza en su cuello.

La joven estaba asustada y reunió valor para hablar.

-Por favor señor déjeme ir -cerro los ojos cuando lo sintió besar su cello.

-Como podría dejar ir, a una creatura tan hermosa y más si esta en mi bosque -se acercó a los labios de la joven y la tentación lo venció.

-Déjeme marchar se lo pido le juro que. -no la dejo continuar.

El beso fuertemente, uniendo su boca a la de ella. Los labios del el buscaban una repuesta pero la joven no respondió a su demanda. Cuando sintió que entraba su lengua en su boca, trato de apartarlo de ella. Pero solo cuando él, quiso separo sus labios de los de ella.

-Tus labios -suspiro – son los mejores que he probado.

-Se lo pido -la joven no sabía que más decir. Cuando sintió que una de las manos de el se posaba en sus senos y la otra bajo hacia sus piernas, separándola y tocándola con ardor. Ella reaccionó y lo mordió en el hombro.

El reaccionó y la empujo más al suelo.

-Tranquila. Te prometo que te gustara. Dios tienes los ojos más bellos que he visto. ¿Cómo te llamas?

Hinata no quería decir su nombre y no lo hizo. No respondió y no tenía por qué hacerlo.

-Le pido por última vez que me deje marchar o de lo contraria se arrepentirá -se le quito el miedo del momento y lo remplazó por odio.

- ¿Quién eres tú, para hablarme de esa manera pequeña -respondió sin ninguna intención de soltarla -acaso sabes quién soy? ¿Cómo te atreves hablarme así? Soy tu rey y me debes respeto.

-NO eres nada mío. Y no me interesa saber quién eres -respondió a la defensiva.

-Estas en mi bosque, en mi reino y por tanto me perteneces -volvió a besar sus labios con salvajismo.

-Soy Naruto Namikaze el rey de todo esto -decía entre suspiros y pequeñas pausas sin dejar de besar sus labios.

Hinata creyó haber oído su nombre, pero no lo recordaba y con miedo lo mordió en los labios. El hombre se separó de su boca enojado y antes de volver a someterla le dio entre las piernas y logro quitárselo de encima. Sin que este se diera, cuenta hecho a correr como loca.

Por fin pudo encontrar la salida y cuando lo hizo ya era de tarde. Emprendió el regreso al reino de prisa. Cuando llego a su alcoba, lo primero que hizo fue cerrar la puerta sin ser vista y empezar a llorar. No quería volver a repetir ese episodio en su vida y decidió no volver al bosque.

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Pero lo que no sabe la joven, es que el tipo la siguió y vio hacia donde se dirigió. Se quedó mirando el reino enemigo y el odio volvió a él, juro que las cosas no se quedarían si…

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