Akaashi tamborilea sus dedos contra el cristal del vaso que tiene entre las manos mientras observa a dos de sus compañeros del club de volleyball discutir sobre que canción van a cantar a continuación. Hoy es el cumpleaños del capitán y as del equipo y para celebrar se decidió ir a un karaoke al finalizar la práctica. Akaashi no está seguro si Bokuto tiene una especial afición por ese tipo de establecimientos y nunca lo ha escuchado cantar tampoco, pero supone al ver como se divierte el chico que eso parece ser lo menos importante, Bokuto está sentado frente a él y no para de reír mientras escucha a Kuroo contarle una historia graciosa , el lugar está bastante concurrido, además de su equipo los acompañan unos cuantos jugadores del Nekoma y un par de chicos de su escuela a los que Akaashi no ha visto nunca pero supone que comparten clase con el cumpleañero al juzgar por cómo se quejaban los tres de una de las materias, han ordenado comida y bebidas en cuanto entraron al cuarto.

Bokuto es el primero en tomar el micrófono y en un instante él y Kuroo se colocan en el centro de la habitación y cantan a todo pulmón una canción de ritmo rápido y melodía pegajosa, Akaashi que fue criado para ser educado en todo momento se aguanta las ganas de taparse los oídos al momento en el que los chillidos desafinados de ese par llenan la habitación, Akaashi leyó en alguna parte que cuando las personas están enamoradas tienden a ser ciegas ante los defectos de la persona causante de sus sentimientos, puede tener un enamoramiento hacia su capitán desde hace un tiempo pero para su suerte no ha llegado al punto de perder sus habilidades auditivas cuando lo escucha cantar. A lo largo de la canción los chicos empezaron a hacer una especie de baile moviendo los brazos y las piernas de una forma bastante arrítmica y aunque contiene las ganas de reír no puede evitar que una sonrisita escape de sus labios. Bokuto está pasando un buen momento. Al terminar la canción (o la tortura como decide llamarlo) algunos de sus compañeros aplauden, otros se burlan, uno de los chicos tiene la osadía de pedir que canten de nuevo pero gracias al cielo son impedidos por Yukie y Kaori (las managers) que cantan a dueto, no son tan malas como los dos anteriores, pero Akaashi está seguro que cualquiera sonaría como Pavaroti después de tal espectáculo.

En algún momento de la velada se abre la puerta y entra uno de los chicos del Karasuno, Akaashi reconoce al jugador alto y rubio de gafas con el que entrenaron en uno de los campamentos ese año,

–Hey Hey Hey Tsuukii!. El grito de Bokuto hace que el rubio de un sobresalto.

El cumpleañero atraviesa el cuarto para saludarlo, Tsukishima lo felicita escuetamente y Kuroo le hace señales para que se siente a su lado, a Akaashi le parece un poco extraño que el rubio haya viajado hasta Tokio para celebrar a Bokuto cuando sabe que no son particularmente unidos y además es el único de su equipo que se presenta, observa como toma asiento al lado del pelinegro que se inclina hacia él para susurrarle algo al oído y el rubio se sonroja bajando la mirada, una de sus manos roza la de Kuroo y entonces el pelinegro le da un rápido y pequeño beso en la mejilla. Tsukishima se encoge en el asiento lo más que puede con su metro ochenta y largas piernas, Kuroo acerca su rostro al de chico y el menor le da un pequeño pico en los labios, la sonrisa de Kuroo va de oreja a oreja y Akaashi teme que Tsukishima termine por romper el sillón por la forma en la que empuja su espalda contra él como si quisiera ser tragado por los cojines. La razón por la que el rubio está ahí le resulta clara a Akaashi. Y no va a negar que el descubrimiento le causa un poco de envidia.

-Akaaaaashi!-. El aludido aleja la mirada de los dos chicos y voltea su cabeza al escuchar su apellido (con el acostumbrado alargamiento innecesario en las vocales intermedias) salir de la boca de su capitán que brinca hasta donde se encuentra el pelinegro.

–Qué sucede Bokuto-san?-. Pregunta dándole un sorbo a su bebida.

–No has cantado ninguna canción Akaashi-. Le reclama Bokuto haciendo un mohín.

–Tal vez más tarde Bokuto-san, hay ya varios chicos que han apartado canciones-. El otro no se ve muy convencido, pero se encoge de hombros y lo toma del antebrazo, el corazón de Akaashi da un vuelco.

–Entonces ven a sentarte con nosotros, estás muy solo ahí sentado en el rincón-. El chico señala el lugar donde están Kuroo y Tsukishima absortos en una plática.

Akaashi quiere decirle que se encuentra perfectamente ahí donde está y que sería mejor si les dieran privacidad (la posible tomando en cuenta que hay una más de una docena de chicos rodeándolos), pero sabe que su capitan no es bueno leyendo el ambiente y ¿a quién quiere engañar? Últimamente se le hace difícil negarse a sus peticiones.

