Disclaimer: Los personajes de Miraculous: Las Aventuras de Ladybug así como sus derivados no me pertenecen.

Capítulo 1

El Juguetero

Era una linda mañana en la ciudad de París. Cómo es costumbre, Marinette llegaba tarde a la clase de la profesora Bustier. Trató de entrar sigilosamente, pero no pudo escapar a la atenta mirada de la profesora.

—Marinette —Le dijo la profesora— ¿Por qué llegas tarde? Otra vez

—Yo, eh... —Comenzó a titubear— Lo que pasa es que... ¡Me encontré un perrito abandonado y lo ayudé! Sí, eso.

—¿Un perrito?

Chloé rió al escuchar esa excusa.

—Sí, un perrito —Dijo Marinette tratando de no prestarle atención a Chloé—, uno chiquito y adorable, no podía dejarlo ahí tan sólo.

—Está bien Marinette, pero que no se vuelva a repetir, sientate. Continuaré con la clase.

Chloé volvió a reír.

—Pobres perritos abandonados —Dijo Chloé burlándose— ¿Que harían sin su salvadora Marinette?

Sabrina le rió el comentario. Marinette la vio enojada y quizás le hubiera dicho algo de no ser por Alya que la contuvo.

—Cálmate Marinette —Le dijo Alya tomándola suavemente del hombro—, no le hagas caso, no le des el gusto de verte molesta.

—Sí, lo sé, pero es que Chloé me saca de mis casillas.

Adrien volteó y en voz baja y con una sonrisa le dijo a Marinette.

—Me parece lindo de tu parte que te guste ayudar a animales, no conocía esa parte de ti.

—Adrien —Dijo Marinette sonrojándose— Yo... Eh... Ya sabes.

En esos momentos la profesora les llamó la atención.

—Chicos —Les dijo—, si tienen algo que platicar pueden hacerlo después, ahora pongan atención.

Adrien regresó a su postura normal. La sonrisa de Marinette no se borró.

—¿Escuchaste Alya? —Le dijo Marinette— Le pareció lindo.

—Sí, escuché perfectamente, pero ahora presta atención a la clase o la profesora se va a enojar en serio.

La clase terminó sin mayor cosa que narrar y ahora todos los chicos estaban repartidos a lo largo del colegio en pequeños grupos, como siempre, Rose y Juleka estaban juntas, Alix, Max y Kim, Iván y Mylène, Chloé y Sabrina y Adrien y Nino, estos últimos pasaron junto a Marinette y Alya y les dedicaron un cortes saludo con la mano.

Marinette correspondió el saludo pero no lo detuvo aún cuando Adrien había pasado. Alya la detuvo.

—¡Ay Marinette! —Le dijo Alya— ¿Por qué simplemente no le dices lo que sientes?

Al escuchar estas palabras Marinette entró en pánico, lanzó un quejido y se llevó las manos a la cabeza.

—¿Qué? —Dijo casi gritando Marinette— ¿Cómo? ¿Yo? No podría yo...

Y comenzó a decir una serie de palabras incoherentes hasta que un chico, pelirrojo, de ojos verdes con la mirada baja y con un papel entre las manos se acercó a las dos.

—¡Hola Nathaniel! —Saludó Alya alegremente.

—Ho-Hola —Musitó Nathaniel.

Luego, casi sin despegar la mirada del suelo y con un ligero temblor en las manos extendió sus manos hacia Marinette entregándole la hoja que llevaba.

—Lo hice para ti —Le dijo Nathaniel apenado—, espero te guste.

Marinette recibió el papel y vio en él un dibujo de ella misma cargando a un lindo cachorro, a ambos se les veía felices y en una esquina inferior un signo de admiración. El dibujo estaba bien hecho, el talento del muchacho era más que innegable, aunque ante eso Marinette no pudo evitar recordar la última vez que había recibido un dibujo de él, o casi, porque aquél día estaba bajo el control de Hawkmoth, su máximo enemigo.

—Gracias —Dijo Marinette con una pequeña sonrisa—, que lindo ¿De verdad lo hiciste tú? Me gusta.

—Sí, lo hice yo —Contestó Nathaniel llevándose una mano a la nuca—, me alegra que te haya gustado. Yo... Eh... Me tengo que ir, hablamos luego Marinette.

—Adiós —Dijo Marinette.

