Estaba enojado, no, furico. Si, total y completamente furioso por una estupidez, por que tenia celos. ¡Celos! Le había prometido a Brian que nada de "eres mió y de nadie mas" por que todos en Pittsburg sabían que reclamar a Brian seria como reclamar el aire o el sol.

Pero, demonios, estaba celoso.

Si hubiera sido cualquier chico del Babylon, uno alto castaño de ojos grandes, como sabia que le gustaban al otro, le habría dado lo mismo. Por que sabia que era de una noche y adiós, pero Brian se la pasaba todo el santo día con el pelinegro y cuando decía todo, era TODO.

¡Si hasta llevaba días viviendo con ellos!

Cuando ellos despertaban, el despertaba. Cuando ellos desayunaban, el desayunaba. Cuando el se iba al trabajo, Brian y el se quedaban en casa hasta que Kinney también saliera al trabajo.

Quien sabe que hacia en todo el día el mentado.

Pero cuando el regresaba, Luke seguía sentado en el sillón donde estaba con Brian antes de que se fuera al trabajo –muy lamebolas el pequeño, siempre pensaba- y en toda la tarde ninguno de los dos hacia mas que mandarse miradas recelosas que decían "Brian es mió".

¡Moría por pegarle un símbolo de "marca registrada" en la espalda! Así ni siquiera ese intruso se lo podría quitar.

Y por fin cuando el otro llegaba y le daba su beso de bienvenida se sentía el ganador y luego iba con su piedra del zapato, lo tomaba entre sus brazos y Luke le llenaba la cara de besos por todas partes, ¡incluso en la boca! Y el, bueno, el no podía recriminarle nada.

Después una noche de follar incansablemente, pero sabia que los ojos negros del otro estaban afuera, tal vez durmiendo, tal vez observándolos, pero seguramente dispuesto a echarle en la cara que Brian era suyo. ¡Pero era suyo, suyo, suyo!

No podía creer que al principio de aquella odisea el fuera el emocionado por aceptarlo en la casa, que seria divertido convivir con alguien mas que el cínico de Brian, y este casi se suicido cuando salio la propuesta de que se quedara en el loft. "¡Estas loco, L-O-C-O!" Había dicho.

Como cambia la vida.

Lo peor es que el castaño no parecía inmutarse que, de ser posible, ambos estarían estrangulándose a la muerte.

Y todavía faltaba una semana para que Gus regresara de su viaje y se llevara a esa cosa.

Por que si, estaba celoso de un puto perro.