Barry corre, es lo único que sabe hacer.
¿Qué otra cosa puede hacer?
No sabe cuándo sucedió, ni cómo. Sin embargo no podía controlar las descargas eléctricas que producía su cuerpo cada vez que la veía, el aumento de su frecuencia cardiaca, lo nervioso y lo estúpido que sonaba cuando intentaba hablarle.
Corre, Barry, corre.
Esas palabras se pronuncian en su mente mientras recorre la ciudad en cuestiones de segundos, una y otra vez. Lo hace más rápido con el objetivo de que no piense en otra cosa que no sea Caitlin Snow.
Se detiene abruptamente y su corazón empieza a latir fuertemente mientras sus mejillas comienzan a teñirse de un rojo al pensar en ella. Porque claro más intentas no pensar en una persona y esta se encarga de inundar tus pensamientos.
Vuelve al laboratorio Star y la ve.
Sola.
¿Dónde estaba Cisco?... ¿Iris?
Iris, no.
Refuta rápidamente en su mente. No quería más complicaciones.
Cuando iba a correr (huir) de nuevo con una patética excusa de que olvido algo. Caitlin lo detiene.
— Tus ritmos cardiacos son anormales, de repente aumentaron, déjame hacerte unas pruebas para verificar que todo esté en orden.
Le dice levantándose de la silla.
— No —Replica velozmente sintiendo un escalofrío recorrer su columna vertebral a la posibilidad de estar más tiempo solos.
— De nuevo aumentaron —Espeto observando la pantalla.
Se maldice en su mente al cerciorarse de que aun lleva su traje. Todo por pensar en Caitlin, siendo ahora, mucho más distraído que de costumbre.
Pero... ¿Cómo iba a decirle que era ella la razón de sus aumentos cardiacos?
— Está bien —Responde e inmediatamente se saca el traje y vuelve en cuestiones de segundos al lado de ella.
Donde ella comenzó a hacerle las pruebas, sintiendo como los de dedos de Caitlin rozaban contra su piel, sintiendo como la misma se calentaba y su corazón quería latir velozmente.
Y lo hacía.
— No entiendo, estas perfectamente bien, pero tus latidos aumentan sin ninguna explicación en algunas ocasiones.
Al escucharlo, Barry sentía que su corazón iba latir tan rápido como él. Teniendo muchas ganas de correr, a pesar de que ella no se había dado cuenta.
— Barry... —Lo llamo mirándolo, sintiendo él cómo su mirada estaba entrando en su interior y descubriendo hasta sus íntimos secretos— La única cosa que se me ocurre por tus pulsos anormales, es que estás enamorado, pero creí que ya tu corazón se había acostumbrado a Iris.
Iris, claro que se había acostumbrado a Iris, al tal punto de que su corazón –en sentido romántico– ya no latía por ella.
— S-si debe ser que no me acostumbro a nuestra relación, ya sabes...
Empezo a balbucear nervioso y al momento de mirar sus ojos, se detuvo, sintiendo como si una mano había atravesado su pecho y había detenido su corazón.
Estuvieron un rato así, sus miradas posándose en la otra, sin decir ni una palabra, para Barry ese minuto fue como una hora. Observando sus hermosos ojos, deleitándose con su blanquecina piel, sus labios.
Se aproximó un centímetro, lento, muy raro en él.
Caitlin al notarlo, ensancho lo ojos levemente.
¿Era su imaginación?
Se acercó también, otro centímetro.
Hasta el punto de que en un momento sus bocas estaban a punto de rozarse, sus narices ya se tocaban levemente.
No había tiempo para preguntas para hablar, para pensar si estaba bien o no.
Porque Barry puede correr, pero no puede esconder el hecho de que ama a Caitlin Snow.
Ya no.
Une sus labios, solo un roce en el comienzo, luego es profundo.
Cierran los ojos y no piensan en nada, se dejan llevar, se encargan de corresponder ese beso. Cuando se separan en busca de oxígeno, Barry la mira a los ojos y pronuncia unas palabras de lo más seguro:
"Te amo"
Y ahora fue el turno del corazón de Caitlin de comenzar a latir anormalmente.