—Se ve que tienes a otro galán rondando por ahí —Dijo Alya maliciosamente.

—¿Qué cosas dices Alya? Sólo es un buen amigo, eso es todo —Dijo Marinette, aunque en el fondo no estaba convencida del todo.

Alya tenía mucho que decir al respecto, pero sabiendo que nada sacaría prefirió callar, al menos con ese tema.

Casi luego, Lila se acercó a las dos.

—¡Hola Lila! —Saludó feliz Alya, pues aún no olvidaba que ella era "íntima amiga" de Ladybug.

—Hola Lila —Saludó Marinette con menos entusiasmo.

—Marinette, sólo quería decirte que me pareció súper lindo que salvaras a un pequeño perrito antes de llegar a clases aún sabiendo que llegarías tarde.

—No fue nada —Dijo Marinette.

—¿Sabes? —Continuó Lila—, hace un tiempo trabajaba como voluntaria en un centro de protección para los animales ¡Hasta me dieron un reconocimiento por el buen trabajo que hice! Pero como vine a estudiar acá tuve que dejar ese lugar, aún los extraño, creo que buscaré algo como eso por acá ¿Tú no sabes de alguno?

—No Lila, no sé, pero que bien todo lo que me cuentas, eres tan linda.

—¡Ay Marinette! Me sonrojas, todo lo hacía por salvar a aquellas inocentes criaturas —Contestó Lila inocentemente—, tú me entiendes.

Marinette dudaba mucho de la veracidad de sus palabras, pero sabía perfectamente que no podía echarle en cara nada, oficialmente, Marinette no sabía nada de Lila, había sido con Ladybug con quien había tenido problemas mientras que Marinette en principio no debía tener nada en contra de Lila, por lo que, aun sabiendo que lo que le decía con toda probabilidad era mentira, tenía que sonreír y actuar como si todo estuviera bien.

—Lila, es bueno saber que hay personas así de buenas en el mundo como tú.

—Marinette, sólo hago lo que puedo. Adiós , me tengo que ir, pero espero que podamos hablar luego y que seamos muy buenas amigas.

—Adiós Lila.

—Vaya, a este paso voy a tener que competir con Lila por tu amistad —Dijo Alya al ver a Lila alejarse.

—¿Qué dices Alya? Sabes que tú eres mi mejor amiga y por nada del mundo te cambiaría y menos por Lila, sólo fui amable, eso es todo, no significa nada.

—Lo dices como si te cayera mal ¿Tienes algo contra ella?

—¿Yo? —Dijo asustada Marinette— ¿Por qué habría de tener algo contra ella?

—No lo sé, dime tú.

—¡Qué cosas dices! Ella no me ha hecho nada, sólo no la conozco bien, eso es todo.

—Lo que tú digas, pero deberías conocerla, es una chica muy linda, pero regresando a lo que hablábamos ¿Le dirás a Adrien lo que sientes?

—Yo —Dijo una aterrada Marinette— ¡No! Lo que quiero decir es… ¿Cómo lo haría?

Y una vez más comenzó a balbucear cosas sin sentido sonrojándose notablemente.

—Está bien Marinette, cálmate, sólo era una idea, pero viéndote creo que si lo haces morirías en el intento y yo no quiero lidiar con eso.

—No lo sé, ¿Sabes? Me tengo que ir, olvidé algo.

Alya sólo vio a su amiga correr rápidamente, luego suspiró.

Marinette corrió gran distancia hasta quedar cansada, jamás había pensado que decir que había ayudado a un perrito le traería tantas consecuencias. No había sido del todo una mentira, efectivamente había salvado un perrito y efectivamente estaba abandonado, pero ni mucho menos lo encontró por accidente. En su camino a la escuela encontró a una niña que lloraba porque su perrito se había perdido, así que se transformó en Ladybug y recorrió casi todo París para encontrarlo y por fin devolverlo a su dueña y ese era el motivo por el que había llegado tarde.

Marinette llegó a su casa y después de pasar unos minutos con sus padres pasó a su habitación.

—¿Estás bien Marinette? —Preguntó preocupada Tikki.

—¡Ay Tikki! Alya me dejó pensando ¿Y si tiene razón? ¿Y si debo decirle lo que siento?

—Marinette, debes hacer lo que tú creas que es lo correcto.

—Pero es que si esto sale mal, no sé qué pensar ahora, me aterra pensar en su respuesta.