–Está bien Bokuto-san, me sentaré con ustedes-. Accede y se levanta de su lugar, saluda con un ademán de mano a Tsukishima que le regresa el saludo con un movimiento de cabeza, sus mejillas siguen un poco sonrojadas. Ve como Bokuto pasa completamente por alto la mirada que Kuroo le dirige, Akaashi suspira.

– ¿Puedo pedirle si se puede recorrer un poco Kuroo-san para poder sentarme?-. Akaashi señala al extremo del enorme sofá, da hacia una de las paredes y hay una enorme planta plástica de adorno que tapa un poco la vista de ese lado dando una sensación de privacidad al rincón, Akaashi casi puede ver los engranajes de la astuta mente del capitán del Nekoma trabajar y se mueve al instante, Akaashi detiene a Bokuto cuando nota que hace un ademán para sentarse en el lugar que quedó entre el rubio y el pelinegro.

–Bokuto-san, usted tiene que sentarse cerca del centro, es el festejado- . Señala el otro extremo del sofá y Akaashi se sienta a su lado haciendo una barrera entre los otros dos chicos y su capitán, por la mirada que le dirige Kuroo sabe que es capaz de ponerse de pie y abrazarlo ahí frente a todos, Akaashi está agradecido de que no lo haga.

-¿Akaashi, estás divirtiéndote?-. Le pregunta Bokuto, el sofá no es tan amplio y hay cuatro chicos que no pueden considerarse de ninguna forma pequeños apretados en él. Akaashi intenta poner un poco de distancia entre los dos pero es en vano, puede sentir el calor que emana el otro cuerpo que está casi pegado a su costado.

–por supuesto Bokuto-san. ¿Por qué lo pregunta? –.

-La verdad no sabía si vendrías, sé que no te gustan los lugares llenos de gente ni el ruido-. Se explica el chico tomando un puñado de palomitas que hay en un plato como botana.–pero me alegra que estés aquí-. Termina el chico sonriendo.

–No podría perderme su festejo Bokuto-san y no se preocupe por mí, estoy bien. Lo importante es que usted se divierta-. Bokuto está mirándolo a los ojos. Akaashi no puede alejar la mirada, son como dos imanes dorados.

–Aunque aprecio su preocupación-. Akaashi le sonríe, siente una agradable sensación expandirse en su estomago.

–Akaashi, eres mi amigo, no me sentiría bien si no estás a gusto.

–Es muy considerado de su parte Bokuto-san-.

–Claro Akaashi, eres mi amigo-.

–Eso ya lo ha dicho. El otro chico niega con la cabeza – es diferente Akaashi.

Akaashi da un respingo y los latidos de su corazón se disparan – ¿Diferente? A que se refiere exactamente Bokuto-san?-. Sus dedos aprietan el vaso que sostiene, los sonidos que lo rodean se disipan, toda su atención está puesta sobre el otro chico que está sentado a su lado

–Akaashi, eres uno de mis mejores amigos, es, como decirlo, si alguno de los chicos no hubiera venido no me importaría mucho sabes, pero, si..si tu no estuvieras aquí, me..me sentiría triste-. Bokuto pasa una mano por su nuca.

"Amigos" la palabra resuena en su mente. Akaashi tiene un cúmulo de emociones contradictorias dentro de él –estoy aquí Bokuto-san, así que deje de preocuparse. La tarde transcurre con los chicos cantando y bailando, casi al final Akaashi no puede posponer mas lo inevitable y se levanta de su lugar antes de que Bokuto lo arrastre hasta la maquina y canta la primer canción que se aparece en la pantalla, una que nunca ha escuchado, se niega a ver a Bokuto a la cara mientras canta y mantiene la mirada fija en las letras de una balada de rimas cursis. Al terminar los chicos aplauden.

–Akaashi, que bien cantas!-. Lo felicita Bokuto aplaudiendo con ganas. –gracias Bokuto-san. El chico regresa a su asiento ignorando a sus compañeros que piden que cante otra vez. Kuroo intenta hacer que Tsukishima se levante para cantar un dueto, pero el rubio se niega rotundamente sin moverse un ápice del sillón.

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Ya tenía ganas de escribir un fic Bokuaka.

Y es multi-chapter. Yay.!

Les comento que el fic ya lo tengo terminado e iré subiendo los capítulos de poco a poco, solo que todavía no se cada cuanto.

El rating subirá, ya les avisaré con tiempo. C:

Solo hay menciones de Kurotsuki en unos cuantos capítulos, no desarrollaré propiamente su relación en este fic. estoy escribiendo un fic solo para ellos dos. :3

Se agradecen los reviews y las críticas constructivas también.