Este es otro fic. Espero que os guste. Cuando lo escribí estaba por allí mi doble personalidad, o sea que no seáis muy duros conmigo. JAJAJAJA.

Otra cosa los personajes nos son míos son de la Señora Rowling y el señor Bross.

CAPITULO 1

Harry se encontraba en el Callejón Diagon, estaba contento porque pronto empezarían de nuevo las clases en Hogwarts.

         -Venga chicos, daros prisa, que tenemos que comprar todo el material para que mañana empecéis las clases- les apresuró la señora Weasley.

         Harry, Ron y Hermoine iban detrás de Ginny, los gemelos y la señora Weasley, hablando de las vacaciones y el porque Dumbledore no había dejado a Harry ir a la Madriguera esas vacaciones.

         -Supongo que es más fácil encontrarte en mi casa que en la tuya- apuntó Ron. Harry se quedo parado y los otros dos siguieron unos pasos más, una persona vestida totalmente de negro pasó por el lado de Harry, cuando se cruzaron Harry pudo ver que era una mujer de mirada fría y ojos negros. La mujer llevaba una capa negra con una capucha que le tapaba la cara completamente. Pero al pasar por su lado le sonrió con frialdad. A Harry le recorrió un escalofrió por todo el cuerpo, parecido a lo que le pasaba cuando su profesor de pociones le quitaba puntos a su casa. El chico reaccionó y se dispuso a seguir andando. Pero de pronto la cicatriz le empezó a doler mucho, sus amigos desde unos metros más adelante pudieron ver como se tocaba la cicatriz y se dispusieron a ir hacia allí.

         Pero delante de Harry se apareció, otro hombre vestido de negro con una sonrisa maliciosa y una mascara.

         -¡HARRY!- gritaron sus amigos corriendo hacia él. El hombre cogió fuertemente a Harry de un brazo y sacó su varita, Harry cerró los ojos. Al cabo de unos segundos oyó al hombre murmurar unas palabras y algo que lo empujaba, cuando volvió a abrirlos se encontró en un callejón oscuro, Knocktum, donde vendían toda clase de objetos para las artes oscuras. El hombre le soltó del brazo.

         -Ahora que ya estamos solos, morirás.- Harry no se lo pensó dos veces, empujó al hombre de la mascara, ahora estaba seguro que era un mortífago, y que Voldemort no debía estar lejos, empezó a correr tanto como pudo, corrió varios metros sentía como el mortífago cada vez estaba más cerca. Harry giro por una calle, pero cuando se dio cuenta que esta no tenia salida era demasiado tarde, de quedó parado delante de la pared que le impedía salir, pronto llegarían los mortifagos.

         Al principio de la calle vio acercarse una sombra negra, Harry buscó su varita pero no la encontraba. Cuando la tuvo más cerca pudo ver que era la mujer con la que se había cruzado antes  de que apareciera el mortifago. La mujer se fue acercando cada vez más.

         -Dame la mano, Potter- dijo la mujer y le tendió la mano . Harry no se la tendió-cuando me de la mano saldremos de aquí.- pero Harry continuaba inmóvil- ya veo que no confía en mi.

         -¿Cómo puedo saber que puedo confiar en usted?- dijo Harry armándose de valor. La mujer se rió fríamente. En ese momento aparecieron detrás suyo tres figuras más, serian los mortifagos, pensó Harry, aunque podía ser que esa mujer también lo fuera.

         -No lo puedes saber- la mujer miró atrás- pero se lo que sea lo que le pueda hacer yo, no será mucho peor de lo que le van a hacer los mortífagos, ¿No cree Potter?

         -De acuerdo- Harry le tendió la mano a la mujer, ella sacó la varita, susurró unas palabras y aparecieron en medio del callejón Diagon. Allí veía a sus amigos muy preocupados en medio de personas del ministerio y en el cielo la marca tenebrosa. Se fijo que Hermoine levantaba la cabeza y gritó su nombre, Ron y la misma Hermoine empezaron a correr hacia él, segundos después el resto de la familia Weasley y los del ministerio. Harry se giro para darle las gracias a la mujer misteriosa que le había salvado la vida, pero esta ya no estaba.

         Segundos después se encontró Harry relatando a los del ministerio lo que había pasado, mientras ellos apuntaban rápidamente lo que él iba diciendo.

         -¿Una mujer?- preguntó uno.

         -Si, llevaba una capa negra, con capucha que le tapaba la cara. Tenia los ojos negros y la piel blanca.

         -Aja, ¿Y que más nos puede decir de ella, señor Potter?

         -Nada más, solo se que me convenció para que le diera la mano y aparecimos aquí.

         -Es realmente, extraño. Una mujer con un atuendo similar al de los mortífagos, te salva la vida y desaparece...

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         La mujer que había salvado la vida a Harry Potter, miró oculta en una esquina como se acercaban los del ministerio a interrogar al chico.

         -Bueno, ya esta a salvo...- dijo la mujer de negro. Oyó unos pasos detrás suyo y se giro. Había dos hombre, para ser más exactos dos mortifagos.

         -Si, y gracias a usted- dijo uno de ellos. La mujer sacó su varita-  y como recompensa ahora tendrás que morir. Notó a alguien detrás suyo pero antes de poder girar una cuerda empezó a ahogarla.

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         -¡Harry! ¿Estas aquí?- le preguntó Ron.

         -¿Eh? Si, es que estaba pensando en lo que sucedió ayer. Es que estuve pensando y esa mujer me recordaba a...-la puerta del compartimiento del tren que los llevaba a Hogwarts se abrió, dejando entrever un chico de pelo rubio.- ¿Que quieres Malfoy?

