Azul Zafiro
Mademoiselle Audreanne
Every time he smiles I let him again…
-Maldito despertador.- murmuro. -Cállate.
Everything is fine when you standing in the eye of the hurricane…
Sigo dando una cuantas vueltas en mi cama, intentando recuperar mi preciado sueño… Pero claro, no hay forma. Este trasto que me ha regalado mi madre me está matando, no he podido dormir a gusto desde hace 2 meses… Lo conservo simplemente porque ella me lo regaló.
Llevo 3 meses viviendo en el departamento de mis padres, Haymitch y Effie; un pent-house en el edificio más céntrico de Nueva York. Me mudé con ellos después de terminar mi relación con Gale Hawthorne. No podía seguir viviendo sola, mucho menos en el departamento que él y yo compartimos, aunque estuviera bastante cerca de su edificio.
Gale es el hijo mayor de Brutis Hawthorne, dueños de , una firma de ingenieros y topógrafos de mucho prestigio en la cuidad. Carismático, atlético, honrado, MUY apuesto; y para terminarla: millonario. Gale Hawthorne es todo con lo que una chica puede soñar y más. Apasionado, dulce (cuando quiere), lleno de sorpresas… Pero no tuve cuidado. Nunca lo tengo.
Lo conocí en un viaje de trabajo con mi padre a Manchester, con 17 años recién cumplidos. Mis padres trabajan como abogados en su bufete: E&T Abogados. Brutis necesitaba asesoría legal (es muy bestia en esos temas y sabía que sin ayuda, metería la pata HORRIBLE) y le pidió colaboración a mis papás.
FLASHBACK
Effie estaba muy enferma, así que se quedó con nuestra ama de llaves y semi nana, Sae en casa y me pidió que acompañara a Haymitch.
-Por favor Kat…- me dijo mi mamá suplicante. -Sabes que si va solo, se enfiesta y quién lo controla con el licor… Y no quiero que haga un ridículo con Brutis y reconsidere esto de la asesoría…
-Está bien mami.- respondí sin mucho ánimo, pero sé de los peligros de dejar a mi padre sin vigilancia en cualquier sitio que incluya bebida… Haymitch Everdeen no es como cualquier persona en estos temas: una resaca le dura mínimo una semana.
Partimos a la semana de la conversación. Estaba segura de que serían temas de trabajo NORMALES Y ABURRIDOS como siempre, me aburriría y saldría a recorrer SOLA como siempre, me rajaría en ropa COMO SIEMPRE y luego volveríamos a casa COMO SIEMPRE.
Pero me equivoqué. Como el estúpido siempre.
Brutis había llamado para avisar que estaría esperándonos en el aeropuerto y de ahí tomaríamos un tren hacía el hotel. Pero al llegar no había ninguna señal de vida de Brutis Hawthorne. A los 45 minutos de dar y dar vueltas por el aeropuerto, papá se preocupó y le llamó inmediatamente.
-Diga- atendió una voz grave y seca al otro lado de la línea.
-¿Brutis? Habla Haymitch Everdeen, ¿cómo estás?
-¿Haymitch? ¡Qué alegría oírte! ¿Ya llegaron?
-Sí Brutis, bien gracias a Dios. Te llamaba por eso mismo, no te encontramos, y te hemos estado buscando por 45 minutos… ¿Dónde estás?
-¿QUÉ? ¿NO ESTÁS CON GALE? ¡MIERDA! –masculló Brutis
-¿Con quién?
-Mi hijo, Gale. Se suponía que él los recibiría y los acompañaría hasta el hotel… ¡Pero este muchacho me va a sacar canas verdes!
-Hahaha tranquilo, Brutis. Créeme que te comprendo…- respondió mirándome con una sonrisa. Le saqué la lengua infantilmente.- De acuerdo Brut, lo buscaremos entonces, nos vemos-.
-Bueno, nos devolveremos entonces…- dije tomando mi maleta y dándome la vuelta.
-Claro que no, Katniss. Parece que Brutis está buscando un lugar para reunirnos… Me dijo que busquemos a su hijo. Según lo describió es alto, pelo negro, ojos grises como los tuyos… Fornido… De unos 19 años.
-Ok.- respondí, guardando los datos en mi mente.- Yo voy por acá, cualquier cosa te llamo. ¿Cómo se llama?-pregunté distraídamente.
-Gale Hawthorne.
-Ok.
"De acuerdo, Katniss." me dije a mí misma. "Alto. Pelo negro. Ojos grises. Fornido. GUAPO."
Continué caminando por todo el aeropuerto, fijándome de reojo en todos los chicos lindos que me topé. Estuve tentada a coquetear con un par de ellos, pero me contuve olímpicamente. "A como papá te vea, hasta ahí llegas, babosa" me reproché.
Iba caminando repitiéndome las características del tal Gale, cuando lo vi. Estaba parado hablando por teléfono, entre un puñado de turistas. Por su expresión, parecía que estaba recibiendo una regañada de su padre.