—Tranquilízate —Dijo Tikki volando hacia ella y darle algo parecido a un abrazo—, no le des mucha importancia por ahora ¿Quieres?

—Tienes razón Tikki, creo que no es momento de preocuparse por eso.

En otra parte de París, en una pequeña juguetería, un hombre, se encontraba en su pequeño establecimiento esperando que algún cliente llegara, pero los clientes se resistían a llegar, pues la mayoría preferían ir a la juguetería que se encontraba no muy lejos de ahí. La diferencia que había entre ambas jugueterías era que, en la pequeña juguetería los juguetes se hacían a mano, a cada uno le dedicaban tiempo para trabajar, mientras que en la grande, la tecnología y las grandes marcas abundaban, haciendo que los clientes se sintieran más atraídos por aquella.

Este hombre estaba en el mostrador cuando por la puerta entró un hombre, alto, muy elegante y con porte altanero, se trataba del dueño de la otra juguetería.

—Fabrice, Fabrice—Dijo en tono burlón— ¿Cuándo vas a entender que tus feos y anticuados juguetes ya no gustan a nadie?

—Gustave —Contestó Fabrice—, tus juguetes serán más elegantes y más relucientes, pero carecen del alma que los míos tienen, y la gente tarde o temprano se dará cuenta de eso.

—Sigues viviendo en tu mundo de fantasía, despierta Fabrice, el mundo ha cambiado y deberías seguir tu ejemplo, acepta tu derrota, y para que veas que soy generoso, te daré un empleo en mi juguetería, no te prometo que será un buen empleo, pero al menos no morirás de hambre, que es más de lo que podrás decir si te aferras a este vejestorio.

—Nunca, esta juguetería es mi vida y daré lo mejor de mí para sacarlo adelante.

Gustave tomó un soldadito de madera, lo miró con desprecio y lo lanzó a Fabrice.

—Si esto es lo mejor que tienes, no creo que llegues muy lejos —Dijo.

Gustave salió riendo cruelmente de la juguetería dejando a Fabrice con el pequeño soldado entre las manos enojado por sus palabras.

En esos momentos, en la guarida de Hawkmoth, esta se abre revelando al villano entre la oscuridad.

—Sí, impotencia, odio y frustración, todo lo que necesitan mis Akumas para hacer su trabajo —Dijo Hawkmoth, luego, tomó una de sus múltiples mariposas y la cubrió de su energía negativa— ¡Vamos mi akuma! ¡Ve con él y oscurece su corazón!

De regreso en la juguetería Fabrice estaba sosteniendo con fuerza el soldadito.

—Miserable Gustave ¿Qué sabe él de juguetes? —Decía— ¡Yo que le he dedicado mi vida a ellos!

En esos momentos, la negra mariposa entró al lugar y entró en contacto con el soldadito, provocando que en el rostro de Fabrice se mostrara la silueta de una mariposa.

—Juguetero —Le dijo Hawkmoth—, yo entiendo tu molestia y quiero ayudarte, te daré el poder de que tus juguetes sean superiores a cualquier otro y demostrarle al mundo que eres el mejor, a cambio, quiero un par de juguetes que he estado buscando desde hace mucho —Esto último lo dijo mostrando una imagen mental de los Miraculous de Ladybug y Chat Noir.

—Como tú lo desees Hawkmoth —Contestó Fabrice, después, una energía púrpura cubrió su cuerpo para transformarlo en lo que parecía un duende de Santa Claus crecido.

—Ahora sí nadie podrá decirme que mis juguetes no son los mejores —Dijo el ya llamado Juguetero, luego se rió maniáticamente.

Luego, con un movimiento de mano, cubrió de energía púrpura todos los juguetes de su establecimiento.

Por otra parte, en la casa de Adrien, el joven rubio estaba sentado ante su computadora revisando la última actualización que había hecho Alya en su LadyBlog.

"Y es así como Ladybug una vez más salvó la ciudad, definitivamente ella es una auténtica súper heroína, pues ella, junto con su inseparable amigo Chat Noir mantienen la paz en la ciudad salvándonos de cualquier súper villano que quiera hacer de las suyas"

—Ladybug es genial —Suspiró Adrien al oír las últimas palabras de Alya.

—¡Ay Adrien! Tu siempre tan enamorado —Dijo Plagg bostezando.

