Five Nights at Freddy's pertenece a Scott Cawthon. Sally Williams, del creepypaste "Play with me" pertenece a su respectivo dueño (que no sé quien es)
Este fic pertenece al reto: Crossover, del foro Freddy Fazbear Pizza. Tiene una cantidad de 446 palabras, sin contar la nota y el título.
Ignoren el título, que no viene ni al caso (no sé me ocurrió ninguno, y me gusto como sonaba este). Se aceptan sugerencias.
Para Bronce Freddy y Leonardo Sharksun.
Como quitarle el dulce a un niño
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Barrió el lugar con la mirada. En el escenario tres de los animátronicos cantaban entreteniendo al publico, provocando gritos de emoción y felicidad por parte de la audiencia infante que allí había. Era extraña la fascinación de los pequeños por aquellos animales con movimientos programados y apariencia un tanto perturbadora, y aún así, Sally debía admitir que aquello le parecía un espectáculo maravilloso.
Pero no habían sido las risas alegres y gritos de jubilo lo que la había atraído hacia allí; había algo en la atmósfera de ese lugar que le inquietaba y a su vez le llamaba la atención. Casi podía palparlo, lo sentía tan familiar y a su vez tan lejano.
Era algo que estaba suspendido en el aire y que aún no podía descifrar. ¿Miedo?, ¿desesperación?, ¿venganza, quizá?, no, era otra cosa; el débil susurro de la muerte ondeaba en el aire acompañado de un grito que era sofocado.
Sus piernas se movieron por si solas, llevándola por un largo y oscuro corredor. Las risas tras su espalda parecían apagarse conforme avanzaba hacía una de las habitaciones. Empujó la puerta con suavidad, siendo recibida por una espantosa escena. Los cuerpos de cinco niños yacían esparcidos por el lugar, rodeando a un hombre con vestimenta de guardia manchada en sangre y cuchillo en mano.
¿Cómo podía alguien ser capaz de apagar la luz de aquellas criaturas inocentes y aún sonreír sin remordimiento?
El brillo intenso que empapaba los ojos de aquel hombre la paralizaron por un segundo; era un brillo más intenso y perverso del que había visto en su tío Johnny.
Miró uno de los cuerpos inertes que reposaba sobre un gran charco de sangre. La mirada perdida y vacía del niño le hubiese helado el corazón de haber estado viva.
Apretó los puños con fuerza, pensando en lo que aquella inocente criatura debió de haber sufrido, en el miedo y la desesperación que lo debieron de consumir antes de que todo hubiese acabado. ¿Abría albergado en su ser, la esperanza de que todo iba a estar bien?, ¿abría mirado los ojos de su asesino y rogado con ellos una misericordia que no le fue concedida?
Ella había sufrido en carne propia algo parecido. El dolor seguía presente bajo su piel y la agonía no había mermado siquiera con el pasar del tiempo, haciendo crecer la llama del odio y la venganza. No estaba segura, pero presentía, que aquellas almas no tendrían un descanso y se quedarían como ella; almas en pena buscando venganza.
Levantó la mirada para enfrentar a aquel hombre que parecía no sentir culpa por la atrocidad que acababa de cometer.
— ¿Quieres jugar? —preguntó en una sonrisa helada—; juega conmigo.