Me acerqué sigilosamente, intentando no parecer desesperada (aunque la verdad mis pies me estaban MATANDO) y portarme a la altura. "¡QUÉ CARAJOS! No pensé que fuera tan atractivo" pensé.
-Si pa, si pa… Ya los buscaré, no se van a perder en un aeropuerto. Ya tengo 19, sé cómo comportarme, no hace falta que me lo repitan tanto…
-Esteeemm… ¿Gale?- pregunté tímida.
-Pa, te dejo. Ya resolví el problema…-me sonrió.- ¿Eres la hija de Haymitch, verdad?
Asentí avergonzada. "¡NO LO ESTROPEES KATNISS!"
- Soy Katniss…
- ¿Catnip? Mmm… No lo había oído, pero suena bien.
-Dije Katniss.- repliqué cabreada.- KAT-NISS.
Gale se carcajea ante mi infantil reacción, se acerca y susurra:-Suena aún mejor.-
Sonríe seductoramente y siento su aliento, entre más se acerca a mi rostro y toma mi cintura en un acto reflejo. Me entran unas malditas ganas de acercarme más y más hasta sentir sus labios chocar con los míos, de que esos enormes brazos me cobijen… Pero me alejo rápido y saco mi celular.
-¿Sabes? Voy a llamar a mi papá, debe estar muy preocupado…-grazné alejándome de la tentación. Gale simplemente asiente y se sienta en una banca a llamar a su padre.
Un cuarto de hora más tarde, estamos sentados en un tren camino al hotel. Mi padre y Gale no paran de hablar de la compañía, pero de vez en cuando siento los ojos grises de Gale posándose en mí. Pareciese que me está escaneando con la mirada. No puedo evitar sentirme incómoda y mi padre también lo nota, carraspea e intenta devolver a Gale a la conversación.
Durante la reunión hago de asistente de mi padre, siempre intentando evadir la inquisidora mirada de Gale. Por alguna razón, no me atrae como pensé que haría. Su físico es increíble y es muy simpático; pero algo en su mirada me hace desconfiar.
La reunión transcurre normal, aburrida. Al terminar, salgo dispuesta a recorrer y empezar a comprar (según mi amiga Madge, Inglaterra es punto clave en la moda). Cuando el sonido de un pito me sobresalta. Volteo y me encuentro a Hawthorne en su BMW negro, sonriendo como hizo en el aeropuerto.
-¿Necesita que la lleve, señorita?- pregunta sonriente.
-No gracias, Gale. Me gusta caminar.
-Ay ¡vamos Catnip! No seas aburrida.- reclama haciendo un ridículo puchero.
No puedo evitar una risilla.
-De acuerdo, Hawthorne.-suspiro vencida, entrando en el automóvil.-Y otra cosa, ¡no me llames Catnip!
Se carcajea ruidosamente.-Es un apodito cariñoso. Sólo entre nosotros dos, ¿de acuerdo?- dice mirándome en un intento de ser tierno.
-De acuerdo.
Llegamos a una heladería, entramos, pedimos dos Frozen Capuchinos y nos sentamos en una banquita afuera.
Hablamos de cosas triviales durante un buen rato: familia, amigos, pasatiempos… Mi deseo de estudiar arquitectura y fotografía, y el suyo de convertirse en un gran ingeniero… Hasta que rompí la conversación y pregunté:
-Gale, ¿por qué me miras tanto?
Al parecer la pregunta lo tomó de sorpresa, ya que abrió mucho los ojos y se sonrojó.
-La verdad, Catnip… Me gustas… Eres bastante linda y… Es imposible no mirarte.
Ahora soy yo la que se sonroja y abre bastante los ojos.
-Bueno Gale, tampoco te quedas atrás… La verdad es que…
No pude terminar la oración cuando Gale prácticamente se me abalanzó y buscó mis labios con desesperación. Al principio me quedé petrificada, pero rápidamente correspondí el beso y abracé su cuello. Tan entretenida estaba "jugando" con sus labios que no me di cuenta de que estaba prácticamente tumbada en la banca, con él encima de mí aferrado a mi cintura.
FIN FLASHBACK
Después de eso, estuvimos saliendo por meses, hasta que el día de mi cumpleaños su regalo fue proponerme ser su novia, y un hermoso collar con una artemisa.
Salimos por un año, el mejor de mi vida. Todo lo hacíamos juntos: lo acompañaba a sus juntas, jugábamos básquet, se aguantaba mis películas románticas… Era mi todo. Incluso nos mudamos juntos a un departamento, pequeño pero lujoso, a pocas calles del de mis padres; ya que exigieron mantenerme cerca por simple previsión, sólo tienes 18. Agradece que te dejemos hacerlo. Mi vida estaba realizada: tenía la libertad que siempre había deseado y de la mano del mejor hombre del mundo.
FLASHBACK
Una tarde calurosa de julio, decidí preparar unas galletas de chocolate, de una receta que me enseñó Sae, y llevárselas a Gale a la oficina. "De seguro no ha comido nada. Hoy me dijo que tenía todo el día llena de reuniones."