         -Vaya- dijo con voz de disgusto- veo que los rumores eran ciertos y que tendré que volver a verte durante otro año...bueno, puede que no sea un año entero -dijo Malfoy sonriendo- tu ya me entiendes.

         -Malfoy, vete de aquí- dijo Hermoine sujetando a Ron, que quería empezar el curso peleándose con Malfoy.

         -Tu cállate, sangre-sucia- Hermoine no pudo aguantar más a Ron que hecho una furia se tiró encima de Malfoy. Pero en ese momento el tren paro y Ron no pudo llegar a Malfoy. Este se fue con sus dos guardaespaldas.

         Hermoine, Harry y Ron bajaron del tren. Saludaron a Neville y se dirigieron hacia los carros. Cuando llegaron al castillo fueron a su mesa, se sentaron y empezaron a hablar de quien seria el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.

         El sombrero seleccionador empezó a cantar su canción. Hermoine empezó a observar uno a uno todos los profesores que había intentando localizar a el nuevo. Hasta que paso su vista por uno que no había visto hasta entonces.

         -Mirad, debe ser aquel.- los otros dos asintieron. Luego vieron que la silla de al lado de Snape estaba vacía y este sonreía.- que raro...

         -Bueno chicos, después de la selección de los alumnos de primero, tenemos que seleccionar a otros dos alumnos que han pedido el traslado a Hogwarts. Este hecho no es demasiado común, y como han pasado el examen de admisión, el sombrero seleccionador va a decirnos en que casa van a estar.

         Un chico y una chica salieron de la puerta de donde momentos antes había salido los nuevos alumnos de primero. La profesora McGonaghall, cogió un pergamino y dijo el primer nombre.

         -¡Clarence O'Neal!- el chico se sentó en la silla y se puso el sombrero. El chico tenia el pelo corto y castaño. El sombrero tardo más de 5 minutos en decidir en que casa tenia que estar, pero al fin dijo:

         -¡Slytherin!- el chico suspiró, sonrió y fue a la mesa que más aplaudía.

         La chica parecía nerviosa tenia el pelo muy negro que le llegaba casi hasta la cintura, que le brillaba con un brillo inusual.

         -Esta chica se ha puesto una poción en el pelo- dijo Hermoine. Los otros dos la miraron extrañados, se encogieron de hombros y volvieron a mirar hacia allí.

         -¡Emily Snape!- todo el salon se quedo sin palabras y empezaron a murmurar, sobre su apellido.

         -¿Será la hija de Snape?- preguntó Ron.

         -No digas tonterias como quieres que Snape tenga una hija, si nunca sale de aquí para ir a verla, ni nada- dijo Hermoine- puede que sea una pariente no tan cercana.

         -Lo que si sabemos es que ya tenemos otro Slytherin.- Harry miró hacia el profesor Snape que lucia, ahora un rostro preocupado.

         El sombrero seleccionador estuvo mucho tiempo en la cabeza de esa chica, que parecía entablar una conversación muy ajetreada con el sombrero.

         -Eres un caso difícil, Emily- le decia el sombrero a la niña- tienes mucho valor y podrías ser una buena Gryffindor. Pero en tu mente también veo que harías lo que estuviera en tus manos para cumplir un deseo tuyo...

         -Bueno...si...¿pero donde voy?

         -Pero, casi siempre tus deseos son nobles. Y aunque se de alguien que se molestara con migo...¡Gryffindor!

         La niña bajo la cabeza "me van a matar", se levantó de la silla y miró tímidamente a la mesa de los profesores, donde Dumbledore reía sinceramente y Snape refunfuñaba por lo bajo. La chica fue hacia la mesa de Griffindor y se sentó en el primer lugar vació que encontró, sin percatarse de la gente con que se había sentado. Miró otra ves a Snape y por la cara que puso el profesor dedujo que se había sentado en mal sitio. Miro a su alrededor y vio la causa de la mirada de Snape.

         -Hola, yo soy Hermoine Granger, y ellos son Ron Weasley y Harry Potter. ¿A que curso iras?- Harry se fijo que aunque tenia la melena del mismo color que el profesor Snape, los ojos que él tenia negros y fríos, la niña los tenia dorados.

         -Vaya- fue lo único que pudo decir la niña- digo, a tercero- pero tuvieron que callar porque Dumbledore con su sonrisa característica quería continuar su discurso.

-Bueno, espero que acojáis bien a los nuevos alumnos y ahora quiero presentarles los nuevos profesores, uno de ellos todavía no ha llegado. – empezó Dumbledore su discurso- el profesor Incertus Flammeus, que dará cuidado de criaturas mágicas, pues este año el profesor Hagrid no puede dar clases.- los estudiantes aplaudieron, aunque Hagrid era buen profesor, tenían que darle una oportunidad al nuevo- Y mientras esperamos para que les presente la nueva profesora de DCAO- empezó un barullo entre los estudiante, por primera vez tendrían una mujer como profesora de DCAO, y por primera vez, pensó Harry, Snape no pone cara de asco al nombrarla, cuando los estudiantes callaron Dumbledore continuo- ya saben que esta tremendamente prohibido ir al bosque prohibido y que hay una lista de todos los artilugios que no se pueden usar en el despacho de...

         Pero Dumbledore no pudo continuar, y las sorpresas todavía no habían acabado, porque las puertas del comedor se abrieron y entró una figura vestida de negro, con una capa del mismo color y la capucha tirada por encima. La figura empezó a andar rápidamente y con seguridad hacia la mesa de los profesores. En el comedor había un silencio sepulcral, nadie decía nada, los alumnos apenas respiraban.

         -Bueno se ve que ya la tenemos aquí...-

         N/A: ¿Quien será la nueva profesora? Dejad reviews.