—Es algo difícil de entender Plagg.

—Lo único que entiendo es que tengo hambre y no me has dado mi queso.

—Lo siento, acá tienes —Dijo Adrien dándole un trozo de queso al que Plagg se abalanzó rápidamente para comerlo gustosamente.

—Supongo que estamos en las mismas, yo jamás voy a entender tu afición por ese queso tan apestoso.

—Lo que pasa es que el camembert sólo es para paladares finos como el mío.

Fue en ese momento cuando de su computadora salió la presentadora Nadia dando una noticia de último momento.

"Pánico en la ciudad de París, un sujeto extraño disfrazado de duende está sembrando el terror en las calles con sus extraños juguetes poseídos, en estos momentos se encuentra atacando la juguetería del renombrado empresario Gustave Laberge"

—¿Escuchaste eso Plagg? —Dijo preocupado Adrien.

—Sí, oí, y yo que estaba disfrutando de mi precioso queso. ¿No podemos esperar un poco? Sólo son juguetes.

—Nada de eso. A trabajar ¡Plagg, las garras!

Dicho esto comenzó el proceso de transformación que convierte a Adrien Agreste en el súper héroe Chat Noir.

Por otro lado, en la casa de Marinette, ella se encontraba tranquilamente trabajando en algunos diseños nuevos, cuando de la pantalla de su computadora, vio la misma noticia que Adrien vio.

—¡Esto es horrible! —Dijo Tikki preocupada.

—Sí, lo es Tikki, debemos ayudar. ¡Tikki, motas!

Dicho esto igualmente, Marinette se transformó en la famosa súper heroína Ladybug, una vez transformada salió a su balcón y usando su yoyo mágico se dirigió al lugar de los hechos.

Mientras tanto, en la juguetería de Gustave Laberge El Juguetero estaba destruyendo la juguetería usando soldados de madera del tamaño de una persona normal que se movían solos y que sólo se obedecían a las órdenes del Juguetero, caballos de madera que causaban alboroto donde sea que pasaban y demás juguetes que igual que todos estaban a las órdenes del Juguetero mientras todos huían del lugar y Gustave se escondía entre los aparadores.

El primero en llegar a escena fue Chat Noir quien vio divertido lo que pasaba en el lugar.

—¡Whoa! ¿No crees que estás muy grande ya para jugar con juguetes? —Dijo Chat Noir

El juguetero vio a Chat Noir.

—El es Chat Noir —Escuchó decir a Hawkmoth—, quítale su Miraculous, está en su anillo.

—Como usted diga —Contestó el Juguetero.

—Chat Noir —Dijo el Juguetero—, a ti te estaba esperando, dame tu Miraculous o te lo quitaré a la fuerza.

—Tú que tienes todos estos juguetes ¿Quieres mi humilde Miraculous?

—¿A sí que no me lo darás? ¡Bien! ¡Soldados! ¡A él! —Gritó el Juguetero señalando a Chat Noir.

Varios soldados de madera de gran tamaño se dirigieron hacia Chat Noir dispuestos a atraparlo, pero nada pudieron ante la fuerza del bastón de Chat Noir que los derribó con suma facilidad, pero los soldados eran muchos, cosa que no tardó en notar pues optó por una retirada, uno de los soldados estaba por atraparlo cuando el yoyo de Ladybug impactó con él derribándolo.

—Mi Lady, bienvenida —Dijo Alegre Chat Noir ante la llegada de Ladybug.

—Chat Noir ¿Qué está pasando acá?

—¡Eso es lo que está pasando! —Dijo Chat Noir señalando al juguetero.

—Ella es Ladybug —Escuchó decir el Juguetero a Hawkmoth—, sus Miraculous están en sus aretes, ya los tienes a los dos, es hora de actuar.

—¡A ellos! —Ordenó el Juguetero.

Rápidamente una ola de juguetes se abalanzó contra nuestros héroes quienes al estar en un recinto cerrado comprendieron bien que estaban en clara desventaja se vieron en la necesidad de salir, de modo que Ladybug usando su yoyo salió por la ventana llevándose consigo a Chat Noir.

—¡No dejes que se vayan! —Dijo Hawkmoth.

El Juguetero tomó un avión, se subió a él y fue tras los héroes.

—¿Alguna idea Mi Lady?