Me puse un vestido gris que le fascinaba, bajé con la cajita decorada y me dirigí al edificio de , con mi mejor sonrisa dispuesta a impresionarlo.
Subí a su oficina, y me sorprendió no ver a su secretaria, Coin. "Debe estar en el baño. O almorzando." Oh, inocente Katniss, pienso ahora.
Me acomodé el vestido, arreglé el lacito de la caja, saqué mi mejor sonrisa y abrí la enorme puerta del despacho de mi novio.
-¡Sorpresa! ¡Te traje galletas!- grité emocionada. Pero mi sonrisa se esfumó cuando encontré a Coin sentada en el regazo de Gale, besándolo, no, COMIÉNDOSE su boca.
-Catnip…-susurró Gale con los ojos muy abiertos y soltando la cintura de Coin como si esta quemase.
-Señorita Everdeen…-murmuró Coin levantándose de un salto.-No sabía… No la escuché…
-¡TE CALLAS!-le grité a Coin. Esta dio un respingo al escucharme alzar la voz, siempre le hablaba amablemente, la saludaba, le pedía que vigilase a Gale y sobre todo, se asegurase de que comiera. Pero no de este modo…
-¡No puedo creerlo, Hawthorne! Pensé que me amabas… Yo…-no pude terminar cuando se me quebró la voz y sentí las lágrimas surcar por mi rostro.-Yo… te creí.
-Y si te amo.-Gale llegó corriendo a mi lado y tomó mis manos.-Catnip, te amo, siempre lo he hecho y siempre lo haré…
-¿De veras?-pregunté irónicamente, soltándome con brusquedad.-Claro, porque cuando amas a alguien le das vuelta, porque cuando amas alguien te importa un maldito coño sus sentimientos, ¿no?-repliqué. Gale intentó responder, pero simplemente cerró la boca y agachó la cabeza.
-Y Coin...-volví a ver la chica que en esos momentos estaba pálida y mantenía mirada baja,- ¡no puedo creer que te metieras con un hombre con novia! Qué poca dignidad… Te tuve confianza, te pedí que fueses mis ojos con él… ¡Y me respondes así!
-Señorita Everdeen…- tomó la palabra,-lo siento muchísimo, en serio… Me dejé llevar, no soy más que una zorra…- empezó a soltar las lágrimas.
-Es cierto.-murmuré.-No te mereces otro nombre más que ese: ZORRA.-recalqué la última palabra.-A partir de ahora, si me ves en una tienda, un restaurante, un parque… Más te vale no acercarte, a partir de ahora estás vetada de mi vida.
-Pero señorita Everdeen…
-¡PERO NADA COIN! –grité.
Me volví hacia Gale que había mantenido la cabeza gacha y el silencio.
-Quiero que sepas,-comencé-que a partir de ahora no existes para mí. Nunca quiero volverte a ver, a escuchar, a sentir… A partir de este momento no quiero recordarte y espero que tampoco hagas lo mismo conmigo. No soy nadie, no me llames, olvídate de mi existencia. Ya no te necesito.
En ese momento, Gale sacó una sonrisa totalmente socarrona, una sonrisa que nunca le había visto.
-¿De verdad, Catnip?-se acercó demasiado, intimidándome. Pude sentir de nuevo su aliento, cómo en el aeropuerto.-Ambos sabemos que me necesitas para vivir. No toleras la idea de estar sin mí, mis besos, mi mirada. No aguantarías ni una semana…
Le miré sin poder creerlo.
-Es cierto, Gale. No podría. No respiraría. ¿Pero te digo una cosa? Tengo algo llamado DIGNIDAD. Algo que ninguno de ustedes dos conocen. Y mi DIGNIDAD me salva en caer en eso. Soy lo suficientemente fuerte para vivir sin tus mentiras… Y otra cosa.
¡PLAS! Le solté tal cachetada que me quedó la mano roja y morada. En la cara de Coin leí miedo y en la de Gale, una combinación rara de pena y remordimiento, dos cosas que nunca creí él tuviese.
-Hasta nunca, Hawthorne.
Tomé el primer taxi hacia me departamento, y a penas llegué, me eché a llorar. Descargué todo lo que me había estado ahogando desde que giré el pomo de esa puerta. Y las galletas, me las comí entre lágrimas.
Después de llorar y dormir un rato, hice mis maletas, recogí todas mis pertenencias y me largué al edificio de mis padres. Les había avisado previamente y me dieron todo su apoyo (como todo buen padre hace), me ofrecieron confrontar a los Hawthorne y aprobaron la idea de volver a vivir con ellos.
Recibí demasiadas llamadas, mensajes y hasta incluso regalos de Gale las siguientes 2 semanas. Rechacé todo: bloqueé sus llamadas, borré sus mensajes, regalé sus obsequios…
Hace tres meses de esa visita, y no he vuelto a ver a Gale Hawthorne.
