Me encontraba con mi mejor amigo en el bar de su padre, el Rasengan, charlando mientras esperábamos a otros amigos.

-¿Emocionado por el comienzo de las clases, Sasuke? – me pregunto mientras yo le daba un sorbo a mi bebida.

-Pfff, si claro – respondí sarcástico.

-Yo estoy ansioso por volver a ver a Hinata-Chan – me dijo despacio mientras jugueteaba con sus dedos y se ponía rojo.

-¿Hinata? Yo que tu no hago muchas esperanzas, dudo que Neji apruebe que salgas con ella – a Naruto se le borro la sonrisa y agacho la mirada.

-Tienes razón, pero hare todo lo posible por conseguir su aprobación – puso un pulgar arriba y una sonrisa.

-Que ñoñadas dices, Naruto – alce mi mano para llamar a Minato, el padre de Naruto y cantinero del Rasengan.

-Lo siento, Sasuke. No te serviré más, ya has bebido más de tres copas – me dijo desde lejos mientras le servía una copa a unos clientes.

Rodé los ojos y volví a Naruto. Lo mire con los ojos entrecerrados y él se encogió de hombros. Estaba por decirle algo cuando oí unas voces familiares.

-¡Sasuke! ¿Cómo estas hermano? – era mi buen amigo Kiba.

-Hola Kiba – mire a quien estaba detrás de él.

-Gaara – Naruto fue hacia nuestro pelirrojo amigo y chocaron sus palmas.

-No olvides a tu gran amigo – Kiba fue a darle un abrazo a Naruto, dejándolo casi sin aire.

-No tan fuerte – puse una mano sobre el hombro de Kiba, él lo soltó.

-Bien, hagamos algo alocado – dijo Kiba con voz de psicópata y frotando sus manos.

-¿Después de lo que hiciste en el autobús camino a aquí? Ni loco voy contigo – Gaara se alejó unos pasos de él.

-¿Qué hizo? – pregunte, habían un millón de cosas que Kiba podría hacer allí. Gaara se acercó a mi oído y las palabras que dijo me dejaron con la boca abierta – Superaste mi expectativas, Kiba.

-El chofer se lo busco – me respondió en su defensa. Naruto arqueo una ceja sin entender nada, me acerque a su oído y le dije exactamente lo que Gaara me dijo a mí, quedo con los ojos como platos.

-Sin comentarios – dijo dándose vuelta y sentándose en la barra.

Bebimos un par de gaseosas, ya que Minato se negó a servirnos alcohol. Luego, Gaara propuso ir al centro comercial para tomar un café o ver alguna película. Fuimos en el auto de Naruto. Una vez en el estacionamiento, estuvimos media hora buscando un lugar para dejar el auto. Mientras esperábamos como idiotas a que se desocupara algún sitio, un auto cerca de nosotros estaba saliendo.

-Ahora Naruto, es nuestra única oportunidad – dijo Kiba señalando el auto que salía marcha atrás.

Naruto se preparó para avanzar, una vez que el auto salió, el rubio apretó el acelerador. No nos dimos cuenta que otro auto iba directo a ese lugar y chocamos con él. De dicho auto bajaron dos chicas, una rubia que corrió hacia la ventanilla del conductor de su auto y otra de cabello rosado que se dirigía furiosa hacia nosotros.

-¿Eres imbécil o qué? – grito a Naruto mientras caminaba hacia nosotros.

¿Oí mal o esta niña rara llamo imbécil a mi mejor amigo? Me baje del auto y camine hacia ella, quedamos frente a frente.

-Sakura – llamo la rubia, Sakura volteo hacia ella – Hinata, está herida.

-Dios mío – grito Naruto, bajo corriendo del auto. Kiba y Gaara lo siguieron – Hinata-Chan, lo siento mucho. Perdóname por favor, soy un imbécil.

-¡¿Hinata-Chan?! – gritaron confundidos Gaara y Kiba.

-No es nada, Naruto-Kun – Hinata tenía un hilo de sangre que recorría toda su cara – Solo es una pequeña herida.

-Un momento – Kiba sacudió sus brazos en el aire - ¿Hinata-Chan? ¿Naruto-Kun? ¿Me voy de vacaciones dos meses y me pierdo de todo?

Todos lo miramos con una ceja arqueada, incluyendo a Gaara (quien irónicamente no tiene cejas).

-Lastima – puso sus manos dentro de los bolsillos del abrigo – Y yo que quería ver a Neji dándole una paliza a Naruto.

-Oye eso no es gracioso – reclamo Naruto. Todos se echaron a reír, menos yo.

-Hey, Hinata. ¿No presentas a tus amigas? – Kiba movió las cejas a la rubia.

-Baboso – ella lo golpeo en la cara con un bolso – Más respeto rarito.

-No recuerdo haberlas visto en la escuela – dijo Gaara.

-Es verdad, Gaara. Ellas son: Ino Yamanaka y Sakura Haruno – presento Hinata a las chicas.

-¿Con que Ino, eh? – se acercó de nuevo a ella, Ino retrocedió, pero Kiba la acorralo - ¿No te gusta más Señora Ino Inuzuka?

-Sigue soñando, niño – dijo Ino alejando a Kiba con su mano.