Aprovechando este momento, Gustave decidió que era buena idea huir del lugar ahora que la atención del Juguetero se encontraba ya en otra parte, pero el villano no olvidaba tan fácilmente el causante de sus problemas y la principal razón por la que aceptó el trato con Hawkmoth, por lo que decidió ir tras él antes de ir tras los héroes, tomó a Gustave sin detener su vuelo y se alejó del lugar.

—¡Tonto! ¿A dónde vas? ¡Los Miraculous! —Dijo Hawk Moth.

—No te preocupes, tengo un plan —Dijo el Juguetero con una sonrisa maliciosa.

—Más te vale que sepas lo que haces, no toleraré que fracases.

Mientras tanto, con Ladybug y Chat Noir, ambos estaban confundidos.

—¿Dónde habrán ido? —Se preguntó Chat Noir.

—Quizás si seguimos a los juguetes podremos averiguarlo —Sugirió Ladybug.

En efecto, una gran cantidad de juguetes se movían siguiendo a su amo.

—Eres tan inteligente como bella Mi Lady —Dijo Chat Noir sonriéndole coquetamente

Ladybug puso cara de fastidio.

—No estamos para bromas, hay que ir tras el Juguetero.

—Yo te sigo Mi Lady.

Persiguieron al Juguetero por toda la ciudad hasta que vieron que se detenía en lo que era su propia juguetería donde había aún más juguetes que el villano controlaba.

—Esto es tan tétrico, es como festejar Navidad pero en Halloween —Dijo Chat Noir al ver tantos juguetes de tamaño anormal congregados.

—Yo conozco esta juguetería —Dijo Marinette.

—¿Sí Milady? No sabía que jugaras con juguetes aún.

—No seas tonto, cuando era pequeña, mis padres compraban mis juguetes acá.

—Eres afortunada por eso —Susurró Chat Noir en tono melancólico.

—¿Qué?

—Nada Milady, que hay que darse prisa, mira, es el señor Gustave, sabía que las personas jugaban con los juguetes, pero nunca había visto a los juguetes jugar con las personas.

En efecto, muchos juguetes cargaban al señor Gustave y lo ataban a un poste.

—Esto es grave, hay que destruir el akuma lo más rápido posible —Dijo preocupada Marinette—, me pregunto ¿Qué le habrá pasado al dueño?

—Creo que el akuma está en un juguete que tiene en la mano —Contestó Chat Noir—, y no sé lo que le habrá pasado, pero creo que ese señor tiene algo que ver.

—Bien, hay que entrar, hay que acabar con esto.

Ambos entraron al lugar.

—Bienvenidos —Dijo el Juguetero— ¿Quieren jugar conmigo? Jugaremos a que me entregan sus Miraculous, si no lo hacen, el señor Gustave pierde y yo gano, si me lo entregan, ustedes pierden y yo gano.

—Te doy otra regla —Le dijo Ladybug—, te derrotamos, y ganamos nosotros.

—Así no van las reglas —Dijo el Juguetero— ¡Juguetes, a ellos!

Una horda de juguetes de todo tipo se abalanzó sobre los héroes, había de todo, soldaditos, avioncitos, caballitos, trenes, peluches y muñecos de todo tipo. Ellos respondieron peleando contra todos, pero la desventaja numérica los metió en aprietos hasta que se vieron sometidos.

—Sí, así es, la victoria pronto será mía —Dijo Hawkmoth desde su guarida.

—De niño siempre soñé con tener muchos juguetes —Dijo Chat Noir—, pero esto es demasiado "CATACLISMO"

Dicho esto y con el poder destructivo en su mano comenzó a correr directo hacia donde estaba Ladybug abriéndose paso entre la multitud de juguetes destruyendo todo en su camino, hasta que destruyó el último juguete que tenía a Ladybug.

—Gracias gatito —Dijo Ladybug— "AMULETO ENCANTADO"

De esas palabras salió un par de zapatos.

—¿Unos zapatos? ¿Qué debo hacer con esto? —Dijo Marinette confundida.

—Bueno, espero que al menos sean de tu talla —Dijo Chat Noir.

—Espera, necesito tiempo.

—Te daré un poco, pero date prisa, me queda poco tiempo.

Chat Noir peleó contra más juguetes mientras Ladybug empezó a estudiar el entorno. En su visión se destacó un aparador, los zapatos, una lámpara colgante del techo, su propio yoyo y al final, las manos del Juguetero.

—¡Lo tengo! —Exclamó Ladybug.

Ató los zapatos uno con el otro, saltó desde el aparador y le arrojó los zapatos al Juguetero.

—¡A ella! —Ordenó el Juguetero a sus juguetes.

Pero sus manos se vieron atadas a los zapatos y por el impulso que llevaban, de señalar a Ladybug señaló a la dirección contraria, haciendo que los juguetes caminaran a la dirección contraria.

—¿A dónde van? —Gritó el Juguetero.

Pero antes de que pudiera cambiar la orden, Ladybug saltó hacia la lámpara colgante, con una mano se colgó de ella y con la otra usó su yoyo para atrapar al juguetero y lo colgó de la propia lámpara, al pasar eso automáticamente el Juguetero soltó el soldadito de madera que era el akuma, Ladybug lo atrapó y lo rompió.

— No más maldades para ti, pequeño akuma. ¡Es hora de terminar con la maldad! —Dijo Ladybug atrapando el akuma.

— ¡Te tengo! Adiós, mariposita.

Luego, arrojando el amuleto encantado:

—¡Ladybug milagrosa!

Hecho eso todo lo que fue destruido o dañado durante los últimos eventos regresó a la normalidad.

El Juguetero vuelve a la normalidad dejando al descubierto al señor Fabrice.

—¿Qué pasó? —Pregunta confundido.

—¡Ganamos! —Dicen ambos héroes chocando los puños.

Mientras tanto, Hawkmoth desde su guarida.

—¡No puede ser! —Dice molesto— ¡Tú habrás ganado por ahora Ladybug, pero este juego lo ganaré yo tarde o temprano!

La guarida se cierra dejando el lugar en la oscuridad total.

De regreso con Ladybug.

Ladybug se acerca al señor Fabrice.

—¿Señor? ¿Qué le pasó? ¿Qué le hizo sentirse mal?

—Mi juguetería, se irá a la ruina por falta de clientes.

—Mi Lady —Dice Chat Noir—, me tengo que ir, no me queda tiempo.

—Sólo un segundo ¿Me ayudarías con algo? —Le contestó.

—Por ti, lo que sea —Contesta coquetamente Chat Noir.

Al día siguiente.

—Nino, date prisa o llegaremos tarde —Decía Alya casi arrastrando a Nino por la calle.

—Voy tan a prisa como puedo —Contestó Nino— ¿Y por qué tengo que ir contigo?

—Porque Marinette dice que tiene que ayudar a sus padres en la panadería, o algo así me dijo y no responde mis llamadas.

—Sí, entiendo eso, lo que no entiendo es la prisa que tienes.

—¿Qué no sabes? ¡Ladybug y Chat Noir estarán en una juguetería dando autógrafos! ¿Puedes creerlo?

—¡Tú hasta tienes una entrevista con ella! ¿Qué más quieres de Ladybug?

—Su identidad, pero por ahora me conformo con su autógrafo.

Siguieron caminando hasta que llegaron a la juguetería del señor Fabrice quien no se daba abasto con tantas personas que le compraban juguetes por tener la imagen publicitaria y lo que más se vendía era la novedad: muñecos de Ladybug y Chat Noir autorizados por los propios héroes.

—Fue muy lindo de tu parte ayudar a esta persona Mi lady, además de hermosa, amable —Le dijo Chat Noir.

—Gracias, es lo menos que podía hacer por él.

En esos momentos llegaron Alya y Nino.

—¡Ladybug! —Le dijo emocionada Alya— ¿Me darías tu autógrafo?

—Claro.

—¿Me darías otro? —Dijo al recibirlo— Es para una amiga, Marinette.

—¿Marinette? Qué bonito nombre, claro, es muy afortunada por tener una amiga como tú.

—Lo sé, le va encantar.

—¿Tu amiga Marinette querrá un autógrafo mío también? —Dijo Chat Noir.

—Estoy segura que ella preferiría el autógrafo de alguien más, pero seguro le gusta el tuyo.

Ladybug no evitó sonrojarse un poco al oír eso.

Y así pasó el día y terminó esta aventura, ser una heroína era difícil, pero gratificante, a Marinette le gustaba todo eso y su preocupación ahora sólo era el que su emoción por tener un autógrafo de Ladybug pareciera convincente.